Translate

martes, 18 de febrero de 2014

Economía. LA MENTIRA KIRCHNERISTA, LA INFLACIÓN Y LA TORPE RECETA DE LOS PRECIOS CUIDADOS.

¡Cuidado...! Ya hay muchos países que están ingresando a este nefasto círculo...
RESUMEN: Los argentinos están indignados con un artículo de la revista inglesa The Economics que presenta la importancia de tener buenos gobiernos, serios y responsables. Y todo porque los kirchneristas han realizado su obra cuasi-destruyendo Argentina al pretender que el Estado gaste más de lo que su población puede pagar. Y han propiciado un ciclo destructor. En primer lugar, aumento sostenido del gasto público para entregar regalías “al pueblo” en la búsqueda de la “igualdad para todos”; aumento de los impuestos para financiar las regalías; persecución fiscal a los morosos más ricos; estatizaciones y expropiaciones de empresas rentables; aumento de la cantidad de dinero (se interviene el banco central); surge la inflación; más regulaciones y más trabas; más inflación; restricciones monetarias y cepos cambiarios; estado policial y persecución de personas; fijación de precios máximos o precios cuidados; surge la escasez; la gente comienza a protestar; el Estado reprime a los “reaccionarios”, “sediciosos”, “golpistas” (¿le suena a Venezuela?); miseria generalizada…¿Seguimos tocando el bombo…?.

***

Están indignados en Argentina con un artículo de The Economist respecto de su futuro. Ciertamente, este país ha sido una permanente paradoja en el mundo económico por su comportamiento errático e inexplicable para aquellos que estudian estos temas. Además, los mismos argentinos, periodistas y personas que opinan en muchos medios, parecen verdaderos barras bravas defendiendo “a la patria” de un adversario que –así creen ellos- los desea aniquilar.

Es claro que en Argentina no hay muchas simpatías por Inglaterra, y eso es suficiente para que muchos argentinos, de todos los niveles sociales, se pongan en posición defensiva con el fin de defender la “patria ultrajada” desconociendo que los verdaderos ultrajadores son argentinos y argentinas que no tienen empacho en hablarles por cadena nacional…Pero, la muchachada ama el bombo y los piquetes…son su vida en la calle…es el pueblo que se expresa,  aunque el bullicio impida pensar con claridad…¿De dónde viene este carácter?.

El peronismo, nacionalista y socialista, ha echado profundas raíces en la sociedad argentina que serán difíciles de extirpar puesto que la sociedad lo ha validado como la única opción política viable; no hay otra, al parecer. Y esa es su principal debilidad, que los condena a avanzar (¿avanzan?) demasiado lento para sus enormes potencialidades…Cuando los peronistas están en el poder, los caras sucias y los pobres aumentan, y cuando, están fuera del poder, reclaman por los caras sucias y los pobres…

¿Qué dice el artículo de The Economist…?. Nada raro y nada extraño, excepto para los argentinos barras bravas y “defensores de la patria”. Los consideran un país de novela, pero con primeros actores y actrices ignorantes, ineptos e incapaces de aprovechar sus recursos…
Leamos el artículo.

LA PARÁBOLA DE ARGENTINA

“Hay lecciones para muchos gobiernos desde un país en declive por 100 años.

Hace un siglo, cuando Harrods decidió crear su primer emporio en el extranjero, eligió Buenos Aires. En 1914, Argentina se destacaba como el país del futuro. Su economía había crecido más rápido que la estadounidense en las cuatro décadas anteriores. Su PIB per cápita era mayor que el de Alemania, Francia o Italia. Se jactaba de una tierra agrícola maravillosamente fértil, un clima soleado, una nueva democracia (el sufragio universal masculino fue introducido en 1912), una población educada y el baile más erótico del mundo. Inmigrantes llegaban de todas partes. Para el joven y ambicioso, la elección entre Argentina y California era muy difícil.

Todavía hay muchas cosas que amo de Argentina, desde el salvajismo glorioso de la Patagonia al mejor futbolista del mundo, Lionel Messi. Los argentinos siguen siendo quizás las personas más guapas del planeta. Pero el país es un desastre. Harrods cerró en 1998. Argentina está, una vez más, en el centro de una emergente crisis de mercados. Esto puede ser atribuido a la incompetencia de la presidenta, Cristina Fernández, pero ella no es más que la última de una sucesión de populistas económicamente analfabetos, que se remontan a Juan y Eva (Evita) Perón, y antes. Olvídate de competir con los alemanes. Los chilenos y uruguayos, menospreciados por los argentinos, ahora son más ricos. Los niños de ambos países -y Brasil y México, también- les va mejor en las pruebas internacionales de educación .

¿Por qué detenerse en una sola tragedia nacional? Cuando la gente considera lo peor que le puede pasar a su país, piensan en el totalitarismo. Teniendo en cuenta el fracaso del comunismo, tal fatalidad ya no parece probable. Si Indonesia está a punto de hervir, sus ciudadanos difícilmente miren a Corea del Norte como un modelo; los gobiernos de Madrid y Atenas no están citando a Lenin como la respuesta a sus tribulaciones financieras. El verdadero peligro está viniendo, inadvertidamente, de la Argentina del siglo 21. Deslizarse lentamente en una disminución constante no debiera ser difícil. El extremismo no es un ingrediente necesario, por lo menos no mucho: debilidad de las instituciones, una clase política propia, perezosa dependencia de unos pocos activos y un persistente rechazo a enfrentar la realidad terminan de hacer el truco.

A lo largo de mis días salvajes, mi existencia loca

Al igual que en cualquier otro país, la historia de Argentina es única. Ha tenido mala suerte. Su economía orientada a las exportaciones fue golpeada por el proteccionismo de los años de entreguerras. Confió demasiado en Gran Bretaña como socio comercial. Los Perón eran, inusualmente, seductores populistas. Al igual que la mayor parte de América Latina, Argentina adoptó el Consenso de Washington a favor de la apertura de los mercados y la privatización en la década de 1990 y se fijó el peso al dólar. Pero la crisis, cuando llegó en 2001, fue particularmente salvaje -y dejó a los argentinos sospechando permanentemente de las reformas liberales.

La mala suerte no es el único culpable. En su economía, su política y su renuencia a reformar, la decadencia de Argentina ha sido, en gran parte, auto-infligidas.

Los commodities, la gran fortaleza de Argentina en 1914, se convirtió en una maldición. Hace un siglo, el país era uno de los primeros en adoptar la nueva tecnología -refrigeración de las exportaciones de carne fue la aplicación asesina de su día- pero nunca trató de agregar valor a su comida (incluso, hoy en día, su cocina se basa en tomar la mejor carne del mundo y asarla). Los Perón construyeron una economía cerrada que protegía sus ineficientes industrias; los generales de Chile se abrieron en la década de 1970 y se pusieron a la cabeza. El proteccionismo de Argentina ha socavado el Mercosur, el pacto comercial local. El gobierno de Fernández no sólo impone aranceles a las importaciones, sino que grava las exportaciones agrícolas.

Argentina no construyó las instituciones necesarias para proteger su joven democracia de su ejército, por lo que el país se hizo propenso a los golpes de Estado. A diferencia de Australia, otro país rico en materias primas, Argentina no desarrolló fuertes partidos políticos decididos a construir y compartir la riqueza: su política fue capturada por los Perón y se centró en las personalidades y la influencia. Su Corte Suprema ha sido manipulada repetidamente. La interferencia política ha destruido la credibilidad de su oficina de estadística. El soborno es endémico: el país ocupa el lugar 106o en el índice de corrupción de Transparencia Internacional. La creación de instituciones es una tarea lenta y aburrida. Los dirigentes argentinos prefieren las soluciones rápidas –líderes carismáticos, tarifas milagrosas y tipos de cambio fijos, en lugar de, digamos, una profunda reforma de las escuelas del país.

No son las soluciones que prometían ser

La decadencia de la Argentina ha sido seductoramente gradual. A pesar de períodos terribles, como la década de 1970, no ha sufrido nada tan monumental como Mao o Stalin. A lo largo de su declive, los cafés de Buenos Aires han seguido sirviendo expressos y medialunas. Eso hace que su enfermedad especialmente peligrosa .

El mundo rico no es inmune. California está en una de sus fases estables, pero no está claro que haya dejado su adicción a las soluciones rápidas a través de referendum, y su gobierno aún hace caminar con dificultad a su sector privado. El extremo sur de Europa, tanto el gobierno como las empresas han evitado la realidad con desdén argentino. La petulante demanda de Italia de que las agencias de calificación debieran tener en cuenta su "riqueza cultural" , en lugar de mirar más estrechamente sus dudosas finanzas públicas dudosas, sonaba como la Sra. Fernández. La Unión Europea protege a España o Grecia de una espiral que lleve a la autarquía. Pero ¿y si la zona euro se rompe?.

El peligro más grande, sin embargo, radica en el mundo emergente, donde el progreso ininterrumpido de la prosperidad está comenzando a ser visto como imparable. Demasiados países han surgido a través de las exportaciones de commodities, pero han descuidado a sus instituciones. Con China, menos hambrienta por materias primas, sus debilidades podrían quedar expuestas al igual que en el caso de Argentina. El populismo acecha a muchos países emergentes: las constituciones están siendo estiradas. Excesivamente dependiente del petróleo y gas, gobernado por cleptócratas y equipado con una peligrosamente alta autoestima, Rusia puede llenar muchas cajas con garrapatas. Pero, incluso Brasil ha coqueteado con el nacionalismo económico, mientras que, en Turquía, el autocrático Recep Tayyip Erdogan está mezclando a Evita con el Islam. En muchas partes de la emergente Asia, incluyendo China y la India, el capitalismo de amigotes sigue siendo la orden del día. La desigualdad está alimentando la misma rabia que produjo a los Perón.

La lección de la parábola de la Argentina es que un buen gobierno importa. Tal vez se ha aprendido. Pero lo más probable es que dentro de 100 años el mundo va a mirar hacia atrás a otra Argentina -un país del futuro que quedó atrapado en el pasado…”

INTERPRETANDO “LA PARÁBOLA DE ARGENTINA”…

¿Cómo es posible que Argentina siga siendo un país subdesarrollado?. Esta es la pregunta que intenta contestar el citado artículo y que levanta polvareda allende los Andes (muy probablemente, pocos hayan leído el artículo completo). Y la respuesta es clara: tener un buen gobierno realmente hace la diferencia. No se puede progresar por la vida con gobernantes ignorantes, ineptos e incapaces. Y Argentina no ha tenido los gobiernos que sus talentos y recursos se merecen.

Sus líderes políticos tienen un desparpajo tremendo. Hablan en cadena nacional y se dirigen a su militancia; los demás, los que no piensan como ellos, son enemigos…Todo blanco o negro…El debate y la confrontación libre de ideas no prospera entre tanto fanatismo y barras bravas; la razón ha dejado de ser un instrumento en Argentina y el tum-tum-tum de los bombos impide dialogar y solo permite gritar.

Y por sobre todo, emerge la megalomanía galopante que los lleva a decir que “debemos marchar hacia la utopía de una sociedad absolutamente igualitaria” mientras ellos, los políticos, se enriquecen a manos llenas, jactándose en la cara de todos que lo han logrado en forma honesta. Por ejemplo, la actual presidenta es ya una multimillonaria hotelera y empleada pública; no ha inventado nada que haya cambiado la vida de la sociedad argentina, pero se ha enriquecido como pocos…Al final, el camino a la igualdad kirchnerista es premiar al vago mientras los jóvenes que se esfuerzan y estudian, deben trabajar al mismo tiempo para poder vivir.

Hablan de éxitos futuros de una manera recurrente y culpan a todos de sus actuales fracasos; mienten por siete años respecto de la inflación…Y la culpa de todo la tienen los empresarios “que son los que fijan los precios”, los titulares de los diarios, el neoliberalismo y las decisiones que se tomaron en la  pasada década del ’90…

Y ellos, el gobierno ¿no tienen responsabilidad alguna?, ¿quién está gobernando entonces?...

LA MENTIRA KIRCHNERISTA, LA INFLACIÓN Y LA RECETA DE LOS PRECIOS CUIDADOS…

Estos son tiempos para que las sociedades modernas exijan de sus gobernantes un cierto nivel mínimo de cultura en grandes temas. Por ejemplo, un gobernante no puede ser un ignorante económico y un mentiroso…¿Es posible creer que por siete años el gobierno estuviera mintiendo respecto de la inflación?. Todo el mundo sabía que las estadísticas económicas en Argentina se “cocinaban” con el fin de engañar a la población y a las instituciones internacionales…¡Y a pocos argentinos parece importarle que su gobierno les haya mentido en su propia cara!....Solo resta preguntar si el resto de los indicadores estadísticos ¿están manipulados?.

Respecto de la inflación, lo paradójico es que, ahora, el gobierno quiere resolver el problema con aprietes, amenazas, persecuciones, instigaciones a la violencia contra empresas…Todo por fuera de la legalidad democrática. Además, incentiva los denominados “apagones de consumo” que consisten en que las personas no compren productos para no pagar los “precios abusivos de los empresarios”…¡Increíble: los argentinos ven reducido su bienestar por las decisiones de estos gobiernos y por propia decisión dejan de consumir para continuar apoyando a este gobierno!.

Los intentos anteriores muestran, a las claras, la escasez de ideas que tiene el equipo económico de gobierno para contener el alza de precios. La ignorancia económica de estos gobiernos ha conducido a este problema de la inflación por medio de una sobredosis monetaria y un galopante déficit fiscal, al atraso del tipo de cambio, evaporación de US$ 28.000 millones de reservas, la devaluación del peso…Y como viene ahora la negociación salarial, la inflación ha llegado para quedarse…¡Y la muchachada con el bombo en las calles continúa gritando…Cristiiiinaaa…Cristiiinaaa…!

Y esta ignorancia económica del gobierno para controlar la inflación lleva a crear el programa de “precios cuidados” que consiste en una canasta de productos de consumo que mantendrán sus precios fijos, los cuales podrán ser controlados por los ciudadanos mediante apps para smartphones…¿Qué les parece?, ¿quién determina la canasta de productos que debe incorporarse?, ¿Quién define los precios de dichos productos?...Y, lo más importante, ¿qué creen ustedes que pasará?. Sin mucho pensarlo resulta obvio que, ahora, si alguien encuentra un producto de “precio cuidado” equivale a encontrar una perla y …¿Por qué se implementan estos programas propios de una mentalidad ignorante en economía?.

La primera consecuencia de la implementación de los “precios cuidados” es el surgimiento de la escasez. La fijación coactiva de precios máximos genera la ilusión de que los consumidores puedan comprar la cantidad que quieran de un cierto producto a un precio inferior al de mercado, y como la demanda supera a la oferta a precios inferiores al de mercado se produce el efecto esperado: escasez. Por lo tanto, con precios máximos existen compradores potenciales que, no obstante hallarse dispuestos a abonar el precio fijado por la autoridad o incluso superior, no pueden comprar. La conclusión es que si la autoridad pretende impedir que la suerte o la violencia gobiernen la distribución de los bienes existentes y desea evitar el caos... resulta ineludible implantar el racionamiento.

La segunda consecuencia indeseable del programa de “precios cuidados” es la expulsión del espíritu empresarial de los sectores intervenidos por el Estado. Se produce, entonces, una escasez estructural. Si planteamos que la función empresarial es la innata capacidad de todo ser humano para darse cuenta de las oportunidades de ganancia que surgen en su entorno y actuar en consecuencia para aprovecharse de las mismas, entonces, ante la imposibilidad de obtener beneficios legalmente por culpa de los precios máximos los empresarios desvían su actividad hacia sectores no intervenidos, agravándose aún más el problema de escasez. Y, como solución final a la escasez provocada por la fijación de precios máximos, surge el mercado negro.

Los efectos anteriores los sabe cualquier estudiante de economía de primer año…¿Cómo no los saben ciertos gobernantes?.

IGNORANCIA ECONÓMICA Y ESTADO MÁXIMO.

Vamos a las causas de la implementación de estas políticas fracasadas. Ya lo hemos dicho: la más relevante es la profunda ignorancia económica de los últimos gobernantes que no son capaces de entender que el crecimiento económico es un proceso virtuoso que se sostiene solo en una sociedad libre, abierta y extensa; el crecimiento económico no llega de parte del Estado…Los Estados solo reparten pobreza.

El gran problema de Argentina y Latinoamérica es que tenemos gobernantes que no creen en el libre mercado y por eso no lo promueven. Es más, promueven la concentración económica con legislaciones interventoras que, con la intención de defender “al pueblo”, terminan perjudicándolo al concentrar la oferta productiva.

Así, para un consumidor típico, las consecuencias de la inflación son muy conocidas: la gente siente que ya no les alcanza el sueldo para mantener su nivel de vida y procurarán aumentar sus ingresos o recurrir al endeudamiento, de lo contrario tendrán que experimentar una fuerte caída en su nivel de vida. Además, cuando el poder de compra disminuye, los trabajadores tienden a demandar un aumento en los salarios y si lo consiguen las empresas trasladarán el aumento de costos al precio final del producto, creándose una espiral inflacionaria.

Al mismo tiempo, los mercados más rentables en Argentina está controlados por oligopolios, creados por una regulación interventora de los mercados (¿se han preguntado ustedes ¿Por qué razón las empresas y supermercados acceden [casi]alegremente a las nefastas políticas socialistas) que terminan propiciando mercados laborales con muy poca profundidad y escasa demanda, excepto para cubrir empleos de mínimas competencias. ¿Saben ustedes que el salario mínimo de un camionero es $10.000 y el de un médico es de $7.000?, ¿Cómo es posible que un camionero tenga un mejor salario que una persona universitaria con años de estudio? (la respuesta es fácil: los camioneros tienen la capacidad de movilizarse y fijar su salario). Y algunos continúan teniendo fe y se pasan la vida estudiando; después del pregrado, los postgrados y los postdoctorados; aprenden tres idiomas…Todo mientras trabajan de garzones o ayudantes de cocina por $3.000 al mes…con la esperanza de ganar $5.000 al mes.

Pero, al igual que en muchos países de Latinoamérica, hace ya demasiado tiempo que hacer estos méritos dejó de ser garantía para el éxito laboral y económico, a no ser que esté arrimado a un árbol, ya sea ideológico (hasta hace poco, la clave era ser kirchnerista) o laboral…Entonces, una persona común y corriente, ¿qué saca con estudiar como animal si va a terminar trabajando como analista por el resto de su vida en una empresa sin futuro por $6.000 al mes?.

Así, las consecuencias circulares de las políticas peronistas –la concentración económica- produce una manifiesta desigualdad que es usada como arma de combate para atacar a los adversarios e imponer la receta: el Estado tiene la solución a todos nuestros problemas, ¿Cómo no lo pensaron antes?. Es decir, más regulación, menos competencia, más desigualdad, más Estado…Y así suma y sigue…¿En dónde debiera terminar todo?. Como los privados son “malos”, el Estado debiera asumir el control de la sociedad…¡Adiós a una sociedad libre, abierta y extensa!.

¡Aumentar el tamaño del Estado!. Esta es la solución socialista…Vea la televisión y escuche a los sesudos analistas y patriotas…Todos parecen concordar que se debe exigir un mayor Estado interventor que debiera regular hasta la hora que debemos ir al baño. Más populismo, más Estado…Más Estado y más militantes barras bravas que puedan defender “la obra fundacional”. Y el grito de la militancia es que “todos somos iguales”, todos debemos tocar el bombo…para acallar los pensamientos conformistas…

Y, así, los más vivos han descubierto la piedra filosofal para enriquecerse: seguir la carrera de político profesional financiado con el dinero de todos los contribuyentes. Por lo tanto, los políticos profesionales, por su propio interés, promueven un Estado gigantesco y no les interesa si es inepto o no…¡Al final, la democracia es la perfecta excusa para culpar a los ciudadanos de los presidentes que eligen!...

Revise a los políticos más conocidos…¿tienen algo en común?. Viajan y disfrutan de la vida como si fueran potentados que mejoraron la vida de sus conciudadanos de mil maneras…¿en que nos han mejorado la vida?. Han propiciado Estado interventores, ineficientes y corruptos, en los cuáles nada funciona…Excepto, en limitar a las personas para que produzcan…

¿Qué tipo de instituciones es la más temida por un ciudadano latinoamericano?. Cualquier persona que posea ingresos está condenada a tener como socio al Estado, dueño del lugar en el que usted está caminando o está sentado, que se apropia de un 50% y sin pestañear. Así, pagamos por servicios inexistentes: una salud miserable, una educación de las peores del mundo, una seguridad inexistente…Y si no pagamos, surgen las temidas instituciones persecutorias impositivas…¡Tratan de ladrón a la persona que no paga impuestos…cómo si ese ingreso lo hubiera obtenido el Estado…y se obtuvo pese al Estado!...

Al final, lo que sufre Argentina, lo sufre todo Latinoamérica porque no tenemos gobiernos ni instituciones que velen por los ciudadanos. Cada ciudadano debe sobrevivir con lo que puede mientras le llenan la cabeza de basura…Por eso, como el circo futbolero es pasión en Argentina, el Estado lo interviene y lo hace gratuito desviando recursos de otras prioridades…¡Ahora gracias al Estado argentino podemos ver comer y beber fútbol!...¿las ciudades están inseguras?. Cállate. La ideas es evitar que la muchachada piense por si misma…¿Puede haber algo más peligroso (o imposible) que una muchedumbre pensando por sí mismo?. Despreocúpense: la muchedumbre y la muchachada ahogan a los individuos…

En resumen, los socialistas destruyen países al pretender que el estado gaste más de lo que su población puede pagar. ¿Y cuál es el ciclo destructor?. En primer lugar, aumento sostenido del gasto público para entregar regalías “al pueblo”; aumento de los impuestos para financiar las regalías; persecución fiscal a los morosos; estatizaciones y expropiaciones de empresas rentables; aumento de la cantidad de dinero (los bancos centrales independientes deben ser eliminados); surge la inflación; más regulaciones y más trabas; más inflación; restricciones monetarias y cepos cambiarios; estado policial y persecución de personas; fijación de precios máximos o precios cuidados; surge la escasez; la gente comienza a protestar; el Estado reprime a los “reaccionarios”, “sediciosos”, “golpistas” (¿le suena a Venezuela?); miseria generalizada.

Los gobernantes ignorantes les prometen soluciones y les imponen un Estado que les dice lo que deben comprar, cuando comprar y porque comprar. Y así, después de años de promesas de “igualdad para todos”, el asistencialismo socialista consigue convencer de que solo administra la pobreza que ha engendrado…

¿Y para eso necesitábamos tanto bombo…?.

PANORAMA Liberal

Martes 18 Febrero 2014

1 comentario:

Manuel Pereira dijo...

Esto es lo mismo que esta pasando ahorita en Venezuela