Los
socialistas caminan, en la actualidad, como verdaderos pavos reales; marchan, orgullosos
como si fueran los elegidos por la historia para conducir a la especie humana hacia
la Ciudad de la Felicidad, al son de una dulzona melodía. Por eso, antes de
continuar, conviene recordar el cuento del flautista de Hamelín, adaptado.
EL CUENTO DEL FLAUTISTA DE
HAMELÍN ADAPTADO…
Cuenta la leyenda que hace
mucho, muchísimo tiempo, en una próspera ciudad, sucedió algo muy extraño. Los
políticos del Consejo de la Ciudad comenzaron a cuestionarse el, para ellos,
extraño comportamiento de ciertas familias cuyos integrantes eran muy trabajadores
y lo hacían de sol a sombra con el fin de aumentar su riqueza y posesiones;
ansiaban la independencia y les molestaban las interferencias a su labor.
Los políticos observaban
como estas familias y sus integrantes se hacían cada vez más importantes y
relevantes en el acontecer de la ciudad porque ellos financiaban las calles que
debían ser pavimentadas, las plazas que debían ser construidas, los hospitales
que debían ser ampliados, los colegios que debían ser modernizados.
Y los políticos se
cuestionaban: “¿Y para que estamos nosotros, entonces, si estos ricachones
toman decisiones sin consultarnos?”. Otros decían: “¿Qué podría pasar si la
gente se percata que los ricachones son los que verdaderamente toman las
decisiones más relevantes?”. La respuesta fue unánime: “Si la gente se da
cuenta que nosotros somos inútiles, no nos volverán a elegir y los elegirán a
ellos…¡Debemos hacer algo!”.
Ante tal escenario, los
políticos de la ciudad, que veían peligrar su poder y tranquilidad por el
comportamiento de los ricachones, convocaron a un secreto Consejo de la Ciudad
y dijeron: "Daremos dos mil millones de pesos a quien nos libre de esta
infausta gente".
Al poco se presentó ante
ellos un flautista sonriente, alto y muy delgado, a quien nadie había visto
antes, y les dijo: "La recompensa será mía. Esta noche no quedará ni un
solo ricachón en vuestra ciudad".
Y, al llegar la noche,
comenzó a pasear por las calles y, mientras paseaba, tocaba con su flauta una
maravillosa melodía que encantaba a las personas ricas, quienes saliendo de sus
casas y propiedades seguían embelesados los pasos del flautista que tocaba
incansable su flauta. Y así, caminando y tocando, los llevó a un lugar muy
lejano, tanto que desde allí ni siquiera se veían los altos edificios de la
ciudad. Y se perdieron en la lejanía…para siempre.
Los políticos de la ciudad,
al verse al fin, libres de las personas más ricas, respiraron aliviados. Ya
tranquilos y satisfechos, volvieron a sus oficinas para organizar la nueva
redistribución de la riqueza que quedó disponible, y tan contentos estaban que
organizaron una gran fiesta para celebrar el feliz desenlace, comiendo
excelentes viandas y bailando hasta muy entrada la noche.
A la mañana siguiente, el
flautista se presentó ante el Consejo de la Ciudad y reclamó los dos mil
millones de pesos prometidos como recompensa. Pero éstos, liberados ya de su
problema y cegados por su avaricia, le contestaron: "¡Vete de nuestra
ciudad!, ¿o acaso crees que te pagaremos tanto por tan poca cosa como tocar la
flauta?". Y dicho esto, los orondos políticos del Consejo de la Ciudad le
volvieron la espalda profiriendo grandes carcajadas.
Furioso por la avaricia y la
ingratitud de dichos ciudadanos, el flautista, al igual que hiciera el día
anterior, tocó una dulcísima melodía una y otra vez, insistentemente. Pero, esta
vez, no eran las personas más ricas quiénes le seguían, si no las personas más
inteligentes de la ciudad quienes, arrebatados por aquel sonido maravilloso,
iban tras los pasos de la extraña música. Cogidos de la mano y sonrientes,
formaban una gran hilera, sorda a los ruegos y gritos de sus amigos y parientes
que en vano, entre sollozos de desesperación, intentaban impedir que siguieran
al flautista.
Nada lograron y el flautista
se los llevó lejos, muy lejos, tan lejos que nadie supo adónde, y los más inteligentes,
al igual que los más ricos, nunca jamás volvieron.
En la ciudad sólo quedaron
los políticos, sus mediocres habitantes, sus repletas bodegas y bien provistas
despensas, protegidas por sus sólidas murallas. Pero, poco a poco, las bodegas
se vaciaron, las despensas se terminaron, y las murallas se corrompieron. Para
escapar del hambre y de la peste, todo el mundo emigró a lugares más prósperos
y un inmenso manto de silencio y tristeza cayó sobre la otrora importante
ciudad.
Y esto fue lo que sucedió
hace muchos, muchos años, en esta desierta y vacía ciudad, donde, por más que
busquéis, nunca encontraréis ni un rico ni un inteligente…
LOS NEOSOCIALISTAS SON LOS
ETERNOS FLAUTISTAS DE HAMELÍN
En
todo el mundo los socialistas están en la búsqueda de los flautistas que
engatusen a las masas con la dulzona melodía cuyas notas centrales, entre
otras, son “todos somos iguales”, “la riqueza está mal repartida” y “no al
lucro”…
En
Chile, Bachelet y el socialismo se aprestan a retomar el poder para intentar transformar
-¡una vez más!...¿y cuántas van?- nuestra sociedad con el fin de hacerla “más
justa y próspera”. Así, llegan al poder sonrientes y con el estómago vacío, con
todas las ganas del mundo, pero con la melodía equivocada que solo profundizará
la pobreza y la miseria.
Mientras
tanto, en la Europa desarrollada, creadora de una cultura eterna, los nuevos socialistas
están saliendo de debajo de las piedras como respuesta a la crisis que los ha
tenido postrados. Así ha surgido Martin Schulz, presidente del Parlamento
Europeo y candidato a reemplazar al socialdemócrata Durao Barroso al frente de la
Comisión Europea, que disfruta con el discurso que "el capitalismo salvaje
ha destruido a Estados y a individuos". Y lo dice, mientras dirige un
megaestado con un presupuesto anual superior a los 1.700 millones de euros y aspira
a dirigir otro megaestado con un presupuesto de más de 135.000 millones de
euros anuales, el triple de los beneficios anuales de algunas de las compañías
más grandes del planeta, como Apple o Exxon. En otras palabras, estos
megaestados tan requeridos por los neosocialistas les han extraído a los
ciudadanos europeos una enorme riqueza para dilapidarla en proyectos de dudosa
rentabilidad. ¿Y quieren seguir aumentando el poder de los megaestados?, ¿No
convendría que este presupuesto se redujera fuertemente y se devolvieran dichos
recursos a los ciudadanos para que sean ellos mismos quiénes los usen en lo que
estimen conveniente?, ¿cree Schulz realmente que podrá revertir la situación
dirigiendo estos megaestados?, ¿esta es la melodía socialista que volverá al
bienestar a las sociedades?.
Por
lo tanto, ¿podrá esta melodía socialista salvar a los países y al planeta como
ofrecen?...Porque ¡una vez más nos ofrecen el Cielo en la Tierra!, ¿y cuando no
cumplan…a quién culparán?.
Podemos
afirmar que, los socialistas aquí y en todo el mundo, al son del sonido de sus
promesas y letanías, mantienen hechizados y sumidos en el engaño a los pueblos
y comunidades que los escuchan, esperanzados en un futuro mejor para ellos y
sus hijos. Por eso, que Chile sucumba ante la flautista Bachelet puede
comprenderse porque somos un país pobre desde el punto de vista material y
mental (¡algunos hasta idolatran a tipos como Salvador Allende y Fidel Castro,
dos creadores de miseria por antonomasia!); con un pueblo flojo y poco apto
para el trabajo duro y esforzado; inculto y presto para el jolgorio y la
parranda. Muchos de estos defectos provienen, sin duda, de las melodías tercermundistas
que los liderazgos políticos socialistas han cultivado y utilizado durante
muchos años.
Pero,
que Europa, de hondas y preciosas raíces culturales sucumba ante la melodía de los
flautistas socialistas, progenitores de la pobreza mental y material es más
difícil de creer, ¿será desesperación?, ¿será falta de reales liderazgos
defensores de la libertad y del liberalismo?, ¿será falta de interés?. Europa
llegó a ser un faro de la civilización por la fuerza del mensaje de la libertad
y su rechazo a los autoritarismos monárquicos, pero no han profundizado en el
valor de la libertad. En cambio, como sucede cuando se tiene éxito, han
escuchado al oponente…Con la aparición de la crisis financiera del año 2008, el
fracaso de algunos países de Europa es evidente y notorio. Los países más
débiles, poco adeptos al trabajo y con mercados menos competitivos han
fracasado porque no pueden mantener un estilo de vida alejado de su nivel de
ingresos. Y he aquí la paradoja: los socialismos han inculcado en la población
que todos merecemos trabajar y vivir como príncipes, y el Estado nos debe asegurar
aquello, ¿cómo es posible?. Esta es la razón del fracaso de algunos Estados de
Bienestar europeos que consumían recursos en mayor cantidad de lo que eran
capaces de generar.
Y
se hacía necesario buscar culpables. Y surgió el mismo culpable de siempre,
¿adivinan cuál es?...¡El capitalismo y los mercados libres!. Y surgió la misma
solución de siempre, ¿adivinan cuál es?...¡El socialismo y los Estados interventores
gigantes!. Es el neosocialismo y la misma melodía dulzona.
¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS
DE LA MELODÍA NEOSOCIALISTA?
PRIMERO:
El neosocialismo es una mezcla impura entre comunismo y democracia.
El
neosocialismo es una mezcla impura entre los principios democráticos y los comunistas
porque dicen que desean democracia, participación y control ciudadano, pero solo
aspiran a tener mayorías absolutas para imponer legislaciones que reduzcan la
libertad en amplios sectores y niveles.
Por
eso, en Chile, la coalición de izquierda “nueva mayoría” se permite incluir al
partido comunista que ha hecho todo lo que ha estado a su alcance para
desestabilizar el sistema político con el fin de imponer sus letanías más
caras.
SEGUNDO:
El neosocialismo propicia una economía intervenida que genera la concentración
económica.
El
neosocialismo provoca que los factores de producción (tierra, trabajo, y capital)
sean transados en los mercados pero bajo estrictas regulaciones que impiden su
libre compra-venta. Lo óptimo es que sean de propiedad pública o en el peor de
los casos, se permite la aparición de enormes empresas, fáciles de regular y
fiscalizar, que producen concentración económica.
TERCERO:
El neosocialismo interviene el mercado laboral con el objetivo de redistribuir
el ingreso.
La
principal consecuencia de la concentración económica es la mala distribución
del ingreso que el neosocialismo pretende combatir mediante regulaciones como
la fijación de altos salarios mínimos o promoviendo el sindicalismo y el
derecho a huelga a lo largo y ancho de la economía intervenida.
Sin
embargo, la política de fijación de un elevado salario mínimo provoca un exceso
de oferta en el mercado laboral ya que muchos trabajadores que no cuentan con
las mínimas competencias desean acceder a ese tipo de empleos. A su vez, la política
de promover el derecho a huelga sin reemplazo empobrece de gran manera a las economías
…¿Se han preguntado ustedes las razones por las cuáles una persona descontenta
en su empleo no se va a otro empleo que más se ajuste a sus capacidades?.
Primero, porque no hay otros empleos debido a la concentración económica y,
segundo, porque los costos de salida son muy altos. La concentración económica provoca
mercados laborales que generan empleos de baja calidad y la pretensión de proteger
el empleo, con las políticas anteriores, solo profundiza la generación de
empleos de baja calidad. Además, la intervención de los mercados laborales defiende
a los que tienen empleo y deja abandonados a los que no lo tienen, y provocan
que las pequeñas y medianas empresas no logren ofrecer un número suficiente de
empleos debido a los altos costos laborales y bajos precios de venta provocados
por la concentración económica de sus grandes clientes.
Los
neosocialistas creen que, mediante decisiones administrativas, podrán redistribuir
el ingreso, sin embargo, lo único que provocan es aumentar el desempleo,
manteniendo bolsones de pobreza y miseria.
CUARTO:
El neosocialismo aumenta, de manera creciente, el tamaño del Estado, financiado
por más impuestos.
Un
neosocialista se reconoce porque siempre plantea que el Estado es parte de la
solución para todos nuestros problemas: ¿La educación es muy deficiente?. El
Estado debe hacerse responsable de la calidad de la educación…¿Los servicios de
salud son deficientes?. El Estado debe invertir en servicios de salud…¿Las
pensiones son muy bajas?. El Estado debe asegurar pensiones dignas…¿El deporte
obtiene malos resultados?. El Estado debe preparar deportistas triunfadores…¿El
país requiere energía?. El Estado debe generar energía…Y suma y sigue.
Para
todo lo anterior se requiere de un Estado creciente, con más y más ministerios,
subsecretarías y servicios públicos y que requiere de un generoso
financiamiento que sale del bolsillo de todos los contribuyentes por medio de
más impuestos. ¿Podemos extrañarnos que los neosocialistas planteen que quieren
realizar una reforma tributaria con el fin de mejorar nuestro bienestar?, ¿Cómo
van a mejorar nuestro bienestar si nos quitan parte de nuestros ingresos?,
¿acaso no somos nosotros, por si mismos, los que debiéramos definir en qué
gastar nuestro dinero?, ¿Por qué interviene el Estado para quitarnos ingresos
que ellos destinan a otros usos usando desconocidos criterios?.
¿Cuáles
son los criterios que utilizan los funcionarios y burócratas estatales para
asignar los recursos de todos los contribuyentes?. En primer lugar, dichos
criterios son meramente subjetivos y responden a metas políticas, sin buscar
rendimiento ni eficiencia; en segundo lugar, no toman en cuenta que están insertos
en un entorno altamente caótico y complejo, difíciles de predecir; en tercer
lugar, las necesidades ilimitadas llevan a los políticos a requerir
presupuestos siempre crecientes; en cuarto lugar, no existe una adecuada
transparencia sobre el uso de los recursos; en quinto lugar, los políticos
asignan recursos en el largo plazo pero su periodo legal en curso es de corto
plazo; en sexto lugar, ellos no sufren por los dineros dilapidados porque
dichos recursos no son de ellos y, en séptimo lugar, los contribuyentes siempre
parecen tener recursos adicionales que los señores políticos miran con diente
largo.
QUINTO:
El neosocialismo crea Estados de Bienestar.
Al
final, lo único que pretenden los neosocialistas es crear Estados de Bienestar con
la pretensión de solucionar los problemas de la vida diaria de todas las
personas de una cierta sociedad…Y olvidan que las necesidades de la población son
crecientes e ilimitadas, y cualquier presupuesto siempre resultará
insuficiente. Por lo tanto, los requerimientos siempre serán crecientes…¿y de
donde surgirán?.
Dichos
presupuestos crecientes serán extraídos de los ciudadanos mediante reformas
tributarias de todos los tamaños. Así se producen dos efectos: por un lado, se
ahoga la iniciativa privada, y por otro lado, se crea una clase de burócratas iluminados
como Martin Schulz y Michelle Bachelet que creen que podrán resolver nuestros
problemas tocando la melodía socialista.
Al
final, una persona debiera contestar: ¿Quién puede determinar mejor que se debe
hacer con sus propios recursos…una burócrata como Bachelet o la persona misma?.
Para poder implantar la melodía socialista se debe eliminar lo mejor de las sociedades:
la capacidad de iniciativa individual y la racionalidad. Y sin ambas, no nos
queda más que estancarnos o desaparecer, ¿podremos contraatacar a los
flautistas socialistas?.
PANORAMA Liberal
Jueves 16 Enero 2014
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