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domingo, 9 de noviembre de 2014

Economía EL FIN DE LA CONTROVERSIA HAYEK-KEYNES O COMO LOS POLÍTICOS GENERAN LAS CRISIS ECONÓMICAS

El debate entre Friedrich Hayek y John Maynard Keynes ya no tiene sentido en este tiempo. porque la clase política es la principal responsable de las crisis empobrecedoras locales y mundiales...¿Podremos revertir la situación?.
Resumen/Abstract: El debate entre Friedrich Hayek y John Maynard Keynes ya no tiene sentido en este tiempo. Ya existe el suficiente consenso de que la clase política, en todo el mundo, con su comportamiento irracional es la principal responsable de las crisis económicas recurrentes que nos sacuden, generan pobreza y sistemáticas caídas del bienestar. Keynes ha aportado las bases teóricas para que dichos políticos justifiquen sus permanentes intervenciones empobrecedoras. Lamentablemente, hemos permitido el surgimiento de una clase política profesional que vive por y para la política, dando la espalda al pueblo que los elige…¿Podremos revertir la situación?.

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Las crisis económicas mundiales y locales son un motivo más para que los políticos rasguen vestiduras y recomienden seguir haciendo lo mismo que han hecho por décadas para sembrar las crisis futuras, ¿se puede ser más irracional?. Desafortunadamente, nada ha cambiado desde el siglo pasado porque las intervenciones de los gobiernos en los mercados y las sociedades han ido in crescendo de una manera sistemática y ya son una norma. En aquellos tristes años de las guerras mundiales se crearon las instituciones socialistas de carácter mundial que, aún hoy, continúan imponiendo su ley a sangre, fuego y muchas legislaciones…Es el motivo por el cual siempre recuerdan a un genial economista, aristócrata y liberal, fallecido hace 68 años: John Maynard Keynes.

KEYNES Y EL ROL CRECIENTE DEL ESTADO

Los políticos socialistas más rosados (e incluso los rojos) usan las teorías de Keynes para seguir justificando económicamente las groseras intervenciones del Estado en los mercados y las sociedades. Y la razón de ello es que no cuentan con otro soporte ideológico que les permita justificar sus atrocidades ideológicas.

Comienzan planteando que la intervención estatal es buena y muy necesaria para corregir los desequilibrios de los mercados y del sistema capitalista cuando entramos en crisis. Sin embargo,  a ellos no les preocupan las causas primigenias de esos desequilibrios porque siempre apuntan con el dedo al capitalismo, y menos les preocupa, el convertir estas políticas intervencionistas en algo permanente con la excusa de estar siempre en crisis o crear nuevos mundos …Esta es la lógica de aquellos que ven en el Estado del Bienestar o los regímenes totalitarios la opción para imponer un cierta visión económica, interventora, controladora y generadora de pobreza.

¿Y que sugiere Keynes que debe hacer el Estado? La economía puede ser intervenida a través de dos vías: política monetaria y política fiscal. Por medio de la política monetaria, los Estados regulan la cantidad de dinero en circulación y la tasa de interés de referencia. Lo hacen por medio de una institución socialista como el Banco Central que posee el monopolio de la emisión de dinero y fija las tasas de interés relevantes para la economía. En cambio, la política fiscal, es el arma preferida de los políticos porque consiste en intervenir los mercados aumentando los impuestos y el gasto fiscal, con la excusa recurrente de la “desigualdad de ingresos”. El “aporte” de Keynes fue haber dado alas a los políticos socialistas para intervenir los mercados y darle una función interventora al Estado, sin asumir las responsabilidades de sus actos al culpar a otros.

Por ejemplo, suponga que una cierta economía se encuentra en crisis, con un bajo crecimiento y alto desempleo. Keynes apostaba por la intervención del Estado aumentando el gasto público en base a un programa de inversiones que estimule la economía, dinamice el mercado y moviera los recursos ociosos. Y para financiar ese gasto, el déficit, no importaba que el Estado se endeudara porque el impulso estatal relanzaría la economía detenida, ayudada por una caída dramática de la tasa de interés y un incremento sustancial del dinero en circulación emitido por el propio Estado. Y esto sigue vigente.

Por ejemplo, en marzo del año 2008 el FED de EEUU puso en marcha sus programas de QE (quantitative easing o relajamiento cuantitativo) consistente en inyectar millones de dólares a la economía. El QE1 consistió en la comprar de 600.000 millones de dólares en activos respaldados por hipotecas, cifra que se incrementó en 750.000 millones al momento de su lanzamiento y la adición de 300.000 millones de dólares para la compra de bonos del Tesoro y, al mismo tiempo, la tasa de interés de política monetaria se redujo a niveles bajos, de 2.25%. Esta masiva compra de bonos pretendía aumentar la liquidez global de los mercados para incentivar el otorgamiento de créditos y reactivar la economía. Al mismo tiempo, intentaba empujar el precio de las acciones en el mercado financiero para generar una sensación de confianza que animara a la gente a gastar. Y no fue suficiente.

El 3 de noviembre del 2008, la FED anunció el QE2 por 600.000 millones de dólares a un ritmo de 75,000 millones por mes, el cual concluyó en junio del 2011. Y el 13 de septiembre de 2012, la FED anunció el QE3 con un monto de 40.000 millones de dólares mensuales en la compra de activos respaldados por hipotecas; tres meses después se añadieron 45.000 millones de dólares mensuales en la compra de bonos del Tesoro. En diciembre del año pasado la FED decidió iniciar con la reducción del ritmo de compra de bonos en 10,000 millones de dólares cada reunión, aunque siempre acorde a la evolución de las condiciones económicas.

Gracias a Keynes la opinión pública tiene la percepción que los Estados y los bancos centrales deben intervenir las economías recesivas a cualquier costo…De todos modos, Keynes era un aristócrata liberal que creía en conceptos que los políticos normales no respetan; Keynes solo veía la forma de superar las estrecheces del momento pero siempre pensando en retornar a la situación inicial. Sin embargo, los políticos encontraron en el instrumental keynesiano las herramientas precisas para aumentar su poder en la sociedad mediante la permanente intervención de los mercados y las sociedades.  Es decir, Keynes no previó que políticos no revertirían las políticas intervencionistas sino que las profundizarían aún más sembrando las semillas de la próxima crisis, aunque siempre reconoció que una vez que el Estado interviene sería muy dificl que se hiciera a un lado en el futuro…Y aquí es donde conviene examinar el aporte de Friedrich Hayek.

HAYEK Y EL PODER DE LOS MERCADOS LIBRES

Friedrich Hayek es uno de los economistas vitales de la Escuela Austriaca, coetáneo de Keynes, y sus planteamientos son una perfecta antítesis de los de Keynes. Para Hayek resulta fundamental el mantener los mercados libres, sin intervenciones, para que los precios transmitan la información adecuada. Es decir, en los precios de los bienes y servicios esta toda la información necesaria para tomar decisiones, en especial, si hay escasez o excedentes. Así, los empresarios, con esa información, consiguen asignar los recursos, producir los bienes y servicios más valorados y promover un crecimiento equilibrado.

Sin embargo, cuando las economías comienzan un nuevo ciclo, las intervenciones estatales generan distorsiones en los precios y ocultan información relevante a los agentes económicos, terminando en inflación y recesión persistente. No debe resultar extraño que previo a las crisis económicas siempre hay burbujas de precios y creciente desempleo porque cuando los bancos centrales fijan tipos de interés excesivamente bajos, desencadenan booms inversores (las burbujas) que acaban en fuertes crisis económicas.

Por ejemplo, ¿alguien puede creer que la FED lleve ocho años sin subir los tipos de interés, que desde diciembre de 2008 están fijos en el 0%?, ¿alguien puede creer que esto no generará consecuencias en el mediano plazo?. Y Janet L.Yellen , responsable de la FED, sostiene que subirán los tipos de interés, pero que no tomará una decisión al respecto hasta que compruebe que la mejoría del mercado de trabajo es sólida y sean analizadas con calma todas las variables que afectan a la política monetaria…¿Qué tiene de particular una funcionaria como Yellen…posee realmente más información que le permita tomar buenas decisiones?, ¿Cómo es posible que una persona tenga el poder discrecional para crear pobreza o riqueza con su decisión?, ¿es racional que las sociedades permitan que la señora Yellen tome decisiones e intervengan los mercados al manipular las tasas de interés?...Y así suma y sigue.

Por eso, Hayek apuesta por restringir el rol del Estado y sus funcionarios al mínimo; acabar con los Bancos Centrales dirigidos por los gobiernos de turno y volver a monedas respaldadas por activos reales, etc. La conclusión hayekiana es que el Estado no soluciona las crisis, ¡las causa al intervenir con las “mejores” intenciones los mercados!.

EL FIN DE LA CONTROVERSIA HAYEK-KEYNES

Ha llegado la hora de decir que la controversia Hayek-Keynes ha finalizado. Es fácil percibir que las sociedades humanas siguen los mismos patrones de la especie humana que las creó. Es decir, poseen ciclos vitales que forman parte de su esencia y, por eso, no debe resultar extraño que tengamos crisis; lo que realmente sería extraño es que las crisis no existieran. No está de más recordar que una crisis es la contracara de nuevas oportunidades que se están generando. Por lo anterior, no debemos temer a las crisis que son meros ajustes de las múltiples variables que se deben reacomodar ante el paso del tiempo y que generan otras fuentes de oportunidades…Así, como debemos cambiar el aceite a nuestros motores, las sociedades necesitan reciclar el aceite que las mantiene con vida…

Desafortunadamente, los sistemas humanos no son perfectos y, además, dependen de quiénes los aplican. Y esta es la gran problemática: no disponemos del liderazgo necesario para que los sistemas funcionen apropiadamente. Nuestros líderes, nuestros  políticos, provienen de un sistema político perverso que estimula el populismo en todas sus versiones. Solo basta con recordar que un político solo se debe a sí mismo y a su coalición, por lo tanto, toma decisiones pensando en las próximas elecciones; necesita votos para ser reelecto y los obtiene aplicando el más rancio populismo. Por eso, cualquier sistema que le permita presentarse como un iluminado que traerá la Ciudad de la Felicidad a todos es un sistema perfecto para un liderazgo mediocre como el que ellos ejercen.

Y para aplicar las políticas populistas necesita disponer del control para aumentar los impuestos y dirigir discrecionalmente el gasto público. Así, para los políticos socialistas, Keynes resulta la llave maestra para justificar sus permanentes intervenciones que les permita mantener el poder a toda costa. Por lo tanto, las crisis que vivimos y sufrimos tienen como principales responsables a aquellos que detentan el poder y siguen implementando las mismas políticas una y otra vez, con los mismos resultados…

El debate entre Friedrich Hayek y John Maynard Keynes ya no tiene sentido. La clase política, en todo el mundo, con su comportamiento irracional es la principal responsable de las crisis recurrentes que nos sacuden, generan pobreza y sistemáticas caídas del bienestar. Lamentablemente, hemos permitido el surgimiento de una clase política profesional que vive por y para la política, dando la espalda al pueblo que los elige. Este sistema impide que los políticos honestos y responsables puedan acceder al poder o ser electos.

¿Qué podemos hacer?. El primer paso es impedir el surgimiento de esta clase política profesional que solo vela por sus intereses…¿seremos capaces de reaccionar a tiempo antes de la próxima crisis que ya se está incubando?.

Panorama LIBERAL
Domingo 9 Noviembre 2014

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