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sábado, 22 de enero de 2011

ESTADO Y MUNICIPIOS, ¿PARÁSITOS?


Algunos políticos le están solicitando al gobierno reflotar el proyecto de ley que cambia el plazo para pagar el permiso de circulación de marzo a junio. De esta manera, dicen, “queremos que marzo deje de ser una maldición para la familia. Si se hace un esfuerzo por parte del gobierno, del parlamento y de los municipios podemos alivianar la carga sobre todo para los sectores medios”.

Sin embargo, como el presupuesto municipal se financia por el pago de las patentes y permisos de circulación, se produciría un desfase y no tendrían los recursos para operar, por lo que, por una sola vez, el gobierno debiera suplementar el fondo municipal. “Si el gobierno nos asegura que los flujos se van a mantener, sería bastante viable”.

En rigor, no hay preocupación por el vecino por parte de los municipios ni de los políticos. Solo les interesa la forma y no el fondo, porque si realmente les interesaran, ¿por qué no reducir o simplemente eliminar el pago de patentes y permisos de circulación?

Y la respuesta es automática: ¡ Pero, cómo puede decir eso….!, ¿cómo nos financiaríamos?. Ya lo veremos.

En realidad, no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague. Por lo que a una persona normal le debiera dar lo mismo continuar con la situación actual o cambiarse a junio. Y si da lo mismo, ¿para qué malgastar recursos públicos y tiempo en promover una medida cosmética?

En segundo lugar, se entiende que el estado y los municipios deben entregar servicios públicos que nadie más desea ofrecer y para financiarlos deben extraer los recursos de las personas que usan sus instalaciones y bienes comunales. Pero, también existe una ausencia de gestión comunal que vaya más allá de ser simples prestadores de servicios predeterminados. Falta audacia en muchos municipios para incrementar por cuenta propia sus fuentes de ingresos y muchas veces se actúa por ignorancia. Visitar un sitio web municipal solo destaca los pagos de patentes y permisos de circulación.

Por ejemplo, en cierta oportunidad, un pariente muy cercano, alcalde de una comuna se expresaba públicamente  a favor de la instalación de cierto proyecto. En una reunión familiar, le consulté:

- ¿Cuál es la inversión que está siendo considerada en la comuna?

- No tengo idea –me contestó.

Y le insistí:

- ¿Cuál será el impacto del proyecto en términos de empleo y reactivación económica en tu comuna?

- No tengo la menor idea – me contestó

- ¿Por qué entonces promueves a tu comuna si no sabes el impacto que tendrá el proyecto?

- Porque muchas comunas quieren el proyecto, y si todas lo quieren es que debe ser bueno…

Así se toman las decisiones en un gran porcentaje de municipios del país, y es comprensible considerando la estructura que poseen.

La modernización del estado debe comenzar por los municipios y dotarlos de personal profesional competente que gestione los recursos que posee con el fin de lograr obtener el mayor bienestar posible para los vecinos. Sin embargo, ¿qué sucede cuando se elige como alcalde a una persona sin educación?, ¿Cómo gestiona este tipo de personas el municipio?. ¿Qué haga lo que quiera?. Hasta el momento, en los municipios se hace lo que quiere el alcalde pues el consejo tiene escasas atribuciones. Son los electores los que deben ser capaces de elegir a sus autoridades más competentes.

¿Cuándo será el día que el Estado y los municipios dejen de ser parásitos y se incorporen a la creación de riqueza generando más oportunidades y menos estorbos a los ciudadanos comunes y corrientes?.

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