Desde que el mundo entero
comenzó a conocer la enorme penuria y miseria que generaron los regímenes
socialistas extremos durante el siglo pasado, los socialistas más moderados han
privilegiado a la democracia como una condición sine qua non para devolver a
los pueblos por el camino del bienestar y la prosperidad. Así, volvieron la
mirada a la democracia liberal como la única opción legítima para imponerse
ideológicamente, pero los resultados en términos de prosperidad ha sido
desalentadores.
¡Y quieren más y más
poder para continuar profundizando sus letanías que tanto mal están causando en
todo el mundo!
Han creado enormes Estados
con excesivas responsabilidades y altos niveles de gasto público, han permitido
que muchas personas se generen enormes expectativas respecto de sus vidas sin entregarles
opciones claras para ello… Y la razón para ello es clara: los socialistas creen
que la prosperidad se puede generar espontáneamente, sin esfuerzo ni innovación
ni asunción de riesgos.
EL ERROR SOCIALISTA…
La permanente intervención
en los mercados, propuesta por los socialistas, ha terminado por concentrar la
riqueza; reprimir la idea del emprendimiento como factor de éxito; minimizar el
rol de los empresarios y emprendedores en las economías y un notorio
acrecentamiento del rol de los Estados. Pero, los Estados y sus funcionarios no
generan cambios ni innovaciones revolucionarias.
Por lo tanto, los
socialismos mundiales se han legitimado ante la sociedad pero no han obtenido
los resultados esperados; implementaron Estados de bienestar con enormes cuotas
de gasto público que se vinieron al suelo con la última crisis financiera; han
creado un alto nivel de expectativas respecto de que toda la sociedad es
co-responsable del nivel de bienestar individual de cada persona en forma
independiente de su nivel de esfuerzo lo que ha llevado a manifestaciones
globales crecientes y violentas…Lo penoso es que los socialistas han culpado de
sus propios fracasos a sus enemigos de siempre, el capitalismo o neoliberalismo
o liberalismo, demostrando con ello que pese a su evolución siguen adoleciendo
de una adecuada dosis de autocrítica.
LAS RAZONES DEL FRACASO SOCIALISTA…
Las razones del
permanente fracaso socialista son ideológicas. Como el talento humano está
esparcido aleatoriamente sobre la faz de la Tierra, se requieren ambientes crecientes
de más libertades para que las personas talentosas puedan tener opciones para
desplegarse en todos los ámbitos del quehacer humano. Pero, como el socialismo
tiene la creencia de que puede dirigir el progreso mediante la mera formulación
de leyes, normas y decretos, al final terminan rigidizando los mercados y los
talentos humanos son capturados en una telaraña legal de la cuál surgen solo los
más aptos para vivir de esa manera.
Esa creencia de que se
puede dirigir el progreso humano ha convertido a los socialistas en fanáticos
de la democracia o demócratas doctrinarios; creen que las mayorías son sabias y
dotadas de divinidad para determinar el futuro de las sociedades. Por ejemplo,
el parlamentario socialista Juan Pablo Letelier es partidario de que en Chile
se produzca un escenario propicio para implementar una asamblea constituyente
con el objeto de cambiar la Constitución dado que “en Chile no hay consenso
constitucional” y que para lograrlo se requiere de una Carta Fundamental que
permita que las mayorías tomen las decisiones de cambio que se necesitan para
el futuro. Y, por supuesto, sin considerar que eso significa aplastar a las
minorías.
Afirma Letelier que “el
gran problema en Chile es que no manda la mayoría. Y yo respaldo todo lo que
ayude a generar conciencia de eso. Se va a cerrar un ciclo histórico cuando en
Chile mande la mayoría. Este es el tema que nos va a atravesar para la
administración de los recursos naturales; para enfrentar los problemas de
distribución de ingresos; para crear servicios públicos, bienes públicos,
educación, salud y medio ambiente, adecuados. Estos son los ejes que sólo se
resuelven cuando manda la mayoría y para que eso ocurra se tiene que cambiar la
Constitución. Porque estos son los tres ejes que están contenidos en el modelo
del orden público-económico que está consagrado en la Constitución…”.
Esta pertinaz creencia
socialista de que la prosperidad puede ser resuelta por decisión de las mayorías,
mediante la simple modificación de normas legales es falaz, impráctica y muy
peligrosa.
El espíritu humano
requiere amplios espacios de libertades para permitir que los individuos más
talentosos puedan emerger y poner su impronta en la sociedad…¿Cómo es posible
que los socialistas crean que las mayorías circunstanciales son la clave para
volver a la prosperidad?...¿En qué creen los socialistas?, ¿creen en la democracia
o en el dirigismo social?...¿Y las minorías…quién las defiende?, ¿deben ser
atropelladas por las mayorías circunstanciales?
Los socialistas han
evolucionado desde el autoritarismo de la planificación centralizada hasta el permanente
intervencionismo de las democracias liberales de modo de imponer su mensaje,
pero es solo una careta. En todos los casos, los socialistas como enemigos de
la libertad no creen que algunos individuos singulares y talentosos puedan remodelar
el progreso de acuerdo a sus especiales capacidades.
Los socialistas creen que
ellos son los más dotados para liderar el progreso humano pese a que no tienen
ni la más remota idea de cómo generar riqueza. En realidad, lo único que buscan
es apropiarse de la riqueza generada por otros para redistribuirla, y para eso
necesitan que el poder de las mayorías pueda ser instaurado. Sin embargo, las
mayorías actúan, casi siempre, en forma estúpida y emocional, aceptando el
liderazgo de políticos demagogos capaces de prometerles enormes maravillas,
pero que solo persiguen sus propios intereses.
Y, por cierto, la democracia
de las mayorías puede convertirse en la dictadura de las mayorías, en la cual
se atropellan los derechos humanos de las minorías. Esto último no les importa
a los socialistas, fanáticos de la democracia; esta gente solo quiere imponer
por la fuerza del grito, de la piedra, del insulto y del escupitajo, su particular
visión del mundo.
No se puede entregar a
las mayorías la potestad de determinar lo que debe ser ley, porque eso
significará que las minorías verán atropellados sus derechos. Y, con mayor
razón, si son los socialistas los que están detrás de tales pretensiones.
PANORAMA Liberal
Viernes, 28 Septiembre 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario