Hace
ya varios años se hundió en el Atlántico un enorme buque de pasajeros. En los instantes
finales, cuentan algunos testigos, la orquesta del barco, que entretenía a la
primera clase, tomó la decisión de tocar su música para acompañar a los
pasajeros en ese momento. En otras palabras, la orquesta parecía continuar actuando
normalmente pese a los duros momentos que les tocaba vivir. Hoy, en Chile, la
coalición gobernante de izquierda se parece a la orquesta del Titanic: el país
se hunde y ellos siguen tocando la misma música pese a todas las señales del
desastre. La única diferencia es que los miembros de la orquesta fueron
víctimas inocentes de una tragedia impensada, mientras que la Nueva Minoría son
los causantes directos del desastre que se está germinando…
Lo
anterior porque una vez terminado el Cónclave de la Nueva Mayoría, coalición
gobernante de izquierda, todos esperaban los resultados de dicha catarsis grupal
en la cual se deben haber dicho de todo. Algunos, los menos, tenían esperanzas
en que la izquierda gobernante daría un giro de timón radical para revertir el
desatado pesimismo que se ha instalado e los agentes económicos que ha llevado
a una detención de crecimiento económico y un empeoramiento de la situación en
el futuro cercano. Pero, los más, sabían de antemano que todo seguiría igual
porque el fanatismo no se puede combatir con racionalidad.
Mientras
el actual gobierno tiene una tasa de reprobación del 70%, la izquierda
gobernante hace mejoras cosméticas a sus reformas para tranquilizar a la
opinión pública. Son la orquesta del Titanic tocando la misma música mientras el
desastre se avecina…Al mismo tiempo, ¿qué se puede pensar de una empresa si el
dueño despide, al mismo tiempo, al gerente general y al de Finanzas?.
Probablemente, diremos que es una empresa con serios problemas que requieren
cambios radicales. Por lo tanto, ¿qué podemos decir si un gobierno despide al ministro
del interior (gerente general) y al ministro de hacienda (gerente de finanzas)?.
Diremos, entonces, que estamos en presencia de un gobierno desastroso que ha
convertido a un país diferente y cumplidor en uno más de América Latina. Este
gobierno ha logrado lo imposible al igualarnos a los rendimientos económicos de
países como Argentina, Perú, Venezuela, Ecuador, Bolivia…El complejo de inferioridad
izquierdista los ha llevado a denigrar nuestro propio desarrollo y crecimiento
para igualarnos con países que no tienen futuro. Es una vergüenza echar al
tacho de la basura el esfuerzo de tantos años por la porfía ideológica de una
minoría que solo nos empobrecerá aún más.
Como
prueba de ello, basta con recordar las palabras que la izquierdista Bachelet pronunció
en Sudáfrica cuando le consultaron sobre el supuesto legado de Allende: "creo que tenemos los mismos desafíos,
yo diría, en el sentido de cómo nosotros somos capaces de construir un país sin
injusticias, sin desigualdades y creo que la experiencia de creer que esto es
posible a través de una vía pacífica es probablemente uno de los legados más
importantes del Presidente Allende…Creer que es posible a través de medios
pacíficos, a través del diálogo y a través de la construcción de una ciudadanía
y de un pueblo empoderado. Podría hablar por horas, pero permítame resumirlo en
esto: los mismos desafíos y también el particular acercamiento de poner a la
gente en el centro de las políticas, sus necesidades y sus sueños".
Es
decir, Bachelet desea continuar implementando el nefasto ideario del peor
gobierno de la historia que llevó al país a uno de sus quiebres institucionales
que dejaron marcadas a fuego a muchas generaciones. Estos socialistas no han
aprendido con las lecciones de la historia, y por eso desean continuar
implementando letanías que van en contra de la naturaleza humana. Al final,
todos los socialistas siempre son víctimas de sus propias contradicciones: creen
a pie juntillas en una teoría utópica pese a que la realidad los golpea cruelmente;
sueñan con un paraíso teórico, y un Estado interventor en que impera la
esclavitud; se convierten en una clase gobernante privilegiada que se devora a
sí misma, mientras el pueblo vive sumido en la pobreza moral y material.
Algunos
no pueden creer que los socialistas aun continúen tocando la misma música
mientras el país se hunde en la incertidumbre respecto del futuro económico y
político. A los socialistas no les importa porque se creen empoderados por la
ciudadanía que los eligió para implementar dichas reformas; no reconocen que la
ciudadanía no vota por programas que no son leídos, vota por personas; no reconocen
que son incompetentes para generar reformas inteligentes que estimulen la
naturaleza humana; no reconocen que una minoría votó por ellos…
A
este tranco, la Nueva Minoría se ha convertido, efectivamente, en la orquesta
de un buque llamado Chile que se hunde económica, política y socialmente y se despide del futuro
que su gente esperaba con ansias. Con estos socialistas deberán seguir esperando. Una pena.
Panorama LIBERAL
Sábado 8 Agosto 2015