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domingo, 15 de noviembre de 2015

Economía ¿PUEDE SER SOCIALISTA UN ECONOMISTA?

Para evitar la paradoja, los sociaistas que se dediquen a intrvenir profesionalmente los mercados debieran llamarse "planificadores centralizados"...¿o usted opina lo contrario?
En una reunión de trabajo surgió una pregunta que fue debatida con entusiasmo por los participantes: ¿puede ser una persona de mentalidad socialista un economista?. Recordemos que un economista es un profesional que estudia profundamente el fenómeno de la escasez y la manera en que las interrelaciones humanas, durante los procesos de intercambios, intentan enfrentar necesidades crecientes ante la aguda escasez. Además, aquellos que estudian los principios básicos de economía se enteran que los problemas  económicos pueden ser enfrentados por el sistema de mercados libres que determina los precios por la competencia o por un sistema centralizado que fija los precios discrecionalmente…¿es válida, entonces, plantear esta duda?.

¿QUÉ ES EL MERCADO?

El concepto de mercado se ha desfigurado con el paso del tiempo y algunos lo han convertido en una entelequia, un fin en si mismo. En realidad, los mercados solo representan los lugares en los que las personas intentan satisfacer sus necesidades intercambiando bienes y servicios. En otras palabras, los mercados son las personas interactuando y traspasando sus excedentes para obtener lo que les falta. Así, los mercados son un fenómeno humano.

Por lo anterior resulta difícil de entender que alguien catalogue que los mercados “son crueles”…¿Cómo pueden ser crueles los mercados si solo representan las distintas capacidades que tienen las personas para intercambiar bienes y servicios?. En realidad, podemos decir dos cosas. En primer lugar, son crueles los procesos por medio de los cuáles las personas no obtienen las necesarias capacidades que puedan intercambiar en los mercados (por ejemplo, buena educación, buenos hábitos) y, en segundo lugar, es cruel que dispongamos de mercados cada vez menos libres y con menos competencia, que impide que los más talentosos y esforzados obtengan las recompensas que se merecen y que llegan a los bolsillos de los menos apropiados pero con los apellidos y contactos apropiados.

En resumen, los mercados no son crueles sino que son el resultado de cientos de interacciones humanas que intentan satisfacer necesidades crecientes por medio de bienes y servicios. En cambio, si podemos calificar como crueles a los procesos que intervienen en la formación de los mercados.

¿QUE ESTUDIAN LOS ECONOMISTAS?

Los economistas deben dedicarse a estudiar los mecanismos de los mercados y la manera en que estos generan riqueza por medio de los intercambios. En términos generales, la riqueza se genera cuando los empresarios descubren necesidades insatisfechas de las personas y crean el producto o servicio que llevan a los mercados para que las personas puedan satisfacerlas; la riqueza no se genera en forma gratuita, puesto que requiere creatividad, esfuerzo y mucho trabajo.

En sociedades libres y abiertas, los mercados aportan toda la información necesaria, en la forma de precios, para que las personas tomen las decisiones más apropiadas. Es tarea de los economistas estudiar los mecanismos ad hoc que profundicen los fundamentos de los mercados libres y competitivos porque esa es la llave maestra del crecimiento y del desarrollo. Es cierto, que los mercados libres y abiertos generarán desigualdad, en el sentido que no todos alcanzarán los niveles de riqueza soñados, pero lo único que importa es que las posibilidades y las oportunidades están ahí, a disposición de los que tengan el talento y el sacrificio necesario para acceder a ellas y obtener su premio. A la larga, los mercados libres siempre traen beneficios para todos, aunque la repartición es desigual.

Por lo tanto, también es tarea de los economistas investigar las causas que provocan que los mercados se fosilicen y dejen de innovar. Los mercados no pueden perder su dinamismo porque eso significará que dejan de existir. Hoy, existen muchos mercados que ya están “muertos”, que ya no innovan ni crecen; son los mercados que han sido capturados por una minoría que ha implementado un modelo de negocios que impide la creatividad y la innovación en su interior. En estos mercados “muertos” la dinámica viene desde afuera y se impone solo si tiene la suficiente fuerza. En este caso, los premios que se obtienen en los mercados no se deben a la competencia sino a los favores de una posición privilegiada mantenida por legislaciones anticompetitivas.

En resumen, los economistas estudian la manera en que los mercados libres crean riqueza y la forma en que pueden profundizarse la competencia.

¿QUÉ ESTUDIAN LOS SOCIALISTAS?

Los socialistas no estudian los mercados para optimizar su funcionamiento porque no les interesa profundizar los mecanismos para generar riqueza; no creen que los mercados generan riqueza en base al emprendimiento; creen que la riqueza se genera mediante el abuso de los patrones que se apoderan de la plusvalía de los trabajadores y es la razón por la cual estudian las mejores maneras para intervenir los “crueles” mercados con el fin de obtener otros resultados…Así, ellos consideran que los resultados que generan los mercados no son adecuados en términos de justicia, equidad e igualdad; plantean que los mercados “son crueles” y se requiere la mano bienhechora e interventora de un ente externo, el Estado, que debe regular y controlar a los agentes que intervienen con el fin de redistribuir la riqueza entre todos en partes iguales. En otras palabras, los agentes que intervienen en los mercados para generar riqueza son, a ojos de los socialistas, personas inescrupulosas cuyo comportamiento debe ser controlado…En la visión socialista, los empresarios son criminales que intentan apoderarse de una riqueza que debe ser para todos en forma independiente del esfuerzo que ha hecho para generarla.

Lo que los socialistas no logran entender es que, paso a paso, y a medida que aumenta la intervención política y legal, los mercados tienden a concentrarse y quedar en poder de aquellos que entraron antes que las normativas y la regulación restrictiva se implementaran. En otras palabras, los socialistas eliminan los mercados libres e imponen a las sociedades modernas mercados concentrados y de escasa competencia. Al final, los mercados intervenidos y concentrados transmiten información inadecuada para la correcta toma de decisiones de los agentes. Es más, la concentración económica toma la forma de la colusión dado que es más rentable para esas pocas empresas no entrar en guerras de precios. En otras palabras, los socialistas promueven el surgimiento de mercados poco competitivos y provocan que los precios aporten cada vez menos información adecuada para la toma de decisiones de los agentes económicos…

La receta socialista es que dada la “libre” competencia que sus políticas provocan, los mercados deben ser controlados por el Estado para impedir abusos y lucro excesivo. Con lo anterior es posible entender el surgimiento de las farmacias populares que los socialistas están promoviendo tan abiertamente. Quieren que el Estado venda remedios, entregue educación y salud, nos transporte…y así, suma y sigue.

Algunos argumentan que la ideologización socialista marca tan profundamente a una persona que, pese a poseer un doctorado en importantes universidades que les permite acceder a las teorías más relevantes y exitosas, mantienen sus ideologías…Es decir, estudian teorías y modelos que nunca integran en su visión de mundo porque vienen formateados desde el inicio. Contaba un economista que cuando le hizo esa pregunta a un dirigente socialista con doctorado en una economía norteamericana le contestaron que “esas son teorías que explican el mundo pero que son insuficientes…La teoría es una cosa, la realidad es otra…El mundo desarrollado ya no es capitalista”. Así, estos señores –muchas veces financiados con el dinero de los contribuyentes- estudian en el exterior para tener un grado académico que permita entender el mundo de mejor manera, pero solo se obtiene que dichas personas justifiquen sus pésimos diseños de políticas socialistas con los estudios que poseen. ¿Para que estudian fuera del país si van a prescribir las mismas letanías que hubieran prescrito si se hubieran quedado acá?.

Por ejemplo, el caso del socialista  Alberto Arenas. Este exministro de Hacienda diseñó las peores reformas económicas que recuerde el país en los últimos 40 años y que afectarán su crecimiento y desarrollo en el futuro. Toda la reforma tenía trasfondo ideológico, sin ninguna preocupación por los fundamentos económicos que afectarían. Así, incluso antes que asumiera la socialista Bachelet, la inversión privada se detuvo, y a lo anterior, se sumó la caída del precio internacional de los commodities. Por lo tanto, Arenas ayudó a crear una tormenta perfecta económica que lastrará al país por los próximos años…Tal fue la debacle que provocó que su amiga Bachelet debió echarlo del cargo. Sin embargo, para sorpresa de muchos, a poco andar, se transformó en asesor macroeconómico de la Cepal…¡un tipo que no cree en los mercados se integra a la organización que estudia y aconseja a los países latinoamericanos!...¿que podemos esperar de los consejos de un socialista como Arenas…profundizar los mercados libres…mejorar la innovación y creatividad?. Probablemente su único consejo será aumentar los impuestos, controlar las empresas y aumentar el tamaño del Estado. No podría ser de otra manera. Así se lastra el crecimiento y la pobreza se entroniza…Una pena.

¿PUEDE SER ECONOMISTA, UN SOCIALISTA?

Un socialista que se precie de economista es, en realidad, una persona que estudia la manera de intervenir los mercados con el fin de obtener la mayor riqueza posible sin hacer el menor esfuerzo por ello. En el proceso, crea mercados concentrados y sin libertades porque es la única manera de controlarlos…Mercados libres y desregulados, difíciles de controlar y vigilar, son rechazados por la visión socialista con los argumentos más falaces posibles; plantean que la libertad conduce a abusos y desigualdades que son posibles porque forman parte de la naturaleza humana, imperfecta y llena de vicios…La cuestión es: ¿Cómo controlamos las imperfecciones de la naturaleza humana?.

Tenemos dos opciones. La primera de ella es ampliar las libertades y fraccionar el poder de los agentes de modo que uno de ellos no tenga la capacidad de embarrar al todo. La segunda alternativa, es intervenir los mercados y nombrar a un ente externo para que limite y controle. Parece una buena solución, pero se olvida que el ente externo es manejado por personas de naturaleza imperfecta como todos, llenos de ideología y creencias. En esta segunda alternativa, un economista estudioso de los mercados no puede operar porque los fundamentos están viciados en su esencia.

La visión neosocialista, interventora de los mercados, no necesita economistas en el sentido tradicional del término; necesita “planificadores centralizados”, más o menos radicalizados, que sean capaces de negar los precios como asignadores de recursos para determinar que, como y para quien producir. Y es lo que hacen. Postulan que el Estado tome las decisiones económicas relevantes para la población de modo de evitar la “crueldad de los mercados”. Es decir, postulan que un pequeño grupo de personas (una nomenclatura) determine, discrecionalmente, los bienes y servicios que deben ser producidos…Por ejemplo, es la razón para crear farmacias populares: el Estado debe vender remedios a bajos precios.

Los economistas no pueden ser de ideología socialista porque se transformarían en una paradoja…¿cómo pueden optimizar el funcionamiento de los mercados los que no creen en ellos?...

¿O usted opina lo contrario?

Panorama LIBERAL
Domingo 15 Noviembre 2015 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen análisis