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lunes, 26 de diciembre de 2011

EL SERNAC FINANCIERO: LA MISMA REGULACIÓN SOCIALISTA


Situación de un cliente de productos financieros...en grave problema...
Ha enviado el gobierno un proyecto de ley sobre Protección de los Derechos de los Consumidores con el fin de dotar de atribuciones al Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), en especial, respecto de la información que el sector financiero debe entregar a los consumidores. Esta iniciativa legal se anunció en un mensaje del Presidente de la República en agosto del año 2010 e ingresó con urgencia de "discusión inmediata".

El proyecto consagra los derechos del consumidor de productos o servicios financieros, tales como recibir la información del costo total del producto o servicio financiero, ser informado por escrito de las razones del rechazo en la contratación de éste; conocer las condiciones objetivas que el proveedor de tal servicio establece, la oportuna liberación de las garantías y la liquidación total del crédito con su solo requerimiento. Se supone que aumenta significativamente las multas que pueden llegar hasta 30 millones de pesos para las instituciones que abusen de los derechos de sus clientes.

Además, establece nuevas obligaciones para los proveedores de productos y servicios financieros, debiendo expresar sus contratos de adhesión en términos simples, con indicación del precio total de la operación, sus costos, periodicidad y sus mecanismos de reajuste. Debe incluirse un desglose de todos los costos, cargos, comisiones y tarifas que expliquen el valor del servicio prestado; las causales que darán termino anticipado del contrato y su duración; además de indicar si la institución cuenta con servicio al cliente y señalar su funcionamiento. En la contratación de productos o servicios financieros que importe la contratación de otros productos conexos, deberá estipularse cuáles son obligatorios y cuáles no, debiendo ser aprobados expresa y separadamente por el consumidor, entre otras medidas que tendrá la normativa.

Es decir, el contenido de este proyecto nos lleva a pensar que los clientes de la banca han estado a merced de las empresas financieras durante un tiempo muy largo, ¿y dónde estaban las autoridades en el pasado?. Probablemente, implementando instituciones y regulaciones de corte socialista que solo restringen la competencia pero se olvidan siempre del cliente final.

¿Y qué opina el sector financiero?

En una reciente columna, Jorge Awad, Presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, indicaba que “la banca chilena está disponible para avanzar en todos aquellos aspectos que signifiquen más y mejor transparencia, para que los consumidores tomen adecuadas decisiones financieras”. Y agregaba que “es deber de todos cuidar y velar por el desarrollo de este sector”.

Mientras tanto, a fines de noviembre, la Superintendencia de Bancos informaba que la utilidad del sistema financiero fue de 1.420.943 millones de pesos en los primeros diez meses, equivalente a unos 2.888 millones de dólares. Se informaba, además, que la ganancia de la banca registró una caída del 19,53 por ciento en octubre frente a septiembre, pero el Banco Santander Chile, la mayor institución financiera del país, acumuló utilidades por 381.171 millones de pesos (775 millones de dólares) entre enero y octubre, y el Banco de Chile, la segunda entidad financiera del sistema, obtuvo beneficios por 355.433 millones de pesos (722 millones de dólares).

Es decir, este es un sector que renta generosas utilidades por lo que resulta extraño que Jorge Awad indique que “es deber de todos cuidar y velar por el desarrollo de este sector”. ¿En realidad cree Awad que es deber de todos cuidar y velar por el desarrollo de un sector que obtiene tales utilidades?, ¿no es deber de la propia industria ofrecer servicios y productos con los estándares apropiados?...

En la misma columna de opinión, Jorge Awad plantea que “en la industria del crédito…persisten aún importantes desafíos para disminuir las asimetrías de información que existen entre oferentes y demandantes. Así, si bien el marco regulatorio es siempre perfectible y todo cambio que proteja adecuadamente al consumidor es bienvenido, es relevante proceder con cautela para evitar sobre-regular y por esta vía restarles dinamismo al sector y a la economía”.

Extraña opinión de parte de una persona que lidera este sector porque las asimetrías de información provienen, en gran parte, de la propia banca; el marco regulatorio actual solo restringe la competencia en el sector, y este es un sector muy conservador y poco dinámico, adverso al riesgo.

La banca chilena, un sector oligopólico de enormes utilidades.

Digámoslo claramente: la banca chilena tiene una estructura de mercado oligopólica, alejada de la libre competencia, lo que se manifiesta en que obtienen rentabilidades por encima de lo normal.

La actual estructura de mercado del sector bancario ha sido sostenida y afianzada por sucesivos gobiernos que han sobre-regulado dicha industria y la han convertido en poco competitiva u oligopólica, con el “buen y sano” objetivo de defender  a los consumidores. Claramente, este sector se puede representar como un cerdito muy cebado, altamente regulado y sin dinamismo ni energía para generar nuevos negocios…Claro está, ¿quién querría arriesgarse con nuevos negocios, si las regulaciones de la industria son una de las razones que les aseguran una rentabilidad muy interesante?. Por eso, los grandes banqueros le cantan el cumpleaños feliz a un neo-socialista como Ricardo Lagos a poco de abandonar el poder.

¿Qué quiere decir Awad, entonces, cuando afirma que “se debe mantener un sano equilibrio entre regular a la industria y, al mismo tiempo, dejarla operar según las leyes del mercado y en un ambiente de competencia”?, ¿de qué nos está hablando este señor?.

En realidad, como la estructura de mercado de la banca es oligopólica, las leyes del mercado operan imperfectamente por medio de asimetrías de información que la propia banca gestiona. Por ejemplo, las ventas de productos atados.

Jorge Awad plantea que esta nueva ley no debiera “afectar el desarrollo de la banca y, con ello, su capacidad de contribuir a bancarizar a los sectores de menores ingresos y apoyar el desarrollo del país”. ¿De veras la banca nacional tiene por objetivo bancarizar a los sectores de menores ingresos y apoyar el desarrollo del país?. Se excede Jorge Awad con dichas expresiones populistas y claramente demagógicas. Veamos porque.

Pese a que esta legislación, supuestamente, pone las cosas en orden para igualar a clientes y proveedores, Jorge Awad plantea las siguientes críticas:

 - “Se reconoce que la nueva normativa establece que es un derecho del consumidor conocer las razones objetivas del otorgamiento o denegamiento de una solicitud de crédito, pero este requisito resta discrecionalidad al banquero para otorgar un crédito”. Es decir, a la industria le conviene que nadie conozca las razones objetivas de dar o no dar un crédito. Transparencia = Cero.

 - “Objetivizar y explicar sus decisiones podría obligar al banquero a revelar su modelo de toma de decisiones, lo que atenta contra la supervivencia de su negocio”. En una industria oligopólica lo único que podría atentar contra la supervivencia del negocio es que entren nuevos proveedores a disputar las regias utilidades. Es decir, en esta industria, los actores conocen muy bien los modelos de tomas de decisiones de todos los participantes, e incluso los externos.

 - “Una inadecuada implementación de la norma podría llevar a que los bancos sean más cautelosos al establecer los requisitos objetivos para solicitar o calificar para recibir un servicio o producto financiero”. En el pasado, no se complicaban: le cobraban una tasa más alta al más riesgoso; pero, ahora al transparentar los cobros deberán aclarar como lo hacen….que riesgos asumen…cuanto ganarán…es decir, ¿a este modelo de toma de decisiones se refiere Jorge Awad?.

 - “La nueva ley impone inflexibilidad o rigidez en los precios cobrados por los servicios y productos financieros, los que no podrán variar frente a eventos inesperados que podrían alterar la estructura de costos de los bancos durante la vigencia de los contratos”. Se decía antes que había cierto tipo de empresarios que les encantaba “privatizar las ganancias y socializar las pérdidas”, ¿Cómo es posible que, en la actualidad, gran parte del costo de la dinámica de  los mercados lo paguen los clientes?.

 - “El sello Sernac…impone cierta inflexibilidad para innovar, pues una vez obtenido…los nuevos contratos (o sus modificaciones) deberán ser sometidos previamente al Sernac para su aprobación. Dados los plazos con que operaría el Sernac, esto claramente podría restar dinamismo a la industria”. ¿Dinamismo…la industria bancaria?. La industria bancaria es un sector económico terciario de claro corte conservador…Solo basta con recorrer las casas matrices, especies de salones feudales de hace dos siglos, y ver los colores grises con los cuáles se visten los ejecutivos de todos los niveles.

El Sernac Financiero, una nueva regulación socialista.

Con el Sernac Financiero seguimos atacando los efectos y nos olvidamos de las verdaderas causas. La verdadera causa de que los clientes en el sector financiero sean maltratados en forma reiterada y tengan que pagar tasas abusivas, no es la falta de regulación sino la falta de competencia real en dicho sector.

Decía Ayn Rand que “uno de los métodos usados por los colectivistas para destruir el capitalismo consiste en establecer controles que atan a una industria de pies y manos, haciéndola incapaz de resolver sus problemas, y luego declarar que la libertad ha fracasado y que mayores controles son necesarios”. Y lo mismo podemos decir en nuestra industria bancaria y las nuevas leyes como el Sernac Financiero.

La clave está, entonces, en aumentar la competencia en el sector financiero abriendo opciones para crear bancos regionales o sectoriales especializados, evitando la concentración económica que incentiva el comportamiento abusivo.

Al consumidor final de cualquier industria solo le interesa que el producto o servicio final tenga la relación precio-calidad requerida, pero a este consumidor le da lo mismo si la industria tiene más regulaciones o más competencia. Sin embargo, cuando el consumidor se transforma en trabajador, tiene más opciones de mejorar sus ingresos en una industria más competitiva que en una en la cual proliferan las regulaciones.

No perdamos el foco: más competencia genera más riqueza; más regulaciones socialistas es repartir la pobreza.

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