El canal Chilevisión presentó declaraciones de la señora Inés Pérez Concha, en las cuáles defendía la norma de usar vehículos para el traslado interno de las asesoras del hogar y los obreros. Manifestaba que “acá la única obligación que tiene mi nana es que al ingresar a las 8:30 de la mañana y al retirarse a las seis de la tarde lo tiene que hacer en un furgón. ¿Te imaginai acá en el condominio todas las nanas caminando para afuera, todos los obreros caminando por la calle, y tus hijos ahí en bicicleta?”.
La abyecta persecución virtual de los estúpidos de siempre... |
Estas declaraciones indignaron a los habitantes del ciberespacio, quiénes se sintieron heridos por dichas declaraciones, desenfundaron sus armas y comenzó la persecución virtual. Partieron por Twitter y en Facebook comenzaron a aparecer los grupos “Maten a Inés Pérez“, “Funa a Inés Pérez“, etc. La idea de los cibernautas era linchar virtualmente a la señora Perez; publicaron que estaba en DICOM y publicaron sus datos personales.
Y muchos en las redes sociales cayeron en el jueguito de la falta de respeto y el insulto fácil. Hasta que salió la verdad.
Y la verdad era que Chilevisión había mostrado solo una parte de la entrevista, descontextualizando lo que había dicho la señora Perez. En la versión más completa, la señora Pérez dice que es necesario el uso obligatorio del transporte para las nanas, explicando que en invierno ello impide que caminen bajo la lluvia. Es decir, Chilevisión presentó públicamente un extracto que no correspondía, en su totalidad, al sentido de las palabras de la señora Perez.
¡Plop…Exijo una explicación¡…
Y muchos de los que participaron gratuitamente en la persecución e intento de linchamiento y que cayeron en el juego, debieron (¡y debieran!) retractarse de lo que dijeron e hicieron.
La cuestión es, al parecer, que la tecnología está estimulando la capacidad de ser estúpidas de las personas porque las hace emitir opiniones en forma rápida, sin sentido, insultan porque el gatillo es fácil de manipular y no se preocupan si son rigurosos respecto de lo que son capaces de decir. Y si a la estupidez, le agregamos una dosis suficiente de ignorancia, falta de sentido común, falta de respeto al prójimo y malas costumbres, el coctel está listo para ser servido. Solo falta el motivo.
El problema es la estupidez humana, no es la tecnología.
Carlo M. Cipolla realizó un análisis económico, demográfico e histórico de la estupidez humana que publicó en su libro "Allegro ma non troppo" de 1988 en base a cinco leyes que esperaba que pudieran servir de aviso al lector y contribuir así al progreso del conjunto de la sociedad. Porque, ciertamente, la estupidez y la falta de sentido común es una rémora que retrasa el desarrollo humano y genera ineficiencias en las interrelaciones sociales impidiendo un normal comportamiento.
Carlo Cipolla y las Leyes de la Estupidez |
Veamos las cinco leyes de la estupidez humana:
Primera Ley: Siempre e inevitablemente todos tienden a subestimar el número de individuos estúpidos en circulación.
Segunda Ley: La probabilidad de que cierta persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona.
Tercera Ley o la Ley de Oro de la estupidez: Una persona estúpida es aquella que causa pérdidas a otra persona o grupo de personas sin obtener ninguna ganancia para sí mismo e incluso incurriendo en pérdidas.
Cuarta Ley: Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento, lugar y circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costoso error.
Quinta Ley: La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.
Corolario de la Quinta Ley: El estúpido es más peligroso que un delincuente.
Terminaba el profesor Cipolla su estudio, buscando una explicación de por qué algunas sociedades prosperan y otras entran en decadencia, y llegó a la conclusión de que una sociedad tiende a prosperar cuando los individuos inteligentes son capaces de mantener a raya a los más estúpidos, en especial, limitando la cantidad de estúpidos que están en el poder.
Más aún: se puede demostrar que, en las sociedades decadentes, entre los individuos que están en el poder hay una alarmante proliferación de personas con un elevado porcentaje de estupidez. Y entre los que no están en el poder, existe un igualmente alarmante crecimiento del número de estúpidos bajo el formato de “desgraciados”, “resentidos”, “incautos” y “sensibles”, que son capaces de decir cosas como “prefiero que robe A, a que robe B” (y solo porque A le es más simpático).
En realidad, una masa crítica de estúpidos puede conducir a un país a la ruina. Por ejemplo, resulta sorprendente la cantidad de alumnos y sus respectivos padres, verdaderos íconos de la estupidez, que esperan que este año 2012 sea tan caótico como lo fue el 2011 puesto que no les importa que los jóvenes pierdan otro año escolar; no son capaces de reconocer que los cambios estructurales requieren años y décadas; no reconocen a las autoridades legítimas; etc.
Otros estúpidos y estúpidas nos pueden conducir a la ruina porque alientan la violencia como medio de acción política. Contestan estupideces como que "nosotros nunca hemos descartado la posibilidad de la vía armada, siempre y cuando estén las condiciones". Las personas que tienen estas ideas en la cabeza no rechazan la violencia por sí misma sino solamente la postergan hasta que la coyuntura o las excusas se lo permitan. Por lo tanto, la conclusión es clara: para estos estúpidos el terrorismo es legítimo, todo depende de la oportunidad. Y, claro, es legítimo siempre y cuando sea de mi sector político.
Y lo más sintomático es que ¡ la tecnología, al parecer, está haciendo crecer a los estúpidos a tasas geométricas ¡
¿Es posible que la tecnología, en vez de mejorar a la especie humana, la termine degradando y mostrando lo peor de ella?.
Si pensamos que los jóvenes, los futuros adultos que dirigirán el país en el futuro, son los más familiarizados con la tecnología, entonces, estamos fabricando estúpidos a tasas alarmantemente crecientes. Basta con conversar con cualquier profesor de colegio, instituto o universidad para percatarse del nivel elevado de estúpidos que estamos generando. Y lo más complejo es que la tecnología que debiera engrandecer al espíritu humano para superarse a sí mismo, está transformando a muchos jóvenes en energúmenos salvajes de la tecnología porque no la usan para ser mejores sino solo para divertirse como si estuvieran en la esquina con sus amigotes.
Y si a la tecnología, que debe usarse de manera inteligente, le agregamos la pésima educación que reciben en los hogares y colegios, tenemos la mezcla ideal para sacar el menor provecho posible de una maravilla porque un ignorante tecnológico sigue siendo un ignorante...pero, un estúpido ignorante con megáfono.
Es decir, si los jóvenes reciben una educación que no los habilita para pensar por sí mismos de modo de discriminar lo bueno de lo malo, entonces, la tecnología solo puede profundizar y hacer más estúpidos a las personas porque estas lo permiten.
¿De verdad creen algunos que la tecnología tiene alguna culpa respecto de la capacidad de procrear estúpidos que tenemos como sociedad?, ¿o es neutral?
Un cómico de los años ’70, decía que “la televisión, penetra”, indicando con ello el poder que tenía para formar opinión. En la actualidad, la tecnología y las redes sociales han penetrado profundamente en la forma de actuar y pensar de la sociedad, pero también terminan amplificando la estupidez humana.
¿Qué relación tiene la tecnología con respecto a la estupidez humana?.
Déficit de atención y desconcentración...una situación real |
¿Se considera usted una persona que navega en internet como todo un experto?. Si su respuesta es positiva, entonces, es posible que haya notado algunos de los siguientes síntomas: incapacidad creciente para concentrarse por largos períodos de tiempo en una actividad concreta (por ejemplo, leer un libro, escuchar música, escuchar una conferencia o una clase); lapsos reiterados de desmemoria; impaciencia por estar on line en forma permanente; reducción al mínimo del vocabulario; deterioro de la comunicación directa; estado de permanente distracción; ansiedad por mantener en la mano el dichoso aparatito aunque no sea necesario; etc.
Si tiene algunos de estos síntomas, le recomendamos que lea el libro “Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?” del periodista especializado en tecnología Nicholas Carr, quién explica que muchos de estos síntomas son el resultado directo de participar en la web. Carr hace una crítica cultural salvaje y afirma que estamos entrando en una “nueva ética intelectual". ¿Una nueva ética?.
Nicholas Carr: ¿somos Superficiales? |
La tesis de “Superficiales” es que internet está profundizando el fenómeno de la distracción alterando la capacidad de la memoria de corto plazo y posteriormente la de largo plazo. Veamos por qué.
Existen variados tipos de memoria, pero solo para efecto de esta breve exposición nos enfocaremos en la memoria de corto plazo, MCP, y la memoria de largo plazo, MLP. La memoria de corto plazo, MCP, almacena en forma temporal la información útil para la comprensión del lenguaje y operaciones aritméticas. Esta memoria es una especie de pizarrón en el cual se escribe ante cualquier estímulo, dura un minuto y es el procesador clave de la actividad mental. Por ejemplo, usamos la MCP para recordar un número de celular que nos están dando o para recordar las instrucciones que el jefe nos acaba de dar.
Por su parte, la memoria de largo plazo, MLP, es el gran depósito de todas nuestras experiencias y conocimientos que poseemos sobre el mundo. No tiene los límites de la MCP, funciona como el gerente del proceso, selecciona la información que se recibe, distribuye los datos hacia zonas específicas. En palabras sencillas, es una estructura orgánica de conocimientos organizados como una red asociativa que permite discriminar ante la multiplicidad de alternativas posibles.
Si llamamos “aprendizaje” al proceso de incorporar un nuevo conocimiento a la MLP, entonces, resulta fundamental aprender a transferir contenidos de la MCP a la MLP. Teniendo en cuenta que la primera se borra en un minuto, debemos producir una comunicación de calidad entre ambos sistemas. ¿Cómo se logra esa transferencia o aprendizaje?.
El proceso es óptimo cuando tenemos suficiente interés en lo que estamos analizando, ponemos atención, meditamos y registramos usando todos los sentidos, lo que facilita internalizar situaciones e información en todos sus aspectos. Y los resultados son mejores cuando repasamos lo incorporado a las pocas horas repitiendo periódicamente ese procedimiento. Por ejemplo, la música provoca en muchas personas la reminiscencia de tiempos pasados que se asocian a ciertos eventos, positivos o negativos. Algunos, incluso, llegan a rememorar sensaciones solo en base a la música.
Carr plantea en “Superficiales” que “cuando almacenamos nuevos recuerdos a largo plazo (es decir, cuando aprendemos), no limitamos nuestros poderes mentales. Los fortalecemos. Con cada expansión de nuestra memoria viene una ampliación de nuestra inteligencia. La Web proporciona un suplemento conveniente y convincente para la memoria personal o de muy corto plazo, pero cuando empezamos a usar Internet como sustituto de la memoria personal, sin pasar por el proceso interno de consolidación, nos arriesgamos a vaciar nuestra mente de sus riquezas”.
En otras palabras, el uso de la tecnología no permite incorporar en nuestra mente la información que hemos encontrado cuando ya estamos embarcados en la búsqueda de otra información por lo que el uso de internet puede alterar, físicamente, la forma en que están funcionando nuestros cerebros. Y algunas de las empresas más relevantes de internet tienen modelos de negocios que impactan en nuestros cerebros de una manera que ya está siendo detectada…
GOOGLE. Carr plantea que el modelo de negocios de Google se basa en reemplazar la memoria personal, obteniendo información de calidad insuficiente para ser aprendida. Es decir, no desarrollamos la MLP y, en cambio, Google fomenta la permanente distracción, estimulando la búsqueda de más información (¿de qué?...al parecer no importa), mientras navegamos por más páginas más avisos pueden llamar nuestra atención, y aumentan los ingresos publicitarios de Google. Además, mientras más usamos Google, más información pueden recolectar de nuestros hábitos en la web.
TWITTER. Se presenta a sí misma como “la mejor manera de descubrir qué hay de nuevo en tu mundo…una red de información de tiempo real que permite conectarte a lo que encuentras interesante…sigue conversaciones por medio de pequeños pedazos de información llamados Tweets de 140 caracteres de longitud...”.
Somos estúpidos independientemente de la tecnología |
El modelo de negocios de Twitter se basa en relacionar a cientos de personas bajo el esquema de pequeñas frases que se hacen dependientes unas de otras, en un círculo interminable. Las afirmaciones van y vienen, es imposible seguir un hilo conductor común y general, cualquiera puede emitir opiniones sin sentido ni respaldo, y generar una secuencia de respuesta y contrarespuestas sin sentido, etc. Twitter fomenta la conexión permanente a esta especie de caos de frases produciendo adicción por contestar aunque no se tenga nada que decir por tiempo o por contenidos.
FACEBOOK. Surgió como una herramienta que pretendía comunicar a grupos cercanos, pero se ha transformado en una herramienta de comunicación global, inapreciable para muchos. Hay un “muro” en el cuál las personas cuelgan sus comentarios o “que estás pensando”, y que luego es compartido con sus amigos y seguidores que pueden contestar o afirmar que “les gusta”.
Y de nuevo el modelo de negocios es relacionar, de manera permanente, a las personas con su círculo de amistades o conocidos para intercambiar opiniones, comentar, declarar si “me gusta” alguna afirmación, etc. Y si la persona deja de participar, inmediatamente se le envían correos para advertirle de su “error”. Por lo tanto, hay que participar aunque no se tenga nada que decir.
El libro “Superficiales” es una señal para detenernos en el camino y pensar en los impactos que está teniendo la tecnología en la manera de relacionarnos. En este año 2012, los medios están bombardeando al público con oscuras predicciones, fines del mundo y apocalipsis, pero la tecnología no debe ser vista de una manera alarmante. Se están abriendo nuevos mundos con el auge de los computadores y con internet…Especulemos.
El nuevo mundo de la radiante tecnología: exceso de información y los nuevos individuos multitarea.
La tecnología nos está abriendo puertas a una velocidad que muchas personas mayores de 30 años ya no son capaces de seguir pues se han quedado pegados en el pasado pre-internet. Estas personas, educadas para enfrentar una tarea a la vez, deben abrir correos electrónicos, hablar por teléfono, estar atentos a la reunión y escuchar música, por lo que terminan siendo menos productivos. Se enfrentan a un exceso de información que los lleva a cometer mayores equivocaciones.
Por ejemplo, algunas personas sufren de lo que se llama la “apnea del e-mail”, suspensión de la respiración, que tiene lugar mientras revisamos el correo porque aquí comienzan las preguntas: ¿contesto o no?, ¿a quién contesto primero?, ¿en qué términos contesto?, ¿a quiénes copio en la respuesta?, ¿exijo una respuesta?, ¿marco como leído?...Y todo debe hacerlo mientras contestan el teléfono o están en una reunión o están almorzando o están en plena conferencia o están haciendo cualquier cosa…
Por lo tanto, muchos se sienten abrumados por el volumen de información de que disponen, no pueden discernir adecuadamente y comienzan a equivocarse. Y esta crisis de la atención tiene el mortal potencial de reducir la concentración, y el pensamiento productivo cae verticalmente.
El problema radica, entonces, en que la especie humana debe enfrentarse a un cambio de paradigma del comportamiento: llegó la era del individuo multitarea pese a que algunos expertos plantean que “el cerebro humano no es bueno saltando de una tarea a otra, pues se dispersa con más facilidad de la que estamos dispuestos a aceptar. Imágenes escaneadas del cerebro en acción muestran que cuando el órgano es forzado a ejercer la multitarea traslada el procesamiento de la información del hipocampo (la zona responsable de la memoria) al estriato (la región que se ocupa de las tareas de rutina)”.
David Meyer, experto mundial en el asunto, dijo a The New York Times hace un tiempo que "el mundo vive una crisis de atención que va a peor, mucho más de lo que la gente espera…Estamos ante una plaga cognitiva que tiene el potencial de borrar la concentración y el pensamiento productivo de una generación entera". En resumen, Meyer plantea que cuando las personas saltan de una tarea a otra se produce una gran pérdida de eficiencia mental.
La explicación de Meyer es que el cerebro procesa la información por canales separados (audición, visión, olfato, tacto, gusto), y donde cada canal tiene una capacidad limitada para procesar información. Por ejemplo, el acto de conducir un vehículo implica usar la visión y audición, mientras que hablar por celular implica usar la audición, por lo que conducir y hablar por celular genera una sobrecarga sobre el canal auditivo y sobre la visión. Sin embargo, Meyer plantea que la multitarea funciona cuando realizamos tareas simples que utilizan por canales separados: lavar (tacto) mientras escuchamos música (audición).
En el siglo XVI, algunos agoreros calificaron a la imprenta como un invento diabólico, y hoy, otros agoreros miran la tecnología con una especie de pseudo-desprecio porque paraliza, confunde, dispersa y aumenta el stress. Pero, ya nacieron y seguirán naciendo los nativos digitales con capacidad de ejecutar multitareas en forma muy eficiente, porque el cerebro humano se adaptará a estas nuevas tecnologías.
Estos nativos digitales serán capaces de controlar sus mentes, navegar por múltiples canales de información, someterse a cientos de distracciones, mediante una nueva disciplina y energía. Esta tecnología no es una señal del fin de los tiempos sino una señal de un nuevo amanecer, porque el ser humano ahora dispone de más información y conocimientos, para desarrollar su potencial y sus talentos. Ya se han fijado nuevos límites para lo humano. Ahora, es el tiempo de la superconciencia.
Y en este tránsito hacia lo superhumano, debemos aceptar que los humanos más retrasados abusen de la tecnología para satisfacer los instintos animales básicos de la agresión y del morbo. Mientras tanto, escuchemos y leamos entre líneas para percatarnos como la tecnología está propiciando cambios que beneficiarán a todos.
No se trata de que estemos perdiendo la capacidad de controlar nuestros pensamientos y de pensar de forma autónoma, sino que necesitamos nuevas habilidades y nuevos talentos. Por ejemplo, los arqueros de fútbol reclamaron en el pasado mundial de que los nuevos balones eran como "pelotas playeras” por el tipo de movimiento que hacían en el aire al ser golpeados, y tuvieron que adaptarse. Lo mismo pasará con la tecnología.
No le tengamos miedo a la tecnología, sino a los humanos retrasados que abusan de ella.
PANORAMA Liberal
Viernes 3 febrero 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario