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martes, 4 de octubre de 2011

CON NUESTRA MENTALIDAD, ¿PODREMOS COMPETIR CON LOS JAPONESES?


Este es un cuento muy antiguo que ha usado en cursos de motivación y académicos de diversos tipos, sin embargo, siempre conviene darle una nueva mirada…

Hace algunos años atrás se celebró una competencia de remo entre dos equipos de 10 personas cada uno.
¿Quien gana...los japoneses o los chilenos?

Un equipo estaba compuesto por 10 trabajadores de una empresa chilena (no importa si era pública o privada…el resultado es el mismo) y otro por sus colegas de una empresa japonesa cualquiera.
·       Equipo japonés: 1 jefe de remeros, 9 remeros
·       Equipo chileno: 1 jefe de remeros, 9 remeros

Primera Carrera: Banzai, Banzai, Banzai…

Apenas se da la salida, los japoneses salen gritando “banzai, banzai, banzai”, remando con fuerza, entusiasmo…y cruzan la meta 3 minutos antes que el equipo chileno.

De vuelta a casa, la Gerencia de la empresa chilena se reúne con el Comité (especialmente formado para dirigir esta competencia) para analizar las causas de tan bochornosa actuación, llegando a la siguiente conclusión que difunde el secretario -una vez levantada acta- a todo el personal de la empresa a través de un correo electrónico:

“El Comité ha analizado el resultado de la competencia y ha detectado que la victoria de los japoneses se debe a una táctica muy sencilla y fácil de replicar. Por lo tanto, para el próximo mes se tomarán las medidas oportunas que revertirán este resultado”.

Segunda Carrera: Ceachiiii..chiii….Más motivación.

Una de las medidas adoptadas es reemplazar a uno de los remeros por un auditor interno con el fin de evaluar la carrera y proponer mejoras en los procesos. Además, se contempla comenzar la carrera con el nacional “ceachi..chiii..”.
·       Equipo japonés: 1 jefe de remeros, 9 remeros
·       Equipo chileno: 1 jefe de remeros, 8 remeros y un auditor interno

Nuevamente el equipo japonés comienza a distanciarse desde la primera remada. Los chilenos pese a sus gritos, tenidas de última generación, zapatillas Nike y remos de carbono hidratado llegan esta vez con 10 minutos de retraso.

La Gerencia convoca a nueva reunión y después de un sonado tirón de orejas al responsable del Comité invitan al auditor para que de su informe y plantee sus recomendaciones.

El auditor interno recomienda una estructura más abierta y dinámica la cual debería componerse de:
·       Equipo chileno: 1 jefe de remeros, 6 remeros, un motivador, un consultor externo para implementar la ISO 14000 y el auditor.

El equipo japonés sigue conformado por 1 jefe de remeros y 9 remeros.

Tercera Carrera: Una nueva estructura.

Se repite la carrera con la nueva estructura abierta y dinámica. Nuevamente el equipo japonés comienza a distanciarse desde la primera remada. Los chilenos pese a la nueva estructura llegan esta vez con 25 minutos de retraso.

En una nueva reunión, el consultor externo e implementador de la ISO 14000 explicó que esto sucedía porque faltaban los puntos de control dentro del proceso establecido, por lo que recomendó establecer jerarquías dentro de la tripulación del bote creando el cargo de jefe de bote y supervisor.

La empresa ha dispuesto amonestar y castigar a los remeros quitándoles todos los bonos e incentivos por los sonoros fracasos anteriores. Por lo tanto, dadas las protestas de los remeros, se integran a 2 representantes sindicales que exigen ir en el bote.

Así, esta vez hubo una formación mucho más progresista compuesta de:
·       Equipo chileno: 1 jefe de remeros, 1 remero, 2 miembros del sindicato, el auditor interno, el consultor externo de la ISO 14000, un motivador para mantener el buen clima organizacional, 1 jefe de bote y 2 supervisores con instrucciones concretas de no quitar ojo al único remero.

El equipo japonés sigue conformado por 1 jefe de remeros y 9 remeros.

Como se podrá suponer, el equipo japonés se escapa nada más producirse la salida.

La conclusión gerencial: se requiere cambio de personal

Tras varias jornadas maratonianas de reuniones al más alto nivel con los diversos responsables del Comité y con el apoyo de las auditorías y consultorías, se ha concordado que el gran responsable de los malos resultados es el remero. Por lo tanto, se despide al remero.

Se solicita al departamento de RRHH que evalúe empresas contratistas que presten el servicio de remeros. El análisis se centra en que el remero despedido, desde el inicio de la carrera, no estaba adecuadamente preparado, manifestó un notorio desgano, escaso entusiasmo, daba miradas de soslayo muy preocupantes, emitía permanentes comentarios entre dientes y mantenía reiteradas protestas entre remada y remada.

Comentarios de Liberalio:

1)   El placer del trabajo bien hecho. En Chile no se disfruta del trabajo bien hecho. Es más, existe la percepción de un porcentaje importante de personas que consideran al trabajo como una verdadera maldición, como una especie de castigo que las personas deben asumir con la cabeza gacha y en forma sumisa. No tenemos un respeto por el trabajo bien hecho.

2)   El gigantismo organizacional. Las incompetencias en las organizaciones se enfrentan creando más y más departamentos que, supuestamente, apoyan a la organización. Pero, terminan siendo una fuga de recursos que se birlan del objetivo central.

3)   La búsqueda de culpables. Somos una sociedad enfermiza que busca culpables siempre, pero que no se preocupa de buscar soluciones. Acá cuando se envían correos se debe copiar a todos los involucrados, no con el fin de mantenerles informados, sino de respaldar lo enviado.

4)   La desconfianza social. En Chile vivimos pensando que nos están engañando en todo lo que nos pasa; nadie confía en nadie, y por eso nos piden papeles por casi cualquier cosa. Por ejemplo, ¿alguién se ha preguntado el papel de los notarios?. Nos hacen firmar por papeles sin valor pero nos cobran por el. En otras palabras, los pagos que les hacemos a los notarios son pagos por la desconfianza.

5)   Excesivas regulaciones y controles. Dado que no confiamos en nadie y creemos que todos son flojos se necesitan muchos supervisores y reguladores. Estamos llenos de leyes, muchas de ellas sin aplicación alguna, pero las tenemos.

6)   Chile y el desarrollo. Nuestra mentalidad económica nos condena al subdesarrollo sempiterno. No tenemos escapatoria si queremos progresar: debemos trabajar más intensamente que los demás si queremos mejorar nuestro bienestar.

7)   La mentalidad socialista. Esta es la razón final de nuestro subdesarrollo mental y social. Mientras un porcentaje importante de la población siga pensando que merece más de lo que recibe por no hacer nada, estamos condenados a seguir arriando el lote de los países avanzados. Con esta mentalidad, jamás podremos competir con los más avanzados. Es nuestro sino, ¿podremos modificarlo?.

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