Este es el primer
artículo de un nuevo comienzo. Este blog pasa a ser, a partir de este momento,
la voz oficial de la CORPORACIÓN DE ESTUDIOS LIBERALES, CORPEL, un centro de
estudios independiente de limitados recursos que pretende aportar a la
discusión basado en los principios liberales que pretenden construir sociedades
libres y abiertas. Inmenso desafío en medio de un entorno que cree que “alguien”,
“algunos iluminados o semidioses”, hermanos mayores -el Estado y sus funcionarios-
lo sacará de su postración mental y material.
Durante mucho
tiempo escribimos de variados temas con la esperanza de buscar abrir la mente de
las personas, pero es un desafío difícil de llevar a cabo. Los constructos
mentales son a las mentes débiles como las drogas a los viciosos: una necesidad
que elimina todo esfuerzo para buscar verdades afuera de ellos. A veces,
creemos que los jóvenes, que no debieran traer la natural predisposición de las
generaciones mayores, podrían ser la clave para cambiar el mundo, pero muchos de
ellos vienen con el Sistema Operativo de Ideas Incorrectas y Falaces.
Un ciudadano debe
ser político porque su vida se ve arrastrada por las decisiones que otros toman
por ellos. Por eso, siempre nos han interesado muchos temas y nos han aburrido las
respuestas comunes que se plantean para solucionar los problemas eternos de
América Latina. Así nos interesa, entre otras cosas, responder preguntas como: ¿es
posible lograr el desarrollo haciendo más de lo mismo?, ¿somos un conjunto de
sociedades libres y abiertas o todo lo contrario?, ¿avanzamos o retrocedemos en
ese sentido?, ¿nos es atractivo ser y convertirnos en sociedades libres y
abiertas o en ser sociedades manejadas por minorías?. Sin embargo, tenemos la
triste presunción que en el futuro cercano todo seguirá igual y la pobreza mental
y material seguirá caracterizando a este lado del planeta.
Si usted, caro
lector, analiza la prensa de España, Ecuador, Argentina, Colombia, Chile, etc.
descubrirá el mismo hilo conductor que nos lleva a una pobreza sempiterna
porque tropezamos con los mismos problemas, las mismas situaciones inconclusas
y escuchamos las mismas prédicas de unos frenéticos “servidores públicos” que
nos prometen que ellos son los portadores de las llaves que nos darán acceso a la Ciudad de la Felicidad. Y
seguimos esperando en las puertas de dicha ciudad mientras el tiempo consume a
cientos de generaciones que no han podido desplegar sus talentos para servir al
mundo. Este lugar del planeta es una réplica exacta de instituciones
incompletas insertas en una cultura que no valora lo necesario para progresar. El
verdadero himno de este continente es el tango “Cambalache” que nos dice que “vivimos
revolcados en un merengue y en el mismo lodo todos manoseados”. América Latina
es una mezcla de merengue y barro que se autodenomina el “continente de la
esperanza”, y no es más que eso: esperanza…¿esperanza en que?.
Mientras las
mayorías esperan por años, siguen sumidas en la pobreza sempiterna porque no
hay respuestas concretas para avanzar en mejorar el bienestar de nuestra gente,
¿saben porqué?. Porque nadie tiene dichas respuestas en un mundo tan complejo e
interrelacionado y los que presumen tenerlas, son desquiciados estúpidos que
debieran tratarse en el siquiatra. Las respuestas correctas -si es que existen-
solo pueden provenir de un ambiente abierto, libre, global y con los
intermediarios adecuados en las instituciones adecuadas de por medio.
La invasión española
-según muchos, conformada con lo peor de las cárceles y hospitales siquiátricos
de la península ibérica- trajo consigo una cultura y una serie de instituciones
que se fusionaron con las estructuras sociales preexistentes creando una mezcla
ecléctica que aún subsiste bajo años de una supuesta independencia. Mientras,
en las sociedades más avanzadas de este lado del mundo, los invasores
impusieron su cultura a sangre y fuego reemplazando la estructura previa con la
réplica que traían de Europa, por estos lares crearon un híbrido cultural que
aún nos acompaña y condiciona porque nuestras élites han sido siempre muy
limitadas y de corto vuelo.
Solo basta con
analizar el mito de la independencia. Cuando la monarquía española fue
eliminada, fue reemplazada por una nueva monarquía local, más limitada,
provinciana y de corto alcance. Saltamos del fuego y caímos en las brasas. Esta
nueva monarquía local, que se conformó con los comerciantes, burgueses y
conocedores del entramado político, deseaban el poder para usarlo en su propio
beneficio. Por eso, crearon el relato heroico de “la independencia” para que
las masas ignorantes lo compraran a ojos cerrados mientras seguían comiendo
restos putrefactos de los basureros y entonaban unas estrofas patrias. Este ha
sido el trasfondo en que fue creado este continente desde México hasta la Patagonia.
Hasta el día de
hoy. Porque hoy, nos gobierna una minoría de personajillos de escaso vuelo pero
tremendo y voraz apetito para apropiarse de lo ajeno. Llegan al poder, y como
rémoras parasitarias se anquilosan en las estructuras e instituciones para
beber el néctar que los hace engordar con la sangre ajena. ¿Es este el país que
deseamos dejar a nuestros hijos y nietos?. Esa minoría de personajillos, con el
paso del tiempo, crearon “partidos políticos” para disfrazar la “democracia”
con una cierta disputa de ideas para llegar al poder pero con la clara
intención de recrear una sociedad utilitaria a sus mentes limitadas. Jamás les
interesó crear sociedades libres y abiertas, en cambio han propiciado
sociedades cerradas, muy poco transparentes, con excesiva regulación, en la
cual unos pocos -ellos, la élite- tienen derecho a todo y muchos -los demás- solo
tenemos derecho a respirar y morir jóvenes.
En vísperas de
elecciones aparecen estos piojos hinchados para ofrecernos hasta lo imposible a
sabiendas que son cantos de sirena. Algunos los escuchan embobados porque ellos
también van con la mano estirada para recoger migajas. Así llegan al poder esta
gente de escaso vuelo intelectual y pocas luces, pero sumamente voraces con los
recursos públicos. Así llego Frei al poder; Bachelet; Piñera; Pinochet; Lagos;
Aylwin, etc. y así aparecen los pichones de piojo hinchado como Guillier, Beatriz
Sánchez y otros que surgen de las cloacas intelectuales de la izquierda y la
derecha, voraces como pirañas.
Para terminar este
artículo inicial, solo mencionar las cifras del balance contable del Partido socialista
y que se han hecho públicas en estos días. A algunos les preocupa que estos
socialistas inviertan como si fueran capitalistas animosos, pero eso no es lo
relevante. Lo más importante es que estos socialistas tienen una riqueza que no
tiene justificación histórica alguna…¿La dictadura de Pinochet les expropió
inmuebles?, ¿Podrían estos socialistas explicar de donde surgieron estos inmuebles
en el pasado?, ¿Qué servicio le prestaron a la sociedad para disponer de dichos
inmuebles?. Le retrucan a Piñera su obscuro pasado en relación a los orígenes
de su riqueza, pero ocultan los orígenes de su propia riqueza.
Además, ¿Por qué razón
en el gobierno de Aylwin se les entregaron tan cuantiosos recursos?, ¿es que
los ciudadanos no debiéramos haber sido la prioridad en el uso de dichos recursos?.
Pero, no es así, estos personajillos se apropian inmoralmente de la riqueza
generada por los contribuyentes sin una contrapartida. Y para comprobar su carácter
pusilánime declaran los socialistas que ahora “invertirán todo en el país” reduciendo
graciosamente la rentabilidad de dichos fondos, ¿son estos tipos, estúpidos o candidatos
a estúpidos?. Lo más acorde a su discurso es que entreguen dichos recursos a la
comunidad para el uso de todos, pero eso es imposible: pueden estar contra la
propiedad y el lucro de otros, pero la propiedad y el lucro propio es sagrado.
Y lo mismo acontece con el partido comunista, otra parasitaria lacra ideológica
generadora de pobreza.
Este tipo de gente
son los descendientes de las hordas de delincuentes que llegaron desde España
durante la invasión. Este tipo de gente ha mantenido a las mayorías adormecidas con
un discurso falaz culpando al “neoliberalismo” y al “libre mercado” de todas
nuestras desgracias cuando desde la independencia política de la urbe española
jamás hemos sido sociedades libres y abiertas. Las minorías políticas y
económicas han armado un tejido en el cual solo ellos tienen acceso fácil a la
riqueza y el poder, mientras las mayorías deben mirar ese banquete desde la
lejanía. Vivimos en la era del neosocialismo que interviene las economías y las
democracias según el deseo y los caprichos de unos imbéciles con membrete público. La economía y la política son oligopólicas puesto que solo unos pocos
pueden ofertar, y los demás, debemos esperar la caída de las migajas de la mesa
del poder. Afortunadamente, gracias a la tecnología, las mayorías han comenzado
a comprender que esta gente es la principal responsable de nuestra pobreza.
Hemos vuelto al
ruedo con otras ideas y esperamos estar a la altura de los acontecimientos.
Queremos seguir siendo independientes, sin patrones ni aduladores. En palabras
de un querido amigo, “no queremos ser el último que apaga la luz” porque
tenemos responsabilidades y obligaciones que asumir. No somos nadie y queremos
hacer mucho, ¿nos puede ayudar?.
PANORAMA LIBERAL
Sábado 13 Mayo 2017