Debemos pedir disculpas a las legítimos payasos que se han quedado sin trabajo gracias al desplante sin igual de una cohorte de señoras y señores que nos hacen llorar con sus estúpidas acciones... |
Estas
últimas semanas han sido otra muestra más -¡y cuantas van!- para demostrar que la
clase política no ha dado el ancho, no lo está dando y jamás lo dará en el
futuro. Son muy limitados en toda la extensión de la palabra o como me decía un
conocido…”son unos payasos que actúan en un circo y que no hacen reir a nadie…solo
nos hacen llorar”. El único problema es que estos tristes payasos son los que están
a cargo del Estado, nos están gobernando y pretenden seguir haciéndolo con la
misma escasez de ideas, validada en parte por un electorado que piensa muy poco
y por eso parece formar parte del mismo baile en el circo en que se ha
convertido la política.
Sí,
porque pese a que la masa electoral no está de acuerdo con los políticos, y algunos
continúan saliendo a las calles, desvergonzadamente, a pedir que les regalen
una tajada de la riqueza del país, todavía siguen confiando en ellos. Esperan
que les concedan en forma gratuita un pedazo de la riqueza que tiene el país
porque los mismos políticos les han convencido de que es su derecho. Y quieren
más.
Sin
embargo, para los políticos también hay límites que no se pueden sobrepasar
porque algo de sentido común queda en las obscuras encrucijadas de sus mentes.
Por eso, parece que no escucharan a nadie y que solo atendieran las llamadas
que provienen de su propio interés.
¿Entenderán
alguna vez que un político puede llegar a ser un tipo muy peligroso debido a
que maneja un poder que está más allá de sus posibilidades (y de las de
cualquiera)?. ¿Quieren un ejemplo?. Vean como han dejado a ciertos países de
Europa sus políticos: en bancarrota.
¿Queremos
eso para Chile?
UNA VERGÜENZA LLAMADA concertación
La
concertación –con minúsculas- son los restos de una coalición política que se
ha convertido en una vergüenza. Y que, ahora, con la llegada de una sonriente
Bachelet, espera retomar el liderazgo para conducir a nuestro país a una nueva
etapa de empobrecimiento creciente con su “loable” intención manifiesta de
“reducir la desigualdad” mediante aumentos de impuestos…¡Cómo si esa fuera la
solución!.
Seamos
claros: la izquierda ya no tiene metas ni objetivos claros y solo ansía el
poder para su propio beneficio.
Y,
en su vuelta, Bachelet ha dicho algo así como que “hay que devolver la dignidad
a la política“…¿a qué se referirá?. Solo basta que mire a su alrededor para
darse cuenta que es imposible; está rodeada de un tipo de gente que no desea el
bien de todos sino de seguir disfrutando la riqueza que se apropian a un mínimo
esfuerzo.
Nadie
cree ya en la concertación izquierdista y muchos se ríen de Bachelet porque
saben que lo que dice es pura demagogia. Por ejemplo, todos saben que es una
cautiva de los lobos hambrientos de su sector…Observen a Andrade y Guirardi,
verdaderos lobos que, agazapados, esperan saltar sobre la presa fiscal para
desgarrarla con sus afilados dientes…Por eso, Bachelet se viste con piel de
oveja para ocultar a los lobos en la trastienda.
¿Para
adónde vamos con este liderazgo que ya agotó las ideas y que solo desea el
poder para mantener a una cofradía de parásitos que quedaron cesantes luego de
la última elección presidencial?
LA OTRA VERGÜENZA LLAMADA alianza
Por
otra parte, la alianza derechista es la otra agrupación de políticos que no
saben si van o vienen. Este no ha sido un gobierno de derecha sino que un
gobierno de un solo individuo que compró dicha opción gracias al peso enorme de
su billetera. Así de estúpida es la derecha política: se deja someter por un
demócrata cristiano disfrazado de derechista. Por eso, este gobierno ha gobernado
con la ideología de sus adversarios; han buscado la popularidad esquiva
haciendo políticas populistas y asistencialistas dejando de lado el precioso
legado que tienen en orden a la generación de riquezas. No han podido (¿o no
han querido?) enfatizar que la riqueza no se puede redistribuir sino que debe
ser ganada con esfuerzo.
Por
eso, todos miraron con asombro como el populista Piñera canceló la central en
Punta de Choros tras gestiones con algunos amigos de dicha empresa saltándose
todas las instancias legales que se habían realizado hasta ese momento; no
escucharon a los habitantes de Freirina que sufrían las fecas de una empresa cerda;
se enfrentaron a los puntarenenses por el subsidio al gas que al final debieron
revertir; lo mismo pasó en Aysen. Es decir, en el fondo no eran populistas sino
que creían que eran derechistas en otra versión institucional del famoso doctor
Jekill y señor Hyde.
Este
gobierno ha hipotecado las opciones de su sector político para volver a ser
gobierno porque no tiene ni siquiera un gramo de popularidad real. A la primera
oportunidad que Golborne vio la miseria de la política, arrugó y se cayó del
estrado, y agazapado, Longueira tomó el testimonio de la extrema derecha, luego
de una estrecha llegada. Pero ni Allamand ni Longueira son la expresión
uniforme de una ideología ganadora porque nadie sabe que representan. Son solo
un par de máscaras que están a la intemperie mientras el rostro de piedra de
Piñera los observa indiferente, ¿y qué le importa a Piñera?. A lo mejor a este
tipo solo le interesa la reelección.
¿PARA ADONDE VAMOS CON ESTOS
TRISTES PAYASOS?
La
ciudadanía está aburrida con el comportamiento de estos payasos que pretenden
seguir gobernando nuestras vidas. Solo queremos que se vayan y que no vuelvan.
Algunos, como Gabriel Salazar, postulan que la ciudadanía ya les ha dado la
espalda y han optado por asambleas para tomar las decisiones que les niegan.
Los políticos actuales toman decisiones pensando en su propio beneficio y todos
lo saben, ¿qué hacer con esta gente que se reelige una y otra vez en cargos
públicos?. Dicen en público que quieren reformas políticas, pero en el fondo de
sus tristes corazones solo velan por el status quo; no quiere que se mueva nada
del escenario político.
La
única opción válida que los ciudadanos deben considerar es exigir que se
elimine la carrera de político profesional que es la razón de todos nuestros
males. Resulta inaceptable que un ciudadano sea reelecto una y otra vez, y se
repita en forma interminable en un cargo de elección pública porque al final
resulta que se instala en el poder para satisfacer sus propios fines
personales. De esta manera se perpetúan los peores vicios y las peores
prácticas.
¿Habrá
llegado el momento de cerrar este circo de payasos tan tristes?. De ellos no
podemos esperar nada; debemos tomarlo sin pedir.
PANORAMA Liberal
Domingo 14 Julio 2013
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