La situación del proyecto HydroAysén está provocando un estado de crispación general en la sociedad puesto que tenemos al gobierno y aparato estatal, defensores del proyecto, sobrepasados claramente por una opinión pública que no está dispuesta a transar y convertida en un grupo de presión enorme que no acepta razones.
Y la presión social está causando un “apagón”, en términos de tomar la iniciativa, de las autoridades que se enfrentan a un dilema: ¿seguimos apoyando este proyecto impopular o nos hacemos los lesos para salvar la piel en las próximas elecciones?. Gran dilema.
Por eso puede resultar conveniente mirar los intereses en pugna para tomar una posición propia y con fundamento.
El sector eléctrico: generación y transmisión.
El mercado eléctrico en Chile está compuesto por las siguientes actividades: generación, transmisión y distribución de suministro eléctrico. Estas son controladas en su totalidad por privados, y el Estado se limita a ejercer las funciones de regulación, fiscalización y planificación de inversiones en generación y transmisión, aunque esta última función consiste sólo en una recomendación no forzosa para las empresas.
El organismo del Estado que regula al sector eléctrico en Chile es la Comisión Nacional de Energía (CNE), la cual se encarga de elaborar y coordinar planes necesarios para su buen funcionamiento.
Por su parte, el sector generación está conformado por las empresas eléctricas propietarias de centrales generadoras de electricidad, la que es transmitida y distribuida a los consumidores finales. A abril de año 2010, se estimaba la capacidad total instalada nominal en cerca de 15.000MW, de los cuáles un 65% corresponde a generación térmica; 34% a generación hidroeléctrica, y el restante 1% a otras fuentes generadoras como la eólica. En el papel, existen alrededor de 30 empresas generadoras, y las dos más grandes son Endesa y Colbún.
ENDESA. Controlada por Enersis, holding a través del cual Endesa España controla sus activos en el sector eléctrico de Latinoamérica, es la principal empresa generadora. Opera un total de casi 5.000MW de potencia, lo que representa el 33% de la capacidad instalada en el mercado local. El 72% de la capacidad instalada de Endesa Chile y sus filiales en Chile es hidroeléctrica, el 27% es térmica y el 1% es eólica.
Endesa Chile participa en el Sistema Interconectado Central (SIC), principal sistema interconectado del país, donde vive alrededor del 93% de la población, con una participación del 49% del SIC. También participa en el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), a través de su filial Celta, e indirectamente a través de la sociedad Gasoducto Atacama Chile y GasAtacama Generación, dando suministro a diversas empresas mineras.
COLBÚN. Controlada por el Grupo Matte. Tiene una capacidad instalada de 2.500MW, lo que representa el 17% de la capacidad instalada en el mercado local. Un 51% es de origen hidroeléctrico y 49% de fuente térmica. Colbún opera en el SIC, donde representa cerca del 28% del mercado, lo que la convierte en la segunda empresa más grande. Cuenta con 20 centrales eléctricas distribuidas en la zona centro y sur de Chile. Tiene clientes regulados, como algunas distribuidoras de electricidad; así como libres, entre las cuales figuran grandes empresas mineras e industriales.
En resumen, ambas empresas representan en generación el 50% de la capacidad instalada en el mercado, y en transmisión, ambas representan un 77%. Es decir, tenemos un alto nivel de concentración en las etapas de generación y transmisión.
La Región de Aysen: gran belleza natural.
La región de Aisén es una de las más extensas del país, pero la que tiene menos población. La XI Región de Aysén o Undécima Región, abarca 108.494 kilómetros cuadrados, representando el 14 por ciento de la superficie del país, la tercera más extensa de Chile (Nota: la Región Metropolitana tiene 15.403 kilómetros cuadrados y corresponde al 2,05% del territorio).
En Aisén viven 91.492 habitantes - el 0,6 por ciento de la población del país -, con una densidad de 0,8 habitantes por kilómetro cuadrado. Con Coihaique como principal centro urbano, Aisén tiene apenas caminos pavimentados y las comunicaciones hacia el resto del país se realizan por medio de la Carretera Austral, construída recien en 1976, en avión que parte desde Balmaceda (cerca de Coihaique) o en barco desde Puerto Chacabuco (tambien cerca de Coihaique).
Se trata de una zona con una gran belleza natural, con ríos de gran caudal, lagos de colores increíbles, bosques impenetrables, fiordos y canales, selvas vírgenes, acantilados y pantanos, termas, glaciares y campos de hielo que sólo existen en este recóndito lugar del mundo.
Las ciudades y villas de Aisén han surgido entre cajones cordilleranos y están rodeadas de montañas... y algunas abiertas hacia el mar. Incluso existen aquellas que están emplazadas en interminables archipiélagos.
El proyecto HydroAysén: para servir a Santiago.
El principal proyecto en marcha de Endesa y Colbún es HydroAysén. ¿Cómo surge este proyecto?. Con toda probabilidad estas empresas han desarrollado estudios para identificar cuellos de botella energéticos en nuestro país, y ya los tienen identificados. Por esta razón, presentaron este proyecto a las autoridades políticas de la era Bachelet y encontraron buena acogida como para continuar con su desarrollo.
Este proyecto tiene una capacidad instalada nominal de 2.750MW. De concretarse, la capacidad instalada nominal ascendería a 17.750MW, y la participación de ambas empresas ascendería a 58% de la capacidad instalada nominal en generación.
Este proyecto contempla la construcción y operación de cinco centrales hidroeléctricas, dos en el río Baker y tres en el río Pascua, ubicadas en la región de Aysén. La inversión se estima en unos US$3.200 millones, constituyéndose en el proyecto energético más importante que se haya estudiado en ese país hasta la fecha.
Según la empresa responsable, al año 2020, el proyecto podría cubrir el 21% de la demanda del Sistema Interconectado Central (SIC). La construcción del proyecto contempla una línea de transmisión que transportará la energía desde la región de Aysén hasta Santiago, para ser inyectada al SIC mediante una línea de corriente continua que posee un tramo submarino entre las comunas de Chaitén y Puerto Montt.
Se estima que este proyecto inundará 5.900Ha (59 kilómetros cuadrados equivalentes a 0,054% de la superficie regional); movilizará cerca de 5.000 trabajadores provenientes de distintas zonas del país y el extranjero. Para interconectar las distintas represas con el Sistema Interconectado Central (SIC), por su parte, se requerirán de 3.000 km de extensión de tendido eléctrico.
El objetivo final de este proyecto no es servir a la zona de Aysén sino alimentar el Sistema Interconectado Central (SIC), por lo que la energía alimentará principalmente a la zona centro y a Santiago específicamente.
La Iglesia Ambientalista: una tendencia.
Este proyecto es una intervención drástica en una zona de gran belleza natural y de acuerdo a estudios acerca del emplazamiento de las centrales, así como de las áreas de trabajo que se necesitan para su construcción, se afectará a 6 parques nacionales, 11 reservas nacionales, 26 sitios prioritarios de conservación, 16 humedales y 32 áreas protegidas privadas. Además, se verían intervenidas 6 comunidades mapuche, cuatro de las comunas de Toltén, una de Lautaro y otra de Victoria. Y, como frutillita de este pastelito, parte de una muralla de la central Baker 2 pasaría por el Parque Nacional Laguna San Rafael, causando daños ambientales irreversibles.
Lo anterior ha motivado la articulación de un creciente grupo de ciudadanos que ha tomado como bandera de lucha el tema ambiental, luchando por impedir lo que consideran un “ultraje ambiental”. Mientras tanto, la fronda aristocrática-política-económica que lidera el proyecto observa, impávida, como los ciudadanos se inscriben en la ideología de la ecología profunda y sus derivados.
Desde hace mucho tiempo, la llamada “Escuela de la Ecología Profunda” ha puesto en el centro del debate que el ser humano no está por sobre la naturaleza sino que es parte integrante de ella. “La Tierra somos nosotros y nosotros somos la Tierra”. Y claro, este paradigma corresponde al reposicionamiento de una conciencia propia de civilizaciones y culturas autóctonas, avasalladas por el progreso y la cultura europeizante.
Por eso, un sabio piel roja escribió que "...Nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que Él les pertenece, lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan, pero no es así. Él es el Dios de la humanidad y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco. Esta tierra tiene un valor inestimable para Él y, si se daña, se provocaría la ira del Creador. También los blancos se extinguirán, quizás antes que las demás tribus nuestras. Ellos contaminan los lechos de los ríos y una noche perecerán ahogados en sus propios residuos."
Y como las personas necesitan creer en algo más trascendente que justifique su paso por esta vida, y dado que las creencias e iglesias tradicionales están en retirada ante la opinión del público, ha surgido la Iglesia Ambientalista que centra su culto en la naturaleza tal como las culturas de nuestro ignoto pasado. Ahora, nuestro bienestar depende de los dioses de la naturaleza que nos tutelan en sus formas fitomorfa y zoomorfa.
Tenemos al dios Ríos del Sur, a la diosa Ecosistema, y al dios Ecología, y a muchos profetas de generosa billetera que aprovechan el ímpetu religioso de mucha gente que se ha trasladado al medio ambiente. No hay razones, solo “Patagonia sin represas”; no hay argumentos, solo “Chile no se vende”, no hay alternativas, “no a HydroAysén”.
Lo positivo del hecho es que la ciudadanía está tomando partido y poniendo al borde del precipicio a la fronda aristocrática-política-económica que tenía la percepción que podía hacer lo que le viniera en gana. Por cierto, esto no quiere decir que los devotos de la Iglesia Ambientalista tengan la razón sino que debe obligar a los otros a pensarlo dos veces cuando pretendan imponer algún proyecto con impacto ambiental.
Estado Inepto: una débil institucionalidad.
El caso HydroAysén unido al caso Barrancones nos da que pensar respecto de la débil institucionalidad que como sociedad hemos estado construyendo en estos años y que es sobrepasada abiertamente por la misma autoridad central y por la sociedad que se revela.
Ya es una característica nuestra que las leyes que generamos para velar por nuestras interrelaciones son diseñadas a contrapelo y, al parecer, alejadas del sentido común y de la sensatez. Y, lo más complicado, alejadas de la ciudadanía porque, ¿cómo es posible entender que un proyecto que va a beneficiar a Santiago sea a costa de otra región de Chile tan lejana?; ¿Cómo es posible que un proyecto sea aprobado por todas las instancias y nadie respete dichas decisiones?.
Y la causa de esta débil institucionalidad es la tendencia de la fronda aristocrática-política-económica, de todos los colores políticos, a bajar con poca frecuencia del Olimpo para condescender con el pueblo llano. Y esto muestra la ausencia de nuevos liderazgos que miren al país en una visión de largo plazo respecto de sus opciones y alternativas de desarrollo, dejando de lado la emocionalidad y la superficialidad.
Es decir, tenemos un aparato estatal generoso en mano de obra para hacer trabajos manuales y financiar proyectos de corto plazo, pero bastante pobre y escaso en ideas y talentos; incapaz de pensar en proyectos de desarrollo de largo plazo y de pobre capacidad profesional para enfrentar los desafíos del futuro.
Lo anterior se traduce en ministerios y reparticiones públicas que no son autónomos en sus quehaceres sino que dependen de la persona de turno que ocupa la dirección general. En otras palabras, son instituciones incapaces e inútiles para enfrentar la complejidad del mundo que nos rodea, y con escasa capacidad para generar y articular visiones del Chile del futuro en sus ámbitos respectivos.
Por ejemplo, de acuerdo al sitio web www.minenergia.cl, “el objetivo general del Ministerio de Energía es elaborar y coordinar los planes, políticas y normas para el buen funcionamiento y desarrollo del sector, velar por su cumplimiento y asesorar al Gobierno en todas aquellas materias relacionadas con la energía…El sector energía comprende todas las actividades de estudio, expIoración, explotación, generación, transmisión, transporte, almacenamiento, distribución, consumo, uso eficiente, importación y exportación, y cualquiera otra que concierna a la electricidad, carbón, gas, petróleo y derivados, energía nucIear, geotérmica y soIar, y demás fuentes energéticas”.
Grandes objetivos, grandes metas, pero que están solo escritas en el papel, ¿nos estarán tomando el pelo?. Veamos otro caso.
De acuerdo al sitio web www.mma.gob.cl, el ministerio del medio ambiente de Chile es “el órgano del Estado encargado de colaborar con el presidente de la República en el diseño y aplicación de políticas, planes y programas en materia ambiental, así como en la protección y conservación de la diversidad biológica y de los recursos naturales renovables e hídricos, promoviendo el desarrollo sustentable, la integridad de la política ambiental y su regulación normativa”.
¿Cómo se entiende, entonces, que un proyecto que interviene drásticamente un rico sector de belleza natural y que genera un tendido eléctrico de 3.000km por el sur de Chile no merezca reparos para esta entidad?, ¿Por qué el ministerio de medio ambiente no tiene opiniones propias?.
Por otra parte, ¿qué tipo de institución podría estar mejor dotada para planificar que el ministerio de planificación?. De acuerdo al sitio web www.mideplan.cl, su “misión consiste en promover el desarrollo del país con integración y protección social de las personas, articulando acciones con las autoridades políticas, órganos del Estado y sociedad civil, a nivel nacional, regional y local, mediante: el análisis, diseño, coordinación, ejecución y evaluación de políticas sociales, planes y programas; la evaluación de las iniciativas de inversión pública; la provisión de información y análisis acerca de la realidad social y económica; la elaboración de instrumentos y metodologías para la gestión y toma de decisiones de políticas públicas”.
Pero, dada su nula participación en este caso y en muchos más, esta institución se ha convertido en un organismo de corte asistencialista de corto plazo y debiera cambiar su nombre al de “ministerio de la protección social”.
Al parecer, estamos en presencia de un gordo y grueso Estado pero inepto e incapaz de maniobrar en mares tormentosos y, lo que es más grave, con una notoria escasez de liderazgo. La fronda aristocrática-política-económica que nos rige disfruta de la vida placentera que obtienen de sus empleos y rentas debido a su cercanía con el poder. Y, como creen que son una clase superior que no debe rendir cuentas a nadie, toman decisiones sin dar razones porque su liderazgo hunde sus raíces en el autoritarismo paternalista. A veces, cuando bajan del Olimpo, le sonríen al pueblo llano y le lanzan migajas al suelo para que se las disputen, mientras ellos disfrutan del evento.
Y el resultado final de todo esto es que la fronda ha construido una sociedad de pobres y débiles instituciones, sin autonomía y dependientes en extremo, sin respaldo de la opinión pública, porque ¿para qué crear instituciones fuertes y respaldadas por la sociedad si ellos se consideran los poseedores de la verdad y la virtud?, ¿quién en su sano juicio entregaría autoridad a otras entidades que no puedan controlar?.
Pobre liderazgo para los tiempos que vivimos, porque el liderazgo lo entrega la gente. Hasta que…los “plebeyos y esclavos” despiertan de su letargo, sacuden los tronos de los “patricios” y les gritan en la cara que no aceptarán sus decisiones.
Por eso, necesitamos un Estado Mínimo eficiente, dotado de instituciones autónomas, profesionales e independientes que aporten valor a los gobiernos y al país. El Banco Central es un ejemplo a seguir, y también la actual Contraloría, con la dirección de Ramiro Mendoza. Y esto debe ser profundizado en todos los ámbitos.
Gobierno Atrapado: Piñera acorralado.
Un político debe ser como un astuto navegante para navegar en las más embravecidas aguas y continuar al mando de su embarcación. Por eso, Piñera debiera estar meditando respecto del grave error que cometió cuando intervino en la polémica del emplazamiento de la central termoeléctrica Barrancones a pocos kilómetros de Punta de Choros.
En dicha ocasión, Piñera anunció que se cambiaría la ubicación de la planta manifestando que “como ciudadano y Presidente de Chile tengo un doble compromiso y responsabilidad: proteger el medio ambiente, la naturaleza y nuestra biodiversidad y, al mismo tiempo, cumplir y hacer cumplir la ley y ser respetuoso de nuestra institucionalidad y nuestro Estado de Derecho". En estricto rigor, hizo todo lo contrario: no fue respetuoso de la institucionalidad ni del Estado de Derecho.
Finalizó su intervención diciendo que “por estas razones, le he pedido y hemos acordado con Suez cambiar la ubicación de la central termoeléctrica Barrancones…proteger ese maravilloso santuario de la naturaleza no solamente para nuestra generación, sino también para las que vendrán". Al parecer, nadie le advirtió que si bien es el presidente, no es el dueño de Chile.
Y, pasó desapercibido que Suez Energy (la empresa que lideraba el proyecto) afirmara mediante un comunicado de prensa que “respeta las decisiones de las autoridades y, consecuentemente, analizará otras alternativas mejores que se puedan encontrar para brindar soluciones para el crecimiento de las necesidades de energía de Chile…el proyecto cumplió con todas las normas y regulaciones ambientales de Chile y con estándares ambientales del Banco Mundial y de la Unión Europea”.
Después de esta polémica las preguntas se pusieron en la mesa: ¿es posible que mediante actos discrecionales pueda una autoridad pasar a llevar una institucionalidad sancionada por todos los poderes del estado?, ¿por qué son las empresas eléctricas las que lideran los proyectos?, ¿por qué el país no dispone de un liderazgo que nos evite estos malos ratos?.
Y, ahora, Piñera está siendo “cocinado en su propia salsa”. Su intervención en Barrancones da cuenta de las intenciones de este político demócrata cristiano, de corte individualista, pero que está atrapado entre el autoritarismo de la fronda poderosa y el populismo del pueblo llano. No se puede estar con dios ni con el diablo, y en algún momento deberá asumir los costos de sus acciones.
¿Dónde está el piloto?
No se puede dialogar cuando los extremos están tan marcados. El fanatismo exacerbado y sin argumentos nos lleva a decir “no” a la termoeléctrica Barrancones, “no” a la energía nuclear y “no” a HydroAysén; mientras otros creen lo contrario y piensan que las necesidades energéticas del país merecen ciertos costos ambientales. Y muchas preguntas giran sin respuesta:
· Si el país necesita energía para los próximos años, ¿por qué son las empresas privadas las que lideran estos proyectos?, ¿no debiera ser el ministerio de energía el que defina una matriz energética consensuada para evitar estas eternas disputas?,
· Si Santiago necesita energía, ¿por qué debemos intervenir en un entorno tan lejano?, ¿por qué Santiago no asume el costo de su mayor demanda de energía ampliando las centrales que están en las cercanías?,
· Si el país desea ser desarrollado, ¿por qué posee una institucionalidad tan débil y tan poco autónoma?, ¿por qué poseemos tan poco liderazgo en temas trascendentales?, ¿por qué no se han enfrentado públicamente el ministerio de energía y de medio ambiente en este proyecto?
El dilema final: ambiente limpio vs generación energía
La ideología de la defensa del medio ambiente ya es una tendencia, aunque cuando se recorre Chile se puede observar la suciedad que nos rodea. Pero, todos parecen vibrar cuando se habla de vivir en un ambiente limpio.
El nivel de concentración de la generación de energía en Chile, lleva a las empresas líderes a seguir obteniendo rentas extraordinarias por medio de proyectos necesarios pero que ocultan una serie de costos implícitos que deben ser abordados.
Nuestro inoperante Estado da muestras de su debilidad, al apoyar proyectos sin los necesarios estudios y análisis. Los aspectos técnicos y financieros son una cosa, pero los aspectos políticos y sociales también deben ser abordados, puesto que todos se juegan su pedazo de la torta en las elecciones futuras. No extraña entonces que la Concertación haya encontrado un caballito de batalla para repuntar en las encuestas y recuperar el poder perdido.
Finalmente, la presencia de instituciones públicas autónomas y respetadas no es del interés de la actual fronda aristocrática-política-económica, puesto que eso significa traspasar autoridad.
Mientras tanto, una gran mayoría de los que habitamos este largo balcón con mirada privilegiada hacia el Océano Pacífico observan hastiados la secuencia de errores y desaciertos que se cometen con nuestros recursos so pretexto de defenderlos. Los recursos de que disponemos debemos hacerlos rendir y no guardarlos en la nevera a la espera de que mañana algún extraterrestre los encuentre y se los sirva.
Teoría de la estupidez: ¿somos realmente tan estúpidos?
Carlo María Cipolla desarrolló la idea que la gente estúpida es un grupo social más poderoso que las grandes organizaciones como el ejército, la iglesia, y la mafia. Y parece increíble que “el grupo de los estúpidos, sin reglamentaciones, líderes o manifiestos consigue ejercer un gran efecto con una coordinación increíble”.
Recordemos las leyes fundamentales de la estupidez:
· Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación,
· La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona,
· Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso,
· Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso,
· Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.
Por lo tanto, una persona sensata no espera resultados dignos de una mente superior porque se sabe rodeado de estúpidos. A lo más, aportar una gota de sensatez en el océano de la estupidez puede ser el primer gran paso para revertir su naturaleza.
Esperemos. Mañana puede ser el gran día.
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