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domingo, 1 de diciembre de 2013

Citas Liberales. HANNAH ARENDT: NUNCA HE AMADO A NINGÚN PUEBLO.

Hannah Arendt escribió Eichman en Jerusalem y causó estragos en la comunidad judía que esperaban un relato vibrante a su favor. En su reemplazo, encntraron severas críticas por el comportamiento de la nación judía antes, durante y después. Una de las críticas fue su desamor al pueblo judía que Arendt respondió con estilo...
En el año 1963, se publicó la primera edición del libro de Hannah Arendt (1906-1975), “Eichmann en Jerusalem: Un informe sobre la banalidad del mal” respecto del juicio abierto en Jerusalén, el 11 de abril de 1961, contra Adolf Eichmann por sus responsabilidades en el holocausto judío. La condena a muerte del procesado se ejecutaría el 31 de mayo de 1962 por ahorcamiento. El reportaje convertido luego en libro de Hannah Arendt provocó el airado rechazo de un sector de la comunidad judía a causa de su mención a la colaboración con los nazis de los comités judíos (Judenráte) de Alemania y de los países ocupados por su ejército.

El 23 de junio de 1963, Gershom Scholem, viejo conocido de Arendt, contribuyó a la controversia, con un tono algo más temperamental de lo habitual, cuando puso en entredicho el pasado político-intelectual alemán de Arendt, así como su identidad judía, sugiriendo que ella carecía de "amor hacia el pueblo judío"…

LA RESPUESTA DE HANNA ARENDT…

“…Por venir ya a lo importante: permíteme que empiece, siguiendo con lo que acabo de decir, por lo que tú llamas "amor al pueblo judío". (Por cierto, te agradecería mucho que me dijeras desde cuándo ese concepto ha desempeñado un papel en el judaismo, cuándo se usó por primera vez en la lengua y la literatura hebreas, etc.)

Tienes bastante razón: yo no me siento movida por ningún "amor" de esa clase, y ello por dos razones: yo nunca en mi vida he "amado" a ningún pueblo ni colectivo, ni al pueblo alemán, ni al francés, ni al estadounidense, ni a la clase obrera, ni a nada semejante. En efecto, sólo "amo" a mis amigos y el único género de amor que conozco y en el que creo es el amor a las personas.

En segundo lugar, ese "amor a los judíos" me resultaría, puesto que yo misma soy judía, algo más bien sospechoso. Yo no puedo amarme a mí misma ni a cosa alguna de la que sé que es miembro y parte de mi persona. Para aclarar esto, permíteme que te cuente una conversación que tuve en Israel con una destacada personalidad política que defendía la —en mi opinión, desastrosa— vinculación entre la religión y el Estado en Israel. Lo que decía —no recuerdo con seguridad sus palabras exactas— sonaba más o menos así: "Comprenderás que, como socialista, yo desde luego no creo en Dios; creo en el pueblo judío". Esto me parecía una afirmación desconcertante y tan desconcertada me dejó que no respondí en aquel momento. Pero podría haber respondido: la grandeza de este pueblo consistió una vez en que creía en Dios y creía en Él de tal manera que su confianza y su amor hacia Él era mayor que su temor. ¿Y ahora este pueblo sólo cree en sí mismo?, ¿Qué provecho cabe esperar de ello?

Pues bien, en ese sentido yo no "amo" a los judíos ni "creo" en ellos; simplemente, formo parte de ellos como algo evidente, que está más allá de toda discusión…”

***

Espléndida respuesta de Arendt a la acusación de desamor por su nación, ¿usted qué opina?, ¿se puede amar a un pueblo o nación?

PANORAMA Liberal

Domingo 1 Diciembre 2013 

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