Periódicamente,
los ciudadanos de todo el mundo observan como la clase política sigue usando el
recurso de la demagogia para embarcarlos hacia un lejano e imposible País de
los Sueños. Y esta “euforia por la democracia” tiene como único fin que los
políticos se validen como los líderes que necesitamos, pero todo esto no es más
que una mentira porque lo único que necesitamos es que los ciudadanos sean
capaces de pensar por sí mismos, sin
tutelas ni padres ideológicos que nos hagan creer en mitos castrantes, y
que dispongan de espacios crecientes para hacer y deshacer lo que sus talentos
les dictan de acuerdo al marco legal y moral vigente.
Necesitamos
ciudadanos independientes y vitales que sean capaces de ir más allá del yugo
democrático…
Necesitamos
ciudadanos que vuelvan a creer en sí mismos y no en las manos de funcionarios y
burócratas que solo buscan su propio beneficio…
Exigimos
una sociedad de verdaderas oportunidades económicas en la cual los ciudadanos
comunes y corrientes puedan generar con su trabajo la renta necesaria para
mejorar su bienestar sin depender de los “buenos políticos” que desean redistribuir
el ingreso mediante políticas populistas.
Hasta
hace unos años, las religiones mantenían en un estado soporífero a las
personas, castrando su iniciativa y cohibiendo la acción humana. Hoy, la nueva religión
es la democracia de corte socialista, que castra la iniciativa individual, coacciona
a las personas y las minimiza.
Los
socialistas son adoradores de un Estado gigante que pueda dirigir el “progreso”
de la especie humana, pero ¿de dónde viene esta creencia?. En primer lugar, el Estado
es una creación humana dirigida por políticos que tienen motivaciones
radicalmente distintas a un ciudadano común y corrientes. Mientras el ciudadano
solo desea tener oportunidades para vivir una vida más grata, el político hace
de la política su actividad profesional y, por eso, desea el poder para sacar
el mayor provecho para sí mismo.
En
segundo lugar, el progreso es una simple ilusión porque la sociedad no se ha
movido ni se mueve ni se moverá en una dirección siempre deseable y
beneficiosa…Todo cambio, ¿es siempre deseable?, ¿es siempre beneficioso?. En
otras palabras, no existe lo que los socialistas denominan “las leyes del
progreso” que permitirían establecer las condiciones hacia donde se debe mover
la humanidad.
Por
lo tanto, este es un tiempo propicio para reponer las propuestas más caras para
aquellos que pensamos que el ideario liberal es la clave para sacar de la
pobreza, material y mental, a miles de ciudadanos del mundo, que sufren las
políticas basadas en una mentalidad
socialista fracasada y que los lleva en línea directa hacia la pobreza.
Estadounidenses, latinoamericanos y europeos. Todos juntos.
Mientras
tanto, Europa sigue en crisis con algunos países que ya no generan los ingresos
suficientes para hacer frente a los costos contratados, en especial, la carga
de beneficios sociales que se impusieron para aumentar el bienestar de sus
ciudadanos, ¿artificialmente?. Al final, las cuentas deben ser pagadas siempre.
Hay
un mito que plantea que los gobiernos de cualquier color político pueden
generar riqueza mediante decisiones administrativas como aumentar los impuestos
para financiar beneficios sociales. Pero estos gobiernos no nos sacarán de la
pobreza solo en base a la redistribución de la riqueza mediante políticas
populistas (aumentando todo tipo de impuestos para financiar cientos de
subsidios y bonos), porque terminarán abatiendo el espíritu de iniciativa
individual. Al final, los más trabajadores y talentosos emigrarán hacia los
lugares en que existan oportunidades de progreso económico y solo los más
flojos y débiles, se quedarán disfrutando de los beneficios sociales. Así, no
se construyen sociedades prósperas; así se construyen sociedades fracasadas.
Sin
embargo, un pequeño grupo se enriquece con estos Estados enormes y
paternalistas, ¿quiénes son?. Usted ya lo sabe: un ciudadano común y corriente
verá como es más pobre cada día, mientras que la clase política se enriquece y
goza de un nivel de vida de primer mundo aunque seamos del tercero o cuarto.
Y,
¿cuál es la solución?. La solución está en entregar a las personas más espacios
de libre decisión para que sean ellas las que, interactuando entre sí
libremente, determinen lo que es mejor para sí mismas. Y, como si existiera una
mano invisible su propio beneficio individual posibilitará que aumente el
beneficio de todos…aunque algunos siguen creyendo la ilusión de que la mano
socialista igualitaria nos hará más prósperos. Torpe ilusión.
PRIMERA PROPUESTA: Reducir y
simplificar el régimen legal y tributario.
Los
liberales sostenemos que existen demasiados y excesivos impuestos, normas,
reglamentos, leyes, limitaciones, restricciones, controles, requisitos,
licencias y, en general, alta presión coercitiva sobre los emprendedores,
empresarios, profesionales liberales y autónomos. Esta no es la manera adecuada
para hacer más prosperas a las personas y a todos.
Los
liberales sostenemos que la legislación debe ser sencilla, fácil de comprender
y de aplicar.
Por
ejemplo, los impuestos progresivos no son un instrumento justo y adecuado para
crear riqueza. Por ello, proponemos que todos los impuestos, tasas o licencias que penalicen
cualquier actividad económica empresarial sean abolidos.
En
cambio, proponemos un impuesto sobre la renta proporcional y reducido, de forma
que quien más crezca, quien resulte más productivo, no tenga que pagar más que
proporcionalmente por su actividad.
Mientras
más complicado es el sistema tributario de un país, más fácil es que el
Gobierno lo complique aún más, en un proceso de locura tributaria gradual en la
cual los únicos ganadores son los que promueven dicha locura. Por ello
proponemos implementar el “impuesto plano”, calculado sobre la base de los
ingresos personales o corporativos donde todo el mundo pague un porcentaje fijo
sobre sus ingresos, sin deducciones de ninguna especie.
SEGUNDA PROPUESTA: No a la
reelección y los ciudadanos al poder.
Los
liberales consideramos que el sistema político en todo el mundo es un tremendo
fraude y no es representativo de la “democracia” que los políticos dicen
defender y a la que apelan permanentemente. Los partidos políticos de todas las
tendencias practican el juego de las sillas musicales para repartirse el poder,
y no es extraño ver hijos e hijas, esposos y esposas, sobrinos y sobrinas,
amigos y amigas, etc., ubicados en puestos y cargos de mediana y alta
responsabilidad.
Han
convertido a la política en una carrera profesional muy bien remunerada y se
han transformado en políticos profesionales que en pocas generaciones se
enriquecen de una manera impensada sin haber generado riqueza ni aportado al
aumento de la calidad de vida global.
Además,
el financiamiento público de las campañas solo financia a aquellos que son
nombrados a dedo por los partidos políticos por lo que se perpetúa el
desinterés y la apatía ciudadana al ver que siempre son elegidos los mismos de
siempre. Y lo anterior se repite en las asociaciones gremiales, sindicatos,
colegios profesionales, juntas de vecinos, etc. reduciendo el sistema
democrático a una especie de obra de teatro en la que todos son invitados a actuar
en el escenario pero al pasar por las bambalinas la situación es muy diferente.
Por
ello, proponemos que para cualquier cargo público no exista la reelección ni
listas de consenso generadas entre cuatro paredes por los mismos de siempre y
que son expresión del desinterés democrático de los que gobiernan.
Los
liberales somos partidarios de que sean los ciudadanos comunes y corrientes los
que accedan al poder, y una vez terminado su período vuelvan a sus actividades
normales, evitando en lo posible que surjan políticos profesionales que se
enriquezcan a costa de los ingresos de todos y que jamás trabajen en su vida.
TERCERA PROPUESTA: Profundizar
el Estado de Derecho y crear el cargo de Ombudsman o Defensor del Ciudadano.
Los
liberales consideramos al Estado de Derecho como la única encarnación jurídica necesaria para la
defensa de las minorías, igualdad ante la justicia, independencia y defensa de
la libertad.
Por
eso, se debe luchar por abolir cualquier tipo de autoritarismo y totalitarismo
que se puede expresar, incluso, en la férrea defensa que hacen de la democracia
a los que denominamos “fanáticos de la democracia”, y que siempre atentan
contra los derechos de las minorías al imponer normas legales abusivas y
discriminadoras.
Los
demócratas dogmáticos o fanáticos de la democracia creen que las mayorías deben
imponerse a toda costa, en todos los ámbitos posibles, arrollando tras su paso
a todo lo que se interponga. No creen que tengan límites y la pretensión de
imponer este totalitarismo democrático debe ser combatida en todos los frentes.
Y para eso requerimos un Estado de Derecho en forma que defienda los intereses
de las minorías.
Además,
en momentos en que el Estado y la clase política tienen un poder enorme, necesitamos
un Defensor del Ciudadano (también denominado con el término sueco Ombudsman: comisionado
o representante), como una autoridad del Estado encargada de garantizar los
derechos de los ciudadanos ante abusos que puedan cometer los poderes públicos.
CUARTA PROPUESTA: Promover
la libre competencia en todos los mercados para aumentar la prosperidad.
Los
liberales creemos en la competencia en todos los estamentos de la vida humana
porque es la única manera de generar bienestar mediante aumentos de eficiencia
y repartición de beneficios de acuerdo al nivel de esfuerzo.
Desafortunadamente, la mentalidad socialista ha intervenido el sistema
económico reduciendo la competencia a sus mínimos niveles y propiciando una
estrecha relación entre el poder político y el económico.
No
somos partidarios de la igualdad entre las personas sino de la igualdad de
oportunidades de modo que todos puedan acceder a las opciones que deseen y para
la cual se esfuercen. No es posible que en los países modernos las personas
mayores de 30 años ya no puedan encontrar empleo porque son catalogadas de
“viejas”; no es posible que la situación crediticia de las personas sea un
impedimento para conseguir empleo; no es posible que las personas se mantengan
en empleos indeseables porque no tienen otras opciones de empleos; etc.
La
mentalidad socialista no genera riqueza ni bienestar porque por medio de la
intervención de leyes e impuestos produce una excesiva concentración de la
renta y el surgimiento del nefasto Capitalismo de Estado. Por eso, proponemos
la progresiva y definitiva retirada del Estado de los distintos mercados como salud,
educación y otros, en los cuáles ha hecho más mal que bien, aumentando la
pobreza y la miseria a tasas crecientes. Sus intervenciones de “buena voluntad”
solo han provocado nefastos proyectos como la educación pública, sistemas de
transporte y de salud.
Y la
razón de tales nefastos proyectos es que el Estado no tiene los recursos ni la
capacidad de detectar en donde están las verdaderas necesidades y menos aún,
ofrecer las soluciones más satisfactorias. En otras palabras, es la persona
individual la única que sabe lo que necesita y como satisfacerla.
Puede
ser que, en teoría, el conjunto de la sociedad sea capaz de resolver los
problemas de una persona individual promedio, pero este tipo de personas no
existen. Cada persona es un mundo aparte, con necesidades propias y
motivaciones propias, y no existe persona ni institución humana con la suficiente
capacidad de solucionar los problemas de todos.
Así,
creemos que son los individuos los que deben hacerse responsables de generar
las instituciones que mejor solucionan sus problemáticas y evitar traspasar
esta responsabilidad a los políticos que solo persiguen su propio interés. Por
ejemplo, los individuos deben hacerse responsables de su vida: las pensiones de
jubilación que obtendrán en el futuro (el sistema de capitalización individual);
administrar sus seguros de salud y desempleo; administrar que hacer de su vida,
etc. Sin embargo, la sociedad podría mantener la garantía de un aporte estatal
directo solo en aquellos casos en que un ciudadano no pueda transitoria o
definitivamente cotizar.
QUINTA PROPUESTA: Establecer
el matrimonio como contrato privado.
Los
liberales exigimos que el matrimonio se convierta en un acuerdo privado, entre
personas, sin intervención pública, en los que las partes decidan libremente
los términos del acuerdo.
Por
tal motivo, sugerimos modificar la figura del matrimonio civil y convertirla en
un contrato “por el cual dos personas se unen actual e indisolublemente por
toda la vida, con el fin de vivir juntos y de auxiliarse mutuamente". Por
cierto, esta propuesta está pensada para que personas del mismo sexo puedan
contraer matrimonio y constituir una familia.
Proponemos
a la sociedad dar la oportunidad de que una familia entre personas del mismo
sexo pueda adoptar hijos con el fin de aprender para establecer consensos. Un
niño o niña, ¿puede crecer en una familia de personas del mismo sexo?, ¿Qué
requiere dicho niño para crecer armónicamente?, ¿quién puede establecer, a
priori, que es lo mejor para un niño?...
SEXTA PROPUESTA: Aumentar
los espacios abiertos para la discusión pública amplia de temas valóricos y
complejos.
Los
liberales pensamos que las sociedades humanas progresan cuando logran llegar a
ciertos consensos y acuerdos implícitos entre las personas, pero este proceso
es lento y no puede ser dirigido, es espontáneo y caótico. Uno de estos
consensos claves es que la naturaleza humana no puede ser separada de ciertos
valores como honestidad, respeto, honor, responsabilidad, amor al trabajo y al
esfuerzo, y en forma permanente se producen disputas debido a que la mentalidad
socialista ha introducido la percepción de que la violencia puede ser un camino
legítimo para obtener beneficios.
Para
enfrentar esta conducta violenta, somos partidarios de abrir espacios de
discusión para buscar permanentes consensos en temas vitales y claves para
nuestras sociedades como por ejemplo:
· Respecto
de la eutanasia. ¿Tiene derecho una persona a disponer respecto de su propia
muerte, siempre y cuando ello no dañe a otros?.
· Respecto
del libre albedrío. ¿Tiene derecho una persona a vivir como le plazca, siempre
y cuando ello no dañe a otros?. Los liberales ;
· Respecto
del aborto. ¿Tiene derecho la mujer –y su familia- a decidir la interrupción voluntaria
de un embarazo?, ¿daña el aborto a un ser indefenso?.
· Respecto
de la violencia. ¿Tiene una sociedad o una persona derecho a usar la violencia
cuando siente que está siendo agredido?
Como
principio, los liberales respetamos los juicios y decisiones que una persona tome
respecto de su propia vida, y nada ni nadie debe interponerse en ello. Sin
embargo, en estos casos, y en muchos más, necesitamos abrir espacios de discusión
para generar acuerdos aceptados por todos, o para continuar investigando los
alcances de corto y largo plazo de las decisiones probables.
Los liberales
mantenemos como nuestra guía de navegación que cada persona no puede
coaccionada por otros para sostener una cierta posición. Sin embargo, debemos
tener presente los derechos de las minorías que pudieran ser afectados por las
decisiones de otros.
SEPTIMA PROPUESTA: Legalizar
el consumo de la marihuana.
Consideramos
que el camino de la prohibición y represión en la política de lucha contra la
drogadicción solo ha beneficiado a las mafias del narcotráfico a gran escala,
generando un creciente negocio de enormes implicancias sociales. Y, en la
actualidad, estamos peor que antes, por lo tanto, ese no es el camino.
El
alcohol y el cigarrillo se consumen legalmente en todo el mundo pese a que
generan una enorme carga social. Cada individuo debe hacerse responsable del
consumo de estos productos, sin embargo, la sociedad ha comprendido que pese a
lo anterior debe proteger los derechos de las personas que son violentadas por
ebrios o los fumadores pasivos. En el primer caso, son tratados como
delincuentes, y en el segundo caso, se han restringido los lugares de consumo.
Es el camino correcto.
¿Qué
pasa con la marihuana?. Desde hace tiempo nos han convencido que este producto
es el primer paso para la adicción a las drogas, pero no se pueden confundir
causas con efectos. El alcohol, el cigarrillo y la marihuana son consumidos,
históricamente, porque las personas necesitan evadirse de una realidad compleja
que los aturde por completo: el pobre, para evadir su pobreza material y el
rico, para evadir su pobreza emocional. Siempre hay excusas para victimizarse;
faltar a sus responsabilidades y asumir sus culpas porque la realidad es dura
para todos y las personas deben administrar su vida de la mejor manera para sí mismos
y los suyos. No le pidamos a otra institución que se haga cargo de nosotros.
Por
eso, debemos construir sociedades de oportunidades para que los talentos
humanos puedan desarrollarse a plenitud. En la actualidad, la rebelión de las
masas las ha llevado a lugares impensados; las presiones para el éxito material
son enormes; la ambición por disponer del mejor nivel de vida ha crecido…Todos
quieren más y más, pero es imposible que todos accedan, al mismo tiempo, a un
cierto nivel de vida y bienestar; siempre habrán algunos que estarán por
delante de los demás en términos de bienestar.
Las sociedades
modernas son muy complejas y la mentalidad socialista las ha cubierto de instituciones
que, creen ellos, nos harán la vida más grata. Pero, el verdadero problema es
que han creado una sociedad regresiva, sin oportunidades, chata y plana, y en
este entorno, algunas personas no son capaces de soportar las complejidades de
una vida que no es la que esperaban. Por eso, sucumben en el consumo de alcohol,
cigarro y drogas, porque es el camino más fácil y porque les han convencido que
son las víctimas de ese tipo de sociedades…
La legalización
de la marihuana debería servir como pauta de estudio para un giro en la
política seguida hasta ahora en esta materia.
OCTAVA PROPUESTA: Aumentar
la mayoría de edad a los 15 años.
La
norma laboral autoriza a los mayores de quince años a celebrar contratos de
trabajo sólo para realizar trabajos ligeros que no perjudiquen su salud y
desarrollo siempre que cuenten con autorización expresa del padre o madre; a
falta de ellos, del abuelo o abuela paterno o materno; o a falta de éstos, de
los guardadores, personas o instituciones que hayan tomado a su cargo al menor,
o a falta de todos los anteriores, del inspector del trabajo respectivo.
Si
esta es la edad contemplada para el acceso de los jóvenes al mercado laboral,
debe entenderse que si un joven mayor a 15 años está capacitado para
incorporarse al mercado laboral, también lo está para ejercer todos los
derechos inherentes a la mayoría de edad (auto tutela, derecho al voto,
obtención del permiso de conducir, responsabilidad penal, etc.).
Por
lo tanto, postulamos la reducción de la edad correspondiente a la mayoría de
edad, puesto que la evidencia está mostrando una evolución hacia la madurez
social a más corta edad.
NOVENA PROPUESTA: Propiciar
y exigir acciones basadas en el respeto y la tolerancia.
La
tolerancia quiere decir “respeto a las opiniones y prácticas de los demás,
aunque no coincidan con las propias”. En este sentido, los liberales postulamos
ser tolerantes en todos los ámbitos de la vida en sociedad, porque la riqueza
está en la diversidad. Sin embargo, lo anterior no significa que aceptemos
todas las posiciones sin contrastarlas con nuestros principios vitales;
respetamos y somos tolerantes con las personas pero enfrentamos y debatimos con
la pretensión de aumentar los espacios individuales de acción.
El
derecho de gobernar a los pueblos que tienen los individuos elegidos
democráticamente no significa que tengan las capacidades para conocer siempre
cual es la verdad ni de atribuir a cierta ideología la prerrogativa de la
ortodoxia. La intolerancia no puede gobernar a los pueblos.
La
intolerancia es la más peligrosa para la paz del Estado porque viola la
propiedad, los bienes y la libertad de los ciudadanos. Y acerca de la Libertad planteamos
que es la condición o estado de una persona, que no está sujeto, preso o
sometido a otro, y en ese sentido, no debe existir sobre la conciencia humana
coacción alguna. En otras palabras, no se es libre si la conducta humana está
condicionada por la amenaza de daño de una voluntad ajena a la mía porque la
libertad presupone el poder actuar sin someterse a limitaciones y violencias
que proceden de otros.
El
respeto hacia los otros y la tolerancia son claves para la convivencia humana,
y deben ser promovidos en forma permanente.
DÉCIMA PROPUESTA: El valor
del individuo.
Reconocemos
al individuo como la máxima creación por encima de cualquier otro tipo de
constructo histórico, cultural o nacional, creado con otros fines. Son los
individuos los que marcan el destino de las sociedades, para bien o para mal,
porque es la iniciativa individual la que marca la diferencia entre unas y
otras sociedades. Y el fracaso o el éxito es siempre el resultado de individuos
particulares actuando en un entorno dinámico.
Por
eso, la educación es la clave para empoderar a los individuos. Pero, no debemos
olvidar que al hablar de educación nos referimos a la obtención de cualidades
cognitivas, emocionales, prácticas y morales que permitan ser un aporte a la
sociedad.
Latinoamérica
es un continente fracasado porque los individuos continúan atrapados en
sociedades regentadas por oligarquías socialistas, paternalistas y más
preocupadas de mantenerse en el poder para maximizar su propio bienestar que el
de todos. Lo paradójico es que el socialismo partidista propone continuar
profundizando la intervención socialista como la única solución posible pero
eso trae consigo una clara reducción de espacios discrecionales para los
individuos. Es decir, para el socialismo, el individuo es una especie de
inválido e incapaz de tomar las decisiones que más le atañen.
Por
eso, la única y verdadera solución es generar sociedades que otorguen amplias
oportunidades para todos, por lo cual se requiere ampliar los espacios
discrecionales de libertad individual, reducir la coacción y limitación
impuesta por aquellos que creen tener la sabiduría para predecir el futuro y
dirigir el progreso humano. No es sano regalar bonos y entregar premios, sin un
correlato de esfuerzo, porque esto genera una mentalidad proclive al bajo
esfuerzo, indolente, pasiva y sin iniciativa.
Proponemos,
por lo tanto, un aumento de la competencia en todos los niveles de la sociedad,
sin concentraciones de poder, sin nomenklaturas ni grupos que usan el poder
para sus propios fines, por medio de una desregulación progresiva de toda
frontera o barrera, virtual o física, que impida la libre circulación de ideas,
bienes, servicios, capitales o personas.
…
Estas
diez propuestas no son definitivas ni pueden serlo puesto que el mundo cambia
dramáticamente de un día para otro. Sin embargo, aspiramos a continuar
ampliando estas propuesta para construir un mundo más humano.
PANORAMA Liberal
Jueves 29 Noviembre 2012