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lunes, 16 de mayo de 2011

LUDWIG ERHARD RECARGADO

Cuarta Parte: 
¿Cómo se relaciona nuestro Modelo Económico de Bajo Costo con la distribución del ingreso?

En un gran número de mercados, los bienes y servicios se transan a precios muy bajos y la única razón para ello, es la débil demanda causada por la excesiva concentración del ingreso. En otras palabras, las empresas que sirven los mercados masivos usan la estrategia de liderazgo en costos y por lo tanto, tienen un modelo económico de bajo costo.

La consecuencia de lo anterior, es que un enorme porcentaje de la fuerza laboral trabaja por bajos salarios presentes, y para mantener un cierto nivel de vida debe endeudarse gastando ingreso futuro.  Mientras tanto, una pequeña proporción de chilenos, el 7%, tienen altos ingresos, lo que les permite consumir lo que deseen.

En resumen, la economía chilena tiene una baja demanda global de bienes y servicios de calidad, lo que lleva a reducir precios, y por ende, pagar bajos salarios. Por lo tanto, nuestro modelo de bajo costo explica la mala distribución del ingreso que tenemos: se vende a bajos precios, se pagan bajos salarios a una gran mayoría, se demanda bienes y servicios de bajos precios. Por cierto, los únicos que ganan son los propietarios de las empresas concentradas porque esos bajos precios no les impactan en sus ingresos.

El problema de la distribución del ingreso

Por ejemplo, hay empresas del ámbito financiero cuyos gerentes generales tienen un ingreso mensual (con todas las regalías) de $50.000.000 mensuales, mientras que los cajeros perciben $500.000 al mes. Es decir, no es extraño encontrar en el ámbito privado y sectores especializados de baja competencia, como es la banca, diferenciales de rentas de 1 a 100.

¿Y qué pasa en el sector público?. Desde que entró en vigor la Ley de Transparencia que obliga a hacer públicos los salarios de los funcionarios de gobierno, podemos observar que el sueldo bruto del presidente es de $7.326.180  al mes. El sueldo base del cargo es $509.263 mensuales, pero se ve incrementado por varias asignaciones, la más alta de ellas corresponde a la Asignación Dirección Superior Ley N°19.863 por 4 millones 395 mil 708 pesos.

Y si vemos al cargo de Auxiliar, el que menos gana, observamos que el sueldo base es $123.268 y su remuneración bruta es de $412.142. Es decir, algunos funcionarios de la administración pública tienen un sueldo base menor al salario mínimo de $172.000.

Por ejemplo, comparando con otros presidentes observamos que el sueldo de Barak Obama es de $20.808.594 al mes, por lo que, gana casi tres veces más que nuestro presidente, pese a que el PIB de Chile al 2008 es de US$207.032 millones, y el de USA es de US$14.330.000 millones, es decir, casi 70 veces superior al nuestro. Así, si guardamos los parámetros de las responsabilidades que conlleva el cargo, podemos decir que nuestro presidente al menos no gana tan poco, en comparación con nuestro vecino del norte.

En EEUU no se puede pagar a una persona menos de US$7,5 la hora, así que si calculamos aproximadamente, 40 horas mensuales, y 22 días trabajados, tenemos que un trabajador de ese país ganaría aproximadamente $720.000 al mes, contra nuestro sueldo mínimo que es de $172.000. O sea, la diferencia es de 4,2 veces más menos.

Si tomamos el sueldo mínimo 2011 de un trabajador chileno y lo dividimos por el sueldo de nuestra presidente, o sea, $7.326.180 / 172.000 nos da 42,6 veces. Es decir, la diferencia entre el que gana menos en Chile con su presidente es de 42 veces, mientras que en EEUU da aproximadamente 29 veces.

Lo anterior es una demostración clara de las cifras de distribución de la renta en Chile. De acuerdo a cifras del año 2010, el ministro de planificación, Felipe Kast, dio a conocer que “el 10% de los hogares de mayores recursos obtuvo ingresos 46,2 veces los percibidos por el decil más pobre; en 2006, esa brecha alcanzó a 31,3 veces. Con todo, considerando los subsidios estatales la distancia se reduce a 25,9 veces…asimismo, el decil más vulnerable disminuyó en el período de estudio sus entradas autónomas -las que no incluyen las ayudas del Estado- en 26,3 puntos; a la inversa, el decil superior subió en 9,1%. Estos antecedentes significan que del total de ingresos que se generan en el país, el 10% de mejor situación capta el 40,2% y el 10% más carenciado captura apenas el 0,9%...”.

Estos resultados globales no debieran extrañar: la ausencia de mercados competitivos y la concentración económica, conduce a las empresas hacia la estratega de liderazgos en costos, lo que se traduce en bajos salarios. Y una muy mala distribución del ingreso a nivel agregado.

La pregunta que debemos contestar es: ¿Cómo llevar la prosperidad a todos aquellos que se esfuerzan honestamente?. Y la respuesta es: evitando que surja la creencia que la distribución del ingreso se soluciona aumentando los impuestos y el gasto social, mensaje erróneo que los socialistas vocean en todas sus instancias.

La única manera de elevar la prosperidad es profundizando la competencia en todos los mercados y evitando el surgimiento de conglomerados que nos cobran bajos precios, pero a costa de pagar bajos salarios.

Fin Cuarta Parte

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