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lunes, 28 de noviembre de 2011

EL CANTO IRRESISTIBLE DE LAS SIRENAS SOCIALISTAS


Ante el canto de las sirenas socialistas...a taparse los oídos...
Según la mitología griega, las sirenas vivían en una isla del Mediterráneo y poseían un canto tan bello que los marinos que las escuchaban no podían resistírseles y arrojaban sus naves contra los arrecifes donde eran asesinados sin piedad. Así, cuando Ulises abandona la morada de la hechicera Circe, sabe que debe pasar cerca de la isla de las sirenas y siguiendo los consejos de la hechicera, el astuto héroe recurre a una estratagema que le permitirá oír y no obstante salvar la nave y a sus compañeros.

Tapa los oídos de sus hombres con cera después de haberles pedido ser sólidamente atado al mástil. Así podrá saciar su curiosidad escuchando el canto de las sirenas, sin ceder a su encantamiento. El canto es melodioso y desgarrador, y está lleno de bellas promesas.

Ulises les grita a sus compañeros que lo desaten, pero por supuesto éstos permanecen sordos a sus gritos. Finalmente, el barco pasa y los héroes escapan al funesto destino de tantos otros marinos…

El irresistible canto socialista.

Hace mucho tiempo atrás, en Europa, se pensaba que la libertad era el mayor de los dones y que cualquier intento de una persona por imponerse a otra debía ser rechazado de inmediato. Eran los tiempos donde los individuos eran libres para establecerse donde quisieran; eran tiempos dónde muchos se oponían a los obstáculos que el gobierno creaba contra el comercio. Eran los tiempos de François Quesnay y su frase “laissez faire, laissez passer" que expresaba esta filosofía de libertad.

De este amor por la libertad individual y la espontánea acción humana nació el capitalismo, aunque jamás se aplicó plenamente. En otras palabras, el capitalismo representa la culminación de la libertad del individuo. Y tiene la característica de que no surgió de un plan quinquenal central ni de ningún político o arquitecto social, sino del trabajo individual de los individuos, de su propia responsabilidad, de sus ansias de libertad y auto–beneficio.

Así, a partir de la acción del individuo común y corriente aparece la división del trabajo, se incrementa la productividad y surgen las ventajas competitivas, y todo por medio de un aparente proceso anárquico sin plan ni orden, que ha incrementado la calidad de vida, la riqueza, la educación y el bienestar. El esfuerzo individual genera riqueza individual.

Pero, este éxito individual tiene la contrapartida del surgimiento de personas que se retrasan y no logran aprovechar las oportunidades. Y esta creciente desigualdad provoca que muchos comiencen a demandar del Estado la necesaria coacción para igualarnos a todos, aprovechando la explosión de creación y riqueza individual con impuestos, tasas, tributos, leyes, nacionalizaciones, barreras al comercio internacional, limitando la movilidad geográfica…

En definitiva, surge el irresistible canto socialista de destruir la libertad para propiciar, en teoría, una mayor igualdad. Así, en pos del “noble ideal” de la igualdad, el capitalismo ha sido minado por los enemigos de la libertad por medio de más socialismo, populismo, estado del bienestar y similares. El canto socialista ha embrujado a muchos.

El socialismo eterniza la desigualdad.

En Chile jamás hemos disfrutado de una época que valorara la libertad por sobre otros principios; es más, somos un país que valora más la igualdad que la libertad. No somos individualistas ni emprendedores ni capaces de asumir los riesgos; somos colectivistas. Por eso, no extraña que surjan socialistas como Velasco y Huneeus que escriban opúsculos en el cual pretendan convencernos que la desigualdad del ingreso puede reducirse por medio de medidas administrativas y políticas, olvidando que la situación de los más pobres solo mejorará cuando ellos tengan la musculatura para aprovechar las mayores oportunidades para generar riqueza.

Por ejemplo, en un opúsculo de próxima aparición, estos socialistas plantean las siguientes propuestas, claramente dirigistas, para mejorar la desigualdad:

Primero: Mejorar la integración social de ciudades de modo que la gente viva más cerca de su trabajo, por medio de subsidios que premien proyectos que incorporen viviendas de distinto precio.

Segundo: Promover clusters productivos incrementando recursos públicos y privados dedicados a la innovación.

Tercero: Reducir costos para la creación de nuevas empresas aprobando la reforma del sistema de conservadores de bienes raíces y notarios.

Cuarto: Crear una fiscalía antidiscriminación para perseguir actos que vulneren la igualdad de oportunidades en el empleo.

Quinto: Eliminar los abusos que genera la práctica del multi-RUT, con expertos que definan si la creación de una nueva razón social limita los derechos de los trabajadores.

Sexto: Aumentar la cobertura educativa pre escolar -salas cuna y jardines infantiles-, orientada a familias más pobres.

Séptimo: Obligar a las empresas, con más de 19 mujeres trabajadoras, para que financien salas cunas.

Octavo: Ampliar subsidio al empleo joven para combatir bajos salarios y la informalidad, extendiéndolo a las mujeres de bajos ingresos.

Noveno: Flexibilizar horarios, turnos y jornadas de trabajo mediante la negociación entre el sindicato y el empleador.

Décimo: Aumentar la capacidad de negociación de sindicatos y la formación de sus dirigentes por medio de una Escuela de Formación Sindical.

Décimo primero: Fomentar el empleo femenino y joven, y facilitar el uso de jornadas parciales, eximiendo del requisito de que la jornada de trabajo a tiempo parcial sea continua.

Décimo segundo: Perfeccionar el seguro de cesantía y permitir que los nuevos contratos laborales, en vez de las actuales indemnizaciones por años de servicio, contemplen una indemnización a todo evento.

Décimo tercero: Crear un Sistema de Información de Oportunidades de Empleo (vacantes disponibles, tendencias del mercado de trabajo).

Décimo cuarto: Reformar el sistema nacional de capacitación, sustituyendo la actual franquicia tributaria por programas de apoyo directo centrados en personas vulnerables.

Décimo quinto: Duplicar el aporte público a una política estatal activa -subsidio al trabajo, capacitación e información laboral-, alcanzando el estándar Ocde (0,6% del PIB) en 3 años.

Es decir, pretenden reducir la desigualdad apostando a la más pura redistribución con más regulaciones, normas e institucionalidad dirigista. Y así no vamos para ningún lado.

La desigualdad se reduce con menos socialismo de mercado.

El socialismo de mercado nos arrebata la libertad...
Einstein dijo alguna vez que “los problemas significativos que afrontamos no pueden solucionarse en el mismo nivel de pensamiento en el que estábamos cuando los creamos”. La soberbia socialista ha fracasado en todo el mundo y no podemos seguir utilizando dichas soluciones que solo conducen a profundizar el modelo socialista de mercado.

Los países más avanzados están cuasi quebrados por la implementación de un socialismo de mercado que solo potencia y eterniza la desigualdad. Haciendo y profundizando las medidas socialistas no se ataca el verdadero problema.

Es cierto que la desigualdad es el resultado de malos empleos, pero los malos empleos son el efecto de la concentración del ingreso y la reducción de las libertades.

Puede haber estudiado en el mundo desarrollado y en la mejor universidad del mundo libre, pero a un socialista de rancia cepa no le interesa un mundo de más libertades sino un mundo de más restricciones y regulaciones. Por eso promueven más y más medidas administrativas y políticas que son más socialismo de mercado empobrecedor.

Son las sirenas socialistas que cantan y embriagan a las grandes masas con cantos tan sublimes y bellos, pero al final nos arrojan contra los arrecifes de la pobreza para vivir un triste final. No les escuchemos, a taparse los oídos.

1 comentario:

cristian dijo...

Parece que uno de los tontitos que no siguió los consejos de Ulises y cayó facilmente ante el canto de las sirenas es el propio Piñera y varios miembros de "derecha" de su gabinete.
Dios quiera que no conduzcan el barco que dirigen (Chile) hacia los arrecifes.