¿Puede haber una mejor definición que la de Cicerón? |
Estos
son tiempos de mucha confusión, propiciada por ignorantes, gente mal
intencionada y enemigos de la libertad que confunden a la opinión pública
respecto de la libertad y el liberalismo. Por eso, muchos de ellos han
construido un concepto, que denominan “neoliberalismo”, para asociarle todos
los males económicos del mundo; no pueden hablar mal de la “libertad” pero
crearon esa palabra comadreja para criticar a los mercados libres y el
capitalismo. Sin embargo, ¿la libertad económica es la única libertad que
importa?. Recordemos que el ser humano nace libre y siempre persigue la
libertad desde que es consciente de sí mismo. La libertad es una aspiración
natural de cualquier individuo pero no
debemos confundirla con otras libertades.
En
Panorama
LIBERAL hemos decidido dar comienzo a estos breves escritos por medio
de los cuáles aclararemos, explicaremos y aplicaremos los principios del
liberalismo al acontecer personal y social, nacional e internacional. Y el
primero de los conceptos que revisaremos es la palabra “libertad”.
¿QUÉ ES LA LIBERTAD?
La
palabra “libertad” es un concepto muy sencillo, preciso y muy apreciado por las
personas. Y resulta sorprendente como, en estos tiempos, cualquier persona –incluso
los socialistas- se atreve a hablar de “libertad” usando los conceptos que les
parezcan más apropiados sin importar si se trata o no del término clásico del
mismo.
Comienza
diciendo Montesquieu, en “Del espíritu
de las leyes” (Libro XI, página 113 y otras), que “no hay palabra que tenga más acepciones y que de tantas maneras diferentes
haya impresionado los espíritus, como la palabra libertad…En un Estado, es
decir, en una sociedad que tiene leyes, la libertad no puede consistir en otra
cosa que en poder hacer lo que se debe querer y en no ser obligado a hacer lo
que no debe quererse…”.
Y,
probablemente, fue Friedrich Hayek quien mejor ha definido el concepto clásico
de “libertad
como aquella condición de los hombres en cuya virtud la coacción que algunos
ejercen sobre los demás queda reducida, en el ámbito social, al mínimo”.
En otras palabras, se infringe la libertad cuando un ser humano impide a otro
que actúe en un sentido u otro, o cuando se le obliga a actuar de una cierta
forma.
Es
decir, el concepto clásico de libertad es individual y personal, y no debemos
confundirla con otras libertades como “libertad económica”, “libertad política”,
“libertad interior”, “libertinaje” o “libertad como poder”.
Veamos
algunos ejemplos:
- Un andinista atrapado en una montaña sigue
siendo libre aunque puede tener pocas opciones de elección para continuar su
camino…
- Un operador político no es una persona libre
porque depende del parecer y decisiones de sus padrinos políticos…
- Un mendigo que vive bajo un puente del Mapocho
es mucho más libre que el operador político anterior.
- Una persona haciendo el servicio militar
obligatorio no es una persona libre, depende de sus superiores…
En
resumen, la libertad es un estado que los seres humanos tratan de maximizar
permanentemente, y debemos cuidar que no surjan intentos de limitarla bajo las
mejores y más bien intencionadas políticas.
Panorama LIBERAL
Lunes 1 Diciembre 2014
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