El
28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio
Austrohúngaro y miembro de la dinastía Habsburgo, era asesinado por un joven
terrorista serbiobosnio. Pocas personas de la élite del Imperio Austrohúngaro sintieron
una pena real por la pérdida, puesto que era sabido que dicho heredero no
gozaba de especial estima por parte de nadie. Pero, la misma élite encontró en
el atentado la excusa perfecta para ajustar los cabos sueltos con un vecino
nacionalista e incómodo como Serbia.
Antes
de mover la primera pieza del sangriento tablero, Austria solicitó el apoyo de
Alemania y el 6 de julio, el káiser Guillermo y su canciller entregaron a
Austria “un cheque en blanco” con la promesa incondicional de proporcionar
apoyo militar en caso necesario para aplastar a Serbia. Así, Austria declaró la
guerra a Serbia el 28 de julio y empezó bombardeando Belgrado. Rusia, aliado
natural de Serbia no podía quedar indiferente y los rusos movilizaron sus
tropas, tres días después.
Comenzó
una tragedia que marcaría el mapa de Europa hasta nuestros días…Desaparecería
el Imperio Austrohungaro…Caería el Zar y los bolcheviques se apoderarían de
Rusia…La paz de Versalles sería el preludio de la segunda guerra mundial…Los
muertos en las batallas ahora se contaban en miles, por ejemplo, 27.000 muertos
en un día, la matanza y la carnicería había comenzado…Los adelantos bélicos se
incrementaron enormemente…Los duelos de artillería entre los ejércitos se medía
en la cantidad de masacrados…El suelo de la masacre todavía muestra sus
cicatrices…Comenzó a cambiar el mapa de poder mundial…
Hoy,
desde la lejanía, recordamos su inicio. Los que cayeron eran civiles que fueron
llevados por la ola de la historia a morir violentamente lejos de sus patrias,
con una oficialidad indolente y liderazgos de una pobreza que contrastaba con
su autoridad. En algunas batallas caían como moscas al avanzar enfrentando a mortíferas
ametralladoras…La guerra es una maldición para las personas comunes y corrientes
que son la carne de cañón de los ejércitos porque son los que caen y repletan
los cementerios pero a los cuáles nadie recuerda, excepto sus familiares que
lloran su pérdida.
Los
militares y los políticos declaran la guerra, la dirigen, pero quienes la sufren
y mueren son las personas comunes y corrientes que quieren vivir sus vidas en
paz…
Hoy,
28 de Julio de 2014, en Gaza, la tragedia y la sangre se sigue derramando por las
calles. Las excusas son las mismas, la violencia, también es la misma. Nada
justifica la pérdida de vidas humanas en defensa de ideales que no lo merecen…Desafortunadamente,
las personas comunes y corrientes somos esclavas del momento histórico que nos
toca vivir, y poco podemos hacer cuando las fuerzas del odio y la maldad se
sueltan en los vientos de las montañas y llanuras…¿Qué puede hacer un tendero
palestino si uno de sus paisanos lanza un cohete desde su propiedad?...¿Qué puede
hacer un tendero israelí si escucha el silbido del misil sobre su cabeza?.
¿Realmente,
los pueblos y las personas deben seguir sometiéndose a los dictados de la
irracionalidad de unos pocos?. Porque esos pocos terminan imponiendo su propia
mirada y construyendo nuevos mundos con el humo de sus cohetes, sin importar la
sangre que sigue regando el suelo… Esta es la verdadera maldad: pueblos
cautivos de la violencia de unos pocos…Los verdaderos criminales se ocultan tras credos e ideologías totalitarias que desean imponer a toda costa. Estos son los verdaderos criminales a desenmascarar...
Desde
la lejanía…miramos con espanto la masacre. Y no hacemos nada, excepto
lamentarnos y pensar en otra cosa….Pero, esa historia lejana puede, alguna vez,
golpear en nuestras puertas…No le demos la espalda, no la olvidemos, roguemos
por ellos, y luchemos desde todos los puntos posibles para que palestinos e israelíes
puedan vivir en paz…
Rogamos
porque sus militares y políticos despierten de su letargo criminal y hagan espacios
en sus plazas y parques a sus niños…Es un ruego a voz alzada.
PANORAMA Liberal
Lunes 28 Julio 2014
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