La justicia italiana está enfrentando el problema de las apuestas en el fútbol, mientras que Mario Monti desea ocultarlos.. |
Ya no es sorpresa que en Italia continúen las
investigaciones por el fraude en las apuestas deportivas y que saltó a la luz pública
cuando las fiscalías han ordenado la detención de varias personas en forma
consecutiva. Por ejemplo, en la prensa se habla de acusaciones concretas para
61 personas, entre ellos 52 futbolistas en activo en el momento de cometerse
los hechos, por supuestas irregularidades en 33 partidos, entre ellos 29 de la
Segunda División y 2 de diferentes ediciones de la Copa de Italia.
Las investigaciones apuntan a la compra de partidos
con el fin de conseguir importantes beneficios a través de las apuestas
deportivas. Y algunos italianos, al parecer, no aprenden la lección, reiterando
conductas reñidas con el espíritu del deporte.
EL CHISTE
DEL SOFÁ DE MARIO MONTI…
Si bien es cierto, este caso muestra como la
corrupción daña una noble actividad, ha pasado desapercibida la opinión del primer
ministro de Italia, Mario Monti, quien consideró que una suspensión temporal "de
dos o tres años del Calcio" podría ser algo bueno, tras los nuevos
escándalos de apuestas y fraude que lo han sacudido.
Afirmó que se trata de una opinión personal y "no
es una propuesta y mucho menos una propuesta del Gobierno. Es un deseo que a
veces me planteo yo, que fui un apasionado del fútbol durante muchos años, y a
veces me pregunto si no sería una buena idea una suspensión de dos o tres años
de este juego, visto el caos, para favorecer una maduración absoluta". Asimismo,
el mandatario italiano comentó que es "especialmente triste cuando un
mundo, como el deporte, que debe ser una expresión de altos valores, se
presenta como un concentrado de aspectos entre los más deplorables, como la
deslealtad, la ilegalidad y la falsedad".
Esta opinión personal de Mario Monti nos recuerda el
conocido y viejo chiste de Otto y Fritz. Llega Don Otto un día a su casa en
forma anticipada, y encuentra a su esposa, en el sofá, haciendo el amor
apasionadamente con su mejor amigo Fritz. Don Otto, muy molesto, decide tomar
una drástica decisión para terminar con el problema de la infidelidad de su mujer…Decide
vender el sofá.
Y de la misma manera está pensando Mario Monti: para
enfrentar la corrupción en las apuestas deportivas quiere cerrar el calcio por
dos o tres temporadas.
La culpa de la corrupción no la tiene el fútbol que es
solo el vehículo para que se exprese una forma de ver la vida muy particular de
cierto círculo de personas. Es razonable pensar que este tipo de comportamientos
se ha incubado y desarrollado en las márgenes de la sociedad italiana, y
podemos pensar en él como un cáncer. Matar el cuerpo para sanar del cáncer no
es una opción.
LA CORRUPCIÓN
COMO UNA FORMA DE VIDA
En términos generales, el cáncer de la corrupción se
puede explicar como la intención de cierto círculo de personas de obtener
beneficios personales, ganar nuevos contratos, asegurar influencia política o
mantener un contrato existente.
Tradicionalmente, la corrupción ha estado ligada a la
política y, especialmente, a los partidos políticos cómo opción para acceder al
poder. Sin embargo, en la búsqueda de mayores beneficios y el surgimiento de una
industria tan potente como el fútbol ha atraído a estos corruptos hacia esta
actividad. Claramente, este problema tiene su base en la ausencia de normas éticas
aceptadas, porque se ofrece al deportista algún beneficio, favor, promesa o
ventaja, a cambio de que realice u omita cualquier acto en el ejercicio de su actividad
deportiva que beneficie a los que se lo solicitan.
Afortunadamente, la justicia italiana ha estado atenta
y actuando rigurosamente en este tema, no ocultándolo como pretende Mario Monti,
sino que enfrentándolo como corresponde. De esta manera, mostrando la ausencia
de valores como la responsabilidad, lealtad, respeto y honestidad, se puede
transformar esta crisis en una oportunidad de cambio que el fútbol y la
sociedad italiana deben aprovechar, ampliando los niveles de transparencia, rindiendo
cuentas de sus actos y entregando la información sin restricciones. Además, a
la sociedad civil se le debe exigir un abierto rechazo a este tipo de prácticas.
Felicitamos a la justicia italiana por enfrentar el cáncer
de la corrupción de la manera adecuada, y miramos con preocupación los
pensamientos de ciertos líderes políticos que aún creen que ocultando los
problemas, las causas desaparecerán.
PANORAMA
Liberal
Sábado 2
Junio 2012
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