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viernes, 28 de septiembre de 2012

Política LA EVOLUCIÓN SOCIALISTA Y SU FANATISMO POR LA DEMOCRACIA



Desde que el mundo entero comenzó a conocer la enorme penuria y miseria que generaron los regímenes socialistas extremos durante el siglo pasado, los socialistas más moderados han privilegiado a la democracia como una condición sine qua non para devolver a los pueblos por el camino del bienestar y la prosperidad. Así, volvieron la mirada a la democracia liberal como la única opción legítima para imponerse ideológicamente, pero los resultados en términos de prosperidad ha sido desalentadores.

¡Y quieren más y más poder para continuar profundizando sus letanías que tanto mal están causando en todo el mundo!

Han creado enormes Estados con excesivas responsabilidades y altos niveles de gasto público, han permitido que muchas personas se generen enormes expectativas respecto de sus vidas sin entregarles opciones claras para ello… Y la razón para ello es clara: los socialistas creen que la prosperidad se puede generar espontáneamente, sin esfuerzo ni innovación ni asunción de riesgos.

EL ERROR SOCIALISTA…

La permanente intervención en los mercados, propuesta por los socialistas, ha terminado por concentrar la riqueza; reprimir la idea del emprendimiento como factor de éxito; minimizar el rol de los empresarios y emprendedores en las economías y un notorio acrecentamiento del rol de los Estados. Pero, los Estados y sus funcionarios no generan cambios ni innovaciones revolucionarias.

Por lo tanto, los socialismos mundiales se han legitimado ante la sociedad pero no han obtenido los resultados esperados; implementaron Estados de bienestar con enormes cuotas de gasto público que se vinieron al suelo con la última crisis financiera; han creado un alto nivel de expectativas respecto de que toda la sociedad es co-responsable del nivel de bienestar individual de cada persona en forma independiente de su nivel de esfuerzo lo que ha llevado a manifestaciones globales crecientes y violentas…Lo penoso es que los socialistas han culpado de sus propios fracasos a sus enemigos de siempre, el capitalismo o neoliberalismo o liberalismo, demostrando con ello que pese a su evolución siguen adoleciendo de una adecuada dosis de autocrítica.

LAS RAZONES DEL FRACASO SOCIALISTA…

Las razones del permanente fracaso socialista son ideológicas. Como el talento humano está esparcido aleatoriamente sobre la faz de la Tierra, se requieren ambientes crecientes de más libertades para que las personas talentosas puedan tener opciones para desplegarse en todos los ámbitos del quehacer humano. Pero, como el socialismo tiene la creencia de que puede dirigir el progreso mediante la mera formulación de leyes, normas y decretos, al final terminan rigidizando los mercados y los talentos humanos son capturados en una telaraña legal de la cuál surgen solo los más aptos para vivir de esa manera.

Esa creencia de que se puede dirigir el progreso humano ha convertido a los socialistas en fanáticos de la democracia o demócratas doctrinarios; creen que las mayorías son sabias y dotadas de divinidad para determinar el futuro de las sociedades. Por ejemplo, el parlamentario socialista Juan Pablo Letelier es partidario de que en Chile se produzca un escenario propicio para implementar una asamblea constituyente con el objeto de cambiar la Constitución dado que “en Chile no hay consenso constitucional” y que para lograrlo se requiere de una Carta Fundamental que permita que las mayorías tomen las decisiones de cambio que se necesitan para el futuro. Y, por supuesto, sin considerar que eso significa aplastar a las minorías.

Afirma Letelier que “el gran problema en Chile es que no manda la mayoría. Y yo respaldo todo lo que ayude a generar conciencia de eso. Se va a cerrar un ciclo histórico cuando en Chile mande la mayoría. Este es el tema que nos va a atravesar para la administración de los recursos naturales; para enfrentar los problemas de distribución de ingresos; para crear servicios públicos, bienes públicos, educación, salud y medio ambiente, adecuados. Estos son los ejes que sólo se resuelven cuando manda la mayoría y para que eso ocurra se tiene que cambiar la Constitución. Porque estos son los tres ejes que están contenidos en el modelo del orden público-económico que está consagrado en la Constitución…”.

Esta pertinaz creencia socialista de que la prosperidad puede ser resuelta por decisión de las mayorías, mediante la simple modificación de normas legales es falaz, impráctica y muy peligrosa.

El espíritu humano requiere amplios espacios de libertades para permitir que los individuos más talentosos puedan emerger y poner su impronta en la sociedad…¿Cómo es posible que los socialistas crean que las mayorías circunstanciales son la clave para volver a la prosperidad?...¿En qué creen los socialistas?, ¿creen en la democracia o en el dirigismo social?...¿Y las minorías…quién las defiende?, ¿deben ser atropelladas por las mayorías circunstanciales?

Los socialistas han evolucionado desde el autoritarismo de la planificación centralizada hasta el permanente intervencionismo de las democracias liberales de modo de imponer su mensaje, pero es solo una careta. En todos los casos, los socialistas como enemigos de la libertad no creen que algunos individuos singulares y talentosos puedan remodelar el progreso de acuerdo a sus especiales capacidades.

Los socialistas creen que ellos son los más dotados para liderar el progreso humano pese a que no tienen ni la más remota idea de cómo generar riqueza. En realidad, lo único que buscan es apropiarse de la riqueza generada por otros para redistribuirla, y para eso necesitan que el poder de las mayorías pueda ser instaurado. Sin embargo, las mayorías actúan, casi siempre, en forma estúpida y emocional, aceptando el liderazgo de políticos demagogos capaces de prometerles enormes maravillas, pero que solo persiguen sus propios intereses.

Y, por cierto, la democracia de las mayorías puede convertirse en la dictadura de las mayorías, en la cual se atropellan los derechos humanos de las minorías. Esto último no les importa a los socialistas, fanáticos de la democracia; esta gente solo quiere imponer por la fuerza del grito, de la piedra, del insulto y del escupitajo, su particular visión del mundo.

No se puede entregar a las mayorías la potestad de determinar lo que debe ser ley, porque eso significará que las minorías verán atropellados sus derechos. Y, con mayor razón, si son los socialistas los que están detrás de tales pretensiones.

PANORAMA Liberal
Viernes, 28 Septiembre 2012

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