En el diario Las Últimas
Noticias del sábado 6 julio, se publica una interesante columna que replantea el
tema de los movimientos estudiantiles que ya cansó a la opinión pública…
“LA FRIVOLIDAD DE LA
ALCALDESA. Por Teresa Marinovic
La alcaldesa de Providencia podrá desperdiciar su tiempo y
divertirse cambiando el nombre de las grandes avenidas. Si ella estima que
tiene el deber de conciencia de imponer su propia interpretación de la
historia, me parece legítimo que actúe en consecuencia con ese absolutismo, y
borre cualquier vestigio de ambigüedad de los espacios públicos de su comuna.
Pero el ocio y la frivolidad también tienen un límite; y
cuando esa misma alcaldesa le dice a los apoderados de un colegio en toma que
éstas serán respetadas “si han sido resueltas democráticamente”, excede los
rangos que pueden considerarse aceptables.
Frivolidad. Porque lo que se define por mayoría no pasa a
tener -de por sí e ipso facto- la categoría de democrático. Ella debería saber
eso, y recordar que al alero del clamor popular se han cometido grandes errores
en la historia. Si no fuera así, la Democracia podría prescindir de la
Constitución y dejar que todo quedara sujeto al arbitrio de lo que la mayoría
circunstancial decidiera en cada caso. No es casualidad que ningún país serio
funcione de esa forma, y bueno sería que lo supiera también quien gobierna un
municipio.
Frivolidad también al dar por descontado que la decisión
mayoritaria (e incluso inánime) de un grupo de pendejos malcriados permite
violar ciertos derechos consagrados por la Constitución, como son el derecho de
propiedad y el derecho a la educación. Porque los colegios son recintos del
Estado y no del alumnado; y velar porque en ellos se imparta educación es una
obligación administrativa del alcalde.
Frivolidad, al suponer que quienes son víctimas de una
educación deficiente están en condiciones de decidir ¡no sólo de opinar!
respecto de un problema que los afecta, pero del que ellos son los principales
exponentes. Demostración evidente de lo que digo es que su batalla épica por la
educación será suspendida ¡por vacaciones!
Frivolidad, en definitiva, para reducir la democracia a una
cuestión de quórum, y la libertad a la ausencia de límites; frivolidad para
transformar las ideas meras consignas.
Frivolidad inaceptable de parte de quien dirige una
importante comuna de Santiago”.
LA FRÍVOLA IRRESPONSABILIDAD DE LOS ALCALDES EN TOMA.
“Frivolidad inaceptable”
de la máxima autoridad de la comuna de Providencia, y que se puede replicar a
muchas otras comunas de Santiago y Chile, sin cambiar una coma. ¿Es realmente
la alcaldesa Errázuriz y todos los que piensan como ella, unos frívolos?.
En términos estrictos,
estos alcaldes en toma son irresponsables y deben ser acusados por grosero abandono
de las funciones para las cuáles fueron electos. Estos señores y señoras fueron
elegidos para representar a las mayorías ciudadanas por medio del Estado de
Derecho, pero no para respaldar ni justificar la violencia de minorías de
estudiantes en formación.
La palabra “responsabilidad”
proviene etimológicamente de “respondere” que quiere decir: responder o rendir
cuentas de algo, por alguien y ante otros. Así, quién es responsable ha de
rendir cuentas de sus acciones u omisiones en relación con determinadas tareas
asumidas (y sus consecuencias) ante una determinada instancia. Y, en el ámbito
público, la responsabilidad política hace referencia a las obligaciones de los gobernantes,
como representantes de la soberanía popular, de responder por su gestión frente
a los electores.
En el lenguaje político
habitual, esta responsabilidad política tiende a entenderse en un sentido
restringido y negativo. Así puede decirse que “asumir la responsabilidad
política no consiste en otra cosa que en renunciar'' o que “la responsabilidad
política consiste en la imposición de sanciones, cuya naturaleza es
precisamente política, a los gobernantes por el modo en que éstos ejercen el poder
político”. En otras palabras, cuando se exige a alguien que sea consecuente con
su responsabilidad política se le demanda que abandone el cargo debido a sus
errores o al fracaso objetivo en la gestión que le ha sido encomendada o al
abandono efectivo de sus funciones. Por lo tanto, la responsabilidad política puede
incluir aspectos normativos.
Por lo tanto, la tesis de
que la frívola señora Josefa Errázuriz actúa irresponsablemente debe ser puesta
a prueba. Comenzamos definiendo a una actuación
políticamente responsable como aquella que alcanza los objetivos sociales o
salvaguardia ciertos valores o fines de la sociedad, y que utiliza los medios precisos
de acuerdo con los tiempos y las circunstancias. Y son los ciudadanos los que
deben exigir que la autoridad respete la primacía del interés general por sobre
el interés particular, en forma independiente de las penas legales que pudieran
corresponderle por el incumplimiento. Por lo tanto, a una autoridad se le debe
exigir el resguardo y la tutela de un conjunto de bienes y valores legítimos
que dan sentido al poder que ostenta.
¿Pero qué pasa con estos
frívolos?. Ejercen sus responsabilidades en función de las consecuencias
políticas concretas derivadas de hacerlo y en función de cómo se valoren sus
efectos a la luz de los intereses partidistas de cada coyuntura. Así, se da la
paradoja de que estos frívolos se han puesto del lado de los violentos que se
han apropiado de recintos municipales, y enfrentan a la autoridad central que
los desaloja…¡Y se manifiestan en contra de los desalojos porque los consideran
violentos…como si la ocupación fuera un acto pacífico!.
Entonces, el
comportamiento de la alcaldesa Errázuriz (y de los demás), es políticamente
irresponsable porque por su accionar no está resguardando la educación pública
de la comuna de Providencia de las acciones de una pequeña horda de vándalos
que, independiente de los fines perseguidos, toman la decisión de actuar por la
fuerza impidiendo el normal desenvolvimiento de las actividades educativas. En
otras palabras, la frivolidad consiste en asumir que los valores personales que
ella valora están por encima de los valores grupales y sociales. ¡Claro…he aquí
la clave!. La socialista Errázuriz –que se ha integrado a trabajar con la izquierdista
Bachelet- se atreve a renunciar a sus responsabilidades porque sus valores
personales son los mismos valores de la horda violenta que ha tomado los colegios.
En términos estrictos,
estos alcaldes en toma son funcionarios frívolos e irresponsables que deben ser
acusados por abandono de las funciones para las cuáles fueron electos porque fueron
elegidos para representar a las mayorías ciudadanas por medio del Estado de
Derecho, pero no para respaldar ni justificar la violencia de minorías de
estudiantes en formación.
¿Se puede ser un
irresponsable frívolo?. Pregúntenle a la alcaldesa Errázuriz y a los demás.
PANORAMA Liberal
Viernes 12 Julio 2013
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