Abstract/Resumen: Chile
no cuenta con una clase empresarial independiente, innovadora y creativa; es
una clase que depende demasiado del poder político de turno que los mantiene
cebados con una serie de beneficios y regalías que protegen sus inversiones y
negocios. Es la razón para acompañar a la señora Bachelet en su periplo mundial
mientras internamente presentan una reforma tributaria espantosa, una reforma
educacional inútil y una próxima nueva constitución que consumirá tiempo y
recursos inútilmente.
Solo una clase empresarial independiente del poder político puede crear riqueza... |
Con
motivo de su reciente gira por Europa, la socialista Bachelet se ha permitido
agradecer a los empresarios extranjeros que invierten en Chile y los ha instado
a seguir trabajando juntos, ya que –dice ella- su trabajo es muy importante
para el desarrollo del país. Por ejemplo, en España, ante los dirigentes de la
Confederación Española de Organismos Empresariales (CEOE) se ha permitido decir
que “quisiera agradecer la presencia española de grupos empresariales, en esta
oportunidad que tenemos de poder contarles en qué estamos en Chile, cuáles son
nuestros proyectos y nuestros propósitos…y comentar sobre el rol que ha jugado
el empresariado español en Chile en todos estos años…Queremos que sigan, que
sigan invirtiendo en Chile y sigan trabajando con nosotros, pues para el
desarrollo del país es muy importante”.
¿Cómo
es posible que la señora Bachelet se permita expresiones de este tipo cuando piensa
y actúa de otra manera?. Está de más decir, que en esas reuniones participaron empresarios
españoles (el presidente del CEOE, Juan Rossell; el titular del Consejo Superior
de Cámaras, Manuel Terruel; el secretario de Estado de Comercio, Jorge García;
el presidente de Ferrocarriles, José Bastarrica; el vicepresidente ejecutivo de
la compalía eléctrica Abengoa, José Terceiro; y el presidente de Acciona, José
Manuel Entrecanales), mientras los empresarios chilenos que formaron parte de
la comitiva en Europa destacaron los presidentes de la CPC y la Sofofa, Andrés
Santa Cruz y Hermann von Mühlenbrock.
¿Cómo
es posible que el empresariado reciba con honores a una presidenta socialista que
promueve políticas públicas retrógradas y que afectan la inversión?, ¿Cómo es
posible que el empresariado chileno forme parte de una comitiva de esta
naturaleza?.
Este
gobierno llegó al poder comprometiendo el crecimiento futuro del país al
promover una reforma tributaria espantosa, una reforma educacional que no
atiende el problema de la calidad mientras esperan el momento oportuno para
crear una nueva constitución de corte socialista…
Este
gobierno y sus adeptos hablan de pasar la retroexcavadora al supuesto modelo “neoliberal”,
responsable de crear riqueza y bienestar…
Promueven
castigar con penas de cárcel a aquellos que lucren en el rubro educacional…
Se
regocijan al hablar de abusos de ciertas empresas y los extienden a toda la
clase empresarial…
Y,
pese a todo esta jerga antiempresarial, los empresarios nacionales viajan con
la señora Bachelet para respaldarla institucional y internacionalmente…¿De dónde
viene esa actitud servil, sumisa, cebada y adocenada por el poder de la clase
empresarial?, ¿Por qué acompañan a esta señora si este gobierno los agrede en
todas las instancias?, ¿Por qué callan cuando la señora los menosprecia en las
palabras y en los hechos?...Ciertamente, no esperamos que la clase empresarial
responda en forma grosera y agresiva, pero si esperamos una actitud concorde al
maltrato al cual ha sido objeto.
Sin
embargo, Chile no dispone de una clase empresarial provocadora, innovadora y
creativa, porque no tiene la necesaria independencia; depende demasiado de las
dádivas de los políticos de turno; obtienen demasiados beneficios al transitar
por los pasillos del poder…Así los han cebado…les han ofrecido regalías que no
pueden rechazar y bajan la cabeza hasta el suelo…Así se postran ante el poder,
de rodillas…¡Y ese empresariado es el que acompaña a los políticos cuando
ruedan por los caminos del mundo mintiendo en forma descarada!
En
otras palabras, la clase empresarial está demasiado sometida al poder y dictamen
de los políticos de turno porque reciben demasiados beneficios y regalías para
sostener sus negocios. Por eso, podemos entender que reciban el llamado de
Piñera y bajen un proyecto que ha pasado por todas las etapas institucionales
requeridas…Y podemos entender que acompañen a la señora Bachelet en su periplo
mundial para institucionalizar sus espantosas reformas. Ahora se entiende el
motivo.
Sin
independencia política y económica un empresario es un mero empleado del gobierno de turno, lo que le hace un flaco favor
a la economía nacional…¿O usted opina lo contrario?
Panorama LIBERAL
Sábado 1 Noviembre 2014
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