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miércoles, 9 de diciembre de 2015

Política LA PROSTITUCIÓN DE LA DEMOCRACIA

La democracia ha sido prosituida por la clase política que sucumbe ante la riqueza y los beneficios generosos, ¿podremos seguirlo permitiendo?
De un tiempo a esta parte, en todo el mundo, los escándalos políticos (relacionados estrechamente con los liderazgos económicos, para nuestra desgracia) se suceden uno tras otro, y la clase política ya ha perdido toda credibilidad y prestigio. Es una lástima, puesto que la política es una noble actividad que merece nobles intérpretes, y no los peores de los peores, ¿a quién culpar de este desastre?.

¿ES LA DEMOCRACIA EL MEJOR SISTEMA PARA GOBERNARNOS?

Los seres humanos han progresado materialmente, y gracias a la tecnología han aumentado sus capacidades. Sin embargo, la naturaleza humana sigue siendo la misma desde hace millones de años, buscando el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo. Cuando nuestros antepasados comenzaron a unirse en hordas y bandas, para cuidarse entre sí y apoyarse, debieron elegir líderes que tuvieran la fuerza y la brutalidad de tomar decisiones que los involucraran a todos: ruta adecuada para buscar alimentos; donde instalar el campamento; quien debía vigilar; quién debía comer primero; etc. Así, el poder llegó a la especie humana como un mal necesario, y con el fin de coordinar múltiples esfuerzos por el bien de todos. Fue el principio de lo que hoy se conoce como administración.

Sin embargo, si dejamos a una persona mucho tiempo caminando por los pasillos del poder, descubrirá esos atajos indeseables que lo llevaran a pretender más poder con el fin de seguir disfrutando de niveles de vida que están más allá de sus posibilidades reales. Por eso, siempre el poder ha estado atado a ciertas ideologías que usan la fuerza de las armas y de la propaganda, y se ha disfrazado con otros objetivos más benignos. En el comienzo, la iglesia católica impuso sus creencias castigando con la muerte y la tortura a los que pensaban distinto; las monarquías surgían luego de cruentas luchas en que una familia poderosa hacía desaparecer a otra…Hoy, por ejemplo, el Papa nos habla de amor y paz, y los Windsor reinan por derecho propio en el Reino Unido. Hoy, el poder está naturalmente asociado a ellos como si fueran una extremidad ideológica y pocos lo cuestionan…

Pese a ello, y con el paso del tiempo, derramamientos de sangre y más violencia, surgió la búsqueda de una alternativa pacífica para distribuir el poder…La democracia hizo su aparición trayendo consigo la esperanza de mundos mejores…Igualdad, libertad, fraternidad fue el grito en la revolución francesa que puso la semilla de una nueva manera de gestionar la política…Pero, la naturaleza humana no puede ser encerrada en una cápsula hermética. Resulta muy sencillo prostituir la democracia, en la cual unos pocos se enriquecen a manos llenas, mientras las mayorías los siguen votando dada la promesa que mañana será distinto.

La esperanza de la democracia se ha transformado en la pesadilla de las sociedades modernas. La mejor manera de gestionar la política se ha contaminado con la corrupción inherente al corazón humano…Y la culpa no es de la democracia sino de los políticos que abusan de ella para satisfacer intereses personales. Ha surgido una nueva “clase”, la clase política, que se hace responsable de gestionar la noble acción política como si fuera una carrera profesional…¡la política no puede representar una carrera profesional para algunos puesto que esto trae consigo la corrupción!.

Algunos argumentan que la experiencia en gestión puede hacer necesaria una cierta cuota de corrupción. Es decir, podemos aceptar un cierto nivel de corrupción porque obtenemos resultados deseables, sin embargo, los resultados de las políticas públicas en salud, educación, transporte, etc. son un desastre histórica y financieramente. En realidad, es al revés, dado que es preferible una cierta cuota de mala gestión por inexperiencia que entronizar la corrupción como un hábito permanente.

LAS CRÍTICAS A LA OPINIÓN DE UN POLÍTICO ETERNO, JUAN PABLO LETELIER

¿Podremos hacer algo?. Por supuesto que tenemos opciones. En primer lugar, debemos eliminar la carrera de político profesional, eliminando la reelección indefinida, fuente de corrupción. Algunos de los actuales políticos creen que limitar la reelección parlamentaria no es correcta. Así opina el socialista Juan Pablo Letelier quién indica que “yo soy contrario a esta norma. Pregunto, ¿cuál es el derecho que yo tengo de limitar tu desarrollo profesional?”. Plantea que los políticos se someten a elecciones populares periódicamente y que en el caso del Congreso Nacional el recambio es bastante mayor al de otros países de la región. “Tengo mis convicciones de que eso no es correcto…son un puñado de personas, unas cinco o seis, que han sido reelectas sucesivamente porque son dirigentes políticos que tienen un respaldo ciudadano significativo”. Indica, además, que este este es un tema que tiene que ver con motivaciones personales y que si la gente los elige, la reelección ilimitada no tiene por qué ser un problema. “No me gusta que este debate se haga en un marco de debate de la transparencia. Creo que tiene nada que ver con transparencia porque la presunción es, por ende, generar algo no transparente y me parece una acusación infundada…“¿si uno lo hace mal a quién se somete? Las personas tienen derecho a elegir”.

¿Qué les parece la opinión de Letelier?. Limitar la reelección implica limitar el desarrollo profesional…¿desarrollo profesional de qué?, ¿desarrollo profesional para ejercer la corrupción?. Este político está demasiado extraviado porque hay muchos políticos que llevan años y años en el congreso y en cargos de elección popular, y seguimos estando con los mismos niveles de pobreza y subdesarrollo. Las décadas perdidas superan con creces a las décadas ganadas. Es decir, los políticos eternos no mejoran los resultados de las sociedades en términos de bienestar y generación de riqueza y más pereciera que limitan el desarrollo y progreso, ¿saben por qué?. Porque la reelección permanente los aísla en el poder y viven una vida anormal, disfrutando de una riqueza inmerecida. La vida les sonríe con demasiada benevolencia y así desarrollan leyes inadecuadas que no optimizan la vida en sociedad. Al mismo tiempo, la masa electoral, al momento de ejercer su voto, no tiene toda la información necesaria para tomar sus decisiones; no conocen los movimientos silenciosos en los pasillos del poder…Y solo votan por lo poco que saben…un rostro conocido…unas promesas de maravillas…

Hasta que algunas verdades comienzan a inundar las páginas policiales y algunos rayos de luz alcanzan las alcantarillas del poder. Sospechosamente, el silencio se hizo patente en la clase política. Al comienzo, algunos socialistas se indignaron y alzaron la voz, pero fueron unos pocos…Nadie más se atrevió a hablar mal de sus colegas caídos en desgracia…¿apoyo o miedo a las revelaciones?. Ciertamente, nadie lo duda: la clase política es necesariamente corrupta.

LA PROSTITUCIÓN DE LA DEMOCRACIA

Así, los políticos han prostituido la democracia y sus instituciones porque ellos eligen los funcionarios y burócratas que las dirigen y controlan. Además, intervienen en las elecciones de los jueces lo que implica mantener relaciones inadecuadas con otro poder del Estado. Todos estos y sus parientes se casan y hacen negocios entre si…¿podemos esperar beneficios para las grandes mayorías?. No debe esperarse nada de esta gente que toma decisiones basadas en sus intereses personales, y por eso necesitan la reelección permanente para armar dicha red de contactos.

No se requiere ser un experto para reconocer algunos elementos de la naturaleza humana: somos egoístas, avariciosos, mentirosos, y desleales si con dichas conductas mejoramos nuestro bienestar. Esta es la razón para impedir que las personas accedan a cargos públicos y permanezcan toda su vida en dichos cargos. Esta es la razón para promover la reforma “UN CARGO, UN PERIODO” por medio de la cual, si una persona accede a un cargo de elección popular no puede volver a reelegirse en dicho cargo nunca más en su vida, y debe esperar otro período para postular a otro cargo.

La democracia ha sido prostituida porque los políticos han armado una carrera profesional de “Político Por Siempre” que los beneficia solo a ellos. La democracia es demasiado noble como para dejarla en las manos y los bolsillos de personas sin escrúpulos ni moral, pero con un apetito voraz para apoderarse de la riqueza de todos…

¿O usted opina lo contrario?.

Panorama LIBERAL
Miércoles 9 Diciembre 2015