Desde
hace algunos años se ha producido un fenómeno contradictorio: mientras una gran
mayoría de jóvenes le ha dado la espalda a la política, una pequeña minoría
ideologizada de mentalidad socialista ha asumido posiciones de vanguardia, en
especial, en lo referente al tema de la educación. Y las explicaciones son
razonables.
En
primer lugar, una gran mayoría de jóvenes no ven en la política una actividad
noble y merecedora de su atención, muy probablemente porque en sus propias
familias se denigra a la actividad política como una especie de vertedero en
que proliferan las moscas más pestilentes que puedan existir. Y pueden tener
razón, pero, además, este desinterés muestra a las claras dos cosas. Una, las
familias consideran que la política no nos va a cambiar la vida, y dos, creen
que la política siempre les cambia la vida solo a unos pocos. En otras
palabras, el vertedero político solo puede ser soportado por un cierto tipo de
personas, y no todos tienen el estómago para ello.
Estas
familias y sus hijos, además, observan con indiferencia la rotunda pobreza conceptual,
ignorancia y sectarismo de los formadores de opinión, que impide el debate
racional y el enfrentamiento civilizado de las distintas posiciones políticas,
resultando de ello un consenso burdo y sin argumentos respecto del sentido en
que gira el mundo. Por eso, no sorprende como los, supuestamente, más cultos y
preparados intelectuales, periodistas, políticos y líderes de opinión, sucumben
ante el arrojo y los falaces argumentos de una camarilla de jóvenes socialistas
que destacan más bien por la pobreza de sus argumentos que por la maravilla de
lo que enuncian. Estos son la minoría ideologizada, la otra cara de la medalla
de la juventud.
Entonces,
en segundo lugar, la indiferencia ciudadana ha sido el caldo de cultivo
perfecto para que una minoría haga sentir sus gritos antes que sus argumentos.
Esta es una minoría de jóvenes que han sido ideologizados por sus familias
socialistas, que son incapaces de pensar por sí mismos y son verdaderos robots
que repiten eslóganes ideológicos que se escurren por sus labios como el aire
que respiran. Por lo tanto, su presencia en los medios de comunicación y la
ausencia de debates exigentes, han validado a estas minorías hasta ser
considerados los reales portadores de la verdad revelada. Esta situación les
permitió posicionarse en la opinión pública para ingresar al Congreso Nacional
como diputados, y lo que roza lo ridículo es que algunos de los “honorables”
diputados, más experimentados y más viejos, les han ofrecido a estos niñitos y
niñitas, de nula experiencia de vida, la presidencia de comisiones para dirigir
la creación de leyes que “nos cambiarán la vida”. En realidad, estos “antiguos
honorables” son irresponsables al pretender lavarse las manos de esta manera,
exponiendo a los “nuevos honorables” como si esto fuera un juego de niños. Y la
situación no es trivial, porque estos nuevos inquilinos de la institucionalidad
no están jugando y pueden llevar a provocar quiebres institucionales de cierta
envergadura.
Ya
se ha hablado en demasiado de la camarilla de los Vallejo, Jackson,
Ballesteros, etc. y conviene fijar la mirada en otro miembro, mas reciente, de esta
camarilla de jóvenes socialistas ideologizados in extremis como la ex vocera de
la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Eloísa González, quién,
también, tiene una sorprendente presencia en los medios de comunicación. Y de
nuevo se repite la historia porque nadie parece capaz de cuestionar sus débiles
argumentos que se basan en una ideología que sus padres han cultivado con
dedicación y que consideran una verdad iluminada.
Esta
niña ha dicho, por ejemplo, respecto de las pasadas elecciones que “la abstención es un fenómeno que refleja la
situación en la que estamos actualmente. No va a generar cambios, pero como
acto político o como fenómeno que expresa este malestar y esta realidad,
también expresa desafíos que tenemos que tomar en cuenta…
…El conjunto de la población
no siente que sus demandas y problemas vayan a ser resueltos por la vía
institucional y, ante eso, es necesario encontrar distintas alternativas y
caminos que desemboquen en la construcción de una solución más inmediata…
…Las elecciones son una
herramienta que no se puede descartar de por sí…En las actuales condiciones,
con un sistema y una institucionalidad determinada, para los movimientos
sociales y para avanzar en cambios, las elecciones no son algo efectivo…
…Es mucho más dogmático y
absolutista cuando la gente critica este llamado a la abstención hablando que
la democracia solo se expresa en estas elecciones. Para nosotros, la democracia
tiene muchas aristas. Nuestros padres lucharon contra la dictadura no para
recuperar el voto solamente, sino por un proyecto, el socialismo. Entonces es
necesario cuestionarse desde ese punto de vista: profundizar por qué la
abstención y cuestionarse la democracia que tenemos actualmente…
…En Chile existe un cambio
de ciclo político…y no existe una crisis de representación, sino una crisis de
hegemonía, en que el conjunto de la población está cuestionando los paradigmas
o visión de mundo que ha impuesto esta clase política…
…Existe la necesidad de
cambiar esta sociedad y no delegar la responsabilidad a unos pocos nuevamente.
Eso me parece interesante, porque permite vislumbrar que esa necesidad puede
traducirse en un proyecto mucho mayor, que traspase la institucionalidad
actual. Eso me parece rescatable y hay que considerarlo desde los movimientos
sociales…”.
Son
las mismas letanías socialistas que hemos escuchado por décadas y que son
repetidas por estos jóvenes como si fueran la piedra filosofal redescubierta…”el
pueblo está molesto…las instituciones no le resuelven los problemas…se debe
usar la democracia con el fin de implantar el socialismo…los socialistas buscan
la hegemonía…existe la necesidad de cambiar la sociedad…”. Estamos en presencia
de una joven socialista ideologizada por su familia (¡sería digno de un estudio
memorable investigar como las familias llenan la cabeza de sus propios hijos de
tales bobadas y estupideces!) que nos habla, casi directamente, de su
pretensión de imponer por medio de la fuerza, sin razonar y sin buscar
consensos. En general, ¿por qué la sociedad permite y valida la opinión de una
muchacha en formación, con escasa preparación para la vida (circula en los
medios de comunicación que la señorita Eloísa González, en la PSU, obtuvo en
Matemáticas: 240 puntos; Lenguaje: 427 puntos; Historia: 124 puntos), y con
nula experiencia de vida?, ¿Por qué permitimos que la inexperiencia llene
titulares de medios de comunicación como si fuera la verdad revelada?...
Probablemente,
algunos de mis lectores dirá: “¡Todo el mundo tiene derecho a expresar su
opinión…hay libertad de opinión!”. Pero, la cuestión no es esa. El tema es la manifiesta
debilidad de la sociedad que se deja manipular impunemente por una camarilla de
personitas en proceso de formación, ignorantes en muchos ámbitos, inexpertas en
otros tantos e irreflexivas en muchos más. Lo más grave es el comportamiento de
la intelectualidad nacional que, se supone son líderes de opinión, para
contrastar y poner en el lugar que corresponde las letanías de una minoría de
fanáticos de corta edad; nadie los confronta y sus opiniones se leen como una
especie de verdad absoluta.
Por
eso, resulta válido preguntarse ¿en donde están las personas inteligentes y
razonables?, ¿en donde están los intelectuales que debieran estar filosofando
respecto del futuro del país?, ¿por qué permiten que niños y niñas sin
experiencia pongan los temas en la agenda pública?, ¿qué tipo de liderazgos
tenemos que no son capaces de atender las necesidades del pueblo que gobiernan?,
¿Por qué las familias contaminan a sus propios hijos con ideologías fracasadas
por la historia y por la vida?...
Finalmente,
¿en donde están las familias responsables que no motivan a sus hijos para que
defiendan las ideas de la libertad en los centros de alumnos de los colegios y
universidades para influir en los movimientos estudiantiles?. Entonces, los grandes
responsables del surgimiento de esta camarilla de ideologizados socialistas son
las familias que se han decepcionado de la política y la han dejado en manos de
una minoría para que haga lo que quiera, ¿seguiremos soportando tantas
necedades?...
PANORAMA Liberal
Jueves 9 Enero 2013
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