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sábado, 31 de marzo de 2012

CRONICAS DE UN LIBERAL ENAJENADO: Piñera, ¡plop, exijo una explicación!.

Piñera y sus reiterados lapsus merecen los ¡PLOP! del genial Condorito


Condorito es un personaje de tira cómica que nos representa cabalmente puesto que nos vemos reflejados en sus personajes. Y en dicha revista el genial Pepo creó el concepto ¡Plop! que es una exclamación que indica sorpresa, risa o extrañeza.

¿Es o se hace?

Por eso, recordamos a Condorito y los ¡plop! con cada salida de madre de Piñera. Por ejemplo, se producen risitas nerviosas cuando Piñera, al cerrar su gira por Asia y visitar las costas de Japón dañadas por el terremoto/tsunami de principios del año pasado, indica muy suelto de cuerpo que “ambos países hemos conocido los golpes de la naturaleza y tenido que enfrentar la adversidad, pero lejos de quebrarnos, hemos sabido secar las lágrimas, arremangarnos, mirar el futuro y poner lo mejor de nosotros mismos para reconstruir nuestros países".

¡Plop…exijo una explicación!

¿Para reconstruir nuestros países?, ¿ya está reconstruido Chile?, ¿de qué estará hablando Piñera?, ¿estará comparando Japón con el subdesarrollado Chile?...

Así, Piñera recordó que el Primer Ministro japonés, Yoshihiko Noda, le confirmó durante la reunión que sostuvieron en Tokio que la reconstrucción nipona demoraría 10 años, ante lo cual destacó que nuestro país se puso la meta de terminar este proceso en 4 años. En concreto dijo que “ayer le pregunté al primer ministro japonés cuánto tiempo tomaría la reconstrucción, y él me dijo: '10 años'. Recuerdo esto, para que en Chile tomemos conciencia de lo exigente y de lo demandante que es nuestra meta de reconstruir todo lo que el terremoto y el maremoto destruyeron en Chile, en 4 años, lo cual constituye una tarea que requiere el esfuerzo, la contribución y la unidad de todos los chilenos”.

¿Estaremos todos locos o sencillamente nos mentimos gratuitamente?, ¿Cómo nos podemos comparar con una maravilla de país como Japón?, ¿acaso ellos no son una potencia económica y nosotros un pequeño país amarrado al continente?...

Y la nueva perlita de Piñera…¡plop!

Sin embargo, más que la absurda pretensión de superar a Japón en el proceso de reconstrucción es la supina ignorancia, que raya en la estulticia, lo que pasará a la historia es que, mientras realizaba un discurso en el Museo Miraikan, más conocido como el “Pabellón del futuro”, confundió Japón con China.

Textualmente dijo que “quiero decir a mis compatriotas que este viaje por el sudeste asiático…Vietman, Corea y China, lo hemos hecho pensando en los chilenos”.

¡Plop…exijo una explicación!

Está demás indicar que entre China y Japón hay disputas históricas y conflictos bélicos a lo largo de toda su historia conjunta, destacando las denominadas “guerras sino-japonesas”, en la segunda de las cuales se registró la “masacre de Nankín”, donde fueron asesinados unos 300.000 soldados y civiles chinos.

La conclusión es que los funcionarios que representen a Chile en el exterior deben tener la cultura, capacidad y estar preparados para la relación con otras naciones y evitar tensiones gratuitas debido al exceso de relajo y manifiesta estupidez. Probablemente, este lapsus piñerista permanecerá en la memoria colectiva de los japoneses quienes perdonarán la ignorancia pero no olvidarán de dónde provino.

Esperamos que cuando se reponga el moai de más de 5 metros de altura y 15 toneladas de peso en la plaza Chile del puerto de Minamisanriku se recupere parte del honor perdido en tan liviano comportamiento. Además, Piñera dijo que "yo me quiero comprometer también a recuperar el cóndor, que es un símbolo de nuestro país, para que la Plaza Chile vuelva a vivir y a representar el cariño, el compromiso y la solidaridad de los chilenos con el pueblo japonés".

¿Por qué mejor no regala la estatua de Condorito y los innumerables ¡plop! que él y otros como él tan bien representan?...Así por lo menos los japoneses pensarán que somos caricaturas…como lo somos.

CRONICAS DE UN LIBERAL ENAJENADO
Sábado 31 Marzo 2012

viernes, 30 de marzo de 2012

OPINIÓN: La derrota de Chile, ser una sociedad de subsidios en vez de una sociedad de oportunidades.

Lavín mantiene la entrega de regalos al congelar la ficha...¡y quieren más regalos!

Lamentablemente, al parecer, el socialismo transversal ha tenido éxito en su tarea ideológica en Chile, pues se ha hecho público que tres millones 800 mil familias o 12 millones de personas o el 70% de la población, reciben regalos y subsidios estatales por un generoso total de US$4.600 millones anuales, ¿Que hemos hecho para merecer este castigo?.

En otras palabras, esta enorme cantidad de gente con mentalidad de subsidio resulta ser un lastre y una carga demasiado grande para que salgamos del subdesarrollo, porque el desarrollo es el resultado del esfuerzo individual que se agrega a nivel macro. El desarrollo es el resultado del trabajo de todos, y no de los demagogos políticos socialistas que, para mantenerse en el poder, siguen regalando la riqueza a rémoras sociales que nada hacen para merecerla, excepto marchar, marchar y marchar, no para pedir más trabajo sino para que les aumenten las transferencias y los regalos.

Y, claro está, todos estos siempre votan “socialismo” en cualquiera de sus versiones.

La decisión del gobierno socialista de Piñera.

Esta situación tragicómica se hizo pública porque el gobierno, para congraciarse con las organizaciones socialistas, anunció que los puntajes de la Ficha Protección Social (con la cual se asignan los regalos estatales) no tendrán modificaciones hasta que entre en vigencia la nueva Ficha Social en enero de 2013. Y dichas organizaciones socialistas lo consideraron “un avance” pero insistieron en rechazar la nueva medición, amenazando que "vamos a seguir en las calles y parlamentando con las autoridades".

¡Todas estas organizaciones socialistas y sus integrantes reciben regalos sin hacer nada a cambio y se atreven a amenazar ¡…¡Quieren más regalos y en forma permanente!...¿en donde acabará todo esto?.

El anuncio de congelar la actual ficha fue realizado por el ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, en el patio de Las Camelias de La Moneda, luego de una reunión con parlamentarios, alcaldes y dirigentes de organizaciones sociales. Indicó que “esto es muy importante, porque hay personas que nos están diciendo que, porque les suben sus puntajes, están quedando fuera de subsidios. Por esa razón, de ahora en adelante, los puntajes se congelan hasta el 1 de enero de 2013, cuando comience a regir la nueva Ficha Social”.

En otras palabras, todas estas organizaciones sociales no desean más oportunidades ni más trabajos sino ¡más regalos!.

Además, Lavín indicó que “la actual forma de medir la pobreza y vulnerabilidad social, que da origen a quiénes pueden tener y quiénes no pueden tener beneficios, no está bien y se ha prestado para muchas situaciones injustas”. Por ejemplo, el instrumento no contempla diferencias regionales, no toma en cuenta gastos y se presta para que personas manipulen su real situación socioeconómica.

Además, el alcalde de Puente Alto, Manuel José Ossandón, en representación de la Asociación Chilena de Municipalidades felicitó a Lavín por la iniciativa y le sugirió que en el futuro el ministerio financie completamente la ficha, que hoy funciona con un 30% de recursos provenientes de los municipios. Es decir, los socialistas de derecha desean que se centralice la entrega de regalos estatales.

¿Y qué dicen las organizaciones socialistas?.

En principio, la decisión del Gobierno fue bien valorada por las  organizaciones socialistas que asistieron a La Moneda, pero Lautaro Guanca, concejal de Peñalolén y representante del Movimiento de Pobladores en Lucha e integrante de la Federación Nacional de Pobladores, consideró “el principio de subsidiariedad está agotado en Chile, hay que pasar al principio de la universalidad...

…Es decir, no hay chilenos de primera y segunda categoría y los fondos fiscales tienen que ser administrados de forma popular, a través de procesos de autogestión, donde sean las organizaciones de base las que administren la billetera...

…Las lucas fiscales las deberíamos administrar nosotros mismos y deberíamos acceder a ellas a través del principio del esfuerzo. No como beneficiarios, sino como productores. No somos mendigos, somos trabajadores y sabemos perfectamente qué pueden lograr nuestras manos…

…La Federación demandó esto, hoy tenemos los puntajes congelados, pero no estamos totalmente satisfechos. Vamos a seguir en las calles y parlamentando con las autoridades…”.

Sociedad de subsidios.

La soberbia socialista no tiene límites. En este caso, las organizaciones socialistas formadas por integrantes incapaces de generar riqueza por sí mismos, se encuentran muy capacitados para administrar la riqueza ajena, ¿Cómo es eso posible?, ¿Por qué no usan esas “enormes capacidades” para trabajar y progresar con sus propias manos sin necesidad de estar pidiendo regalos al Estado en forma permanente?.

Así, el mecanismo de entrega de subsidios actual es un instrumento que profundiza la pobreza y la flojera porque, ¿para qué trabajar si el Estado me regala lo que requiero?, ¿para qué trabajar si solo con marchar en las calles logro que el Estado me regale más y más?.

El modelo de la entrega de regalos estatales en forma permanente es un enorme lastre porque desvía recursos de usos más productivos, hace más dependientes a las personas, y castra su iniciativa. Pero, logra la meta de tener cautivos a los electores con los regalos. Por ejemplo, en el norte hay alcaldes que en época de elecciones regalan en las poblaciones alimentos y juguetes para los niños.

Dice Ludwig von Mises que “en una sociedad, el sujeto puede atribuir la adversidad de su destino a circunstancias ajenas a sí mismo. Le hicieron de condición servil y por eso es esclavo. La culpa no es suya; no tiene por qué avergonzarse…

…La mujer, que no se queje, pues si le preguntara: "¿Por qué no eres duque? Si tú fueras duque, yo sería duquesa", el marido le contestaría: "Si mi padre hubiera sido duque, no me habría casado contigo, tan villana como yo, sino con una linda duquesita. ¿Por qué no conseguiste mejores padres?"…

…La cosa ya no pinta del mismo modo bajo el capitalismo. La posición de cada uno depende de su respectivo aporte. Quien no alcanza lo ambicionado, deja pasar oportunidades, sabe que sus semejantes le juzgaron y postergaron. Ahora sí, cuando su esposa le reprocha: "¿Por qué no ganas más que ochenta dólares a la semana? Si fueras tan hábil como tu antiguo amigo Pablo, serías encargado y viviríamos mejor", se percata de la propia humillante inferioridad…

La tan comentada dureza inhumana del capitalismo estriba precisamente en eso, en que se trata a cada uno según su contribución al bienestar de sus semejantes. El grito marxista "A cada uno según sus merecimientos" se cumple rigurosamente en el mercado, donde no se admiten excusas ni personales lamentaciones. Advierte cada cual que fracasó donde triunfaron otros, quienes, por el contrario, en gran número, arrancaron del mismo punto de donde el interesado partió. Y, lo que es peor, tales realidades constan a los demás. En la mirada familiar lee el tácito reproche: "¿Por qué no fuiste mejor?". La gente admira a quien triunfa, contemplando al fracasado con menosprecio y pena…”.

¡Cuánta razón tiene Mises! Puesto que muchos de estos fracasados que culpan al sistema, al entorno, al vecino más talentoso, a la hora que sale al sol, etc., terminan englosando las filas de las organizaciones socialistas que ruegan (¡y ahora exigen!) financiamiento proveniente de la expropiación de la riqueza que generan los más aplicados y trabajadores…

Sigue Mises diciendo que “se le critica al capitalismo, precisamente, por otorgar a todos la oportunidad de alcanzar las posiciones más envidiables, posiciones que, naturalmente, sólo pocos alcanzarán. Lo que en la vida consigamos nunca será más que una mínima fracción de lo originariamente ambicionado…

…Tratamos con gentes que lograron lo que nosotros no pudimos alcanzar. Hay quienes nos aventajaron y frente a ellos alimentamos subconscientes complejos de inferioridad. Tal sucede al vagabundo que mira al trabajador estable; al obrero ante el capataz; al empleado frente al director; al director para con el presidente; a quien tiene trescientos mil dólares cuando contempla al millonario. La confianza en sí mismo, el equilibrio moral, se quebranta al ver pasar a otros de mayor habilidad y superior capacidad para satisfacer los deseos de los demás. La propia ineficacia queda de manifiesto…”.

La propia ineficacia queda de manifiesto. Y esta es la verdadera razón del accionar de esta horda de parásitos que desean profitar gratuitamente del trabajo y la riqueza generada por otros.

Sociedad de oportunidades versus la justicia social.

Vamos a ser brutalmente sinceros. En la actualidad, en Chile, la carrera de las oportunidades es muy desigual. Algunos, tienen bibliotecas en casa, entran a los mejores colegios y viajan por el mundo; otros, estudian en colegios públicos con becas y apoyos, y los de más abajo, solo asisten a los colegios para cumplir la ley. Y como estos últimos son mayoría el mensaje de la justicia social les cala muy profundamente puesto que han encontrado las respuestas a su situación: ¡no es culpa de ellos…es culpa de los otros…ellos son buenas personas…los otros son malas personas…es justo que ellos reciban lo mismo que los otros, es injusto que otros tengan más…”. Y así hasta el infinito.

Se encogen de hombros cuando se les dice que muchos ricos trabajan de sol a sol para ser mejores…¿Por qué los inmigrantes recién llegados parecieran avanzar económicamente más rápido que los nativos?. El esfuerzo arduo y el trabajo duro es la única respuesta que una persona proactiva debe tener, por eso es válido decirles a los más jóvenes que si se esfuerzan brotarán más oportunidades de progresar en la vida.

Suponiendo que la entrega de regalos y subsidios sea justa, ¿Cuánto debe ir a cada uno?. En El Atavismo de la Justicia Social, Hayek, planteó que “una pequeña investigación demuestra que, a pesar que muchas personas no están satisfechas con los modelos de distribución existentes, ninguna de ellas tiene realmente una idea clara sobre cuál sería el patrón que consideraría justo. Todo lo que encontramos son evaluaciones intuitivas de casos particulares como injustos. Nadie ha encontrado ni siquiera una sola regla general; de la cual podamos deducir lo que es "socialmente justo", en todas las instancias particulares que cabrían bajo ella, salvo la regla de "igual pago por igual trabajo". La libre competencia, evitando todo aquello que considere mérito, necesidad y conceptos similares, sobre los cuales se basan las demandas de justicia social, tiende a reforzar la regla de igual pago…

…La razón por la cual la mayoría de la gente continúa creyendo firmemente en la "justicia social", incluso después de haber descubierto que no saben realmente lo que significa la frase, es que piensan que si casi todos creen en ella, por algo debe ser. La base para esta aceptación de una creencia casi universal, cuyo significado no es comprendido por la gente, es que todos hemos heredado de un tipo anterior y diferente de sociedad, en la cual el hombre existió por mucho más tiempo que en la presente, algunos instintos hoy profundamente arraigados que son inaplicables a nuestra civilización actual. De hecho, el hombre emergió de una sociedad primitiva cuando, en ciertas condiciones, un número cada vez mayor de individuos tuvo éxito, descartando aquellos mismos principios que habían mantenido unidos a los grupos más antiguos…”.

La gente cree en la “justicia social” porque es un concepto cómodo y que solo requiere ser un buen actor o actriz: poner cara de sufrimiento y parecer desvalido. Lo que no se dan cuenta muchos de estos abusadores es que están condenando a sus descendientes a la miseria y a la pobreza, porque ciertas conductas se replican en las generaciones futuras y no es extraño que la pobreza genere pobreza.

¿Cómo es posible que los actuales adultos sean tan irresponsables de no transmitir a las futuras generaciones el amor por el esfuerzo arduo y el trabajo duro?. Y la única respuesta es la contaminación ideológica que considera que la riqueza debe distribuirse en forma igualitaria sin tener en cuenta el aporte que se realiza a la sociedad.

Los socialistas consideran que el bienestar en la vida no puede depender del aporte que haga cada uno. El ser humano es proclive a sobreestimar sus propias capacidades y merecimientos; y por eso que buscan las causas de su actual condición socio-económica en factores ajenos a sí mismos. Así, los que ocupan lugares inferiores en la escala social, sacan pecho mostrando orgullo al tolerar dicha situación, lo que les permite conservar su dignidad y estima intacta, convencidos de que valen tanto o más que los otros.

Es decir, los socialistas rechazan la lógica de que el lugar en la escala social está fuertemente correlacionado con el aporte personal a la sociedad, porque dicha situación los hace sentirse fracasados y humillados. Por eso, rezuman odio y animosidad contra todos los que los superen.

Por lo tanto, los socialistas y los oportunistas, para consolarse y recuperar la confianza propia, buscan siempre sus chivos expiatorios. El fracaso no es culpa de ellos puesto que se consideran muy brillantes, eficientes y diligentes como cualquiera. Es el sistema que genera un orden social dominante lo que causa su desgracia; es este sistema el que no premia a los mejores, beneficiando a los egoístas carentes de escrúpulos, a los estafadores y a los explotadores.

Así, en el sistema actual, se debe optar entre la pobreza honrada o la turbia riqueza. Los socialistas prefieren ser pobres subsidiados por el Estado y por eso marchan por las calles para que todos los apoyen en la noble cruzada de devolverles lo que les corresponde. Por eso, algunos de los que ven que sus ambiciones no se cumplen a su satisfacción se convierten en rebeldes resentidos. Algunos, desde su púlpitos, se dedican a calumniar y difamar; otros, hábiles, enmascaran su odio tras filosóficas elucubraciones anticapitalistas; la masa de resentidos, salen a marchar y son la carne de cañón del resentimiento.

Pero, todos ellos, ahogan la voz en su interior que les grita en silencio que están equivocados pero los intereses superan a sus convicciones y eso es lo más terrible. Han perdido para siempre la capacidad humana de la responsabilidad personal y no pueden saltar el abismo entre su capacidad de realización y la valoración que el propio sujeto concede a su comportamiento.

Los socialistas son soñadores despiertos que exageran su propia valor y les gusta refugiarse en el soñado mundo "nuevo y mejor" en el que cada uno será recompensado con arreglo a su "verdadero" mérito.

Mientras tanto, salen a las calles a mostrar lo que son: oportunistas y parásitos sociales.

PANORAMA Liberal
Viernes 30 Marzo 2012

EL RESENTIMIENTO DE LA AMBICIÓN FRUSTRADA por LUDWIG VON MISES

Ludwig von Mises: ¿porque ciertas personas odian al capitalismo?

En una sociedad estamental, el sujeto puede atribuir la adversidad de su destino a circunstancias ajenas a sí mismo. Le hicieron de condición servil y por eso es esclavo. La culpa no es suya; no tiene por qué avergonzarse.

La mujer, que no se queje, pues si le preguntara: "¿Por qué no eres duque? Si tú fueras duque, yo sería duquesa", el marido le contestaría: "Si mi padre hubiera sido duque, no me habría casado contigo, tan villana como yo, sino con una linda duquesita. ¿Por qué no conseguiste mejores padres?".

La cosa ya no pinta del mismo modo bajo el capitalismo. La posición de cada uno depende de su respectiva aportación. Quien no alcanza lo ambicionado, dejando pasar oportunidades, sabe que sus semejantes le juzgaron y postergaron. Ahora sí, cuando su esposa le reprocha: "¿Por qué no ganas más que ochenta dólares a la semana? Si fueras tan hábil como tu antiguo amigo Pablo, serías encargado y viviríamos mejor", se percata de la propia humillante inferioridad.

La tan comentada dureza inhumana del capitalismo estriba precisamente en eso, en que se trata a cada uno según su contribución al bienestar de sus semejantes. El grito marxista "A cada uno según sus merecimientos" se cumple rigurosamente en el mercado, donde no se admiten excusas ni personales lamentaciones. Advierte cada cual que fracasó donde triunfaron otros, quienes, por el contrario, en gran número, arrancaron del mismo punto de donde el interesado partió. Y, lo que es peor, tales realidades constan a los demás. En la mirada familiar lee el tácito reproche: "¿Por qué no fuiste mejor?". La gente admira a quien triunfa, contemplando al fracasado con menosprecio y pena.

Se le critica al capitalismo, precisamente, por otorgar a todos la oportunidad de alcanzar las posiciones más envidiables, posiciones que, naturalmente, sólo pocos alcanzarán. Lo que en la vida consigamos nunca será más que una mínima fracción de lo originariamente ambicionado.

Tratamos con gentes que lograron lo que nosotros no pudimos alcanzar. Hay quienes nos aventajaron y frente a ellos alimentamos subconscientes complejos de inferioridad. Tal sucede al vagabundo que mira al trabajador estable; al obrero ante el capataz; al empleado frente al director; al director para con el presidente; a quien tiene trescientos mil dólares cuando contempla al millonario. La confianza en sí mismo, el equilibrio moral, se quebranta al ver pasar a otros de mayor habilidad y superior capacidad para satisfacer los deseos de los demás. La propia ineficacia queda de manifiesto.

Justus Moser inicia la larga serie de autores alemanes opuestos a las ideas occidentales de la Ilustración, del racionalismo, del utilitarismo y del laissez faire. Irritábanle los nuevos modos de pensar que hacían depender los ascensos, en la milicia y en la administración pública, del mérito, de la capacidad, haciendo caso omiso de la cuna y el linaje, de la edad biológica y de los años de servicio. La vida –decía Moser– sería insoportable en una sociedad donde todo dependiera exclusivamente de la valía individual. Somos proclives a sobreestimar nuestra capacidad y nuestros merecimientos; de ahí que, cuando la posición social viene condicionada por factores ajenos, quienes ocupan lugares inferiores toleran la situación –las cosas son así– conservando intacta la dignidad y la propia estima, convencidos de que valen tanto o más que los otros. En cambio, el planteamiento varía si sólo decide el mérito personal; el fracasado se siente humillado; rezuma odio y animosidad contra quienes le superan.

Pues bien, esa sociedad en la que el mérito y la propia ejecutoria determinan el éxito o el hundimiento es la que el capitalismo, apelando al funcionamiento del mercado y de los precios, extendió por donde pudo.

Moser, coincidamos o no con sus ideas, no era, desde luego, tonto; predijo las reacciones psicológicas que el nuevo sistema iba a desencadenar; adivinó la revuelta de quienes, puestos a prueba, flaquearían.

Y, efectivamente, tales personas, para consolarse y recuperar la confianza propia, buscan siempre un chivo expiatorio. El fracaso –piensan– no les es imputable; son ellos tan brillantes, eficientes y diligentes como quienes les eclipsan. Es el orden social dominante la causa de su desgracia; no premia a los mejores; galardona, en cambio, a los malvados carentes de escrúpulos, a los estafadores, a los explotadores, a los "individualistas sin entrañas". La honradez propia perdió al interesado; era él demasiado honesto; no quería recurrir a las bajas tretas con que los otros se encumbraron.

Bajo el capitalismo, hay que optar entre la pobreza honrada o la turbia riqueza; él prefirió la primera. Esa ansiosa búsqueda de una víctima propiciatoria es la reacción propia de quienes viven bajo un orden social que premia a cada uno con arreglo a su propio merecimiento, es decir, según haya podido contribuir al bienestar ajeno. Quien no ve sus ambiciones plenamente satisfechas se convierte, bajo tal orden social, en rebelde resentido. Los zafios se lanzan por la vía de la calumnia y la difamación; los más hábiles, en cambio, procuran enmascarar el odio tras filosóficas lucubraciones anticapitalistas. Lo que, en definitiva, desean tanto aquéllos como éstos es ahogar la denunciadora voz interior; la íntima conciencia de la falsedad de la propia crítica alimenta su fanatismo anticapitalista.

Tal frustración (...) surge bajo cualquier orden social basado en la igualdad de todos ante la ley. Sin embargo, ésta es sólo indirectamente culpable del resentimiento, pues tal igualdad lo único que hace es poner de manifiesto la innata desigualdad de los mortales en lo que se refiere al respectivo vigor físico e intelectual, fuerza de voluntad y capacidad de trabajo. Resalta, eso sí, despiadadamente el abismo existente entre lo que realmente realiza cada uno y la valoración que el propio sujeto concede a su comportamiento. Sueña despierto quien exagera la propia valía, gustando de refugiarse en un soñado mundo "mejor" en el que cada uno sería recompensado con arreglo a su "verdadero" mérito.

NOTA: Este texto forma parte de LA MENTALIDAD ANTICAPITALISTA, de LUDWIG VON MISES

CRÓNICAS DE UN LIBERAL ENAJENADO: De tsunamis e incompetentes

¿Cual es nuestro más grave problema?...El tsunami de la incompetencia

Según un medio escrito, el Director de la Onemi Maule, Carlos Bernales, manifestó que "hubo un tsunami, pero fue imperceptible". Añadió que “el fenómeno alcanzó olas de 50 centímetros en la zona afectada por el sismo de este domingo”, ¿y estas personas están a cargo de instituciones de emergencia?.

Tsunami = maremoto

Tsunami es una palabra de origen japonés que literalmente significa ‘ola de puerto’ haciendo referencia a los maremotos que asolan con regularidad a Japón. Esta palabra se usa desde hace mucho tiempo, en especial, en los países angloparlantes porque en su idioma no existe una palabra para referirse a este fenómeno.

Un maremoto es un evento complejo que se caracteriza por una secuencia de olas de gran energía y de tamaño variable que se descargan en las zonas costeras causando enorme destrucción. En general, son producidos por algún fenómeno extraordinario que es capaz de desplazar vertical y horizontalmente una gran masa de agua y no guarda comparación con las olas superficiales producidas por el viento. Se estima que el 90% de estos fenómenos son provocados por terremotos, en cuyo caso reciben el nombre más correcto y preciso de «maremotos tectónicos».

La energía de este tipo de eventos se expresa en la altura, velocidad y frecuencia de las ondas descargadas sobre una zona costera. Además, al desplazarse sobre el océano puede viajar a grandes distancias, lo que disminuye la altura del oleaje, pero al mantener la velocidad puede terminar arrasando con todo a su paso debido a la masa de agua que desplaza.

¡ El tsunami es un maremoto…MAREMOTO ¡

Por lo tanto, la desgraciada afirmación del Sr Bernales nos lleva a preguntarnos si son competentes algunos de los funcionarios designados en cargos claves. Así, en medio de las risas nerviosas de toda la comunidad respecto de la confusión por los avisos de evacuación, emanados de los organismos de emergencia tras el fuerte sismo que remeció este domingo la zona centro sur del país,  surge el director regional de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) del Maule, Carlos Bernales, quien aseguró que sí se registró un "tsunami" en las costas de la zona. No obstante, precisó que el fenómeno fue casi imperceptible debido a que las olas sólo alcanzaron 50 centímetros de altura.

Textualmente dijo que "hubo un tsunami en la región del Maule, un tsunami con olas de 50 centímetros que fue imperceptible, pero la gente de mar, la gente que conoce su sector fue la que informó a este cargo regional que había una anomalía en el mar". Además, manifestó que esta información también fue confirmada por la capitanía de puerto de Constitución, razón por la cual se ordenó la evacuación de la población que vive en la zona costera

Es decir, según el Sr Bernales vivimos un evento catastrófico…pero pequeño. Esta notable perla de la incompetencia funcionaria nos lleva a preguntarnos si nos pasaron gato por liebre en este autodenominado “gobierno de la excelencia”. En otro contexto, esta graciosa muestra de la insensatez funcionaria pública representa otra de nuestras desgraciadas características: no hacernos responsables ni asumir nuestros errores.

Lo más grave de todo es que ¿estos funcionarios velan por la seguridad en las emergencias?. Que alguien nos pille confesados cuando el tsunami se manifiesta en la notoria incompetencia de los funcionarios de alta responsabilidad.

CRONICAS DE UN LIBERAL ENAJENADO
Viernes 30 Marzo 2012

jueves, 29 de marzo de 2012

LA COLUMNA DE AYAX: Frente al apoteosis de la superficialidad.


Como han podido observar nuestros lectores, nuevamente, se han puesto de moda algunas ideologías “redentoras” que florecieron durante un tiempo y que hicieron numerosas propuestas inmanentes y salvadoras, como el marxismo, el socialismo, el comunismo y, ahora en forma reciente “el progresismo”.

Todas estas ideologías o seudo-ideologías se aseguraba, iban o van a inaugurar casi inmediatamente un nuevo reinado de libertades; el nacimiento del hombre nuevo y el fin de la opresión de los trabajadores del yugo de empresarios y capitalistas.

Pasado un tiempo vino el fin de fiesta; los agitadores revolucionarios, las barricadas y las banderas de lucha se instalaron en forma pacífica en las librerías, en el teatro, en el canto y en la llamada cultura popular. Luego empezaron las múltiples conferencias, seminarios, talleres, Ongs y think tank para convencer a la sociedad de las bondades y beneficios  que antes combatieron con pasión incendiaria. ¿Y luego?..., años de aburrimiento, ataques y atracos al Estado a través de una floreciente burocracia fiscal empoderada con los años y la desidia bien remunerada ¿Y ahora?.. emprendiendo una nueva etapa de proyectos y promesas al inicio de una “temporada electoral con candidatos renovados” y una joya del pasado que reaparece como el único sustento de múltiples corifeos y comparsas aferrados a una tabla de salvación después del tsunami.

Nos encontramos frente a la apoteosis de lo superficial, de la abierta frivolidad y vulgaridad que abraza a una gran mayoría de la sociedad chilena, que no le importa ni le interesa si las cosas son verdaderas o falsas, lo importante es que posean “un bello diseño” y esté acorde a los tiempos. No interesa el sentido, sino lo que se siente. Esa es la raíz última de este “realismo pragmático”.

Hoy, se rechaza de entrada cualquier tipo de reflexión sobre fundamentos; se desecha la pregunta o no interesa ir al fondo de la causa. Se alza frente a la razón, la emoción; frente al sentido común, el escepticismo. No se cree ya en nada o no se sabe demasiado en lo que se cree y, en todo caso…no importa mucho… no se espera nada. ¿Qué se busca entonces?. Vivir…vivir es la última fórmula. Vivir como el quehacer último e intrascendente de la vida.

El retrato de cuerpo entero del ente político, social y cultural de nuestro país, está cautivado por la zafiedad chabacana de la farándula televisada, los realities, el crecimiento exponencial de la música y los espectáculos masivos convertidos en ruidos y percusión estruendosas; los noticieros insulsos y relatados en forma gramatical lastimosa por algunos periodistas radiales y de TV “comprometidos” con la distorsión de los hechos y actitudes espurias.

Todo vale. Todo se iguala. Ya todos pueden hablar de todo, de cualquier manera y en forma categórica, aunque no tengan remota idea o capacidad de sostener la argumentación en el debate, ya que creen poseer un mar de conocimientos pero con un metro de profundidad.

Todo esa cultura que se testimonia en forma pomposa en algunas radios de nombre universitario. A cualquier exabrupto se le llama poesía; cualquier ordinariez se convierte en teatro y, el “cine chileno” vive de recuerdos de treinta o más años, de personajes que” se elevan al cielo” o tienen calidad de chamanes.

Todo esto con el generoso auspicio de los contribuyentes del erario nacional y el amparo comercial generoso del odiado y abominable “neoliberalismo” que ingenuamente les permite un admirable “modus vivendi” con un costo personal exiguo. 

La semana pasada estuvo en nuestro país el premio Nobel de literatura, el señor Mario Vargas Llosa y nos dejó como obsequio esta reflexión para nuestra sociedad chilena: “LA BANALIZACION DE LA CULTURA ES UN RASGO CENTRAL DE NUESTRO TIEMPO Y UNO DE LOS MAS OMINOSOS DE CARA AL FUTURO”.

Reflexionemos chilenos y chilenas, nunca es tarde.

LA COLUMNA DE AYAX
Jueves 29 Marzo 2012

jueves, 15 de marzo de 2012

OPINIÓN: Manifiesto liberal o porque estamos con los ciudadanos informados, críticos, cultos, y ávidos de más libertades.


Los políticos y funcionarios siguen tirándose de las mechas en el tema del aborto, discutiendo, hablando por la prensa y televisión, etc., con el objetivo de imponer sus particulares puntos de vista. Si, y leyó bien: desean imponernos sus particulares puntos de vista.

¿Cómo podemos entender que la clase política, tan mal evaluada por la sociedad, puedan pretender liderar la discusión respecto de temas tan preocupantes y que desbordan la racionalidad?

Pero la verdadera pregunta es: ¿Cómo es posible que los ciudadanos no se empoderen en ciertos temas, tomen el liderazgo e impidan que los políticos demagogos armen instituciones que reducen sus espacios de decisión y sus libertades personales?. Es más, durante todo el año pasado, liderados por los comunistas totalitarios y antidemocráticos, la sociedad le dio la bendición a la idea de “una educación estatal y gratuita”, lo que significa que las familias perdemos el sencillo derecho de educar a nuestros hijos bajo los códigos y valores que nos son caros, para entregárselo a los políticos y funcionarios que tanto denigramos, y que crean instituciones que son solo una perfecta excusa para extraer recursos por medio de más impuestos.

Por lo tanto, la verdadera causa del liderazgo que asumen ciertos políticos (o candidatos a serlo) es la desidia, el desinterés, la ignorancia y la abulia de ciudadanos entontecidos por décadas con propaganda respecto del “valor de la democracia”. Así, la masa estúpida propicia la aparición de una clase de ciudadanos que se enriquece a costa de todos, la clase política.

¿Estamos realmente en una democracia cuando votamos por candidatos cupulares cada cuatro años?.

Claro, dirá alguien, este (o sea yo) opina igual que los comunistas. Pero, la diferencia, querido lector, es que a mí no me interesa crear ni asambleas ni constituyentes ni reuniones de estúpidos ni propiciar la aparición de sujetos totalitarios y retrasados como Morales o Chávez.

Me interesa una democracia en la cual los políticos sean ciudadanos comunes y corrientes que se desempeñen el periodo que les corresponde y después vuelvan a sus actividades laborales anteriores. Por ejemplo, para hacer el servicio militar se requieren voluntarios y lo mismo se puede hacer en política, haciendo el llamado abierto a la ciudadanía de la localidad para postular a los cargos públicos locales, de modo que sean los mismos ciudadanos locales los que los voten y, si es elegido, gozar de un permiso para ser relevado de sus actividades laborales por el período que dure en el cargo.

El gran problema de la democracia actual es la aparición de los políticos profesionales que hacen una carrera pública jugando a las sillas musicales en una serie de cargos y puestos políticos. Así, el cargo público es un botín de enorme valor que propicia la aparición de dinastías de familias que viven por y para la política e incluso, comenzamos a ver a sus descendientes ocupando nuevos cargos públicos en un proceso recursivo y sin final.

Mediante la carrera de Político Profesional muchos se enriquecen y surgen los nuevos ricos que no han creado nada valioso para toda la sociedad, pero que se enriquecen y lucran con el dinero de todos; viajan por el mundo en primera clase; viven como si estuvieran en el primer mundo; cuando hacen discursos nos hablan “del pueblo”, “de su querido pueblo”. Están demasiado cómodos en sus cargos, gorditos como jamás han estado en sus vidas, no hacen nada, aumentan sus ingresos familiares contratando a sus parientes como asesores, gozan de la vida y tienen privilegios impensados para su nivel de trabajo y esfuerzo…¿alguien cree que apoyarán cambios en el sistema político vigente?.

Y, claro está, jamás propiciarán cambios en el sistema binominal ni en impedir la reelección. Públicamente, pondrán los ojitos en blanco por “su pueblo” pero, en privado, lo dilatarán y lo impedirán a como de lugar, priorizando otros temas. Por ejemplo, los comunistas querían beber de la leche fiscal, y ahora que están bebiendo, ¿apoyarán cambios radicales?. La clase política jamás apoyará iniciativas que pretendan reducir sus espacios discrecionales de poder. Porque el uso del poder para hacer casi cualquier cosa es embriagante.

Sin embargo, un buen político tiene que ser un demagogo, y así han engañado a la masa inerte y estúpida que se apasiona por los realities y la farándula, incapaz de hablar sin usar la palabra mágica con la cual se reconoce a un chileno por el mundo: la palabra h… o w….¡Que tremenda gracia la de nuestra generación!. Han puesto en un sitial de honor una palabra peyorativa e insultante pero, que refleja lo que somos.

Y como somos w…, mucha gente sale a las calles para pedir “más Estado en educación, salud, etc.”. Lo que no saben es que si llegan a triunfar, el resultado será una pérdida mayor de libertades y menores opciones porque surgirá una nueva clase política –la del Hermano Mayor,  los hombres y mujeres buenos y nuevos, sabios y hermosos- con mayor conciencia por el poder y que, paradójicamente, impedirán que se vuelva a salir a marchar por las calles, porque los totalitarios tienen una opinión muy particular respecto de la libertad: creen en su libertad, no creen en la tuya.

Ha comenzado un nuevo año de enormes desafíos para los ciudadanos informados. PANORAMA Liberal les saluda con afecto y les invita a participar en un proyecto crítico: si las calles ya las ocupan los totalitarios y imbéciles de siempre, que no ocupen las calles virtuales, y disputémosles palmo a palmo este espacio a nuestros adversarios totalitarios, antidemocráticos y enemigos de la libertad personal.

Ahí estaremos los liberales. No somos pocos. No queremos callar y no callaremos. Y estaremos siempre con el ciudadano informado, crítico, culto, y ávido de más libertades.

¡Saludos liberales de Chile y del Mundo!

PANORAMA Liberal
Jueves 15 de marzo 2012

jueves, 8 de marzo de 2012

LA COLUMNA DE LIBERALIO: La innovación y la ciencia, requieren de la libertad.


La ciencia necesita libertad y no ministerios ni consejos
En España, y debido a los recortes en el gasto público, unas asociaciones de científicos han protestado por los continuos recortes en ciencia y han indicado que “la situación del sector es crítica si continúa por ese camino. El sistema español de I+D+i no aguantará otro recorte presupuestario y muchas universidades y centros de investigación llegarán al colapso lo que supondría el sacrificio de toda la infraestructura de investigación que tantos años se ha tardado en construir, y el desperdicio del talento de muchas generaciones de investigadores".

Para los científicos, el Gobierno debe financiar investigación y educación, "recordando que sin estos dos pilares, un país se estanca y se imposibilita su desarrollo". Consideran que el país "no puede basar su modelo económico en soluciones a corto plazo. Si un país quiere ser competitivo no puede limitarse a copiar las ideas de otros, tiene que ser capaz de generar las propias y adelantarse al resto". Y están conscientes "que la situación económica que atraviesa España es muy grave, pero a su juicio, la inversión en I+D+i ha de hacerse con seriedad y rigor, y debe plasmarse en los Presupuestos Generales del Estado como una inversión plurianual estable".

Plantean que la situación actual de la ciencia española se presenta complicada debido a los recortes y congelamiento de presupuestos. Por ejemplo, citan que "investigadores de muchos centros están siendo despedidos de la noche a la mañana, y centros de investigación destinados a convertirse en referentes europeos han llegado casi hasta el extremo de tener que financiarse a través de la mendicidad". Añaden que "muchos científicos españoles brillantes, cuya formación ha sido en muchos casos financiada por el Estado, tienen que huir literalmente de la precariedad que asola a la comunidad científica en España e irse al extranjero a ejercer su labor, donde se valora su potencial y se ofrecen unas condiciones dignas", denuncia la carta, que añade que estos investigadores "ayudan a otros países a desarrollarse mientras ven que el suyo se hunde".

Finalizan, indicando que "el Estado no puede renunciar a invertir en I+D+i. La caridad a nivel personal no puede compensar el recorte y menos en un asunto que beneficia a todos".

Y vienen las críticas de investigadores españoles en el extranjero…

Una primera crítica plantea que “conociendo cómo funciona la Investigación en otros países, técnicamente más desarrollados que España, he comprobado que la situación en nuestro país, es insostenible”. Y argumenta que “es insostenible que una entidad Pública, se dedique a financiar, no solo la investigación, sino el personal y todos los medios, con dinero público. Eso es imposible. Los entes públicos podrían y deberían financiar proyectos de Investigación a aquellos investigadores que presenten el mejor trabajo, la mejor propuesta, eso sí evaluados anualmente. Es insostenible que un gobierno asigne millones y millones a la investigación y que los centros hagan lo que quieran sin rendir cuentas. La investigación no debe crear funcionarios, debe crear gente capacitada para atraer dinero y producir CIENCIA”.

Además, indican que “lo curioso del caso es que solo aquellos que están dentro del sistema lo apoyan o no ven la insostenibilidad del mismo. Es un sistema basado en crear funcionarios y no talento. Para el sistema da lo mismo pegar un sello, dar una clase o sacar un paper...la repercusión es mínima...”

Y otras críticas son más globales dado que dicen que “no son los recortes, a ver si nos enteramos, que son los analfabetos que cobran 10 veces más que un licenciado o diplomado…Que este país funciona por enchufismo. Se mete en puestos a personas sin nivel ni cualificación, por recomendación y los verdaderos profesionales tienen que poner copas en los bares para salir adelante. En España la investigación no le importa a nadie, porque aqui a diferencia de otros países no se reconoce los estudios ni los títulos, aquí se ríen del que estudia. Tenemos una mentalidad acorde al sistema educativo.  Aquí la ciencia se reduce a investigar con quien se acuesta la actriz de turno en los programas rosa de la tele. No puede un albañil o un fontanero cobrar más que un arquitecto o un ingeniero pero en España todo es posible. Más tonto es el que se queda…”.

Otros indican que “cuando un cineasta español pide dinero jamás te dirá: ‘Esa inversión va a ser rentabilizada al máximo. Esta película irán a verla millones de personas y producirá pingües beneficios’. No, él te dirá ‘yo soy un ARTISTA incomprendido por las masas que hace CINE con mayúsculas’. Pues nuestros ‘científicos’ igual. Deme usted dinero para hacer "CIENCIA" (siempre con mayúsculas). Y si ese dinero, del contribuyente, no produce ningún beneficio a ese contribuyente es igual. Todo por la CIENCIA. Y no me controle ni me evalúe, que me pongo nervioso y pierdo la concentración…”

Finalmente, otro indica que “así está el panorama, ¿me podría decir alguien una patente que haya salido de la investigación española? Porque, digo yo, la investigación se hará para conseguir patentes y cobrar royalties, porque para tirar dinero, solo con tener a los políticos nos sobra, no precisamos de investigadores…Yo soy científico, he trabajado en el sector público y en el privado, en España y en EEUU y que queréis que os diga pero en este sector como en cualquier otro lo que no es posible es dar dinero sin exigir rentabilidad a cambio. Y la rentabilidad en ciencia se mide de dos maneras, o bien se genera dinero o se genera conocimiento y en el mejor de los casos ambos. Lo que no es permisible, ni justo para un país en las condiciones en las que está el nuestro, es "regalar" el dinero a cambio de nada justificando que es para un bien mayor que no siempre genera lo que promete. Hay mucha gente brillante en el sector, pero como en tantos otros la falta de exigencia de resultados favorece la mediocridad…”.

¿Y en Chile que pasa?

Si en España tienen problemas, en Chile la situación es más complicada debido a nuestro menor nivel económico y lejanía de los grandes mercados. Y nuestros científicos también tienen exigencias similares. Por ejemplo, la iniciativa “Más Ciencia para Chile” ha señalado cuatro ejes en los que Chile debe mejorar en materia científica: una nueva institucionalidad pública para las ciencias en Chile, más financiamiento, fortalecer la formación de capital humano avanzado y promover la difusión científica nacional.

Una nueva institucionalidad científica. Plantean Chile necesita un Ministerio para la formulación e implementación de políticas de Estado en materia de I+D (investigación y desarrollo) con el fin de asesorar a la Presidencia en materias relacionadas a la ciencia, y para fiscalizar el funcionamiento apropiado de las agencias ejecutoras. Además, se debe crear un nuevo Consejo Nacional asesor en materias científicas. Dicho Consejo debiese ser de carácter interministerial, presidido por un Ministro de Ciencia, y asesorando a todas las carteras que requieran del aporte de parte de la comunidad científica, como los de Educación, Economía, Medio Ambiente, Energía, etc.

Aumentar el financiamiento. Se debe aumentar la inversión en I+D de 0,4% a 2% respecto del PIB que es el promedio en países OCDE, agrupación a la cual Chile pertenece.

Fortalecer la formación de Capital Humano Avanzado. Se dice que Chile tiene casi 5 veces menos investigadores que el promedio OCDE, y a nuestros estudiantes de postgrado nacional, que muchas veces renuncian a un mejor futuro laboral en otro rubro o área, ni siquiera se les reajusta anualmente sus becas de postgrado de acuerdo al IPC.

Promover la difusión científica. Plantean que el desarrollo debe incluir, necesariamente, conceptos como la igualdad social, la descentralización, la sustentabilidad, ejes que dependen en gran medida del desarrollo de las ciencias más “básicas” (como las ciencias sociales o parte de las ciencias naturales) y por el diseño de políticas para promover la actividad científica y tecnológica en regiones.

En palabras sencillas, al igual que en España, en Chile algunas asociaciones de científicos desean que sea el Estado el que controle el desarrollo científico. Es decir, desean que sean los políticos los que gestionen el desarrollo en este sector, ¿cómo se puede entender tal incongruencia?.

La innovación y la ciencia requieren libertad (recordando a Mises).

Muchos científicos son unos verdaderos Incapaces para entender el significado de la libertad, y están embrujados por el socialismo. Solo esta creencia permite entender el apoyo tan entusiasta de algunos científicos por la planificación socialista del desarrollo científico. Al parecer, añoran la esclavitud que es más cómoda.

No es posible entender como algunos científicos creen en la capacidad de los políticos y burócratas para asignar a cada individuo las tareas que tiene que realizar.

No es posible comprender como algunos científicos quieren crear Ministerios y Comités que planifiquen el desarrollo científico como si eso fuera posible.

No es posible comprender como algunos científicos creen en la capacidad de funcionarios y burócratas para planificar el desarrollo de jóvenes con talentos…¿puede un burócrata tener el poder de determinar si a cierto joven debería dársele o no una oportunidad para prepararse y trabajar en un cierto campo científico?, ¿no comprenden acaso que esta situación solo genera discípulos comprometidos con la burocracia y repitiendo repetición como loros las ideas de la generación precedente?.

No es posible comprender como algunos científicos creen que la planificación socialista produciría innovadores. En realidad, impediría el surgimiento de innovadores que estén en desacuerdo con las formas de pensamiento aceptadas; no surgirían innovaciones sin la debida autorización. Jamás habría surgido Einstein o Newton o Hawking…

Al final, si es el Ministerio o el Comité quiénes determinan qué es lo que se debe investigar, no habrá ni mejoras ni progreso, y la ciencia se detendrá. El científico se convertirá en un simple peón en manos de los políticos y burócratas, que en su “ingeniería social” le manejará como hacen los ingenieros con las materias con la que construyen edificios, puentes y máquinas.

Ya lo decía Mises cuando planteaba que “en toda esfera de actividad humana, una innovación es un desafío no solo a todos los rutinarios y expertos y practicantes de los métodos tradicionales, sino aún más a aquéllos que han sido innovadores en el pasado. Se encuentra en principios una importante oposición pertinaz. Esos obstáculos pueden superarse en una sociedad en la que haya libertad económica. Son insuperables en un sistema socialista. La esencia de la libertad de un individuo es la oportunidad de desviarse de los métodos tradicionales de pensamiento y de hacer las cosas. La planificación por una autoridad establecida impide la planificación por parte de los individuos...”.

Y agrega Mises que “hay más: no es posible sustituir por el trabajo de terceras personas la labor de los creadores. Si Dante y Beethoven no hubieran existido, imposible hubiera sido producir la Divina Comedia o la Novena Sinfonía, encargando la tarea a otros hombres. Ni la sociedad ni los individuos particulares pueden sustancialmente impulsar al genio, ni fomentar su labor. Ni la «demanda» más intensa ni la más perentoria de las órdenes gubernativas resultan en tal sentido eficaces. El genio jamás trabaja por encargo. Los hombres no pueden producir a voluntad unas condiciones naturales y sociales que provoquen la aparición del genio creador y su obra. Es imposible criar genios a base de eugenesia, ni formarlos en escuelas, ni reglamentar sus actividades. Resulta muy fácil, en cambio, organizar la sociedad de tal manera que no haya sitio para los innovadores n¡ para sus tareas descubridoras…”.

Por lo tanto, “la creación genial aparece como generoso regalo del destino. No es en modo alguno un resultado de la producción, en el sentido que la economía da a este último vocablo”.

Por eso, las asociaciones de científicos solo buscan beneficios para su gremio de una manera egoísta y cortoplacista. En realidad, no les interesa la ciencia. Les interesan los beneficios que puedan obtener, ¿deben los contribuyentes financiar actividades que solo responden a intereses privados?.

LA COLUMNA DE LIBERALIO
Jueves 8 marzo 2012

miércoles, 7 de marzo de 2012

EL GENIO CREADOR por LUDWIG VON MISES

Ludwig von Mises (1881 - 1973) 

Muy por encima de los millones de personas que nacen y mueren, se elevan los genios, aquellos hombres cuyas actuaciones e ideas abren caminos nuevos a la humanidad. Crear constituye, para el genio descubridor, la esencia de la vida. Para él, vivir significa crear.

Las actividades de estos hombres prodigiosos no pueden ser cabalmente encuadradas en el concepto praxeológico de trabajo. No constituyen trabajo, por cuanto, para el genio, no son medios, sino fines en sí mismas; pues él sólo vive creando e inventando. Para él no hay descanso; sólo sabe de intermitencias en la labor en momentos de frustración y esterilidad. Lo que le impulsa no es el deseo de obtener un resultado, sino la operación misma de provocarlo. La obra no le recompensa, mediata ni inmediatamente. No le gratifica mediatamente, por cuanto sus semejantes, en el mejor de los casos, no se interesan por ella y, lo que es peor, frecuentemente la reciben con mofa, vilipendio y persecución. Muchos genios podrían haber empleado sus personales dotes en procurarse una vida agradable y placentera; pero ni siquiera planteáronse tal alternativa, optando sin vacilación por un camino lleno de espinas. El genio quiere realizar lo que considera su misión, aun cuando comprenda que ral conducta puede bien llevarle al desastre.

Tampoco deriva el genio satisfacción inmediata de sus actividades creadoras. Crear es para él agonía y tormento, una incesante y agotadora lucha contra obstáculos internos y externos, que le consume y destroza. El poeta austríaco Grillparzer supo reflejar tal situación en un emocionante poema: «Adiós a Gastein». Cabe suponer que, al escribirlo, más que en sus propias penas y tribulaciones, pensaba en los mayores sufrimientos de un hombre mucho más grande que él, Beethoven, cuyo destino se asemejaba al suyo propio y a quien, gracias a un afecto entrañable y a una cordial admiración, comprendió mejor que ninguno de sus contemporáneos. Nietzsche comparábase a la llama que, insaciable, se consume y destruye a sí misma.  No existe similitud alguna entre tales tormentos y las ideas generalmente relacionadas con los conceptos de trabajo y labor, producción y éxito, ganarse el pan y gozar de la vida.

Las obras del genio creador, sus pensamientos y teorías, sus poemas, pinturas y composiciones, praxeológicamente, no pueden considerarse frutos del trabajo. No son la resultante de haber invertido una capacidad laboral, la cual pudiera haberse dedicado a original otros bienes en vez de a «producir» la correspondiente obra maestra de filosofía, arte o literatura. Los pensadores, poetas y artistas a menudo carecen de condiciones para realizar otras labores. Sin embargo, el tiempo y la fatiga que dedican a sus actividades creadoras no lo detraen de trabajos merced a los cuales cabría atender otros objetivos. A veces, las circunstancias pueden condenar a la esterilidad a un hombre capaz de llevar adelante cosas inauditas; tal vez le sitúen en la disyuntiva de morir de hambre o de dedicar la totalidad de sus fuerzas a luchar exclusivamente por la vida. Ahora bien, cuando el genio logra alcanzar sus metas, sólo él ha pagado lus «custos» necesarios, A Goethe, tal vez, le estorbaran, en ciertos aspectos, sus ocupaciones en la corte de Weimar. Sin embargo, seguramente no habría cumplido mejor con sus deberes oficiales de ministro de Estado, director de teatro y administrador de minas si no hubiera escrito sus dramas, poemas y novelas.

Hay más: no es posible sustituir por el trabajo de terceras personas la labor de los creadores. Si Dante y Beethoven no hubieran existido, imposible hubiera sido producir la Divina Comedia o la Novena Sinfonía, encargando la tarea a otros hombres. Ni la sociedad ni los individuos particulares pueden sustancialmente impulsar al genio, ni fomentar su labor. Ni la «demanda» más intensa ni la más perentoria de las órdenes gubernativas resultan en tal sentido eficaces. El genio jamás trabaja por encargo. Los hombres no pueden producir a voluntad unas condiciones naturales y sociales que provoquen la aparición del genio creador y su obra. Es imposible criar genios a base de eugenesia, ni formarlos en escuelas, ni reglamentar sus actividades. Resulta muy fácil, en cambio, organizar la sociedad de tal manera que no haya sitio para los innovadores n¡ para sus tareas descubridoras.

La obra creadora del genio es, para la praxeología, un hecho dado. La creación genial aparece como generoso regalo del destino. No es en modo alguno un resultado de la producción, en el sentido que la economía da a este último vocablo.

ACCIÓN HUMANA, Ludwig von Mises
Capítulo VII, La acción en el mundo, páginas 166-168

martes, 6 de marzo de 2012

LA LECCIÓN por Henry Hazlitt

Henry Hazlitt (28 de noviembre de 1894 - 8 de julio de 1993)


La Economía se halla asediada por mayor número de sofismas que cualquier otra disciplina cultivada por el hombre. Esto no es simple casualidad, ya que las dificultades inherentes a la materia, que en todo caso bastarían, se ven centuplicadas a causa de un factor que resulta insignificante para la Física, las Matemáticas o la Medicina: la marcada presencia de intereses egoístas.

Aunque cada grupo posee ciertos intereses económicos idénticos a los de todos los demás, tiene también, como veremos, intereses contrapuestos a los de los restantes sectores; y aunque ciertas políticas o directrices públicas puedan a la larga beneficiar a todos, otras beneficiarán sólo a un grupo a expensas de los demás. El potencial sector beneficiario, al afectarle tan directamente, las defenderá con entusiasmo y constancia; tomará a su servicio las mejores mentes sobornables para que dediquen todo su tiempo a defender el punto de vista interesado, con el resultado final de que el público quede convencido de su justicia o tan confundido que le sea imposible ver claro en el asunto.

Además de esta plétora de pretensiones egoístas existe un segundo factor que a diario engendra nuevas falacias económicas. Es éste la persistente tendencia de los hombres a considerar exclusivamente las consecuencias inmediatas de una política o sus efectos sobre un grupo particular, sin inquirir cuáles producirá a largo plazo no sólo sobre el sector aludido, sino sobre toda la comunidad. Es, pues, la falacia que pasa por alto las consecuencias secundarias.

En ello consiste la fundamental diferencia entre la buena y la mala economía. El mal economista sólo ve lo que se advierte de un modo inmediato, mientras que el buen economista percibe también más allá. El primero tan sólo contempla las consecuencias directas del plan a aplicar; el segundo no desatiende las indirectas y más lejanas. Aquél
sólo considera los efectos de una determinada política, en el pasado o en el futuro, sobre cierto sector; éste se preocupa también de los efectos que tal política ejercerá sobre todos los grupos.

El distingo puede parecer obvio. La cautela de considerar todas las repercusiones de cierta política quizá se nos antoje elemental. ¿Acaso no conoce todo el mundo, por su vida particular, que existen innumerables excesos gratos de momento y que a la postre resultan altamente perjudiciales? ¿No sabe cualquier muchacho el daño que puede ocasionarle una excesiva ingestión de dulces? ¿No sabe el que se embriaga que va despertarse con el estómago revuelto y la cabeza dolorida? ¿Ignora el dipsómano que está destruyendo su hígado y acortando su vida? ¿No consta al don Juan que marcha por un camino erizado de riesgos, desde el chantaje a la enfermedad?.

Finalmente, para volver al plano económico, aunque también humano, ¿dejan de advertir el perezoso y el derrochador, en medio de su despreocupada disipación, que caminan hacia un futuro de deudas y miseria?

Sin embargo, cuando entramos en el campo de la economía pública, verdades tan elementales son ignoradas. Vemos a hombres considerados hoy como brillantes economistas condenar el ahorro y propugnar el despilfarro en el ámbito público como medio de salvación económica; y que cuando alguien señala las consecuencias que a la
larga traerá tal política, replican petulantes, como lo haría el hijo pródigo ante la paterna admonición: «A la larga, todos muertos.» Tan vacías agudezas pasan por ingeniosos epigramas y manifestaciones de madura sabiduría.

Por consiguiente, bajo este aspecto, puede reducirse la totalidad de la Economía a una lección única, y esa lección a un solo enunciado:

EL ARTE DE LA ECONOMÍA CONSISTE EN CONSIDERAR LOS EFECTOS MÁS REMOTOS DE CUALQUIER ACTO O POLÍTICA Y NO MERAMENTE SUS CONSECUENCIAS INMEDIATAS; EN CALCULAR LAS REPERCUSIONES DE TAL POLÍTICA NO SOBRE UN GRUPO, SINO SOBRE TODOS LOS SECTORES.

Nueve décimas partes de los sofismas económicos que están causando tan terrible daño en el mundo actual son el resultado de ignorar esta lección. Derivan siempre de uno de estos dos errores fundamentales o de ambos: el contemplar sólo las consecuencias inmediatas de una medida o programa y el considerar únicamente sus efectos sobre un determinado sector, con olvido de los restantes.

Naturalmente, cabe incidir en el error contrario. Al ponderar un cierto programa económico no debemos atenernos exclusivamente a sus resultados remotos sobre toda la comunidad. Es éste un error que a menudo cometieron los economistas clásicos, lo cual engendró una cierta insensibilidad frente a la desgracia de aquellos sectores que resultaban inmediatamente perjudicados por unas directrices o sistemas que a largo plazo beneficiarían a la colectividad.

Pero son ya relativamente muy pocos quienes incurren en tal error, y esos pocos, casi siempre economistas profesionales. La falacia más frecuente en la actualidad; la que emerge una y otra vez en casi toda conversación referente a cuestiones económicas; el error de mil discursos políticos; el sofisma básico de la «nueva» Economía, consiste en concentrar la atención sobre los efectos inmediatos de cierto plan en relación con sectores concretos e ignorar o minimizar sus remotas repercusiones sobre toda la comunidad. Los «nuevos» economistas se jactan de que su actitud supone un enorme, casi revolucionario, avance en orden a los métodos de los economistas «clásicos» u «ortodoxos», por cuanto a menudo descuidan los efectos que ellos tienen siempre presentes. Ahora bien, cuando, a su vez, ignoran o desprecian los efectos remotos, están incidiendo en un error de mayor gravedad. Su preciso y minucioso examen de cada árbol les impide ver el bosque. Sus métodos y las conclusiones deducidas son, con harta frecuencia, de profunda índole reaccionaria y a menudo asómbrales el constatar su plena coincidencia con el mercantilismo del siglo XVII. De hecho vienen a caer en aquellos antiguos errores (o caerían si no fueran tan inconsecuentes) de los que creíamos haber sido definitivamente liberados por los economistas clásicos.

Suele observarse con disgusto que los malos economistas propagan sus sofismas entre las gentes de manera harto más atractiva que los buenos sus verdades. Laméntase a menudo que los demagogos logren mayor asenso al exponer públicamente sus despropósitos económicos que los hombres de bien al denunciar sus fallos. En esto no hay ningún misterio. Demagogos y malos economistas presentan verdades a medias. Aluden únicamente a las repercusiones inmediatas de la política a aplicar o de sus consecuencias sobre un solo sector. En este aspecto pueden tener razón; y la réplica adecuada se reduce a evidenciar que tal política puede también producir efe ctos más remotos y menos deseables o que tan sólo beneficia a un sector a expensas de todos los demás. La réplica consiste, pues, en completar y corregir su media verdad con la otra mitad omitida. Ahora
bien, tener en cuenta todas y cada una de las repercusiones importantes del plan en ejecución requiere a menudo una larga, complicada y enojosa cadena de razonamientos.

La mayoría del auditorio encuentra difícil seguir esta cadena dialéctica y, aburrido, pronto deja de prestar atención. Los malos economistas aprovechan esta flaqueza y pereza intelectual indicando a su público que ni siquiera ha de esforzarse en seguir el discurso o juzgarlo según sus méritos, porque se trata sólo de «clasicismo», «laissez faire», «apologética capitalista» o cualquier otro término denigrante, de seguros efectos sobre el auditorio.

Hemos precisado la naturaleza de la lección y de los sofismas que aparecen en el camino en términos abstractos. Pero la lección no será aprovechada y los sofismas continuarán ocultos a menos que ambos sean ilustrados con ejemplos. Con su ayuda podremos pasar de los más elementales problemas de la Economía a los más complejos y difíciles.

Mediante ellos aprenderemos a descubrir y evitar, en primer lugar, las falacias más crudas y tangibles, y finalmente, otras más profundas y huidizas. A esta tarea procedemos a continuación.

LA ECONOMÍA EN UNA LECCIÓN, Cap1: La Lección
Henry Hazlitt

Publicado: Martes 6 Marzo 2012