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lunes, 26 de septiembre de 2011

EL MALESTAR DE LOS PERFECTOS NEO-IDIOTAS CHILENOS


Una serie de organizaciones sociales dirigidas por izquierdistas han llamado a reiterados paros, con el fin de protestar por la actual situación económica social, y en especial por la mala educación. Manifiestan que Chile “debe ser distinto” y lo asocian a una educación pública, de calidad y gratuita; son partidarios de desmunicipalizar sin privatizar y una nueva constitución.

En resumen, tienen la ilusión de que se podría estar mejor solo con desearlo. Y por eso organizan paros y marchan por las calles para imponer su visión a las grandes mayorías que solo deben acatar y aceptar con resignación los problemas en su diario vivir. Así actúa siempre la izquierda totalitaria y anti-democrática.
Los neo-idiotas chilenos llamando a paro...

Durante 20 años la izquierda estuvo en el gobierno, y solo hicieron paros “chiquititos” pero, después de perder el poder reaccionan con la receta de Bachelet: “cuando la izquierda sale a la calle, la derecha tiembla”. Estos neo-idiotas chilenos nos quieren convencer, ahora, de que ellos tienen la solución para todos los problemas que tenemos como sociedad subdesarrollada. En realidad, ellos son parte del problema.

Los neo-idiotas chilenos

El “Manual del perfecto idiota latinoaméricano” fue escrito por Mario Vargas Llosa, Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa en una manera irónica, basándose en la forma de ser del latinoamericano izquierdista, muy cercano a la definición de un “idiota” natural.

Dicen los autores, que estos “idiotas”,     


Provienen de familias de clase media o baja, en una etapa de deterioro social y económico, lo que es la razón para procrear individuos acomplejados y resentidos;


- En su pasado han recibido una educación o formación socialista o marxista por lo que interpretan hasta el canto de las ranas de acuerdo a su ideología;


- A medida que se hacen más viejos anhelan estar cerca del poder para continuar procreando idiotas en las nuevas generaciones;


- Se juntan entre idiotas para despotricar que su pobreza se debe a que otros los explotan;


- Son por esencia anti-EEUU debido a su adoctrinamiento del pasado consecuencia de una visión marxista de las relaciones comerciales y financieras entre “el imperio” y las “colonias”;
Manifiestan un notorio rencor por los que tienen éxito económico y que hunde sus profundas raíces en la envidia y en el desconocer su falta de iniciativa para hacer cosas por si mismos;


- Creen que los triunfadores son ladrones y explotadores, por lo que la riqueza que generan les pertenece a todos;


- Viven quejándose y criticando el trabajo que tienen, siempre creen que ellos se merecen más y mejores condiciones y que la vida es injusta;


- Viven quejándose y criticando que los gobiernos no les ayudan como quisieran. Y si el gobierno es de derecha, le organizan paros y marchas;


-  Y, finalmente, creen que “Chile debe ser distinto”..¡y ni ellos saben en que debemos ser distintos!”.

Estos neo-idiotas aún están amarrados al  pasado –a pesar de la juventud de algunos- y a las permanentes revoluciones, y todavía no se dan cuenta que las revueltas, paros y marchas jamás nos sacarán de la pobreza. Estos paros, convocados por los neo-idiotas chilenos al final termina afectando a los más pobres, como siempre, a los que les rompen sus negocios, les destruyen los medios de transporte, y les impiden acceder a sus trabajos. En estricto rigor, los más pobres terminan siendo rehenes de estos neo-idiotas con ínfulas de mesías.

¿Y quiénes son estos neo-idiotas chilenos que convocan con frecuencia a los paros?. Revisemos sus organizaciones y sus nombres:
 - Central Unitaria de Trabajadores (CUT): Arturo Martínez, socialista,
 - Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (Anef): Raúl de la Puente, socialista.
 - Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC): Cristián Cuevas, comunista.
 - Federación de Profesionales de la Salud (Fenpruss): Claudio González, comunista.
 - Confederación Nacional de Funcionarios de Salud Municipalizada (Confusam): Carolina Espinoza, socialista.
 - Colegio de Profesores: Jaime Gajardo, comunista,
 - Confederación de Estudiantes de Chile (Confech): Camila Vallejo, comunista; Giorgio Jackson, democratacristiano; Camilo Ballesteros, socialista,
 - Federación de Sindicatos de Metro (Fesimetro): Eugenio Valenzuela, comunista,
 - Federación Nacional de Trabajadores Portuarios (Fenatraporchi): Hernán Bravo, comunista.

Estos son los neo-idiotas chilenos que creen que nos hacen justicia llamando a paro; los que creen que defienden los intereses de todos frente a los explotadores;  los que creen en un estado centralista y planificador que se sostiene por imposiciones; los que creen que las desigualdades se corregirán por decreto; los que no se dan cuenta que gracias al paro, el más pobre termina siendo más pobre; los que creen que la izquierda es la salida para todos nuestros problemas…

Estos neo-idiotas son los “hombres y mujeres buenos y nuevos” que bajan del cielo a la Tierra para predicarnos el paraíso mientras nos hacen sufrir y nos empobrecen con sus acciones. Por eso, el socialismo en todas sus formas es una especie de oscurantismo cultural. Debemos hacer cosas concretas para superar nuestros problemas, y una de esas cosas es dejar de escuchar estas tristes letanías…

La lacra de la ideología socialista.

En la historia, muchos nos han advertido de los peligros que significa el transitar el camino del socialismo, en todas sus variantes, que reduce los espacios de libertad individual, elimina la propiedad privada, juega con fuego para debilitar la democracia y el estado de derecho…

No existe el llamado “socialismo con rostro humano”, puesto que coartar las libertades individuales, bajo cualquier pretexto, es una demostración cabal de totalitarismo y dogmatismo. No extraña, entonces, que los neo-idiotas “agradezcan” la supuesta “adhesión de la gente” al no acudir a los servicios públicos, sabiendo que sus requerimientos no serán atendidos; no extraña que a los neo-idiotas no les interese el bienestar de todos, puesto que solo persiguen sus propios sueños…

No es humano el coartar, restringir la libertad individual y disponer del fruto del trabajo de cada cual, aunque se tengan las mejores intenciones. Los neo-idiotas tienen ambiciones crecientes para disponer de más poder y de más burocracia para experimentar  con proyectos como el “Transantiago” o la “Educación Pública, Estatal y Gratuita”, que son promesas imposibles de cumplir y que solo son una pequeña ventana de los que nos espera en calidad de servicios y prepotencia estatal de funcionarios tipo neo-idiotas.

Y estos neo-idiotas son una minoría que se nos imponen solo porque son más agresivos y copan las calles con el bullicio interminable de sus cacofonías…Pero, antes que estos “iluminados” totalitarios asfixien todo vestigio de decencia y respeto en nuestro país, se torna imperioso el presentar los fundamentos para dar vida a una sociedad abierta y, al mismo tiempo, presentar los daños irreparables que provoca la guillotina horizontal del igualitarismo que solo iguala en la miseria y estafa los mejores sueños de los más pobres. Por eso, nos atrevemos a decir que la ideología socialista es una lacra.

Y la lacra socialista se nutre de la indiferencia de muchos ciudadanos que miran para otro lado y que irresponsablemente contribuyen a abrir las compuertas para dar los primeros pasos que conducen poco a poco a debilitar los cimientos de una sociedad civilizada y finalmente a provocar las hogueras en las cuáles preceremos todos. Tocqueville en “La democracia en América” decía que “se olvida que en los detalles es donde es más peligroso esclavizar a los hombres. Por mi parte, me inclinaría a creer que la libertad es menos necesaria en las grandes cosas que en las pequeñas, sin pensar que se puede asegurar la una sin poseer la otra”.

La lacra socialista ha promovido el desbarajuste institucional al llevar al estudiantado a cuatro meses de paralizaciones, mientras nos ofende reiteradamente cuando en sus discursos demagógicos nos hablan de “más democracia” pero se burlan del sentido más elemental de la sociedad libre y del debido respeto a las minorías.

Solo recordar que pese a todas las contradicciones de su propia época, Aristóteles indicaba que “el principio fundamental del gobierno democrático es la libertad” y, en esa misma línea, Lord Acton escribió que “la distinción más firme para juzgar si un país es realmente libre es la dosis de seguridad de que gozan las minorías”.

La lacra socialista es una lacra adepta a la demócracia dogmática, celosa de las mayorías cuando está en el poder, pero intolerante cuando es minoría. No seguirle el juego es una condición sine qua non para un ciudadano responsable de su futuro.

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