Ciudadanos,
En
Chile, los poderes fácticos de todos los colores han instalado desde hace
tiempo la siguiente afirmación:
“Tenemos la fortuna que Chile
no es un país corrupto como otros”…
¡Y
lo dicen los mismos poderes fácticos que han mantenido sus cuotas de poder por
más de doscientos años!.
Decimos,
entonces, que la verdad es muy diferente porque, a lo largo de nuestra
historia, los políticos –de todos los colores y tendencias- siempre han buscado
el poder económico que les permita prolongar su estadía en los pasillos del
poder, y los ricos siempre han buscado el poder político para seguir prosperando
y enriqueciéndose en base a regalías, empleos, negocios y apertura de mercados
solo para ellos, en desmedro de todos los demás.
Así
se ha prostituido la democracia en beneficio de algunos pocos que aprovechan la
oscuridad y la ignorancia de todos. Y así se ha prostituido el poder económico concentrándose
en muy pocas manos.
Por
todo lo anterior, podemos afirmar claramente que la corrupción es un mal de las
democracias intervenidas masivamente por los políticos de corte paternalista –de
todos los colores- que se apropian de sus recursos y disponen de la fuerza para
coaccionar a la población con el fin de satisfacer sus propios fines. Alguien
dijo alguna vez que “la moral no es materia de discursos sino de acciones
concretas”. Por eso, como ejemplos, basta con remitirnos a las dos
alcantarillas abiertas.
Por
una parte, el caso Penta –alcantarilla abierta de la derecha política- ha
llegado a las instancias judiciales con todas las implicancias posibles para una
derecha que se muestra inerte y sometida, llena de cucarachas cobardes e
inmorales que no son capaces de sostenerse al aire libre. Este caso es una muestra
palpable de los mecanismos que tienen los políticos de este sector para
financiar sus campañas electorales.
Sin
embargo, que un privado done recursos para que un político haga campaña no es
algo nuevo ni exclusivo de la derecha porque se ha realizado en Chile desde que
tenemos memoria (aunque todos lo niegan cuando están fuera de las
alcantarillas)…Por eso, muchos de estos políticos son deudores que deben pagar la
factura cuando se les pida.
Aparte
del contubernio entre los intereses económicos y políticos, el caso Penta muestra
la brutal pobreza de ideas que tienen los candidatos de derecha puesto que
creen que los recursos económicos harán la diferencia en el electorado. No han
sabido vender las ideas más exitosas de la historia humana porque ¡no creen en
ellas!. En esta situación incluimos a políticos como Ena von Baer, Laurence
Golborne, Iván Moreira, Pablo Zalaquett, José Antonio Kast, Alberto Cardemil, y
algunos de más a la izquierda como Andrés Velasco y otros…Los hechos hablan por
sí mismos…
Por
eso, por la sanidad de la derecha, todos los comprometidos en el caso Penta
deben renunciar a sus cargos si es que desean honrar el sector que dicen
defender…aunque lo más probable es que no den la cara y se oculten de la
vergüenza pública que ya los alcanzó en sus alcantarillas, leyendo papeles sin
vida y sin espíritu. Para ellos, no hay conducta honorable y solo esperan que
caiga el velo del tiempo.
Por
otra parte, el caso Caval –alcantarilla abierta de la izquierda- muestra a las
claras que la izquierda no tiene ninguna autoridad moral para exigir a otros lo
que ellos no son capaces de entregar. Pese a la evidencia en contrario con el manifiesto
nepotismo de los Andrade y Girardi, hasta este caso se llenaban la boca con una
supuesta superioridad moral que les permitía levantarse en los estrados con la
cabeza en alto y mirar al país hacia abajo…”Somos los hombres y mujeres buenos
y nuevos del socialismo…somos distintos”, eso decían, pero el tiempo derriba
estas ficciones y ahora, solo son unas trémulas cucarachas que se ocultan
intentando pasar desapercibidas…ante el vendaval que se les viene encima…
Ahora,
el barro ha manchado el pulcro traje de la actual santa madre del socialismo
interventor que llora en el silencio de su aposento las torpezas de su hijo
pródigo. Y usa la táctica de siempre: cuando las cosas se ven difíciles se
oculta y calla, para que otros asuman los costos. O cuando habla, emite
sermones y pone carita de víctima. Por ejemplo, aparece como una blanca paloma
para “supervisar” los incendios y visitar a una niña enferma, mientras pone
cara de circunstancia para la foto, pero es incapaz de intervenir en la Araucanía,
donde un grupo terrorista tiene secuestrada a toda una comunidad, y responder
consultas respecto de la conducta desvergonzada de su parentela…Mientras tanto,
usa su clásica táctica de callar y esperar que todos olviden…
Este
es el socialismo del siglo 21, el mismo de siempre…Que se atreve a mirar a los
ojos de los pobres para mentirles descaradamente que los sacarán de la pobreza
por medio del paternalismo y los bonos entregados por doquier…pero, eso no es
verdad, porque la verdadera intención no es que salgan de la pobreza sino
hacerlos dependientes de dichas regalías para que sigan votando por ellos. Una
persona racional no puede votar por el socialismo a no ser que obtenga
beneficios.
Los
socialistas del siglo 21 han creado Estados mórbidos, llenos de grasa con ministerios
pletóricos de burócratas que se miran el ombligo todos los días y son un gasto
inútil para la sociedad. Por ejemplo, ¿Qué puede hacer de diferente un
ministerio del deporte?, ¿hacer que los chilenos practiquen más deporte?. Estos
socialistas no desean crear Estados musculosos y efectivos porque eso les puede
pasar la cuenta electoral dado que nada van a hacer…pero dejan una
institucionalidad de mentalidad retrograda…Por eso, cuando escuchen
“socialismo” asócienlo con la palabra “pobreza”, excepto para las élites
socialistas que se enriquecen a manos llenas.
EN CONCLUSIÓN, YO ACUSO…
Ambos
casos son pruebas evidentes de cómo la democracia intervenida contamina lo que
toca, destruyendo los cimientos necesarios para construir sociedades libres y
abiertas, creando amplios espacios ocultos al escrutinio público para
propiciarse ventajas para sí mismos. En otras palabras,
YO
ACUSO a la derecha que ha pervertido sus principios vitales y ha sucumbido al
canto de sirenas socialistas defendiendo ideas que no son las correctas.
YO
ACUSO a los políticos que piden más intervención y paternalismo, más bonos e
impuestos y crecientes regulaciones.
YO
ACUSO a la izquierda porque no es una opción política viable dado que solo
genera pobreza y miseria a tasas crecientes
YO
ACUSO a los que se enriquecen con su cercanía del poder.
YO
ACUSO a los que dicen que, en Chile, la corrupción no es relevante.
YO
ACUSO a los hipócritas y fariseos de la política que visten de blanco pero por
dentro están llenos de suciedad y miseria.
YO
ACUSO a los que mienten descaradamente para mantener sus privilegios.
YO
ACUSO a los que no saben honrar sus cargos y son incapaces de renunciar pese a
las miserias de sus vidas.
YO
ACUSO a los ciudadanos que no votan y después reclaman contra los políticos
incapaces.
YO
ACUSO a los irracionales e ignorantes que votan por personas que le hacen daño
a ellos mismos y al país.
YO
ACUSO a aquellos que no son capaces de asumir sus responsabilidades y siempre buscan
alguien a quién culpar.
YO
ACUSO a los que dan vuelta la espalda a los problemas de todos.
…
UNA NECESARIA REFORMA
POLÍTICA PARA ESTE SIGLO: UNA PERSONA, UN PERÍODO
¿Qué
podemos hacer?. A los políticos les fascinan las reformas políticas, pero la
ciudadanía debe imponer una que nos les va a gustar: una persona, un período.
Todo
lo relatado anteriormente es el resultado de un poder controlado por políticos
profesionales que viven por y para la política; en algunos países la llaman “experiencia”,
pero la evidencia muestra que dicha experiencia siempre termina con el
enriquecimiento del político. Por eso, postulamos que una persona solo puede
electa por una vez en su vida, a un cargo popular, ya sea sindical o partido político
o diputado o senador. Además, al término de su período, la persona no puede
volver a postular inmediatamente a otro cargo.
Por
ejemplo, suponga que Juanito es electo diputado. Una vez terminado su período,
Juanito debe volver a su vida anterior y ganarse la vida como todos, a la
espera de la próxima elección en la que podría postular a un cargo distinto al
de diputado.
Decir
“NO A LA REELECCIÓN INDEFINIDA EN UN
CARGO” es una condición necesaria para estos tiempos porque no podemos
permitirnos que los políticos sigan creando enclaves de poder que solo les
benefician a ellos.
Una
reforma política que permita la elección por una sola vez en un cargo de
representación popular es una condición indispensable si queremos acercar la
política a la gente.
PANORAMA Liberal
Lunes 23 Marzo 2015