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martes, 17 de enero de 2012

CRÓNICAS DE UN LIBERAL ENAJENADO: La cuota feminista


Deseo agradecer a los editores de PANORAMA Liberal por permitirme mostrar estas líneas de puras y soberanas estupideces que provienen de una mente enajenada en este tiempo y lugar, y que espero que no sean tomadas en cuenta.

Soy un imbécil como tantos que caminan por las calles de este país llamado Chile, y acabo de cumplir 43 años…Algunos me dicen que en el mes de abril me crucifican, pero esos son estupideces que algunos repiten como chistes…Puras h…

Otros dicen que en noviembre se acaba el mundo en la forma que lo conocemos y que no sirve seguir preocupados de tanta lesera y palabras huecas…

Decía que quiero agradecer a PANORAMA Liberal por este espacio para compartir con los escasos lectores de este blog, un vomitivo flujo de frases y conceptos sin ton ni son. La única restricción que el Gran Hermano, Nelson, me ha puesto es que debo enviarle el texto para adaptar, modificar y según él hacer más digeribles ciertas palabras y giros idiomáticos, de modo de no ser tan brutal.

Eso sí, ojalá, que no me tergiverse, pero peor es nada…Me he comprometido a una colaboración al mes. Espero cumplir.

Soy hombre, no soy maricón, con estudios universitarios, cesante ilustrado y sin pareja estable. Y, quiero dar mi opinión sin tapujos ni miramientos; no quiero ser políticamente correcto porque la hipocresía es una característica de la chilenidad que más me incomoda por la sencilla razón de que, paradojalmente, es una falta de respeto para con los demás.

El primer tema del cual hablaré es contingente y desde hace tiempo merecía un tratamiento acorde.

LA CUOTA FEMINISTA.

Feminismo en cómodas cuotas...
Para ser políticamente correcto, ningún hombre en su sano juicio, puede tener una opinión como la que titula este breve artículo. Y, por muchas razones, que espero presentar, mantengo el título porque expresa una opinión que los hombres tienen, dado que se están hartando del papel hegemónico que está tomando el discurso feminista en la sociedad.

En otras palabras, trataré de una cuestión que ya roza casi la locura: la vida se está volviendo rosa en la sociedad nuestra del siglo 21. Y es que, pareciera, que está surgiendo un supergénero, el femenino. Me explico.

El feminismo.

Comenzaré haciendo una breve definición. Defino “feminista” a toda aquella persona que postula que la mujer ha sido tratada siempre como una especie de “hombre” de segunda clase y que debe recuperar su lugar en la sociedad. Y, por eso, las y los feministas (¡porque hay hombres que son feministas!) han establecido ante la opinión pública que las cosas que han hecho y hacen los hombres son las cosas correctas y deseables para que todos los seres humanos las hagan.

¿Bajo qué criterios se puede considerar que las cosas que hacen los hombres son las cosas más adecuadas para desarrollarse como ser humano?, ¿cuidar hijos no es apropiado y es una tarea denigrante?, ¿el desarrollo de una persona pasa por la vida fuera del hogar?. Aparentemente, para las feministas la maternidad es una tarea casi denigrante y que debe formar mínima parte de las metas que una mujer desee alcanzar en la vida.

Y con toda probabilidad, muchas feministas están en desacuerdo (¡una soberana estupidez!) con la naturaleza al haber asignado a las mujeres la labor de parir hijos. Si pudieran, protestarían por ese hecho, y por lo mismo, las feministas son partidarias del aborto.

En mi caso personal, me agradaría quedarme en la casa, hacer el aseo, cuidar a la nana y a los niños, preparar la comida, etc., mientras espero a mi esposa que trae el sustento para el hogar.

Las mujeres, ¿hombres de segunda clase?

Por eso, las feministas consideran que es bueno y deseable participar en política, practicar deportes como el boxeo, hablar con malas palabras y groserías, fumar y beber en público, tener sexo con el que quieran, etc. Y algunos plantean que el 50% de estas y otras actividades deben reservarse por ley de cuotas a las mujeres.

¿Hombre de segunda clase?. Algunas se alterarán pero esa es la realidad cuando se desea hacer las mismas cosas que hacen los hombres. Me causa hilaridad, por ejemplo, el tremendo esfuerzo mediático para imponer campeonatos de fútbol femenino, boxeo femenino, basket femenino, etc. pero que no levantan temperatura, porque, respecto del rendimiento físico, la mujer no es la máxima expresión humana.

Los hombres son más veloces, más potentes, más ágiles en los deportes colectivos. Y lo que nos atrae es la alta competencia, algo que vaya más allá de la capacidad humana común y corriente. Al contrario pasa con la gimnasia: los hombres no tienen gracia, mientras que las mujeres si la tienen. Y prefiero ver la gimnasia de las mujeres que la de hombres.

El conflicto feminista

Las mujeres son la mejor parte de la especie humana, pero desarrollando las particularidades de su sexo, y no tratando de asemejarse al hombre. Por ejemplo, las hembras son el 50% de la especie humana, y tienen la misión de dar a luz las crías de nuestra especie. Es decir, la maternidad forma parte de un elemento esencial e insustituible, pero a mediados del siglo pasado la sociedad comenzó a adaptarse y se fue abriendo a  espacios cerrados por costumbres anticuadas e inapropiadas. Ahora, la carrera profesional forma parte del espectro de elecciones que ellas tienen.

El conflicto surge porque algunas mujeres quieren desarrollar una carrera profesional y postergan su maternidad o deciden compaginar la carrera profesional con la maternidad. Pero, este conflicto es personal e individual y debe ser resuelto por ellas mismas y su entorno cercano.

Cómo nada es gratis en la vida, podemos decir que cuando estaba en el hogar criaba de mejor manera a los hijos y eran una especie de barrera natural para atajar el deterioro de las relaciones humanas. Por ejemplo, no se podía decir malas palabras delante de una mujer, se debía ser caballero con una mujer, a los hombres se les enseñaba que las mujeres debían ser cuidadas y “no se les debía tocar con el pétalo de una rosa”, etc…

Pero, ahora, algunas feministas piensan que actuar de esta manera puede ser considerado “machismo” encubierto. Por ejemplo, en una reciente encuesta cuando unos niños contestaban que debían “cuidar a sus compañeras mujeres” fue considerado un enfoque machista.

La ley de cuotas feminista.

Y el resultado de todo es que las estúpidas mujeres feministas (y algunos hombres) propician legislaciones y normas que son una total discriminación positiva. Es decir, van en contra de una discriminación, discriminando.

La especie humana es una sola, y es propio de mentes enfermas pretender segmentar y separar los sexos que la componen dado su carácter complementario. Las estúpidas mujeres y estúpidos hombres feministas no comprenden que deben abrir espacios de libertad para que sean las capacidades y talentos los que marquen el camino.

Las leyes de cuotas no son más que otro torpe intento dirigista que entorpece el desarrollo libre de la especie humana. Los avances y desarrollos llegan cuando existen las condiciones para ello, pero las leyes o dictámenes humanos que provienen de pequeñas mentes recluidas en templos políticos y demagógicos, producen ruido y pérdida de energías.

Hombres y mujeres son complementarios. Y deben darse las condiciones para que se desarrollen en su plenitud en lo que deseen sin control ni regulaciones de ninguna especie.

El LIBERAL enajenado.

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