¿En qué se parece una araña del rincón a un burócrata?. En que ambos viven en la oscuridad; una, en la oscuridad de los rincones de las casas y a otra, en la oscuridad de las grandes instituciones... |
Todos hemos caído alguna vez
en las manos y garras de un burócrata que, en función de su cargo, nos muestra
que la mantención de las normas y sistemas es mucho más importante que la
satisfacción de las personas que buscan dichos servicios. Son como las temidas arañas de los rincones
que, en la oscuridad, tejen sus redes para capturar a la indefensa presa, y en
nuestro caso, al indefenso ciudadano que intente ingresar a su guarida.
Por supuesto que la
burocracia tiene aspectos positivos y por eso, se la cataloga como una forma de
organización humana que basada en la racionalidad, en la adecuación de los
medios a los objetivos pretendidos, garantiza orden y eficiencia en la búsqueda
de esos objetivos. Por ejemplo, Weber señalaba que el sistema moderno de
producción, racional y capitalista, se originó a partir de un nuevo conjunto de
normas morales, a las cuales denominó "ética protestante", y que
consistían en el trabajo duro como un regalo de Dios, ahorro y ascetismo. Y el
orden era relevante.
Sin embargo, Weber también
consideró la burocracia como un tipo de poder que ejercen ciertas personas
transformando los medios en fines.
UN INTENTO DE DIÁLOGO CON UN BURÓCRATA
Con un burócrata no se
puede dialogar porque antepone las normas y procedimientos, cuando le conviene,
al sentido y juicio común. Este tipo de personas puede ser útil en ciertos
tipos de cargos, pero en otros es nefasto.
A continuación, transcribo
una conversación sostenida con un burócrata municipal que debía recibir los
antecedentes con el fin de dar vida a una corporación que se regiría con una nueva
normativa recientemente emitida.
- Buenos días, ¿en que les puedo ayudar? –
plantea el burócrata de entrada. ¿Ayudar?, ¿quién le ha pedido ayuda?. Bueno,
es una forma de expresarse.
- Queremos inscribir la corporación cuya acta
y estatutos tenemos aquí …
- A ver, veamos el acta y los estatutos
-alarga la mano con gesto displicente y comienza a leer someramente-
¡Hummm!..Aquí hay un error…dice “Santiago Centro” y debe decir
“Providencia”…¡ya está mal el documento!
- Tiene la razón…lo enmendaremos…
- Veamos los fundamentos del acta…¿Cuántas
personas integran la corporación?, ¿tres personas?...No puede ser, mi
experiencia y conocimientos me indican que deben ser al menos cinco…en otras
partes les exigen 10 o más personas…¿Cómo van a hacer una corporación con tres
personas?...Pero, ¿Qué leo aquí…política?. No puede ser…una Corporación no
puede ser política…para eso están los partidos políticos… hay que eliminar esa
palabra… ¿Liberalismo?...Ya he dicho que no puede ser nada de política…¿liberales?...menos…¿Recabar
fondos…dice aquí que tendrán ingresos?... No puede ser…una corporación no puede
recibir dineros…Hay muchas cosas que deben arreglar antes de presentar el acta
de constitución de su entidad, porque la ley debe ser respetada…
- ¿En qué parte de la ley dice que deben ser
más de tres personas?...
- No sé si lo dice, pero
lo digo yo –responde.
- ¿En qué parte de la ley dice que una
corporación no puede hacer política con mayúscula…?.
- No sé si lo dice, pero lo digo yo…
- ¿En que parte de la ley dice que no se
pueden recaudar fondos para los fines de la corporación…?
- No sé si lo dice, pero lo digo yo…
- ¿Usted ha leído la nueva ley?...
- Solo un poco….pero tengo las atribuciones
que el cargo me confiere –mientras tanto, busca el texto de la nueva ley para
darle una ojeada.
Con un burócrata de estas
características no se puede dialogar porque cree que su autoridad proviene de la
legalidad y racionalidad de ciertas normas y procedimientos que aplica, en
muchas oportunidades, utilizando una total falta de juicio.
LA AUTORIDAD LEGAL O RACIONAL: LA BUROCRACIA
Este tipo de burócratas
basan su accionar en la creencia que la autoridad de que disponen es
justificada porque proviene de un conjunto de preceptos o normas que consideran
legítimos y que todos deben obedecer dado que “la comunidad eligió al alcalde quién nos
eligió a nosotros, por lo tanto, nosotros representamos a la comunidad”. De
aquí proviene su fuente de poder.
Por lo tanto, estos burócratas
se consideran los depositarios de las leyes y su correcta interpretación,
defendiendo acérrimamente la forma en
que han sido puestas en vigencia. Consideran que todos deben obediencia a este conjunto
de normas y reglamentos legales, previamente establecidos, porque la dominación
legal se basa en la justicia de la ley como fundamento legitimador.
Al final, estos
funcionarios interpretan las leyes como les da la gana sin posibilidad de poder
enmendarles la plana, ¿Cómo hacer para convertirlo en una persona útil?.
LOS BURÓCRATA COMO ARAÑAS DE LOS RINCONES
El problema actual de
muchos países es el enorme poder del Estado y de las grandes Corporaciones que
manejan complejos sistemas difíciles de seguir, administrar y controlar. Este
es el caldo de cultivo ideal para que proliferen y hagan nata los funcionarios
tipo burócratas, fanáticos de los proceso y los procedimientos que creen que es
la gran solución a la complejidad que enfrentan, ¿qué mejor que un funcionario
que respete los procedimientos de modo de lograr la uniformidad?. Pero, las
normas son un medio y no un fin en sí mismas.
Por eso, se deben transformar
los burócratas de “funcionarios legítimos” a “funcionarios legitimados” por la ciudadanía
a la que sirven. Y la mejor manera de avanzar consiste en empoderar al ciudadano
medio, informarlo respecto de sus derechos y comunicar plazos y procedimientos
claramente definidos para realizar ciertos trámites.
Pero, siempre surgirán
áreas oscuras y grises en la cual estas “arañas de los rincones” tejerán sus
redes para capturar a los ciudadanos que osen interrumpirlo en su eterno “no
hacer nada”. En este contexto, aparecen por arte de magia, más y más circulares,
resoluciones o disposiciones especiales, algunas de ellas de dudosa legalidad,
que incrementan la selva de normativas burocráticas.
¿Cómo enfrentar a estas
“arañas de los rincones burocráticos”?. En primer lugar, el burócrata siempre
es un manifiesto incompetente que usa la excusa de la norma para tomar
decisiones. En general, saben muy poco de sus responsabilidades y usted podría
pasarse todo un día en una institución sin que nadie sea capaz de indicarle cuál es el
procedimiento para realizar el trámite más sencillo. Al final, siempre lo envían
a la oficina equivocada, le piden algún documento que nadie le había pedido y
cuando le niegan su derecho lo harán sin explicarle por qué. Es totalmente
cierto aquello de que el burócrata para cada solución tiene un problema.
Por lo tanto, se
requieren serios procesos de reclutamiento y evaluación de personal, basados en
obtener resultados concretos y precisos; iniciativa; proactividad; etc.
En segundo lugar, las
posibilidades de cambio son ínfimas si no se modifican las instituciones que
cobijan a estas arañas de lo rincones de la burocracia. Por ejemplo, el
nombramiento de líderes y funcionarios de alto rango, elegidos por afinidades
políticas, que se rodean de personas sin iniciativa y que solo saben decir “si,
señor”.
Los burócratas de alto
rango no quieren correr riesgos y necesitan subordinados que se sujeten a la
legalidad a toda costa, sean capaces de soportar las presiones ciudadanas, y, paradójicamente,
las presiones de sus propios superiores que los usan de excusa ante cualquier
problema.
En tercer lugar, la formación
ética de los burócratas es muy particular. Parece que se conforman con los sueldos
que ganan, pero son incapaces de resistirse a las tentaciones diarias a las que
son sometidos. En otras palabras, la oscuridad en la que trabajan impide llegar
a un nivel de sueldos lo suficientemente atractivos como para evitar que un
funcionario se corrompa.
Los funcionarios de las empresas
públicas y privadas deben estar al servicio de los ciudadanos y de los
clientes, ya que son estos los que les
pagan los sueldos. Resulta difícil imaginar cuan sencilla sería la vida de una
persona si al entrar a una oficina le explicaran con claridad los pasos que
debe dar en su trámite, las leyes que lo amparan, los derechos que tiene, el
tiempo de demora y que además no le insinúen algún pago no considerado.
Hemos creado enormes
Estados y grandes conglomerados que son
los hábitats adecuados para que las arañas de los rincones se desenvuelvan con
total impunidad y desparpajo. Requerimos una sociedad más abierta y de
instituciones más pequeñas y humanas, al servicio de los ciudadanos.
Sin embargo, los enemigos
de las sociedades libres y abiertas siempre presionan para crear grandes
instituciones controladoras y dirigistas, afanosas para intentar dirigir el
progreso, y que pueblan con burócratas que creen ser las personas elegidas para
gobernar en este ambiente.
Los ciudadanos no podemos
someternos a los caprichos de los burócratas y cumplir estoicamente con todos sus
requerimientos, indicados en la ley o inventados, con el fin de evitar el
enfrentamiento porque genera menores costos y problemas. La única opción es
enfrentarse al burócrata para reducir la arbitrariedad de modo que todos cumplan
la ley. Incluso, el burócrata.
PANORAMA Liberal
Sábado 15 Septiembre 2012
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