¿Llegaremos a la situación griega si seguimos con estas políticas populistas creadoras de miseria? |
El
socialismo de la actualidad está usando el denominado síndrome extraculposo (concepto
creado por el profesor Sergio Espinoza) como una poderosa herramienta de
captura de voluntades…¿Cómo es eso?. El síndrome extraculposo consiste en buscar
responsables de los malos resultados que obtenemos fuera de nuestro propio
ámbito de acción: “la culpa de lo que me pasa está afuera”. Por ejemplo, el
síndrome extraculposo se aplica cuando la gente reclama porque las plazas y
parques están sucias, culpan a la Municipalidad por ello, ocultando el hecho de
que son ellos mismos los que la mantienen en ese estado por sus malos hábitos y
costumbres.
Por
cierto, es más cómodo y ventajoso buscar otros culpables que responsabilizarse
a sí mismo. Es en este sentido que podemos afirmar que la visión del socialismo
del presente siglo consiste en estatizar las responsabilidades privadas por
medio de políticas públicas que intentan suplantar las responsabilidades individuales
mientras reducen las libertades individuales con todo lo que eso implica. En
otras palabras, los socialistas nos imponen el síndrome extraculposo en todos
los niveles posibles de la discusión humana, a nivel individual y a nivel
grupal. Este síndrome es una característica humana que consiste, en lo
esencial, en culpar a otros de las situaciones que me acontecen. Por ejemplo,
asumo una deuda que no soy capaz de cumplir, y el culpable resulta ser el
acreedor.
El
profesor Joseph Stiglitz sufre, desde hace tiempo, de este síndrome
extraculposo en las evaluaciones que realiza. Respecto de la reciente crisis
griega, ha planteado que “el euro fue solo parcialmente exitoso por ocho años. Las
naciones europeas acreedoras son las culpables de la crisis griega y las condiciones
que imponen al gobierno de Atenas son indignantes"…¿Pueden creerlo?. Este
economista es, desde hace tiempo, una de las voces mundiales más críticas
frente a la ortodoxia financiera de los organismos internacionales y sus análisis
se basan en los efectos, olvidando las causas que los provocan. Es un
economista y populista porque privilegia la simpatía por los pueblos sin tomar
en cuenta la conducta recurrente de políticos y gobiernos irresponsables, ignorantes
y populistas que endeudan países, elegidos por el mismo pueblo que sufre sus
políticas.
Así,
estamos en un dilema porque ¿cómo los pueblos van a mejorar su bienestar si
siempre eligen políticos populistas que los van a hundir eternamente con sus
malas políticas?, ¿en dónde está la respuesta correcta?. Si Stiglitz plantea
que la austeridad no es la respuesta, entonces la alternativa que sugiere es
insuflar recursos a raudales en las economías de países mal gestionados sin
tener claro si tocaremos fondo alguna vez. ¿Cómo evitar que los políticos
populistas ignorantes vayan más y más
allá de las posibilidades reales de los países que tienen a cargo?.
Los
países deben volver a la realidad con prontitud, viviendo en la medida de sus
posibilidades, y para eso se requieren políticos sensatos y realistas. Sin
embargo, Stiglitz piensa, respecto del default argentino, que "me parece
que hay una importante lección a partir del éxito de Argentina…Después del
default, Argentina empezó a crecer a una tasa del 8% anual, la segunda más alta
en el mundo después de China…Estuve en Argentina y vi el éxito que tuvo, y lo
que hizo para los estándares de vida…La experiencia argentina prueba que hay
vida después de una restructuración de deuda, y después de dejar un sistema
cambiario". ¿Quién puede dudar que hay vida después de una moratoria de
deuda?. Pero, la cuestión de fondo es que el sufrimiento de un pueblo como el argentino
no puede tener precio pero si tiene causas precisas que deben ser atendidas por
los organismos internacionales. Y dicho sufrimiento ha permitido el acceso a
nuevos populistas, autoritarios y corruptos que se mantienen en el poder po
muchos años más.
¿QUIÉN PROVOCA ESTAS CRISIS
DE DEUDA Y CONDENA A LA POBREZA A SUS PAÍSES?.
Es
decir, Stiglitz se centra en los efectos sobre los individuos comunes y
corrientes que sufren los impactos de las crisis, pero olvida varios aspectos.
En primer lugar, el comportamiento irresponsable de políticos y gobiernos
populistas que se endeudan con la certeza que no pagarán en el futuro porque
saben que un Estado no puede quebrar. De esta manera, para mantenerse en el
poder asumen absurdos riesgos financieros con el fin de crear condiciones
económicas artificiales y sin correlato con la realidad, ¿qué les importa si
ellos van a estar fuera del gobierno y otros deberán asumir la responsabilidad
de solucionar el problema?. En otras palabras, toman crueles decisiones de
corto plazo para provocar problemas más graves en el largo plazo. ¿Y quién es
el responsable?.
La
cuestión es: ¿quién vota por estos populistas irresponsables, descontrolados y
sin contrapesos adecuados?. ¡El pueblo…el mismo pueblo que los termina
sufriendo!... Al final, la gente vota por estos políticos populistas e
irresponsables porque espera seguir (¿o lo han convencido de ello?) disfrutando
de un nivel de vida que no les corresponde para su nivel de riqueza. Los
pueblos tienen los gobiernos y los políticos que se merecen.
En
segundo lugar, los políticos populistas son voluntaristas y muy ignorantes
económicamente; tienen la pretensión que serán capaces de construir mundos
mejores por medio del diseño e implementación de políticas públicas de buenas
intenciones, teniendo como insumo una profunda ignorancia respecto de cómo
funciona el mundo desde el punto de vista económico. Dichas actitudes ya no resisten
análisis alguno, pero los pueblos los siguen eligiendo porque son incapaces de
reconocer la profunda megalomanía y demagogia de sus discursos. Las crisis
económicas son el resultado de pésimas políticas públicas de corte socialista y
populista; pretenden mejorar el bienestar de los países sin atender los
principios económicos vitales del intercambio.
¿De
dónde ha surgido la creencia de que los liderazgos políticos pueden construir
mundos mejores?. En el substrato colectivo del pueblo yace la esperanza que
vendrán aquellos que los sacarán del pozo de la pobreza del cuál no pueden
salir por sí mismos, y así, tras cada elección entregan sus esperanzas a los
demagogos y megalómanos, supuestos poseedores del don del rey Midas. Pero,
estos políticos son tipos comunes y corrientes que tienen como única
característica una gran ambición de poder…Y para conseguir el poder no trepidan
en mentir y engañar a los ilusos que creen en ellos. Cuando llegan al poder
tienen como única política pública el asistencialismo extremo para mantenerse
en el poder porque no saben apretar las tuercas claves de la maquinaria
económica. Así comienza a rodar la máquina de hacer pobres…las denominadas
economías del bienestar.
¿PORQUE JOSEPH STIGLITZ
SUFRE DEL SÍNDROME EXTRACULPOSO?.
Volvemos
a preguntar: ¿cómo los pueblos van a mejorar su bienestar si siempre eligen
políticos populistas que los van a hundir eternamente con sus malas políticas?.
En realidad, Stiglitz plantea que no estamos frente a un problema financiero
sino que frente a un problema político. Es decir, critica la prescripción de
remedios financieros para problemas políticos. Entonces, ¿quién se hace cargo
de los problemas políticos?.
Si
Stiglitz estima que el remedio financiero del ajuste y la austeridad no es la receta
correcta, entonces la única alternativa válida es entregar más recursos a las economías
en crisis con el fin de reactivarla y no empobrecerla. Pero, de esa manera no
se atiende a las causas de la crisis porque si los países han sido mal
gestionados en el pasado, ¿quién asegura que no vendrán otros políticos
populistas ignorantes que vayan más y más allá de las posibilidades reales de
los países que tienen a cargo y los hundan más?, ¿cómo equilibrar la necesaria
independencia con la ayuda que se pueda recibir?. Al final, ¿no serán todos más
pobres: los que prestan y los que reciben prestado?.
Si
una familia está muy endeudada puede sobrevivir si tiene flujo de caja o
ingresos regulares, pero si eso no es así, necesariamente, deberán vender
activos, reducir el consumo de bienes y servicios o recibir la ayuda de un
pariente millonario. Sin embargo, aún si recibe la ayuda del pariente, una
familia responsable debe enviar a todos sus integrantes a trabajar en lo que
sea y reducir aquellos gastos que no corresponden. Por lo tanto, ¿por qué un
país debe actuar de manera distinta?. Es imprescindible, para aprender, que los
países con políticos irresponsables –y pueblos irresponsables- que los llevan a
crisis deban hacer un ajuste intenso y doloroso, reduciendo gastos y mejorando
sus ingresos…No hay una ruta corta ni fácil para salir del pozo económico…
Stiglitz
ha manifestado que "es concebible que el resto de Europa y Alemania
despierten y se den cuenta de que sus exigencias a Grecia son absolutamente
indignantes…La exigencia (por parte de los acreedores) de que (Grecia) llegue a
un superávit fiscal de 3.5% antes de 2018 es una garantía de que el país
seguirá experimentando una depresión…Para mí es obvio que la austeridad ha
fracasado. El pueblo griego fue el primero en decir: 'Nos negamos a renunciar a
nuestra democracia y aceptar esta tortura de Alemania'. Pero con suerte, otros
países, como España y Portugal, dirán lo mismo".
En
primer lugar, ¿son indignantes las exigencias a Grecia para que llegue a un
superávit fiscal de 3.5% antes de 2018?. En la actualidad, el país tiene
niveles de gasto muy por encima de sus ingresos, por lo tanto es justo que el
país alcance un equilibrio saludable. ¿Será doloroso?. Claro que si, pero ya no
se puede seguir viviendo sin pagar por ello.
En
segundo lugar, Stiglitz plantea que la democracia interna de los países resulta
ser una institución sagrada e inviolable y nadie puede pretender pasar por
encima de ella aunque el resultado de ello sean una serie de políticas públicas
empobrecedoras y erróneas, lideradas por políticos populistas. Por lo tanto, si
las democracias internas son sagradas, Europa es la culpable de las tragedias
griegas…¿No les parece que suena como el síndrome extraculposo?, ¿culpar a
otros de las desgracias propias?. En realidad, el único culpable de lo que pasa
en Grecia es el pueblo mismo que eligió políticos irresponsables, aceptó sus
políticas con indiferencia o alegría, y no fue capaz de fiscalizar
oportunamente.
El
profesor Stiglitz debe comprender que Grecia necesita aprender de sus errores
del pasado porque los pueblos no pueden encogerse de hombros por las políticas
que diseñan e implementan los políticos que eligen. Es muy grato vivir la vida
al borde del Mediterráneo, tomando sol y bebiendo deliciosos vinos, pero esos beneficios
no pueden ser a costa de endeudamiento sin respaldo financiamiento asegurado. Además, en estos tiempos, los pueblos ya no pueden
usar la ignorancia como la excusa perfecta para victimizarse y menos aún usar
el síndrome extraculposo. Europa no tiene la culpa de las desgracias de Grecia,
y al revés, es su mejor aliado para salir del hoyo que construyeron con
mentiras y pésimas políticas públicas.
Panorama LIBERAL
Domingo 26 Julio 2015