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jueves, 8 de marzo de 2012

LA COLUMNA DE LIBERALIO: La innovación y la ciencia, requieren de la libertad.


La ciencia necesita libertad y no ministerios ni consejos
En España, y debido a los recortes en el gasto público, unas asociaciones de científicos han protestado por los continuos recortes en ciencia y han indicado que “la situación del sector es crítica si continúa por ese camino. El sistema español de I+D+i no aguantará otro recorte presupuestario y muchas universidades y centros de investigación llegarán al colapso lo que supondría el sacrificio de toda la infraestructura de investigación que tantos años se ha tardado en construir, y el desperdicio del talento de muchas generaciones de investigadores".

Para los científicos, el Gobierno debe financiar investigación y educación, "recordando que sin estos dos pilares, un país se estanca y se imposibilita su desarrollo". Consideran que el país "no puede basar su modelo económico en soluciones a corto plazo. Si un país quiere ser competitivo no puede limitarse a copiar las ideas de otros, tiene que ser capaz de generar las propias y adelantarse al resto". Y están conscientes "que la situación económica que atraviesa España es muy grave, pero a su juicio, la inversión en I+D+i ha de hacerse con seriedad y rigor, y debe plasmarse en los Presupuestos Generales del Estado como una inversión plurianual estable".

Plantean que la situación actual de la ciencia española se presenta complicada debido a los recortes y congelamiento de presupuestos. Por ejemplo, citan que "investigadores de muchos centros están siendo despedidos de la noche a la mañana, y centros de investigación destinados a convertirse en referentes europeos han llegado casi hasta el extremo de tener que financiarse a través de la mendicidad". Añaden que "muchos científicos españoles brillantes, cuya formación ha sido en muchos casos financiada por el Estado, tienen que huir literalmente de la precariedad que asola a la comunidad científica en España e irse al extranjero a ejercer su labor, donde se valora su potencial y se ofrecen unas condiciones dignas", denuncia la carta, que añade que estos investigadores "ayudan a otros países a desarrollarse mientras ven que el suyo se hunde".

Finalizan, indicando que "el Estado no puede renunciar a invertir en I+D+i. La caridad a nivel personal no puede compensar el recorte y menos en un asunto que beneficia a todos".

Y vienen las críticas de investigadores españoles en el extranjero…

Una primera crítica plantea que “conociendo cómo funciona la Investigación en otros países, técnicamente más desarrollados que España, he comprobado que la situación en nuestro país, es insostenible”. Y argumenta que “es insostenible que una entidad Pública, se dedique a financiar, no solo la investigación, sino el personal y todos los medios, con dinero público. Eso es imposible. Los entes públicos podrían y deberían financiar proyectos de Investigación a aquellos investigadores que presenten el mejor trabajo, la mejor propuesta, eso sí evaluados anualmente. Es insostenible que un gobierno asigne millones y millones a la investigación y que los centros hagan lo que quieran sin rendir cuentas. La investigación no debe crear funcionarios, debe crear gente capacitada para atraer dinero y producir CIENCIA”.

Además, indican que “lo curioso del caso es que solo aquellos que están dentro del sistema lo apoyan o no ven la insostenibilidad del mismo. Es un sistema basado en crear funcionarios y no talento. Para el sistema da lo mismo pegar un sello, dar una clase o sacar un paper...la repercusión es mínima...”

Y otras críticas son más globales dado que dicen que “no son los recortes, a ver si nos enteramos, que son los analfabetos que cobran 10 veces más que un licenciado o diplomado…Que este país funciona por enchufismo. Se mete en puestos a personas sin nivel ni cualificación, por recomendación y los verdaderos profesionales tienen que poner copas en los bares para salir adelante. En España la investigación no le importa a nadie, porque aqui a diferencia de otros países no se reconoce los estudios ni los títulos, aquí se ríen del que estudia. Tenemos una mentalidad acorde al sistema educativo.  Aquí la ciencia se reduce a investigar con quien se acuesta la actriz de turno en los programas rosa de la tele. No puede un albañil o un fontanero cobrar más que un arquitecto o un ingeniero pero en España todo es posible. Más tonto es el que se queda…”.

Otros indican que “cuando un cineasta español pide dinero jamás te dirá: ‘Esa inversión va a ser rentabilizada al máximo. Esta película irán a verla millones de personas y producirá pingües beneficios’. No, él te dirá ‘yo soy un ARTISTA incomprendido por las masas que hace CINE con mayúsculas’. Pues nuestros ‘científicos’ igual. Deme usted dinero para hacer "CIENCIA" (siempre con mayúsculas). Y si ese dinero, del contribuyente, no produce ningún beneficio a ese contribuyente es igual. Todo por la CIENCIA. Y no me controle ni me evalúe, que me pongo nervioso y pierdo la concentración…”

Finalmente, otro indica que “así está el panorama, ¿me podría decir alguien una patente que haya salido de la investigación española? Porque, digo yo, la investigación se hará para conseguir patentes y cobrar royalties, porque para tirar dinero, solo con tener a los políticos nos sobra, no precisamos de investigadores…Yo soy científico, he trabajado en el sector público y en el privado, en España y en EEUU y que queréis que os diga pero en este sector como en cualquier otro lo que no es posible es dar dinero sin exigir rentabilidad a cambio. Y la rentabilidad en ciencia se mide de dos maneras, o bien se genera dinero o se genera conocimiento y en el mejor de los casos ambos. Lo que no es permisible, ni justo para un país en las condiciones en las que está el nuestro, es "regalar" el dinero a cambio de nada justificando que es para un bien mayor que no siempre genera lo que promete. Hay mucha gente brillante en el sector, pero como en tantos otros la falta de exigencia de resultados favorece la mediocridad…”.

¿Y en Chile que pasa?

Si en España tienen problemas, en Chile la situación es más complicada debido a nuestro menor nivel económico y lejanía de los grandes mercados. Y nuestros científicos también tienen exigencias similares. Por ejemplo, la iniciativa “Más Ciencia para Chile” ha señalado cuatro ejes en los que Chile debe mejorar en materia científica: una nueva institucionalidad pública para las ciencias en Chile, más financiamiento, fortalecer la formación de capital humano avanzado y promover la difusión científica nacional.

Una nueva institucionalidad científica. Plantean Chile necesita un Ministerio para la formulación e implementación de políticas de Estado en materia de I+D (investigación y desarrollo) con el fin de asesorar a la Presidencia en materias relacionadas a la ciencia, y para fiscalizar el funcionamiento apropiado de las agencias ejecutoras. Además, se debe crear un nuevo Consejo Nacional asesor en materias científicas. Dicho Consejo debiese ser de carácter interministerial, presidido por un Ministro de Ciencia, y asesorando a todas las carteras que requieran del aporte de parte de la comunidad científica, como los de Educación, Economía, Medio Ambiente, Energía, etc.

Aumentar el financiamiento. Se debe aumentar la inversión en I+D de 0,4% a 2% respecto del PIB que es el promedio en países OCDE, agrupación a la cual Chile pertenece.

Fortalecer la formación de Capital Humano Avanzado. Se dice que Chile tiene casi 5 veces menos investigadores que el promedio OCDE, y a nuestros estudiantes de postgrado nacional, que muchas veces renuncian a un mejor futuro laboral en otro rubro o área, ni siquiera se les reajusta anualmente sus becas de postgrado de acuerdo al IPC.

Promover la difusión científica. Plantean que el desarrollo debe incluir, necesariamente, conceptos como la igualdad social, la descentralización, la sustentabilidad, ejes que dependen en gran medida del desarrollo de las ciencias más “básicas” (como las ciencias sociales o parte de las ciencias naturales) y por el diseño de políticas para promover la actividad científica y tecnológica en regiones.

En palabras sencillas, al igual que en España, en Chile algunas asociaciones de científicos desean que sea el Estado el que controle el desarrollo científico. Es decir, desean que sean los políticos los que gestionen el desarrollo en este sector, ¿cómo se puede entender tal incongruencia?.

La innovación y la ciencia requieren libertad (recordando a Mises).

Muchos científicos son unos verdaderos Incapaces para entender el significado de la libertad, y están embrujados por el socialismo. Solo esta creencia permite entender el apoyo tan entusiasta de algunos científicos por la planificación socialista del desarrollo científico. Al parecer, añoran la esclavitud que es más cómoda.

No es posible entender como algunos científicos creen en la capacidad de los políticos y burócratas para asignar a cada individuo las tareas que tiene que realizar.

No es posible comprender como algunos científicos quieren crear Ministerios y Comités que planifiquen el desarrollo científico como si eso fuera posible.

No es posible comprender como algunos científicos creen en la capacidad de funcionarios y burócratas para planificar el desarrollo de jóvenes con talentos…¿puede un burócrata tener el poder de determinar si a cierto joven debería dársele o no una oportunidad para prepararse y trabajar en un cierto campo científico?, ¿no comprenden acaso que esta situación solo genera discípulos comprometidos con la burocracia y repitiendo repetición como loros las ideas de la generación precedente?.

No es posible comprender como algunos científicos creen que la planificación socialista produciría innovadores. En realidad, impediría el surgimiento de innovadores que estén en desacuerdo con las formas de pensamiento aceptadas; no surgirían innovaciones sin la debida autorización. Jamás habría surgido Einstein o Newton o Hawking…

Al final, si es el Ministerio o el Comité quiénes determinan qué es lo que se debe investigar, no habrá ni mejoras ni progreso, y la ciencia se detendrá. El científico se convertirá en un simple peón en manos de los políticos y burócratas, que en su “ingeniería social” le manejará como hacen los ingenieros con las materias con la que construyen edificios, puentes y máquinas.

Ya lo decía Mises cuando planteaba que “en toda esfera de actividad humana, una innovación es un desafío no solo a todos los rutinarios y expertos y practicantes de los métodos tradicionales, sino aún más a aquéllos que han sido innovadores en el pasado. Se encuentra en principios una importante oposición pertinaz. Esos obstáculos pueden superarse en una sociedad en la que haya libertad económica. Son insuperables en un sistema socialista. La esencia de la libertad de un individuo es la oportunidad de desviarse de los métodos tradicionales de pensamiento y de hacer las cosas. La planificación por una autoridad establecida impide la planificación por parte de los individuos...”.

Y agrega Mises que “hay más: no es posible sustituir por el trabajo de terceras personas la labor de los creadores. Si Dante y Beethoven no hubieran existido, imposible hubiera sido producir la Divina Comedia o la Novena Sinfonía, encargando la tarea a otros hombres. Ni la sociedad ni los individuos particulares pueden sustancialmente impulsar al genio, ni fomentar su labor. Ni la «demanda» más intensa ni la más perentoria de las órdenes gubernativas resultan en tal sentido eficaces. El genio jamás trabaja por encargo. Los hombres no pueden producir a voluntad unas condiciones naturales y sociales que provoquen la aparición del genio creador y su obra. Es imposible criar genios a base de eugenesia, ni formarlos en escuelas, ni reglamentar sus actividades. Resulta muy fácil, en cambio, organizar la sociedad de tal manera que no haya sitio para los innovadores n¡ para sus tareas descubridoras…”.

Por lo tanto, “la creación genial aparece como generoso regalo del destino. No es en modo alguno un resultado de la producción, en el sentido que la economía da a este último vocablo”.

Por eso, las asociaciones de científicos solo buscan beneficios para su gremio de una manera egoísta y cortoplacista. En realidad, no les interesa la ciencia. Les interesan los beneficios que puedan obtener, ¿deben los contribuyentes financiar actividades que solo responden a intereses privados?.

LA COLUMNA DE LIBERALIO
Jueves 8 marzo 2012

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