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lunes, 6 de febrero de 2012

ANDRÉS CHADWICK PIÑERA, UN VERDADERO SOCIALISTA DE DERECHA.


Andrés Chadwick Piñera, vocero del gobierno de Piñera, ha planteado que “la libertad individual y su correspondiente responsabilidad personal están en el corazón de los principios de la centroderecha...Pero lo están para la construcción del bien común, que, respetando éstos, es mucho más amplio y exigente aún: crear un orden social que posibilite a todas y a cada una de las personas alcanzar su mayor bien individual posible…”.
Andrés Chadwick Piñera, un gran socialista de derecha

Y se hace una serie de preguntas: “¿Esto puede significar que en virtud del bien común la libertad pueda ser regulada?...¿Que se exija no abusar ni tampoco discriminar arbitrariamente cuando se tiene una posición de poder?...¿Que se puedan establecer políticas públicas para favorecer a los más desposeídos?...¿Que se puedan exigir aportes económicos de quienes tienen más recursos para contribuir a las necesidades del bien común?”

Y a cada una de estas preguntas, Andrés Chadwick Piñera contesta: “Así es”. Es decir, en virtud del bien común la libertad puede ser regulada; se puede exigir a las personas a actuar de cierta manera; se pueden establecer políticas públicas discrecionales; se puedan exigir aportes económicos.

Y sus respuestas se basan en “la autoridad”, es decir, “la autoridad” debe coaccionar y obligar a los individuos a actuar en función de los intereses de terceros. Agrega que “la autoridad está exigida por el respeto a la dignidad y trascendencia de cada ser humano, y en el ejercicio del poder, debe atender a la construcción del bien común pensando siempre en el bienestar de todas y cada una de las personas, aspirando a una sociedad de respeto no sólo por la libertad, sino que también por valores tan fundamentales como la dignidad e igualdad esencial de cada ser humano”.

¿Qué diablos es el bien común?

¿Cómo es posible que alguien crea que la libertad individual puede ser compatible con la creación de un orden social?

¿Cómo es posible que un político de derecha tenga pensamientos tan cercanos al ideario socialista?.

¿Qué diferencia a un socialista de un UDI?

Y finaliza argumentando que “el tamaño del Estado debe ser estrictamente el necesario, para que con fuerza permita la construcción del bien común y dejando los mayores espacios de libertad posibles para las personas. Y los tributos, que son un instrumento económico, para armonizar el necesario incentivo para crecer y los indispensables para el financiamiento de necesidades públicas. ¿Lo más bajos posibles? No, los más justos y equilibrados para alcanzar la armonía anterior, ni más ni menos”.

Realmente se puede llegar a la conclusión que existen los socialistas de derecha.

Señor vocero: ¡el socialismo fracasó…viva el socialismo!

Está profundamente equivocado este vocero del gobierno de Piñera, puesto que los argumentos que ha dado son los argumentos que  daría un socialista de primer grado. Y preocupa la falta de rigor y de principios que tienen estos políticos socialistas de derecha que confunden a su electorado con opiniones falaces, de corte populista y demagógicas, ¿al final…si quiero socialistas en el poder porque no votar directamente por ellos?.

El socialismo ha hechizado a muchos políticos y les han convencido de que es factible y deseable dirigir la sociedad hacia fines preconcebidos determinados por una especie de divinidad. Inicialmente, los movimientos socialistas deseaban reformar la sociedad mediante la nacionalización  y estatización de los medios de producción de modo que, al controlar la actividad económica, se pudiera construir una sociedad ideal. Sin embargo, estos experimentos socialistas han fracasado porque la centralización de la actividad económica ha llevado al surgimiento de una nueva elite, más despótica y criminal.

Y este fracaso ha llevado al socialismo a un camino más sutil y, aparentemente, menos pernicioso: la democracia intervenida. Hoy, los socialistas de todos los partidos, e incluso los comunistas, apuestan por el capitalismo intervenido y ultra regulado; quieren empresas privadas y emprendimiento pero muy reguladas y controladas.

El gran error de muchos políticos actuales es que confunden “democracia” con la legitimación del poder de un Estado intervencionista y redistribuidor: un Estado keynesiano. El formidable economista inglés John Maynard Keynes advirtió a Hayek de que el liberalismo no puede ceder en sus principios centrales porque al permitir una “pizca” de planificación centralizada ya se está caminando hacia el precipicio.

Una advertencia: cuidado con los socialistas de derecha…son los más peligrosos.

Los socialistas de derecha son los políticos más peligrosos que puedan existir porque validan la democracia intervenida al pretender poner la libertad individual al mismo nivel que un Estado interventor y redistribuidor. Pero, ambos no son compatibles en su esencia porque un Estado interventor siempre termina reduciendo los espacios de libertad individuales.

Por eso, el vocero puede argumentar que “el tamaño del Estado debe ser estrictamente el necesario, para que con fuerza permita la construcción del bien común y dejando los mayores espacios de libertad posibles para las personas”.

¡ Eso no es posible, señor vocero ¡

¿Quién define que tamaño debe tener el Estado?, ¿Qué es el bien común…el de las mayorías?, ¿Qué espacios de libertad dejaremos a las personas?...

Alguien escribió alguna vez que “la experiencia debería enseñarnos la oportunidad de extremar las medidas que protegen la libertad, precisamente cuando los gobiernos abrigan propósitos benefactores. El auténtico partidario de la libertad se halla, naturalmente, en guardia para rechazar los ataques procedentes de gobernantes perversos. Pero la amenaza preñada de mayores peligros anida en el insidioso actuar de hombres bienintencionados y de probado celo, pero de escasa inteligencia…”.

Es decir, estamos en presencia de un vocero bienintencionado y de probado celo. Un verdadero socialista de derecha.

PANORAMA Liberal
Lunes 6 febrero 2012

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