Translate

domingo, 1 de mayo de 2011

¿ES ACTUAL EL MENSAJE DE LA REBELIÓN DE ATLAS?


El 15 de abril de este año se estrenaba en EEUU, La rebelión de Atlas o Atlas Shrugged Part I de la magnífica escritora de origen ruso Ayn Rand. En el reparto, actúan Taylor Schilling, Grant Bowler, Matthew Marsden, Graham  Beckel, Edi Gathegi, Jsu Garcia, Michael Lerner

Escrito en 1957, La Rebelión de Atlas ha vendido hasta el momento más de cuatro millones de ejemplares y, de acuerdo con una encuesta realizada en 1991 por El Club del Libro del Mes de la Biblioteca del Congreso americano, se ubicaba en segundo lugar, luego de La Biblia, como la obra que más significativo impacto había ejercido en la vida de los encuestados.

La historia mejor contada

La historia tiene lugar en un país con un "jefe de estado" en vez de un presidente y una "Legislatura Nacional" en lugar de un congreso. El relato hace referencia a un probable futuro en el cual la sociedad sucumbe bajo el impacto de un estado benefactor y de un socialismo creciente, y los que reaccionan a esta situación son los emprendedores individuales con sus grandes fábricas intensivas en capital, ya hartos del nivel de intervencionismo estatal y de corrupción política.

Así, la historia narra los últimos momentos de un conflicto creciente entre dos clases de individuos: los "saqueadores" y los "no saqueadores" (looters y non-looters). Los saqueadores son partidarios de altos impuestos, sindicatos fuertes, propiedad pública, gasto y planificación gubernamental, regulación y redistribución de ingresos. Entre ellos se encuentran políticos y sus seguidores, intelectuales, líderes religiosos, burócratas estatales y empresarios "progresistas" quienes venden su iniciativa, poder creativo e independencia a cambio de la "seguridad" que les brinda una regulación del gobierno.

Los no saqueadores -los pensadores y hacedores- son aquellos intrépidos y competentes individuos que generan innovaciones y nuevos emprendimientos. Ellos aman su trabajo e intentan progresar a través de su amor al trabajo y esfuerzo personal, a la vez que aborrecen las fuerzas del colectivismo y la mediocridad.

La batalla es librada entonces, entre aquellos que emplean la fuerza y el poder político para intentar dirigir el progreso y quienes pretenden hacerlo mediante los beneficios que brindan el comercio y sus habilidades productivas.

La heroína: Dagny Taggart.

Por lo tanto, el texto se construye alrededor de varios hombres de negocios e industriales. La bella Dagny Taggart, tal vez la más heroica protagonista femenina en la ficción americana, es el genio operativo que eficientemente conduce el Ferrocarril Transcontinental Taggart, fundado por su abuelo. Su hermano James, presidente de la firma solamente en los papeles, es un indeciso e incompetente hombre de negocios "progresista" que intenta llevarse todos los méritos de los logros de su hermana.

Dagny optimista y calladamente desarrolla una tarea digna de Hércules a fin de mantener en funcionamiento el ferrocarril, pese a las destructivas regulaciones del gobierno, las debilidades de su hermano, la incompetencia de muchos de sus socios y al silencio e inexplicable desaparición de productivos industriales, de los que ella en gran medida depende.

El luchador: Hank Rearden

A medida que tanto la sociedad como su empresa se van desintegrando, Dagny intenta reconstruir un viejo ramal del ferrocarril Taggart. Es en esa tarea, en la que toma contacto con Hank Rearden, un productor de acero e inventor de una aleación más resistente y liviana que aquel metal. Rearden, quien equipara en inteligencia, determinación y sentido de la responsabilidad a Dagny, se convierte en su aliado y eventualmente se vuelven amantes. Luchan denodadamente por mantener a la economía en funcionamiento y por intentar descubrir el secreto de la continua desaparición de hombres creativos.

El motor: John Galt

John Galt, es el Mesías de la libre empresa, quien secretamente persuade a los hacedores y pensadores de desaparecer misteriosamente unos tras otros, abandonando y hasta, inclusive, saboteando sus propias empresas antes de su partida. 

Galt explica como el mundo necesita desesperadamente de individuos productivos, pero como viciosa y maliciosamente son amenazados por éste. Cuanto más grande es la habilidad productiva de una persona mayor es el castigo que recibirá bajo la forma de regulaciones, controles y de la expropiación de la riqueza por él generada. 

Este mal, sin embargo, es posible solamente gracias al "consentimiento de la víctima." Aceptando una inmerecida culpabilidad -no por sus vicios sino por sus virtudes- los emprendedores han convalidado el saqueo político del producto de sus mentes.

Así, Galt diseña su plan dirigido a detener el motor del mundo, convenciendo a varios de los más grandes en intelecto y productividad acerca de la necesidad de negarse a continuar siendo explotados por los políticos ladrones y los mendigos, efectuando una huelga que prive al mundo de sus talentos y escapando hacia un refugio secreto ubicado en las Montañas Rocosas de Colorado, dejando así que el estado benefactor se autodestruya. 

Los héroes-conspiradores, regresarán entonces para fundar un nuevo y saludable orden social basado en los principios del capitalismo de laissez-faire.

Galt, el físico misterioso que es también filósofo, maestro y líder de un movimiento intelectual, ha inventado un motor capaz de convertir electricidad estática en útil y barata energía cinética. Ha decidido mantener en secreto su invención hasta que llegue el momento para él y los demás héroes de reclamar el mundo.

En gran parte de la novela, Galt aparece en personajes que se preguntan ¿quién es John Galt?. Mientras tanto, se ha mantenido escondido, desempeñándose como un empleado de los Túneles Taggart, mientras reclutaba a los huelguistas.

El destructor: Francisco d’Anconia

Francisco d'Anconia es un aristócrata, barón del cobre, y antiguo amante de Dagny, que prefiere destruir sistemáticamente sus minas antes que permitir que caigan en manos de los saqueadores.

El pirata: Ragnar Danneskjöld

Es un filósofo devenido en pirata, quien pretende cobrar venganza atacando solamente naves de propiedad estatal, con la intención de recuperar para los seres productivos lo que en derecho les pertenece.

El inmoral: Robin Hood

La visión de Rand es la de señalar a Robin Hood como alguien que robaba a los fuertes y que se lo merecían para darle a los débiles que no se lo merecían. Así, Robin Hood, resulta que es el más inmoral e innoble de todos los símbolos humanos puesto que refleja la idea según la cual la necesidad es fuente de derechos, que a los individuos meramente les basta con desear algo, sin esforzarse en ello, y que es justo que los hombres reclamen lo que no se merecen.

Utopian

Por lo tanto, un a uno, los seres más productivos del planeta desaparecen de la escena a la vez que son tildados de traidores y desertores por Dagny y Hank, quienes continúan luchando desde sus puestos de trabajo. Irónicamente, debido a que no se los ha informado acerca de la conspiración, ambos llegan a combatir incluso contra sus aliados naturales -lo ex líderes del mundo de los negocios declarados ahora en huelga.

En circunstancias en que Dagny se encuentra persiguiendo en su avión a uno de los desertores hasta un valle en lo profundo de las Rocallosas, sufre un accidente, cae a tierra y descubre entonces de manera accidental el cuartel central de John Galt, una comunidad de libre empresa creada por ex industriales junto a académicos, artistas y artesanos llamada Utopian. Ellos acondicionaron "La Quebrada de Galt" (también conocida como el "Valle de Mulligan") a la manera de un refugio que los pone a salvo de los saqueadores. Dagny, es el último de los héroes, exceptuando a Hank, en llegar a ese lugar.

Una vez allí, Dagny presta atención a la lógica de Galt y de sus socios, y termina enamorándose de él, quien viene a representar los valores que para ella eran esenciales. Inspirada por una visión que tiene de Rearden, quien por su parte continúa buscándola y combatiendo a los saqueadores, decide retornar a un mundo en confusión.

Dagny y Hank, quienes representan a todos los individuos, se rehusan casi hasta el final del relato a aceptar el plan de Galt e intentan tenazmente salvar a la economía de una catástrofe.

El discurso de Galt: la esencia de la visión del mundo de Rand.

Una transmisión en cadena del Sr. Thompson, el Jefe de Estado, es interrumpida por Galt, quien en un discurso de tres horas de duración sienta los principios de su filosofía. Entre varias de sus provocativas ideas está la noción de que la doctrina del Pecado Original, para la cual a la naturaleza humana le es inherente el pecado, es absurda, pues un pecado que se encuentra fuera de la posibilidad de elección, escapa a la esfera de la moral.

La leyenda de Adan y Eva ha sido un relato positivo en la medida que ha permitido a los hombres desarrollar la concepción mental capaz de distinguir entre el bien y el mal, convirtiéndolo en un ser moralmente racional.

Otra idea audaz es la que sostiene que el altruismo, tanto el voluntario como el forzado, es algo perverso. Ubicar el bienestar de los demás por encima del propio interés individual es un planteo equivocado. El deseo de brindar caridad, compasión y placer de manera incondicional a quienes no lo merecen es inmoral.

Galt explica como la realidad es objetiva, absoluta y comprensible, y que el hombre racional es aquel que considera a la razón como el único medio de obtener un conocimiento objetivamente válido y como su herramienta básica de supervivencia.

El concepto de valor presupone la idea de una entidad capaz de actuar en aras de una meta, frente a distintas alternativas. La alternativa básica en el mundo es la de la existencia versus la no-existencia.

La vida humana le otorga significado al concepto de "valor". La vida de un organismo constituye su propio estándar de valores. Aquello que beneficia a su vida puede ser considerado como bueno, mientras que aquello que la amenace será malo. Es entonces, que la naturaleza de un ente vivo es la que determina como éste debe de comportarse.

Galt identifica a la vida humana como el apropiado estándar de valores, y a la moral como la que define las acciones necesarias para dar sustento a la vida de un hombre como tal.

Si lo que uno se propone como meta, es vivir como un ser humano, a uno le debe ser reconocido el derecho a vivir como un ser racional. Para vivir, el hombre debe de pensar, actuar y crear aquellos valores que su vida requiere. En otros términos, dado que la vida humana se sustenta a través del pensamiento y de la acción, es obvio que los individuos deben tener el derecho de pensar y de actuar y de conservar el fruto de su pensamiento y de su acción (es decir el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad).

Sostiene Galt que al ser los hombres criaturas que piensan y actúan según principios, el marco jurídico debe asegurar que la elección individual de vivir conforme esos principios, no pueda ser violada por otros seres humanos. Cada uno posee idéntico derecho de intentar alcanzar libremente sus propios y personales objetivos y metas. Estos derechos son innatos y pueden ser lógicamente deducidos de la naturaleza y necesidades humanas -el estado no participa en la creación de los derechos y existe meramente para protegerlos.

Dado que mediante el uso de la fuerza se violan los derechos, la libertad aparece como fundamental para el bienestar de una comunidad. El rol del gobierno será entonces el de proteger los derechos naturales a través del uso de la fuerza, pero solamente de manera defensiva, contra aquellos que iniciaron su uso.

El fin.

Galt decide seguir a Dagny en su regreso al mundo, siendo capturado por los saqueadores. Estos, en su intento de salvar la bancarrota económica le ofrecen el cargo de Dictador Económico, el que se rehúsa a aceptar. Galt es torturado hasta que la máquina se descompone, y es rescatado por los habitantes de Utopian. Los saqueadores terminan siendo derrotados.

Galt y Dagny retornan al valle, reescriben la Constitución y le añaden una cláusula que contempla que el Congreso no deberá sancionar ninguna ley que restrinja la libertad de producción y comercio. Al final de la novela, justo antes de emprender la reconstrucción del mundo, Galt simbólicamente traza con su avión el símbolo del dólar en el aire.

¿Es válido el mensaje de la Rebelión de Atlas en la actualidad?

La Rebelión de Atlas es una simbólica novela de ideas que expone un nuevo sistema filosófico que desafía varias creencias tradicionales y populares, combinando realismo, misterio, aventura, romance, fantasía, siendo capaz de satisfacer a distintas clases de lectores. Además, puede ser leída como si se tratase de un tratado de filosofía; un dialogo sobre ética; una original defensa del capitalismo; una parábola política que condena toda forma de colectivismo; o simplemente como una obra entretenida y amena.

Rand logró describir el mundo que le tocó vivir en una obra con enorme contenido moral, y sus personajes representan símbolos más que personas, son desarrollados en un nivel de parábola o fábula, siendo todos buenos o todos malos. Ella trata enteramente con blancos y negros -no existen grises en su mundo que compliquen la realidad ni personajes ambiguos.

Rand sostiene correctamente que la naturaleza humana requiere de libertad en todos los ámbitos posibles. Así, solamente cuando los hombres son libres de elegir pueden ser morales. Los principios intelectuales del capitalismo son los que sostienen que los individuos son libres por naturaleza, tienen responsabilidad por sus elecciones morales y son titulares de derechos inviolables.

Al examinar la evidencia nacional e internacional respecto de la reducción de la pobreza se puede llegar a la conclusión de que la democracia política no es suficiente para lograr dicho fin. Más y más funcionarios y burócratas solo equivalen a más tiempo y recursos que se destinan con el menor de los retornos.

La democracia política no produce los alimentos, bebidas, vestidos, casas, automóviles, vacaciones y tecnología para gozar y disfrutar. Es más, en muchas ocasiones, limitan y restringen a los que producen los alimentos, bebidas, vestidos, casas, automóviles, vacaciones y tecnología, con el pretexto bien intencionado de protegernos de nosotros mismos. Se atribuyen así el papel de salvadores y redentores de la especie.

Muchos políticos manifiestan públicamente su profundo desprecio por el trabajo esforzado, y por eso los 1º de Mayo, caminan junto a algunos que creen que el trabajo equivale a una especie de esclavitud. Claro, ellos disfrutan de un sueldo financiado por todos los contribuyentes para hacer un poco más que nada. Pero, no todas las personas pensamos en el trabajo como si fuera una esclavitud pagada; cualquier trabajo que nos permita mantener una vida decente debe ser honrado con nuestro sudor y esfuerzo. Y si no me agrada o el sueldo no me gusta, estoy en mi derecho de buscar otro empleo que me entregue lo que necesito.

Pero, surgen los santones e iluminados que asocian trabajo a esclavitud, y las mentes débiles se obnubilan exigiendo a sus patrones lo que ellos no son capaces de dar en sus trabajos. Quejas y exigencias por supuestos derechos conculcados y perdidos.

Es cierto, hay empresas que abusan de sus trabajadores en términos de bajos salarios y malas condiciones laborales, pero la verdadera solución no está en regular, fiscalizar ni controlar a esas malas empresas, sino en la actitud pasiva, indolente y falta de  iniciativa de aquellos que aceptan esas condiciones laborales inaceptables en el siglo 21…Ese es el drama.

¿De qué habla Ayn Rand?

La clase política siempre está lista para preparar, apoyar y aplaudir a un pueblo que es capaz de salir a las calles y festejar por tres días, pero nada hace para preparar, apoyar y aplaudir a un pueblo trabajador y esforzado. Existe un gran número de chilenos que pasan por la vida llevando sus derechos por delante de sus deberes; sus placeres por delante de sus dolores; sus irresponsabilidades por delante de sus responsabilidades….Estos son los que gritan en el parlamento y marchan por las calles, exigiendo mejores sueldos y condiciones laborales. Y algunos “honorables” les escuchan y les complacen.

Los otros, los chilenos y chilenas, trabajadores y responsables, asumen sus deberes con responsabilidad y son los que mantienen a Chile. Y consideran que cualquier trabajo debe ser honrado con el esfuerzo honesto y no con la queja. Por este tipo de chilenos y chilenas, es que la medida de cerrar el comercio en ciertos días es abusiva y atentatoria contra ellos: el que quiere trabajar no puede, puesto que los “iluminados honorables” deciden declarar feriados irrenunciables. Por que libertad política y libertad económica van de la mano.

Pasaron los tiempos de exigir más democracia, puesto que el derecho al voto no sirve sino tengo que comer. En cambio, se debe profundizar la democracia económica o el capitalismo que genera todos los bienes que necesitamos con la suficiente abundancia y eficiencia. Y aquí la clase política es mezquina y cruel manteniendo en la pobreza a cientos de personas que podrían trabajar, mediante decisiones discrecionales de entes pagados con el dinero de todos los contribuyentes …

Sin mercados libres las personas se adormecen y dejan que su espíritu de iniciativa sea devorado por el gran expropiador estatal. En otras palabras, las personas no solo deben participar de una libre democracia política votando por los candidatos de su preferencia, si no que deben participar de una libre democracia económica votando por aquellos bienes y servicios más preferidos sin restricciones ni tutelajes.

El capitalismo es una maravilla que puede ayudar a superar la pobreza a tasas crecientes siempre y cuando sean los mismos pobres lo que lideren su transformación. Todos somos capitalistas y tenemos capacidad e iniciativas individuales, a menos que permanezcamos obnubilados a la espera de la llegada del “hombre nuevo”, un mesías, lleno de virtudes y que descenderá trayendo el cielo a la tierra. En realidad, los “hombres nuevos” solo traen más de lo mismo: miseria y subdesarrollo mental y material.

No se debe esperar nada de los gobiernos de turno, salvo que alguna vez creen una “red de oportunidades” para que apoyen a los cientos de miles de chilenos y chilenas que desean desarrollar sus talentos, sin asistencialismo ni paternalismo, para alcanzar la prosperidad y el bienestar que buscan y ansían.

Solo el Capitalismo genera Riqueza, el socialismo es pura pobreza. Y por eso, el mensaje de la Rebelión de Atlas está plenamente vigente.

Fuente: Adaptado de una traducción de Gabriel Gasave y cortesía de Fundación Atlas de Argentina.

3 comentarios:

cristian dijo...

Excelente y muy didáctico resumen de una obra que , tal como afirmas al final, tiene hoy en dia plena vigencia, en particular en el Chile de hoy. Nuestro actual gobierno de "derecha" parece regirse al pie de la letra por la mentalidad de los saqueadores.

cristian dijo...

Resulta muy ameno bloggear e intercambiar puntos de vista , en nuestros respectivos blogs, con ustedes (....)

Anónimo dijo...

Bravo! Brillante artículo de una obra vital para la supervivencia de los individuos racionales.
Y la mentalidad de los saqueadores se manifestar+a sin tapujos en los próximos cuatro años.

Proximamente... larebeliondelindividuo.blogspot.com