¿Que diferencia a Henry David Thoreau de un señor como Luciano Pitronello?. El día y la noche del anarquismo. |
Henry David Thoreau
(1817-1862) tuvo una importante influencia en el pensamiento individualista de
los Estados Unidos y Europa. Fue un escritor estadounidense, poeta,
naturalista, contrario a todo impuesto, crítico a la industrialización y progreso,
agrimensor, historiador, filósofo y destacado trascendentalista. Es muy
conocido por su libro “Walden, la vida en los bosques”, una sencilla reflexión
sobre la vida en ambientes naturales, y por su ensayo “Sobre la Desobediencia
Civil”, un real alegato a favor de la resistencia individual al gobierno civil
en oposición moral a una situación de injusticia.
El pensamiento de Thoreau
influenció el pensamiento de las corrientes naturistas que ponen en contraste
la vida sencilla con un estilo de vida materialista/consumista. Enfatizaba en
el principio de no-agresión y la soberanía individual y su anarquismo no solo
rechaza al Estado sino a todas las asociaciones organizadas de cualquier tipo,
invocando la autosuficiencia individual completa. Escribía…
“Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente,
enfrentar sólo los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que
ella tenía que enseñar, no sea que cuando estuviera por morir descubriera que
no había vivido. No quería vivir lo que no fuera la vida; ¡es tan hermoso el
vivir!; tampoco quise practicar la resignación, a no ser que fuera
absolutamente necesaria…
…Quise vivir profundamente y extraer toda la médula de la
vida, vivir en forma tan dura y espartana como para derrotar todo lo que no
fuera vida, cortar una amplia ringlera al ras del suelo, llevar la vida a un
rincón y reducirla a sus menores elementos, y si fuera mezquina, obtener toda
su genuina mezquindad y dar a conocer su mezquindad al mundo, o si fuera
sublime, saberlo por propia experiencia y poder dar un verdadero resumen de
ello en mi próxima salida. Porque me parece que la mayoría de los hombres se
hallan en una extraña incertidumbre acerca de si la vida es del diablo o de
Dios, y han deducido apresuradamente que la principal finalidad del hombre aquí
es “glorificar a Dios” y gozar de él en la eternidad…
…Sin embargo, vivimos mezquinamente, como las hormigas,
aunque la fábula nos cuenta que hace mucho fuimos transformados en hombres; luchamos
con grullas como los pigmeos; es un error sobre otro error, remiendo sobre
remiendo, y nuestra mejor virtud tiene, para esta ocasión, una miseria
superflua y evitable. Nuestra vida está desmenuzada por los detalles. Un hombre
honrado pocas veces necesita contar más que sus diez dedos, o, en casos extremos,
puede añadir los otros diez de los pies y comprar a bulto el resto…
…¡Sencillez, sencillez, sencillez! Que tus asuntos sean dos o
tres y no cien o mil; en lugar de un millón, cuenta media docena y lleva sus
cuentas sobre la uña de tu pulgar. En medio de este mar picado de la vida
civilizada, son tales las nubes y tormentas y arenas movedizas y mil otras
cosas a las que hay que atender, que un hombre tiene que vivir haciendo
cálculos si no quiere naufragar e ir al fondo y no llegar a puerto alguno, y
sin duda ha de ser un gran calculador el que triunfe…
…¡Simplificar, simplificar! En lugar de tres comidas por día,
no comas más que una si es preciso; cinco platos en lugar de cien; y reduce
todas las demás cosas en esa proporción. Nuestra vida es como una Confederación
Germánica, compuesta de pequeños estados, con sus límites siempre fluctuantes,
en forma tal que ni un alemán puede decirnos cuáles son sus propios límites en
un momento dado. La misma nación, con todas sus llamadas mejoras internas —que,
por otro lado, son todas externas y superficiales— es como un establecimiento
pesado e hipertrofiado, colmado de muebles y atrapado por sus propias trampas,
arruinado por el lujo y los gastos sin cuidado, por falta de cálculo y de un
objetivo digno como el millón de hogares que hay en el país; la única cura para
ello es una economía estricta, una vida sencilla, más que espartana, y la
elevación de los designios. La nación vive demasiado rápidamente…”.
La vida en los bosques de
Thoreau representa la visión de un anarquista individualista basada en la paz y
el respeto por todos. En cambio, los anarquistas socialistas están enceguecidos
por el odio y las bajas pasiones para imponer sus visiones a sangre y fuego. Incluso,
a costa del dolor de su propia familia.
LA ENTREVISTA A LA MADRE DE PITRONELLO, UN ANARQUISTA
SOCIALISTA.
Erika Schuffeneger es la
madre de Luciano Pitronello al que le explotó una bomba en el año 2011 cuando
intentaba ponerla en un banco. En una reciente entrevista cuenta cómo su hijo
terminó vinculado a grupos anarquistas y confiesa su culpa por no haberlo
evitado, pero…antes revisemos algunos párrafos de esa entrevista.
En la revista “Sábado” de
El Mercurio, la madre de Pitronello indicó que Luciano es el hijo del medio, y
el más débil física y emocionalmente. La familia vivió la infancia de los hijos
en Calera de Tango y este niño travieso jugaba a los autitos y cosechaba frutas,
por lo que tuvo una infancia feliz. Pero, en algún momento, se vinieron a
Santiago a vivir a un departamento en Emilia Téllez, en Ñuñoa, y ahí fue que su
familia de desarmó por múltiples razones…Revisemos algunos párrafos de la
entrevista…
P: ¿Hoy usted ha logrado entender algo de lo que pasó?
R: Luciano se sentía muy lejano de nosotros como familia. “Me
costaba confiar”, me dijo. Claro, si en el momento que más nos necesitó, nadie
se ocupó de él, entonces yo siento que esto que pasó fue una rebeldía de él por
sus vivencias propias. Él le agarró un
tremendo rechazo a todo el sistema capitalista, porque obviamente veía a sus
papás que estaban todo el día trabajando.
P: ¿Eso se lo ha dicho él?
R: No, pero uno entiende. Luciano era un cabro normal que se
desbandó porque no tuvo el apoyo de sus papás, de su familia.
P: Hay muchos hijos de familias disfuncionales, que no hacen
este tipo de cosas. Poner una bomba es un acto criminal.
R: Con lo de la bomba en el banco creo que quiso dañar al
sistema, antes que a la gente que lo amaba.
P: ¿Usted cree que él quería ponerle la bomba a usted o a su
papá?...¿Esa es su interpretación?
R: Sí.
EL CAPITALISMO, LA FALSA EXCUSA DE LA MADRE DE UN ANARQUISTA SOCIALISTA
Es decir, para la madre
de Pitronello, la causa de que su hijo se haya convertido al anarquismo de
izquierda se debe al “tremendo rechazo a todo el sistema capitalista, porque
obviamente veía a sus papás que estaban todo el día trabajando”. Es decir, la
culpa no es de sus padres ambiciosos, exitosos, y exigentes, sino del sistema
económico que los manipulaba y les impedía ser como querían. Y, probablemente, al
mismo tiempo, Pitronello se considera una víctima de todo el sistema porque no
fue bien atendido por sus padres.
En resumen: Pitronello
culpa a sus padres, y sus padres culpan al capitalismo. La culpa final es del
capitalismo, ¿no será como mucho?. Porque digamos las cosas por su nombre:
Pitronello no es una persona normal. Pertenecer a una familia de amplios
recursos económicos y con la vida ya resuelta económicamente no puede ser la excusa
para cometer actos aberrantes; esta persona tiene problemas psicológicos y no
hay otra razón para su comportamiento.
Lo paradójico del caso es
que es el mismo capitalismo, que posibilitó que la familia Pitronello tuviera un
alto nivel de ingresos, el que haya permitido financiar la recuperación de sus
lesiones al ser atendido en clínicas de primer nivel, con un gasto cercano a
los $100 millones. Gracias al esfuerzo de unos padres ambiciosos, exitosos y
exigentes, Pitronello pudo recuperarse de sus lesiones. Y, probablemente, la
familia Pitronello, por su nivel de ingresos, tiene un cierto círculo de
amistades que deben haberse alterado con el comportamiento de este integrante
de la familia, lo que explica el abandono. Excepto, por la madre culposa.
Es cierto que la madre
reconoce que “él nos estaba pidiendo a gritos que le pusiéramos atención.
Hicimos todo lo contrario…”, pero indirectamente sigue pensando que la culpa es
del sistema. Y esta es solo una falsa excusa porque el capitalismo no puede ser
responsable de las decisiones que las personas libremente tomen.
Por ejemplo, en parte de
la entrevista dice que “mi ex marido tiene una empresa de arriendo de
maquinaria pesada. Yo era la dueña, pero hubo un momento en que me di cuenta de
que siempre había algo que comprar, algo que renovar, era una carrera sin fin.
Una vez le dije a mi marido antes de separarnos, “¿por qué no nos vamos al sur?
Vámonos a pasar la vejez allá”. Pero él no me escuchaba. “No, hay trabajos por
terminar, contratos nuevos, cosas que comprar”, me decía. Yo sentía que era una
vorágine que no iba a terminar nunca. Y me daba cuenta de que estaba tan
comprometida con la empresa, que estaba dejando a mis hijos de lado. Siempre
estaba ocupada, no tenía tiempo, con suerte iba a las reuniones del colegio. En
esa época Luciano tendría 14 o 15 años…”.
Es habitual escuchar y
leer a los socialistas que plantean que “los mercados son crueles”, y asocian
al capitalismo los resultados que son los más desagradables posibles, pero se
olvidan de los enormes beneficios al aumentar el nivel de vida mediante la
presencia de bienes y servicios de enorme calidad. Por eso, Mises plantea que “el
capitalismo desproletariza a los trabajadores, aburguesándolos a base de bienes
y servicios”.
En este caso, resulta
incoherente que la madre de Pitronello disfrute de los enormes beneficios de un
nivel de vida obtenido por su propio esfuerzo, pero, al mismo tiempo, culpe al
mismo sistema por los costos de sus propias decisiones. Así, en una sociedad
libre, cada persona puede moldear su vida de acuerdo con sus propios planes,
sin someterse a programas impuestos por funcionarios y burócratas mediante el
poder coercitivo de la fuerza pública. Por lo tanto, las personas no
necesitamos la tutela de los “buenos gobernantes”, pero debemos asumir la
responsabilidad de nuestros actos sin culpar a otros.
Es cierto, sin embargo, que
la naturaleza humana puede resultar insaciable si no la educamos. En la
actualidad, cualquier persona disfruta de bienes y servicios desconocidos,
incluso, para los ricos de la época de sus propios abuelos, pero eso no significa
que seamos más felices, porque en cuanto se satisface un deseo, surgen nuevos
deseos. Y esta es una característica de la naturaleza humana que no debemos
ocultar ni lamentar, porque no existe nada más humano que intentar aumentar
siempre la riqueza personal.
Y, por cierto, cada
persona es la última responsable de orientar sus esfuerzos de la manera adecuada
para alcanzar los objetivos deseados.
¿De qué se lamenta,
entonces, la madre de Pitronello si ha vivido la vida de la manera que quiso,
libremente, y sin imposiciones externas?, ¿Por qué culpa al sistema económico
de decisiones personales de la cual ella es la única responsable?.
UNA CONCLUSIÓN: CUIDADO CON LOS ANARQUISTAS SOCIALISTAS.
Seamos claros: Pitronello
es un anarquista socialista, violento, irracional, con una clara visión
colectivista, y que basa su accionar enfatizando en un tipo de libertad, la positiva,
que debe permitir desarrollar las potencialidades de las personas por medio de
la vida social y el colectivo. Por eso, defiende la propiedad común de los
medios de producción con el objeto de eliminar la desigualdad económica, lo que
los lleva a atentar contra el sistema capitalista.
Sin embargo, no nos
confundamos, puesto que el anarquismo tiene otra vertiente individualista que
hace hincapié en la libertad negativa, es decir, se oponen abiertamente a todo
tipo de control estatal o social sobre los individuos; prefieren la propiedad
privada de los medios de producción; son partidarios del intercambio de bienes
y servicios a través de los mercados; no se oponen a la desigual distribución
de la riqueza aceptándola como una consecuencia de la libre competencia.
Ya hemos planteado que Henry
David Thoreau tuvo un enorme impacto en el pensamiento individualista en muchos
países, y por eso no debemos confundirlo con el accionar de un anarquista de
izquierda como Pitronello.
Es cómodo culpar a otros
de los propios fracasos, pero en una sociedad libre, los beneficios y los
costos de los acciones deben ser asumidos por la propia persona lo que le
permite modelar su conducta de manera que genere la mayor utilidad posible. El
capitalismo es una bendición para la especie humana porque ha posibilitado una
notable mejora de nuestra calidad de vida, pero no lo culpemos de los resultados
de los actos humanos realizados por personas libres y plenamente responsables.
Estemos atentos al doble estándar de la mentalidad socialista, incluyendo a la
anarquista.
PANORAMA Liberal
Lunes 30 Julio 2012
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