A callar todos....el maestro Ludwig von Beethoven observa.... |
En
un día como hoy, 17 de diciembre, pero de 1770 (hace ya 243 años) nace en Bonn un
genio que la posteridad reconocería como Ludwig van Beethoven, compositor,
director de orquesta y pianista alemán de enorme legado. Este genio nos permite
afirmar que los seres humanos individuales son los que han creado las más
grandes maravillas de la especie humana; sin ellos la humanidad no tendría
pasado ni futuro.
¿Por
qué Beethoven es un genio?. Porque superó sus limitaciones para alcanzar la inmortalidad
reservada para pocos. En mayo de 1802, a los 32 años de edad, por recomendación
de su doctor Schmidt, Beethoven se retira a Heiligenstadt para descansar en la
temporada de verano, como era siempre su costumbre y como lo fue a lo largo de
toda su vida. Esta era una etapa anual que Beethoven necesitaba de forma
imprescindible porque añoraba la naturaleza, la sensación de libertad, las
caminatas por senderos de bosque, etc. Y era, también, muchas veces el período
del año en el cual aparecían sus ideas musicales que anotaba en sus
innumerables cuadernos de apuntes, para después, en el invierno, en Viena terminar
de pasar en limpio y pulir las obras que habían surgido durante el verano. Ese
año en particular, Beethoven estaba atormentado por el aumento de su sordera, y
tenía ya la sensación de que era una enfermedad que no lo iba a abandonar
fácilmente, y sentía amenazada toda su
vida por ella. La indicación del Dr.
Schmidt, abría una esperanza de que con soledad y silencio que una temporada en
el campo podría descansar su oído, y recuperar su salud.
Heiligenstadt
era en ese momento un pueblito separado de Viena, parte de la misma ciudad y se
tardaba algún tiempo en llegar allí en carruaje. Deprimido y ya incapaz de
esconder su afección creciente, el 6 de Octubre de 1802, Beethoven escribió un
documento que guardó luego cuidadosamente, y que fue llamado después "El
Testamento de Heiligenstadt". Es importante recordad que fue encontrado en
el mismo escondite secreto de su escritorio, junto a la carta a la Amada
Inmortal, escrita en 1812.
En
este emocionante documento, Beethoven revelaba su enfermedad y su angustia
frente a la misma. El escrito tiene una cualidad emocional verdaderamente
impactante, cuando lo leemos hoy en día.
TESTAMENTO DE HEILIGENSTADT
Para mis hermanos Carl y Johann
van Beethoven:
¡Oh, hombres que me juzgáis
malevolente, testarudo o misántropo!, ¡Cuán equivocados estáis!
Desde mi infancia, mi
corazón y mi mente estuvieron inclinados hacia el tierno sentimiento de bondad,
inclusive me encontré voluntarioso para realizar acciones generosas, pero,
reflexionad que hace ya seis años en los que me he visto atacado por una
dolencia incurable, agravada por médicos insensatos, estafado año tras año con
la esperanza de una recuperación, y finalmente obligado a enfrentar el futuro
una enfermedad crónica (cuya cura llevará años, o tal vez sea imposible);
nacido con un temperamento ardiente y vivo, hasta inclusive susceptible a las
distracciones de la sociedad, fui obligado temprano a aislarme, a vivir en
soledad, cuando en algún momento traté de olvidar es, oh, cuan duramente fui
forzado a reconocer la entonces doblemente
realidad de mi sordera, y aun entonces, era imposible para mi, decirle a
los hombre, ¡habla más fuerte!, ¡grita!, porque estoy sordo.
¡Ah! Como era posible que yo
admitiera tal flaqueza en un sentido que en mi debiera ser más perfecto que en
otros, un sentido que una vez poseí en la más alta perfección, una perfección
tal como pocos en mi profesión disfrutan o han disfrutado –Oh, no puedo
hacerlo, entonces perdonadme cuando me veáis retirarme cuando yo me mezclaría
con vosotros con agrado, mi desgracia es doblemente dolorosa porque
forzosamente ocasiona que sea incomprendido, para mi no puede existir la
alegría de la compañía humana, ni los refinados
diálogos, ni las mutuas confidencias, solo me puedo mezclar con la
sociedad un poco cuando las más grandes necesidades me obligan a hacerlo.
Debo vivir como un exilado,
si me acerco a la gente un ardiente terror se apodera de mi, un miedo de que
puedo estar en peligro de que mi condición sea descubierta – así ha sido
durante el año pasado que pasé en el campo, ordenado por mi inteligente medico
a descansar mi oído tanto como fuera posible, en esto coincidiendo por mi
natural disposición, aunque algunas veces quebré la regla, movido por mi instinto
sociable, pero que humillación, cuando alguien se paraba a mi lado y escuchaba
una flauta a la distancia, y yo no escuchaba nada, o alguien escuchaba cantar a
un pastor, y yo otra vez no escuchaba nada, estos incidentes me llevaron al
borde de la desesperación, un poco mas y hubiera puesto fin a mi vida – solo el
arte me sostuvo, ah, parecía imposible dejar el mundo hasta haber producido
todo lo que yo sentía que estaba llamado a producir, y entonces soporté esta
existencia miserable – verdadera mente miserable, una naturaleza corporal
hipersensible a la que un cambio inesperado puede lanzar del mejor al peor
estado – Paciencia – Esta dicho que ahora debo elegirla para que me guíe, así
lo he hecho, espero que mi determinación permanecerá firme para soportar hasta
que a las inexorables parcas les plazca
cortar el hilo, tal vez mejoraré, tal vez no, estoy preparado. Forzado ya a mis 28 años a volverme un
filósofo, oh, no es fácil, y menos fácil para el artista que para otros – Ser
Divino, Tu que miráis dentro de lo profundo de mi alma, Tu sabes, Tu sabes que
el amor al prójimo y el deseo de hacer el bien, habitan allí.
Oh, hombres, cuando algún
día leáis estas palabras, pensad que habéis sido injustos conmigo, y dejad que
se consuele el desventurado al descubrir que hubo alguien semejante a él, que a
pesar de todos los obstáculos de la naturaleza, igualmente hizo todo lo que
estuvo en sus manos para ser aceptado en la superior categoría de los artistas
y los hombres dignos.
Ustedes, mis hermanos Carl y
……, tan pronto cuando este muerto, si el Dr. Schmidt aun vive, pídanle en mi
nombre que describa mi enfermedad y guarden este documento con la historia de
mi enfermedad de modo que en la medida de lo posible, al menos el mundo se
reconcilie conmigo después de mi muerte. Al mismo tiempo los declaro a los dos,
como herederos de mi pequeña fortuna (si puede ser llamada de esa forma),
divídanla justamente, acéptense y ayúdense uno al otro, cualquier mal que me
hayáis hecho, lo sabéis, hace tiempo que
fue olvidada. A ti, hermano Carl te doy especialmente las gracias por el afecto
que me has demostrado últimamente. Es mi deseo que vuestras vidas sean mejores
y más libres de preocupación que la mía, recomendad la virtud a vuestros hijos,
esta sola puede dar felicidad, no el dinero, hablo por experiencia, solo fue la
virtud que me sostuvo en el dolor, a esta y a mi arte solamente debo el hecho
de no haber acabado mi vida con el suicidio – Adiós, y quiéranse uno al otro–
Agradezco a todos mis amigos, particularmente al Príncipe Lichnowsky y al
Profesor Schmidt – Deseo que los instrumentos del Principe L, sean conservados
por uno de ustedes, pero que no resulte una pelea de este hecho, si pueden
serviros de mejor fin, véndanlos, me sentiré contento si puedo seros de ayuda
desde la tumba – con alegría me acerco hacia la muerte – si esta llega antes de
que tenga la oportunidad de mostrar todas mis capacidades artísticas, habrá
llegado demasiado temprano, no obstante mi duro destino y probablemente desearé
que hubiera llegado mas tarde – pero aun así estaré satisfecho, no me liberará
entonces de mi interminable sufrimiento?
Vengas cuando vengas, te recibiré con valor- Adiós y no me olvidéis
completamente cuando este muerto, merezco eso de ustedes, habiendo yo pensado
en vida tantas veces acerca de cómo hacerlos felices, sedlo -
Heiligenstadt
Octubre 6, 1802 Ludwig van Beethowen
Para mis hermanos Carl y
…………….
Para ser leído y ejecutado
después de mi muerte
Heiligenstadt, 10 de Octubre
de 1802, entonces de esta forma me despido de ustedes- y tristemente en verdad-
si esa amada esperanza que traje conmigo cuando llegue de curarme al menos en
parte – debo abandonar completamente, igual que las hojas de otoño caen y se
marchitan así se ha destruido la esperanza – me voy – hasta el alto coraje - que a menudo me inspiro en los bellos días
de verano – ha desaparecido – Oh, Providencia – otórgame al menos un día de
pura felicidad - hace tanto tiempo desde que la verdadera felicidad resonó en
mi corazón – oh cuando – oh cuando, Oh Divinidad – la encontraré otra vez, en
el templo de la naturaleza y de los hombres – Nunca? no – Oh eso sería
demasiado duro
Recordar
en un día como el nacimiento de un genio como Ludwig von Beethoven que logró
superar sus limitaciones para hacerse inmortal. Esta es la clave del éxito
humano.
PANORAMA Liberal
Martes 17 Diciembre 2013
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