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martes, 17 de diciembre de 2013

Crónicas de un Liberal Enajenado. LUDWIG VAN BEETHOVEN Y EL TESTAMENTO DE HEILIGENSTADT.

A callar todos....el maestro Ludwig von Beethoven observa....
En un día como hoy, 17 de diciembre, pero de 1770 (hace ya 243 años) nace en Bonn un genio que la posteridad reconocería como Ludwig van Beethoven, compositor, director de orquesta y pianista alemán de enorme legado. Este genio nos permite afirmar que los seres humanos individuales son los que han creado las más grandes maravillas de la especie humana; sin ellos la humanidad no tendría pasado ni futuro.

¿Por qué Beethoven es un genio?. Porque superó sus limitaciones para alcanzar la inmortalidad reservada para pocos. En mayo de 1802, a los 32 años de edad, por recomendación de su doctor Schmidt, Beethoven se retira a Heiligenstadt para descansar en la temporada de verano, como era siempre su costumbre y como lo fue a lo largo de toda su vida. Esta era una etapa anual que Beethoven necesitaba de forma imprescindible porque añoraba la naturaleza, la sensación de libertad, las caminatas por senderos de bosque, etc. Y era, también, muchas veces el período del año en el cual aparecían sus ideas musicales que anotaba en sus innumerables cuadernos de apuntes, para después, en el invierno, en Viena terminar de pasar en limpio y pulir las obras que habían surgido durante el verano. Ese año en particular, Beethoven estaba atormentado por el aumento de su sordera, y tenía ya la sensación de que era una enfermedad que no lo iba a abandonar fácilmente, y  sentía amenazada toda su vida por ella.  La indicación del Dr. Schmidt, abría una esperanza de que con soledad y silencio que una temporada en el campo podría descansar su oído, y recuperar su salud.

Heiligenstadt era en ese momento un pueblito separado de Viena, parte de la misma ciudad y se tardaba algún tiempo en llegar allí en carruaje. Deprimido y ya incapaz de esconder su afección creciente, el 6 de Octubre de 1802, Beethoven escribió un documento que guardó luego cuidadosamente, y que fue llamado después "El Testamento de Heiligenstadt". Es importante recordad que fue encontrado en el mismo escondite secreto de su escritorio, junto a la carta a la Amada Inmortal, escrita en 1812.

En este emocionante documento, Beethoven revelaba su enfermedad y su angustia frente a la misma. El escrito tiene una cualidad emocional verdaderamente impactante, cuando lo leemos hoy en día.

TESTAMENTO DE HEILIGENSTADT

Para mis hermanos Carl y Johann van Beethoven:

¡Oh, hombres que me juzgáis malevolente, testarudo o misántropo!, ¡Cuán equivocados estáis!

Desde mi infancia, mi corazón y mi mente estuvieron inclinados hacia el tierno sentimiento de bondad, inclusive me encontré voluntarioso para realizar acciones generosas, pero, reflexionad que hace ya seis años en los que me he visto atacado por una dolencia incurable, agravada por médicos insensatos, estafado año tras año con la esperanza de una recuperación, y finalmente obligado a enfrentar el futuro una enfermedad crónica (cuya cura llevará años, o tal vez sea imposible); nacido con un temperamento ardiente y vivo, hasta inclusive susceptible a las distracciones de la sociedad, fui obligado temprano a aislarme, a vivir en soledad, cuando en algún momento traté de olvidar es, oh, cuan duramente fui forzado a reconocer la entonces doblemente  realidad de mi sordera, y aun entonces, era imposible para mi, decirle a los hombre, ¡habla más fuerte!, ¡grita!, porque estoy sordo.

¡Ah! Como era posible que yo admitiera tal flaqueza en un sentido que en mi debiera ser más perfecto que en otros, un sentido que una vez poseí en la más alta perfección, una perfección tal como pocos en mi profesión disfrutan o han disfrutado –Oh, no puedo hacerlo, entonces perdonadme cuando me veáis retirarme cuando yo me mezclaría con vosotros con agrado, mi desgracia es doblemente dolorosa porque forzosamente ocasiona que sea incomprendido, para mi no puede existir la alegría de la compañía humana, ni los refinados  diálogos, ni las mutuas confidencias, solo me puedo mezclar con la sociedad un poco cuando las más grandes necesidades me obligan a hacerlo.

Debo vivir como un exilado, si me acerco a la gente un ardiente terror se apodera de mi, un miedo de que puedo estar en peligro de que mi condición sea descubierta – así ha sido durante el año pasado que pasé en el campo, ordenado por mi inteligente medico a descansar mi oído tanto como fuera posible, en esto coincidiendo por mi natural disposición, aunque algunas veces quebré la regla, movido por mi instinto sociable, pero que humillación, cuando alguien se paraba a mi lado y escuchaba una flauta a la distancia, y yo no escuchaba nada, o alguien escuchaba cantar a un pastor, y yo otra vez no escuchaba nada, estos incidentes me llevaron al borde de la desesperación, un poco mas y hubiera puesto fin a mi vida – solo el arte me sostuvo, ah, parecía imposible dejar el mundo hasta haber producido todo lo que yo sentía que estaba llamado a producir, y entonces soporté esta existencia miserable – verdadera mente miserable, una naturaleza corporal hipersensible a la que un cambio inesperado puede lanzar del mejor al peor estado – Paciencia – Esta dicho que ahora debo elegirla para que me guíe, así lo he hecho, espero que mi determinación permanecerá firme para soportar hasta que a las inexorables  parcas les plazca cortar el hilo, tal vez mejoraré, tal vez no, estoy preparado.  Forzado ya a mis 28 años a volverme un filósofo, oh, no es fácil, y menos fácil para el artista que para otros – Ser Divino, Tu que miráis dentro de lo profundo de mi alma, Tu sabes, Tu sabes que el amor al prójimo y el deseo de hacer el bien, habitan allí.

Oh, hombres, cuando algún día leáis estas palabras, pensad que habéis sido injustos conmigo, y dejad que se consuele el desventurado al descubrir que hubo alguien semejante a él, que a pesar de todos los obstáculos de la naturaleza, igualmente hizo todo lo que estuvo en sus manos para ser aceptado en la superior categoría de los artistas y los hombres dignos.

Ustedes, mis hermanos Carl y ……, tan pronto cuando este muerto, si el Dr. Schmidt aun vive, pídanle en mi nombre que describa mi enfermedad y guarden este documento con la historia de mi enfermedad de modo que en la medida de lo posible, al menos el mundo se reconcilie conmigo después de mi muerte. Al mismo tiempo los declaro a los dos, como herederos de mi pequeña fortuna (si puede ser llamada de esa forma), divídanla justamente, acéptense y ayúdense uno al otro, cualquier mal que me hayáis hecho, lo sabéis,  hace tiempo que fue olvidada. A ti, hermano Carl te doy especialmente las gracias por el afecto que me has demostrado últimamente. Es mi deseo que vuestras vidas sean mejores y más libres de preocupación que la mía, recomendad la virtud a vuestros hijos, esta sola puede dar felicidad, no el dinero, hablo por experiencia, solo fue la virtud que me sostuvo en el dolor, a esta y a mi arte solamente debo el hecho de no haber acabado mi vida con el suicidio – Adiós, y quiéranse uno al otro– Agradezco a todos mis amigos, particularmente al Príncipe Lichnowsky y al Profesor Schmidt – Deseo que los instrumentos del Principe L, sean conservados por uno de ustedes, pero que no resulte una pelea de este hecho, si pueden serviros de mejor fin, véndanlos, me sentiré contento si puedo seros de ayuda desde la tumba – con alegría me acerco hacia la muerte – si esta llega antes de que tenga la oportunidad de mostrar todas mis capacidades artísticas, habrá llegado demasiado temprano, no obstante mi duro destino y probablemente desearé que hubiera llegado mas tarde – pero aun así estaré satisfecho, no me liberará entonces de mi interminable sufrimiento?  Vengas cuando vengas, te recibiré con valor- Adiós y no me olvidéis completamente cuando este muerto, merezco eso de ustedes, habiendo yo pensado en vida tantas veces acerca de cómo hacerlos felices, sedlo -

Heiligenstadt
Octubre 6, 1802  Ludwig van Beethowen

Para mis hermanos Carl y …………….

Para ser leído y ejecutado después de mi muerte

Heiligenstadt, 10 de Octubre de 1802, entonces de esta forma me despido de ustedes- y tristemente en verdad- si esa amada esperanza que traje conmigo cuando llegue de curarme al menos en parte – debo abandonar completamente, igual que las hojas de otoño caen y se marchitan así se ha destruido la esperanza – me voy – hasta el alto coraje  - que a menudo me inspiro en los bellos días de verano – ha desaparecido – Oh, Providencia – otórgame al menos un día de pura felicidad - hace tanto tiempo desde que la verdadera felicidad resonó en mi corazón – oh cuando – oh cuando, Oh Divinidad – la encontraré otra vez, en el templo de la naturaleza y de los hombres – Nunca? no – Oh eso sería demasiado duro

Recordar en un día como el nacimiento de un genio como Ludwig von Beethoven que logró superar sus limitaciones para hacerse inmortal. Esta es la clave del éxito humano.

PANORAMA Liberal

Martes 17 Diciembre 2013

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