El intento de monopolización de Apple-Microsoft no puede ser ignorado porque detendrá la innovación en una industria que requiere libertad como nosotros necesitamos el aire, ¿podremos salir de esta? |
No hay buenas noticias
para la innovación y la competencia en los mercados tecnológicos desde que la
amenaza de Steve Jobs se concretó con el juicio que Apple-Microsoft le han
realizado a Samsung porque las primeras consideran que la empresa coreana le ha
copiado sus ideas. Sin embargo, en la mira de Apple también está Google con su
sistema operativo Android.
¿Qué está pasando en la industria
de la tecnología que se ha llegado a estos extremos?, ¿Qué impacto tendrá en la
industria estas acusaciones de copia y robo intelectual?, ¿Qué hay de cierto en
dichas acusaciones?
LA RABIA DE JOBS.
En la biografía
autorizada de Walter Isaacson, Steve Jobs reconocía su rabia al hablar de
Android, el sistema operativo móvil de Google que consideraba una copia del iPhone.
Y, en este sentido, le dijo a su biógrafo, que “Android es producto
robado" y que estaba "dispuesto a lanzar la guerra termonuclear por
esto". Pero, hasta el momento, Apple no ha ido a la guerra con Google sino
que ha demandado a los fabricantes de celulares que usan el Android en sus
productos, como Samsung, al que se le impuso una multa de más de US$1.000
millones por haber violado algunas patentes de Apple.
¿Por qué Samsung?. Apple
y Microsoft han demandado a los fabricantes de teléfonos porque es mucho más
fácil calcular las indemnizaciones que les pueden imponer a esas empresas de
acuerdo con las pérdidas provocadas a las demandantes por la venta de teléfonos
que violan patentes. Lo anterior, porque Google hace el software Android pero
deja la fabricación de los teléfonos y la adecuación de rasgos específicos de
Android a otros, como Samsung, HTC y Motorola. Y Google da el software Android
a los fabricantes sin cargo. Gana con Android, en cambio, de modo indirecto,
vendiendo avisos en celulares, junto con aplicaciones y medios en su tienda
Google Play. Por eso, es difícil para Apple-Microsoft demostrar que Google obtiene
beneficios mediante violaciones de sus patentes, o que Google y no los
fabricantes de hardware, es responsable directo por pérdidas potenciales
causadas a Apple.
EL MONOPOLIO DEL SMARTPHONE DE JOBS
El solo hecho de que
Apple y Microsoft sean socios en este litigio da mucho para pensar. En primer
lugar, es clara la intención de monopolizar el mercado tecnológico para obtener
los enormes beneficios que genera porque Android activa más de 600 mil
dispositivos por día, por medio de una red de 40 fabricantes y cerca de 300 operadores.
Una competencia tan intensa da como resultado el surgimiento de nuevos
dispositivos y fantásticas aplicaciones móviles para los consumidores ávidos de
nuevas mejoras. Es este éxito el que
molesta a Apple-Microsoft.
Por lo tanto, ambas
empresas han liderado una campaña hostil, asociándose para adquirir viejas
patentes de Novell y Nortel, con el fin de asegurarse de que Google no tenga
esas patentes; les garantice un cobro por licencia de 15 dólares por cada
dispositivo Android vendido; desean aumentar los costos para los fabricantes de
teléfonos que usan Android, etc. Una patente
permite proteger la innovación y la invención, pero es dudoso patentar
conceptos.
Por ejemplo, ¿Qué dirían
ustedes si se les dijera que Apple ha patentado el concepto “smartphone” o
teléfono inteligente?. La autoridad respectiva les ha concedido la patente para
que un teléfono móvil se convierta en smartphone y que abarca desde la forma de
visualizar como una lista los correos electrónicos, los mensajes o contactos
del teléfono, el reproductor de vídeo, el calendario, el navegador, la cámara
de vídeo y fotos, las búsquedas, los mapas, las notas y los widgets. Es decir,
todo. Incluso, ha patentado los widgets, aunque no se vean, y las interfaces
multitáctiles.
En resumen, la patente
cubre todo, y equivale a que Ford patente la forma de un automóvil, las luces,
las ruedas, los asientos, las puertas, los colores, etc. En otras palabras, la
autoridad de protección intelectual de EEUU, en defensa de la innovación, ha
ido más allá de lo aconsejable: está impidiendo que la industria se desarrolle
en un ambiente libre.
La clave en las industrias
competitivas no es la innovación básica sino la frecuencia con que se incorporan
nuevas innovaciones, pero la coalición Apple-Microsoft solo desean obtener su
tajada del pastel. Al parecer, la desaparición de Jobs ha liquidado la
capacidad de innovar de Apple y ahora pretende convertirse en una empresa rentista
que vive de las creaciones del pasado. Y ese es el primer paso para desaparecer
del mercado…siempre y cuando no acudan en tu defensa los burócratas estatales
de buenas intenciones que al final siempre nos terminan haciendo más pobres.
El peligro está en que
Apple-Microsoft podrán hacer más costoso a Android como sistema operativo; más
costosos los productos de las empresas como Samsung o Motorola; y podrán
perseguir judicialmente a los desarrolladores que suban sus aplicaciones a la
Play Store. Este es un esfuerzo público por parte de Apple-Microsoft de
intentar monopolizar el mercado de los smartphones, con el apoyo de los burócratas
de poco sentido común.
Steve Jobs era un genio
innovador, pero el proceso de la innovación lo están destruyendo los que
lideran su propia empresa, ¿podrá ser más paradójico?.
PANORAMA Liberal
Domingo 2 Septiembre 2012
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