Resumen/Abstract: En esta serie de reformas presentadas por el actual
gobierno socialista no hay ninguna posibilidad de diálogos e intercambios porque
la izquierda sabe que puede imponerse sin contrapesos; solo existe la
posibilidad de la negociación tanto al interior del gobierno como con la
oposición. Por lo tanto, con los socialistas no podemos hablar de diálogos ni
buena voluntad ni aperturas de mente. Hablamos de imponer una posición por la fuerza.
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Anteriormente, hemos mencionado que el socialismo se ha
vuelto fanático de la democracia, en especial, cuando la masa de votantes vota
por ellos…Y este fanatismo por la democracia los hace delirar al creerse
poseedores de la verdad absoluta…
- ¡El pueblo ha
hablado…!- dicen poniendo los ojos en blanco…-el pueblo nos ha votado para que
implementemos estas reformas…
Y ponen los ojos en blanco. Sin embargo, solo votó el 25%
del electorado y, además, al susodicho pueblo no le interesan las reformas ni
vota por ellas…Vota por tipos que, más o menos, piensen como ellos o vota por
inercia ideológica; el susodicho pueblo jamás lee programas ni le interesa hacerlo….Por
eso, si mañana se presentara un payaso de candidato sería electo sin chistar…¿significa
eso que el payaso debe imponer sus payasadas?. Bueno, los socialistas son los
payasos…
LA IGLESIA Y LA IZQUIERDA…¿DIALOGAN?
Recientemente, un miembro de la Conferencia Episcopal,
Héctor Vargas, ha señalado que "el
gobierno puede terminar apretándose los dedos con la puerta si continúa con la tramitación
de esta reforma educacional…Nosotros queremos reiterar hasta el final aquellos
principios y valores que nos parecen importantes, y que no están reflejados en
cómo salió el proyecto de la Cámara…Esperamos que en esta segunda instancia
realmente pueda haber una mayor capacidad de escuchar, de diálogo, de darse
tiempo para un gran acuerdo en el tema de la educación, nos preocupa cómo está
el proyecto, cómo salió de la Cámara".
Al mismo tiempo, en la izquierda se viven momentos tensos
porque la DC pidió prórroga para votar en general el proyecto. Y el socialista
Rossi ha saltado al ruedo con la violencia que lo caracteriza diciendo que “he tenido un adversario permanente que es
Ignacio Walker, no voy a meter a la DC…En la persona del senador he tenido un
permanente adversario y no sólo mío, sino, también del senador Quintana, todo
el año…Es bueno que el senador Walker
explicite cuáles son sus intenciones…Yo lo veo sin ninguna convicción y más
bien lo veo más convencido del lucro que de la selección. Yo siento que él está
borrando con el codo lo que firmó con la mano en un momento histórico, cuando
estuvimos ad portas de una elección. La actitud de Walker ha sido de profunda
deslealtad con el gobierno y presidencia. Llevo un año conviviendo con una persona que ha hecho
alianza con la derecha en la Comisión de Educación…”
Rossi, como buen socialista, desea que no exista “ningún tipo de discriminación en la entrada
a los colegios…el lucro debe ser sancionado y si queremos impedir una conducta
tenemos que ser capaces de buscar una sanción que ejerza un acto
inhibitorio…Otro punto es ver cómo incentivar
la compra de colegios por parte de las corporaciones educacionales y ahí
se está viendo cómo bancarizar la deuda y que el Estado dé todas las garantías
necesarias…El Estado debe garantizar que
el banco entregue un crédito y para ello deberá
buscar un mecanismo en donde la banca tenga un respaldo para la deuda…”.
La clave del pensamiento de la izquierda respecto de la
reforma educacional la dijo el 15 de junio pasado el burócrata del ministerio
de educación, Nicolás Eyzaguirre. Para defender los principales puntos de la
reforma y hacer frente a las críticas manifestó que “voy a hacer una metáfora, que son siempre peligrosas en esto…Lo que
tenemos actualmente es en una cancha enlozada un competidor corriendo con
patines de alta velocidad y otro descalzo. El descalzo es la educación pública.
Entonces me dicen, ¿por qué no entrenas más y le das más comida al que va
descalzo?. Primero tengo que bajar al otro de los patines…”.
“Primero, tengo que bajar al otro de los patines…”. Esta
es la lógica de la reforma socialista: han puesto énfasis en eliminar el
financiamiento público de los establecimientos privados para impedir que tengan
rendimientos superiores a la instrucción pública. Es la razón para insistir en
eliminar el lucro, la selección de ingreso y el copago…Pero, respecto de la
calidad de la instrucción en el aula, profesores más preparados,
infraestructura…¿quién habla de esos temas relevantes?.
La cuestión, entonces, es: ¿están preparados los actores
involucrados para escuchar, dialogar y lograr acuerdos mutuamente
beneficiosos?. La hipótesis que planteamos es que no hay opciones de diálogo si
las partes tienen posiciones extremas. Hemos visto que, por una parte, la
izquierda gobernante ha interpretado su regreso al poder como una especie de
carta blanca ciudadana para usando una “retroexcavadora”, demoler todo lo que
existía anteriormente. Es decir, la izquierda no quiere diálogos, solo quiere
que todos escuchen y asuman, basados en el argumento de que la ciudadanía lo
desea.
¿Es razonable y lógico pretender encontrar puntos de
acuerdo con personas que han asumido una posición basados en un cierto respaldo
ciudadano?, ¿no les estaremos pidiendo demasiado?, ¿Qué se puede hacer,
entonces, para transformar esta lógica totalitaria izquierdista en una lógica
de consensos y de búsqueda de acuerdos tan mirada en menos por la izquierda más
extrema?.
¿SE PUEDE DIALOGAR
CON LA IZQUIERDA?
Se entiende por “diálogo” al intercambio de opiniones para
descubrir ideas y puntos de vista beneficiosos para todos. Es decir, es una
conversación en la que se requiere el compromiso de escuchar más y hablar menos,
con el fin de entender las posiciones ajenas y tomarlas en cuenta con la mejor
buena voluntad. Por lo tanto,
PRIMERO. El diálogo es un instrumento que puede ayudar a
encontrar soluciones a conflictos por medio del intercambio de opiniones e
ideas conciliadoras. Si el diálogo fracasa, otros instrumentos posibles son la
negociación y mediación.
SEGUNDO. El diálogo no es posible si una de las partes se
considera superior a la otra por alguna razón. Solo deben valer los argumentos
y razonamientos sólidos por sobre la mera imposición de voluntad de una de las
partes.
TERCERO. El diálogo debe ser inclusivo e incluir e todas
las partes involucradas en base a una representación razonable de las distintas
posturas técnicas y no técnicas
CUARTO. El diálogo requiere que los interlocutores estén
empoderados, en la forma y en el fondo, del tema sujeto de debate para
establecer un objetivo esperado general, con una cierta ruta de viaje, flexible
y real, que guíe a los participantes.
QUINTO. El diálogo requiere que se establezcan metas que no
sea muy exigentes ni avasalladoras para otros, dado que es ya un logro el
intentar la comprensión mutua y abrir canales de comunicación entre las partes.
SEXTO. El diálogo debe considerar personalidades,
sensibilidades y estilos personales con el propósito de evitar conflictos
basados en la más pura química personal.
SÉPTIMO. El diálogo debe evitar convertir el tema en una cosa
distinta de la inicial, debido a la complejidad excesiva y el conocimiento
insuficiente. Lo anterior sucede cuando los interlocutores comienzan a discutir
sobre cosas que no conocen. En otras palabras, se debe reconocer que existen
campos de conocimiento especializado que no dominan, lo que los debe obligar a acudir
a especialistas objetivos no activistas.
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La naturaleza del diálogo tiene por objetivo el aprender
mutuamente, en un serie de intercambios útiles, en el que es necesario el
conocimiento especializado y una actitud personal que acepte el compromiso de
ceder y comprometerse. Sin embargo, en este tema la izquierda está mostrando
con claridad un afán avasallador que viola las condiciones planteadas
previamente…
PRIMERO. La izquierda no cree en el diálogo porque ellos
ya tienen la solución al conflicto de una pésima instrucción, y no le interesa
el intercambio de opiniones e ideas conciliadoras. En realidad, acá se requiere
la negociación.
SEGUNDO. La izquierda se cree superior a la oposición y
solo considera válidos los argumentos y razonamientos que vienen de su sector.
TERCERO. La izquierda no ha sido inclusiva al no incluir
a todas las partes involucradas en base a una representación razonable de las distintas
posturas técnicas y no técnicas
CUARTO. La izquierda desea imponer el objetivo esperado
general, y la ruta de viaje. Para ellos solo hay un camino.
QUINTO. La izquierda es avasalladora por esencia basada
en la supuesta mayoría electoral con la cuál accedieron al poder; no les
interesa la comprensión de las otras partes ni abrir canales de comunicación:
ellos desean imponer.
SEXTO. La izquierda es indiferente a las distintas personalidades,
sensibilidades y estilos personales que no estén en su línea de trabajo; para
ellos, la derecha hay que aplastarla y su ideario, pisotearlo. Y no les importa
generar conflictos basados en la más pura química personal.
SÉPTIMO. La izquierda no teme enfrentarse a los temas
porque son profundamente ignorantes y desprecian como funciona el mundo; no les
interesa tener insuficiente conocimiento y son irresponsables al implementar
sistemas ya fracasados. En otras palabras, se guían por creencias y no por
consensos.
En esta serie de reformas presentadas por el actual gobierno
socialista no hay ninguna posibilidad de diálogos e intercambios en ese sentido
porque la izquierda sabe que puede imponerse sin contrapesos; solo existe la posibilidad
de la negociación tanto al interior del gobierno como con la oposición. Por lo
tanto, con los socialistas no podemos hablar de diálogos ni buena voluntad ni
aperturas de mente. Hablamos de imposiciones.
¿O usted está en desacuerdo?
Panorama LIBERAL
Sábado 22 Noviembre
2014
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