Un distinguido amigo me
preguntaba la otra vez por qué los chilenos tendemos a votar por los mismos
políticos, una y otra vez, como si fuera un hábito. Una primera explicación es
que estamos muy ideologizados, y esa condición nos facilita la respuesta. Pero,
al parecer, existe una respuesta sicológica: el proceso de caminar por la vida
no es un proceso fácil ni tranquilo y los seres humanos están siempre en la
búsqueda de la tranquilidad y la comodidad, y nos produce escalofríos cuando
algo del entorno cambia. Por lo tanto, votar por rostros conocidos nos
tranquiliza y nos calma...así, cuando surge un candidato cantante o actor de
televisión o futbolista…¡eureka…voto por este tipo…!. El ciudadano medio no
quiere pensar…
La contracara de todo
esto es que la creatividad es enemiga de lo cómodo, ¿Qué tiene que ver la
creatividad con la política?. Piensen un poquito. A lo largo y ancho de nuestro
mundo, las personas han salido a las calles, en palabras de moda: “se han
empoderado”, exigiendo a los políticos que gobiernan que atiendan sus
problemas…En otras palabras: ¡los ciudadanos en muchas partes del planeta están
muy mal y consideran que los culpables son los políticos a los cuáles elegimos
para que nos mejoren el bienestar!. Estos políticos infernales han creado
instituciones y políticas públicas, supuestamente, inteligentes y modernas,
pero todo sigue igual o peor. Las soluciones de hoy serán los nuevos problemas
del mañana, ¿lo ha escuchado antes?.
Y todo esto lo saben los
ciudadanos, pero siguen eligiendo a los mismos políticos de siempre, por lo
que, no esperemos que se concreten los cambios que seguimos gritando a los
cuatro vientos…A la gente le da terror adentrarse en territorios desconocidos lo
que limita la innovación y la creatividad en política y en otros ámbitos de la
vida.
Es decir, debemos
reconocer que transitar por zonas en el límite o más allá de lo que nos resulta
cómodo es altamente beneficioso para nosotros y para todos. Cuando nos
habituamos a ciertos comportamiento –por ejemplo, ¡voy a votar por el candidato,
actor de televisión, porque es el único que conozco!- nos metemos en un círculo
vicioso que degenera en comportamientos automáticos, dependencias o
aburrimiento que hacen que nuestro cerebro funcione como si estuviera encendido
algún piloto automático.
Esta situación ha sido
estudiada en profundidad por los psicólogos que dicen que una persona, común y
corriente, escapa a los riesgos permanentes y busca rutinas cómodas. Busca siempre
una zona de comodidad que genere hábitos y vicios que formen parte de su base
conductual.
Esta zona de comodidad se
enfrenta a las zonas de desafíos y zona de estrés. A la primera de dichas zonas
se ingresa cuando nos enfrentamos a actividades nuevas y desconocidas, y ante
la cual se debe usar la creatividad y la innovación para adaptarse; hay riesgos
e incerteza. En cambio, estar en la zona de estrés implica estar sometido a tensiones
en las cuales se nos puede ir la vida y que puede abrumarnos hasta sobrepasar
nuestras capacidades de adaptación.
Los psicólogos
recomiendan desafiar las zonas de comodidad y adentrarnos en las zonas de desafíos,
realizando actividades que nos motiven. Transitar en esta zona y fomentar
actividades no rutinarias nos ayuda a establecer nuevos caminos sinápticos
paralelos e incluso a crear células cerebrales que facilitan el desarrollo de
pensamientos creativos; hay que probar cosas nuevas, por sencillas que parezcan;
hay que forzarse a sobrevivir en zonas poco cómodas y enfrentar situaciones
nuevas en las que nuestro cerebro cambia del modo automático al modo
supervivencia. Por eso, el innovador innato siempre está explorando las posibilidades
que existen fuera de su zona de comodidad…¿Ha oído hablar del libro “Quién se
llevó mi queso”?.
¿Y qué relación tienen
estos conceptos con la política?. Desafortunadamente, los ciudadanos se han
acostumbrado a permanecer en sus zonas de comodidad lo que ha terminado por
atrofiar sus motivaciones y conductas. Consciente o inconscientemente, los políticos
se han aprovechado de esta tendencia humana, entregando mensajes y discursos ambiguos
y complejos que requieren mucha elaboración por parte de los oyentes. Y pocos
se atreven a perder parte de su tiempo para intentar descifrar las intenciones
de los políticos; la mayoría prefiere seguir señales sencillas como votar por
el político que les regala pan y circo. Al final, en el ámbito político, los
electores que permanecen en su zona de comodidad atrofian sus capacidades de
discernimiento de lo que es bueno o malo y votan de una manera irracional, por
los peores candidatos.
Veamos un ejemplo. Las
marchas estudiantiles en Chile fueron provocadas por personas (¡en una
democracia liberal, la izquierda extrema siempre se encuentra en su zona de
desafíos!) que se encontraban en su zona de desafíos. Este minúsculo grupo estimuló
a que más personas salieron de sus zonas de comodidad para ingresar a zonas de
desafío lo que provocó que aumentaran las demandas. Ya no solo importaba la “educación
estatal, gratuita y de calidad” sino que se le agregaron mensajes como “no más
AFP”, “apoyo a los pueblos minoritarios”, “no a HydroAysen”, etc. En otras palabras,
los distintos grupos comenzaron a usar el movimiento para transmitir sus
propias demandas sin relación unas con otras porque habían entrado a sus zonas
de desafíos. Sin embargo, poco a poco, algunos elementos de estos grupos ingresaron
a zonas de estrés lo que ha motivado que las personas intenten reducir el dolor
que dichas acciones les producen, abandonando el movimiento.
La izquierda extrema ha usado
la psicología para mover las masas en su provecho y crear el desorden que ha
permitido que unas personitas comunes y vulgares como la Vallejo, Ballesteros y
Jackson sean candidatos para entrar al sistema…¡Si, estos ordinarios quieren
entrar al sistema para convertirse en burgueses y vivir del dinero de los contribuyentes
por el resto de su vida!.
Hay que despertar a los ciudadanos
y hacerlos entrar a sus zonas de desafíos para que vuelvan a asombrarse de lo
estúpidos que han sido al votar por candidatos y personitas taradas, imbéciles,
arrogantes, petulantes, ignorantes, ordinarios, corruptos y sinvergüenzas.
Hay que provocar a los
ciudadanos para que se asombren de los necios que pueden ser y procedan a salir
de sus zonas de comodidad. Deben cuestionar a los candidatos, obligar a los
periodistas y medios a ser menos obsecuentes y sumisos; hay que preguntar e
inquirir más de los políticos y sus intenciones; hay que promover la discusión
racional y en base a argumentos; hay que hablar de todos los temas incluso de aquellos
que no nos gusten o con los que no estemos de acuerdo.
¡Vamos ciudadanos…sean
creativos…abandonen sus zonas de comodidad y provoquen a los estúpidos que
quieren vivir a costa de los contribuyentes!...
¿Algo tienen que sufrir…no
les parece?
PANORAMA Liberal
Sábado 13 Julio 2013
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