Para los señores y señoras política de Chile |
Desde hace tiempo, la clase política se refiere
demagógicamente al sistema electoral vigente como uno de los principales
responsables de la crisis de representatividad que vivimos. Sin embargo, paradójicamente,
ya no quedan dudas de que el sistema binominal, heredado del régimen militar,
se mantiene como tal porque a la clase política, transversalmente, no le
interesa modificarlo porque ¿para qué modificar lo que les significa pingues
beneficios en términos económicos y acceso al poder?.
Por esta situación, entre otras, se ha deteriorado la
credibilidad de la clase política, pero, eso no les importa porque saben que
una vez instalados en el poder podrán imponer sus voluntades a las mayorías
inertes, ignorantes y que sucumben a las frases demagógicas. Y pese a lo que
digan en público, la modificación del sistema binominal no forma parte de la
verdadera agenda de la clase política actual debido a los riesgos que dicha
modificación podría generar ya sea en el proceso de discusión como en su implementación
final.
La elite política es autocomplaciente, y tanto el
gobierno como la oposición solo se representan a sí mismos porque no consideran
la opinión de la gente. Esta elite política camina, mirando hacia atrás, sembrando
de ingobernabilidad a su propio sistema, su propio desprestigio y una probable
destrucción porque siempre actúa en función de sus propias creencias o
intereses, elevándose por encima de la sociedad como un grupo de semidioses
dotados de un nivel de sabiduría superior.
En realidad, la clase política se ha acostumbrado a
dictar las normas del juego de la política. En otras palabras, la modificación
del sistema binominal, en el mejor de los casos, cambiará a algunos jugadores
pero el partido se seguirá jugando con las mismas reglas. Y lo que hay que
hacer es cambiar las reglas que han impuesto los políticos en su propio
beneficio y sin preocuparse de la ciudadanía, excepto, cuando la invocan en la
defensa de sus propios intereses privados. Por ejemplo, no invocan a la
ciudadanía cuando se deben subir las dietas, pero la invocan cuando apelan al
ingreso mínimo; no invocan a la ciudadanía cuando son sorprendidos en hechos
deplorables, pero la invocan cuando sorprenden a otros.
LA
TRANSFORMACIÓN DE LA DEMOCRACIA.
Por muchas razones, los políticos no tienen
credibilidad porque han creado un sistema político que los pone a ellos en la
testera de los cambios cuando la verdadera pregunta es: ¿necesitamos a la clase
política para crear un mundo más humano?. Ellos dicen que son indispensables,
pero hay muchos que ya están dudando.
LOS POLÍTICOS HAN TRANSFORMADO A LA DEMOCRACIA EN EL
PRINCIPIO DE SOLUCIÓN DE TODOS LOS PROBLEMAS. La clase política actual nos hace
saber en forma permanente de que ellos –y el sistema actual- son parte de la
solución a todos nuestros problemas, pero la verdad es que ellos son la causa
más relevante de dichos problemas.
Por eso, han creado la percepción de que todo se puede
solucionar en base a nuevas leyes y normas; nuevas instituciones y organismos;
etc., que lo único que hacen es crear nuevos y más complejos problemas. Y con
eso se amplían las bases del poder del que gozan y del que abusan.
LOS POLÍTICOS HAN TRANSFORMADO A LA DEMOCRACIA EN
CUALQUIER COSA MENOS EN UN EJERCICIO DE REPRESENTATIVIDAD. Los seres humanos somos
animales políticos porque convivimos y sufrimos en sociedad, por lo que la
democracia es el mejor instrumento creado para trasladar las mejoras,
discutirlas y generar mejores alternativas de convivencia. El requisito mínimo
es que las personas que discutan sean representativas del electorado y esa
relación es muy débil en las sociedades actuales.
En estricto rigor, la actual clase política solo se
representa a sí mismos y al partido político que los eligió. La ciudadanía solo
es una bella excusa para poner los ojos en blanco en público.
LOS POLÍTICOS HAN TRANSFORMADO A LA DEMOCRACIA EN LA
DICTADURA DE LAS MAYORÍAS. Los socialistas de todos los partidos han conseguido
introducir la percepción de que la democracia de las mayorías genera siempre
resultados justos. Es decir, las minorías están obligadas a asumir lo que las
mayorías les impongan, sin posibilidad alguna de defensa ni réplica. Este es el
fundamento básico en el cual se sostiene la defensa del actual sistema
democrático por parte de las personas que abrazan el socialismo.
Todos ellos desean que la democracia sea un
instrumento útil para imponer una institucionalidad dirigista destinada a
construir el futuro deseado por sus ideólogos.
LOS POLÍTICOS HAN TRANSFORMADO A LA DEMOCRACIA EN UNA
REHÉN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS. La democracia se ha convertido en una “fiesta”
a la que pueden asistir solo los que los partidos políticos inviten; el resto de
la ciudadanía debe observar la “fiesta” desde lejos. El problema radica que en
dicha “fiesta” se toman decisiones que afectan, principalmente, a la mayoría
que observa de lejos.
Este poder que los partidos políticos se han
apropiado, como exclusivos representantes de la ciudadanía, los lleva a la
arrogancia y a convertirse en una clase separada y que vive en otro planeta.
LOS POLÍTICOS HAN TRANSFORMADO A LOS PARTIDOS
POLÍTICOS EN ORGANIZACIONES NO DEMOCRÁTICAS Y OLIGÁRQUICAS. Lo paradójico de la
situación es que los actuales políticos ponen los ojos en blanco cuando hablan
de “democracia” pero, en la interna, en sus propios partidos, no viven democráticamente
y prefieren jugar el juego de las sillas musicales para mantener el control en
manos conocidas.
Por supuesto, los políticos actuales recuerdan a la objeción
de Robert Michels a la democracia, formulada como la ley de hierro de la
oligarquía, y que indica que, mientras más organizada sea una organización,
menos democrática será. En otras palabras, la organización, en la forma de los
actuales partidos políticos, terminan desnaturalizando a la democracia y transformándola
en oligarquía.
Michels indicaba que "quien dice organización
dice tendencia a la oligarquía…El mecanismo de la organización invierte
completamente la posición del dirigente respecto de la masa. La organización
determina la división de todo partido en una minoría que dirige y una mayoría
que es dirigida. En cualquier parte, la organización es más fuerte si muestra
un grado menor de democracia aplicada". Y concluye afirmando que "la
existencia de jefes es un fenómeno congénito a cualquier forma de vida social.
No incumbe a la ciencia investigar si esto está bien o mal. Sin embargo, es
importante lo mismo para el científico que para el práctico, establecer que
cada sistema de jefes es incompatible con los postulados esenciales de la
democracia". Así de claro.
LOS POLITICOS HAN TRANSFORMADO EL INMOVILISMO COMO LA
MEJOR ESTRATEGIA. Al final de todo, los políticos usan el inmovilismo como la
estrategia para culpar al otro bando de no hacer nada. Incluso, algunos se
sinceran cuando plantean que la búsqueda de consensos no es más ni menos que
“el no hacer nada”.
Lo terrible es que la solución de nuestros problemas
pasa por este inmovilismo que construye un futuro vago y difuso; pobre y
miserable. De este modo, nadie asume responsabilidades y todo el mundo se hace
a un lado, incapaz de enfrentar y asumir los costos políticos de ciertas
decisiones.
¿PODREMOS
CONSTRUIR UNA VERDADERA DEMOCRACIA?
Los políticos, en especial, socialistas, construyen sistemas e instituciones con el fin de levantar ciudades doradas, imposibles de sostener porque la realidad nos supera con más y mayores problemas. No entienden que debemos volver a sistemas más cercanos y humanos, más pequeños y menos intrincados. Esta no puede ser la época de los megasistemas, sino de los microsistemas, por lo tanto, la ciudadanía debe volver la mirada hacia los demagogos políticos actuales, que construyen esas letanías y sueños imposibles, para indicarles que no podemos seguir así.
PRIMER OBJETIVO: ESTABLECER LA PRIMACÍA DEL INDIVIDUO
Y SU PROSPERIDAD. El progreso de la especie humana no puede quedar en las manos
de personas que crean organizaciones que velan por sus propios intereses e
imponen sus visiones de mundo. Cada individuo es un mundo aparte que debe ser
tomado en cuenta.
Los grupos y las organizaciones toman decisiones de
políticas que solo les satisfacen a ellos, mientras abandonan a los individuos
y sus particulares necesidades; los individuos solo son útiles para validar las
políticas que ellos han diseñado, pero se les considera unos incapaces de velar
por su propio destino. Por eso crean sistemas complejos que pretenden guiar el
progreso humano, que solo ellos pueden manejar, y de ese modo se apropian de
poderes cada vez más crecientes para instaurar una dictadura democrática.
La política debe dejar a Maquiavelo y volver al seno
materno. No es una tarea fácil.
SEGUNDO OBJETIVO: REDUCIR EL PODER DISCRECIONAL DE LOS
POLITICOS. Maquiavelo ha guiado las construcciones políticas de la era moderna,
sin contrapesos, y muchos están ya convencidos de que no podemos vivir sin
políticos como los actuales. Pero, eso no es necesariamente así.
Debemos darnos cuenta que no necesitamos a los
políticos y, menos, a los sistemas intervencionistas que ellos han construido
para perpetuarse en el poder, de manera ilegítima, porque nos engañan con
ilusiones que jamás cumplirán. La demagogia es su herramienta; su objetivo es
mantener el poder para subyugarnos e imponernos condiciones de vida que ellos
desean.
En la actualidad, ser “político” es una buena manera
de enriquecerse y gozar de niveles de vida que son imposibles de lograr por sus
propios medios. Por lo tanto, el primer paso consiste en impedir la reelección
indefinida en cargos de elección popular y abrir espacios para que los
individuos comunes y corrientes participen y se autorepresenten políticamente
porque la tecnología actual lo posibilita. ¿Para qué tener representantes
políticos si podemos hablar por nosotros mismos?.
La democracia de los señores políticos solo satisface
sus propios fines, y siempre se olvidan de la ciudadanía que los vota cada
cuatro años. Debemos avanzar implementando políticas públicas que devuelvan
espacios de decisión discrecionales a los mismos individuos. La alternativa es
la socialista: seguir implementando sistemas complejos, difíciles de manejar e
incontrolables.
PANORAMA
Liberal
Domingo 10
Junio 2012
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