En algunos países de
Europa la situación, en vez de mejorar, está peor que nunca mientras las
autoridades de turno siguen insistiendo en implementar la austeridad que muchos
consideran acciones fracasadas. En especial, los mismos socialistas que crearon
este fracaso masivo.
LAS CONSECUENCIAS DEL FRACASO SOCIALISTA…
La debacle económica en
Europa se refleja en los niveles de deudas que las familias no pueden cubrir,
por ausencia de ingresos, y que ha provocado un pesimismo paralizador en una clase
media fracturada y muy debilitada. En todos los sectores económicos, colegios,
comercio, empresas de servicios, etc., es posible percibir que cada día hay más
gente que está pasando por graves apuros y que no dispone de los mínimos ingresos
como para gastar en los productos y servicios más elementales.
Sin embargo, los Gobiernos
de dichos países continúan con las políticas institucionales y globales definidas
para apuntalar el sistema financiero, mientras al mismo tiempo se aumenta la
presión fiscal y los recortes sociales hacen la vida más insoportable. Y, se
siguen anunciando nuevos rescates financieros que son la contracara de mayores sacrificios
para los ciudadanos a pie y mayor gloria para los bancos.
Son los ciudadanos a pie
los que observan que los políticos y los gobiernos actuales parecieran que los
han abandonado, generando una crisis desigual en la que el trabajo es castigado
y el capital premiado. Los Gobiernos parecen atados al dogma de la austeridad,
como si fuera un canto de sirenas, y no parecieran tener empatía alguna con lo
que está ocurriendo en la calle y que considera a las personas como medios y no
como fines en sí mismos.
En la realidad, los
Gobiernos abandonaron a las personas desde hace demasiado tiempo porque esta situación
ha sido provocada por la desidia y la estupidez socialista que ha llevado a las
personas a vivir una vida más allá de sus posibilidades. Se viven las consecuencias
de años y años de promover un equilibrio social basado en la mentira y en el
duro trabajo de otros, y que se derrumba porque no se puede vivir de sueños
todo el tiempo.
Y, los gobiernos actuales
deben sufrirlo porque no se puede vivir de sueños todo el tiempo; en algún
momento, los sueños se convierten en pesadillas, hay que sudar y despertar
gritando lleno de un miedo sin sentido. Esto le pasa a una parte de Europa que
vivía una vida de ensueño y que no logra despertar de la pesadilla, pese a que
gritan en forma desesperada.
Y lo que está pasando hoy
es que se están construyendo nuevos equilibrios sociales, más dolorosos pero
más realistas y sostenibles en el tiempo.
Los gobiernos, sin
embargo, deben ser cautos y devolver la ilusión a la ciudadanía de que
trabajando duro las cosas mejorarán, pero ¿qué pasa si durante años nos dijeron
que tenemos derecho a un cierto nivel de vida sin su correlato en esfuerzos y
sacrificios?. Ahora, que lo han perdido todo, en vez de pedir más trabajo y
esfuerzo, muchos salen a las calles para pedir por la mantención de un nivel de
vida que debe ser financiado. Pero, en una economía concentrada y poco
competitiva, gracias a las regulaciones socialistas, no hay mercados ni hay ingresos
y así sucesivamente.
NO SE PUEDE SEGUIR CON POLÍTICAS SOCIALISTAS Y FALTA DE COMPETENCIA
El fracaso de las
políticas socialistas se puede manifestar en una serie de instituciones que
están en plena crisis: los Gobiernos, los tribunales, los Congresos, los
partidos, etc. Es decir, el ideario socialista ha construido un entramado de
instituciones, castradora de ingresos, pero que no crean riqueza, la que surge
solo en un ambiente de libertad y plena competencia.
La fatal arrogancia
socialista se mantiene aún, y se escuchan los gritos lastimeros de los que
marchan en las calles porque no tienen nada que comer. Lo más triste es que
estas personas están convencidas que los culpables son las instituciones de
turno que no les devuelven los beneficios “ganados en el pasado”. Lo que no
saben estas personas es que dichos beneficios deben ser financiados por alguna
otra persona porque no existen los almuerzos gratuitos…Las instituciones socialistas
no generan riqueza, solo la redistribuyen, pero la redistribución no puede ser
un proceso eterno…
La gran arrogancia
socialista se manifiesta en la absurda creencia de que la riqueza surge espontáneamente,
como por arte de magia, desconociendo el rol de los individuos emprendedores
capaces de reconocer instancias para generar innovaciones multiplicadoras de
riqueza. Y es fácil de observar que el socialismo no ha creado, en toda la
historia de la humanidad, ningún invento que haya perdurado, a excepción de la
guillotina y los potros de tortura. Así es el socialismo.
Ahora, con la gente con
el agua hasta el cuello, estimulan a las personas a salir a las calles para
manifestarse en contra de los gobiernos, siendo incapaces de pedir lo único que
puede devolver la alegría a las mayorías: más trabajos por medio de la
desregulación de los mercados y el aumento sostenido de la competencia.
En medio de las masas que
gimen de hambre y pesimismo, hay personas dispuestas a trabajar más y más, y
para ellos, los gobiernos deben crear las condiciones necesarias para que se
desenvuelvan. Solo la iniciativa individual en un ambiente de competencia puede
devolver la alegría a aquellos que la han perdido.
No se puede ni se debe
seguir con políticas socialistas empobrecedoras y castradoras de la iniciativa
individual porque al final, todos lo terminarán pagando…
No se puede ni se debe
seguir incrementando la regulación en los mercados que los hacen más
concentrados y menos competitivos porque, al final, solo unos pocos mejorarán
su bienestar…
No se puede ni se debe
seguir incrementando el número de instituciones públicas que castran recursos
para la generación de riqueza porque, al final, solo los burócratas mejorarán su
bienestar…
Las políticas de la vergüenza
socialista han creado una enorme pena en la querida Europa, ¿podrá sobrevivir?.
Solo el tiempo lo dirá, siempre y cuando la estupidez socialista pierda apoyo.
PANORAMA Liberal
Domingo 7 Octubre 2012
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