Ha pasado bastante
tiempo desde el último escrito que hemos presentado a nuestros caros lectores.
Y la razón de este silencio forzoso es doble. En primer lugar, la transición de
un querido amigo –alma mater de este proyecto- ha provocado una especie de agotamiento
de ideas y de falta de claridad conceptual para presentar ciertos temas. Muchos
de los escritos surgían, en forma previa, de las conversaciones que sosteníamos
y de los temas que se generaban de un modo espontáneo. Así surgió la frase “el
último apaga la luz” que retrataba los resultados probables de la visión
socialista imperante que nos empobrecería más y más; otra frase fue “con esta
gente no vamos para ningún lado” para caracterizar la pobreza de liderazgos y
la falta de una población educada y trabajadora…
En otras palabras,
muchos temas que fueron elaborados y
publicados surgían de amplias discusiones en los más variados escenarios…en el
Metro, en un café, caminando en la calle, esperando en algún lugar…La ausencia
de mi inestimable amigo es la razón principal para este silencio que lleva
algunas semanas (¿meses?) y que ha llegado la hora de terminar porque es lo que
él hubiera querido para continuar en este camino en pos de un futuro que, al
parecer, a pocos importa.
Y en segundo lugar, este
silencio es el resultado del agotamiento de las ideas porque las mismas
circunstancias se siguen reiterando en una escala creciente. Hasta hace poco
muchos pensaban (¡nosotros no lo hacíamos!) que nuestra sociedad era un oasis
en medio de un océano de corrupción y que nuestra clase política era la mejor
de la región. Poco a poco, sin embargo, la realidad ha salido a la luz y
nuestros liderazgos han mostrado sus conductas en los casos Penta, SQM, Caval y
otros más…La corrupción ya no es un ave extraña en este gallinero; es otra
gallina más del mismo gallinero.
Así, desde hace tiempo,
la corrupción y las malas prácticas se repiten con distintos nombres, pero la
trama sigue siendo la misma al mostrar un desprecio absoluto por la democracia
y por el “pueblo”. La duda, entonces, es: ¿podemos seguir repitiendo lo mismo,
una y otra vez?. Ya resulta monótono y repetitivo…Y solo basta con revisar la
partida Presidencia de la República de la ley de presupuesto 2016 en discusión
para observar la misma y repetida lógica empobrecedora socialista.
Podemos observar que,
respecto a la partida Presidencia de la República, que el presupuesto asignado
es de $18.569 millones anuales, equivalente a un gasto mensual de $1.547
millones.
Gastos de personal. El
35% de dicho gasto general corresponde a una dotación de personal de 358
personas, con un monto de gasto salarial anual de $6.420 millones y que equivale
a un sueldo promedio mensual de $1,5 millones. Si consideramos que el sueldo
mínimo es $241.000, entonces, un trabajador promedio de la Presidencia de la
República gana más de 6 veces el salario mínimo. Además, el gasto de personal
aumenta un 8% entre el 2015 y el 2016 en un entorno incierto y de bajo
crecimiento.
Gastos Reservados. El
9% de dicho gasto corresponde a gastos reservados de $1.669 millones
equivalente a $139 millones mensuales.
Conviene preguntarnos,
entonces, ¿en que puede gastar la Presidencia de la República esta generosa
suma anual de $18.569 millones?, ¿por qué razón esta institución dispone de tan
generoso presupuesto?. Y viene la pregunta repetitiva: ¿es rentable la
institución de la Presidencia como para generar más riqueza de lo que cuesta?, ¿Qué
monto de riqueza es capaz de generar esta institución?, ¿Qué riqueza generan
los funcionarios de la Presidencia?.
En total, el Estado chileno
dispone para funcionar de ingresos por $42.040.361 millones. Si quisiéramos
repartir dicho valor entre los 17 millones de chilenos, obtendríamos la suma de
$206.080. Es decir, los ingresos usados por el Estado son el equivalente a casi
un salario mínimo. ¿Y de donde provienen esos ingresos?. El 70% de dichos
ingresos proviene de los impuestos extraídos de las personas y empresas. Margaret
Thatcher dijo alguna vez que "el socialismo fracasa cuando se les acaba el
dinero... de los demás". Por lo tanto, continuar examinando nuestro
presupuesto público nos lleva a la desagradable conclusión que estamos tirando
dinero privado por un alcantarillado habitado por personas voraces y sin escrúpulos.
Cuando ese dinero privado
va a poder de los políticos no se obtiene la máxima retribución posible. O, en
otras palabras, estamos arrebatando el dinero a los individuos para que sea la “sabiduría”
de la clase política la que determine el mejor uso de esos recursos…Los socialistas
creen que tienen más sabiduría para disponer del uso de recursos que no
generaron, pero eso es falso. Los recursos que generan las personas deben ser
aplicados por las mismas personas en lo que ellos deseen, sin intervenciones ni
restricciones.
La intervención “altruista”
del socialismo siempre empobrece a los países y a sus habitantes, y los hace
escapar a aquellas regiones en que la libertad puede significarles una mejora
de su bienestar.
Aún recordamos a
nuestro querido amigo. Y, en honor a él, reanudamos estos escritos que profundizaremos…Ya
no contamos con su apoyo físico, pero su recuerdo nos guiará como para opinar
de una manera más racional y liberal.
PANORAMA
Liberal
Domingo
11 Octubre 2015
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