Piñera o la imagen de un fracaso anunciado. ¿Que legado dejará Piñera para que la derecha chilena pueda alardear en el futuro? |
¿Existe la derecha en
política?. Esta es una pregunta que se han hecho, infinidad de veces, aquellas
personas que intentan explicar porqué la derecha no hace brillar su predominio
ideológico y electoral en tiempos en que el socialismo ya no es una opción clara
ni pura. Porque después de Pinochet (su principal debilidad), la derecha no
supo defender su propio ideario, estuvo a la defensiva y permitió que la
izquierda se apropiara del centro del escenario político y le copara la agenda
hasta el extremo de estar 20 años en el poder…20 años…toda una generación. Es
cierto que la izquierda se prostituyó y perdió sus principales banderas pero,
ahora, parecen asomar en el horizonte como si fueran la única opción. Y eso es
un fracaso.
Durante los más de 20
años en el poder la concertación izquierdista irradió su mensaje que permeó en
las capas mentales más débiles de nuestra sociedad o en las más proclives por
formación; cómo una especie de aceite que lubricó las instituciones y las
maquinarias reales, emocionales y conceptuales, concientizó a la masa electoral
de que el mundo moderno tiene cuerpo socialista y solo debe pensar en términos
socialistas.
Por eso, en las recientes
encuestas, solo un 29% de chilenos consultados se identificaron con la derecha.
Mientras tanto, el “líder natural”, Sebastián Piñera, mantiene un 38% de
aprobación pero la desaprobación a su gestión subió tres puntos y alcanzó un
54%. Este gobierno, por su parte, aumentó en cuatro puntos y obtuvo un 38%. Y
la desaprobación a la labor del Ejecutivo, en tanto, se mantuvo en un 56%.
Y la perlita de esta
derecha de mediocres es su apoyo a la candidatura del segundo vicepresidente de
la cámara, Pedro Velásquez (IND), quien adeuda 280 millones de pesos a la
Municipalidad de Coquimbo, fue condenado por fraude y prohibición de por vida
para ser alcalde. Pero, con el oportunismo de siempre la derecha deja de lado
sus principios y se alía con la escoria política.
PRIMERA RAZÓN: La derecha como identidad de clase
Lo decía un amigo
recientemente: “ser de derecha en Chile forma parte de una identidad de clase”.
En otras palabras, en Chile, así como ser de izquierda es símbolo de “pueblo”,
ser de derecha equivale a pertenecer a la “clase alta”, representativa de la
riqueza y el poder económico. Esta facilista denominación ha permitido que la
izquierda tenga balas para disparar al ideario de derecha con municiones que no
se terminan nunca, porque esa “clase alta” solo representa las peores virtudes de
un grupo humano. En realidad, cuando se refieren a la “clase alta” no lo
asocian con elevados términos como honorabilidad, sencillez, responsabilidad,
honestidad y esfuerzo, sino con todo lo contrario: una clase que no es
honorable, es snob, egoísta, arribista, irresponsable, deshonesta y floja.
Ser de derecha tradicional
en Chile es la consecuencia de poseer poder económico que busca el poder
político solo para consolidar y aumentar su riqueza y dominio. El comercio y el
control de la tierra es la matriz de donde emerge la derecha tradicional; nula
inventiva (por eso, llevamos siglos vendiendo materias primas); cultura basada
en el patrón de fundo (yo, patrón; tú, peón); ordinaria (sin valores, grosera y
arrogante), etc. A esta derecha solo le interesa el poder político para
perpetuarse como clase. Es su identidad y nada más le interesa.
Afortunadamente, el
ideario de la derecha no pertenece en forma exclusiva a esta supuesta “clase alta”
de pelucones ordinarios venidos a menos; muchos chilenos y chilenas (¿30% de la
masa electoral?) comunes y corrientes creemos en que es posible transformar a
Chile en un país de pequeños propietarios y no de grandes propietarios; en un
país de crecientes libertades y no de crecientes restricciones; en un país de
individuos responsables de su propia vida y no de irresponsables culpando a
otros de sus miserias; en un país en donde el individuo marque la diferencia y
esa no sea la pretensión de funcionarios y burócratas; en un país en que se
premie a los individuos que creen riqueza y no se los persiga como
delincuentes; en un país que valore la propiedad y la defienda de los
socialistas parásitos, etc.
Es decir, pese a Piñera, aún
hay espacios para una derecha democrática y liberal.
SEGUNDA RAZÓN: La derecha es autoritaria.
Por las razones
anteriores, la derecha siempre termina siendo autoritaria porque sus líderes se
creen dotados de especial sabiduría debido al poder que la vida les ha
entregado; se creen especiales pero su liderazgo depende del poder económico y
político que ostentan. Si les falta alguno de ellos, gimen y se desesperan porque
no son nada, pero cuando los posee son arrogantes y autoritarios. Así, en función
de sus pretensiones de clase, se consideran los elegidos (¿no se parecen a los
socialistas?) para dirigir al país y administrar sus recursos; no quieren
reproches por su conducta; sienten que tienen la misión de imponerse para
mostrar porque algunos deben dirigir y, los más, obedecer sin cuestionar. La
derecha de la que hablamos no cree en la democracia excepto para que los
validen como líderes eventuales y después hacer lo que les plazca, sin control.
Piñera es un ejemplo de
esta derecha política nefasta que no cree en proyectos liberales sino que en
proyectos socialistas de derecha que les permita continuar disfrutando del
poder mientras aumentan la brecha con el resto. Por eso, sin pelos en la
lengua, decimos que el gobierno de Piñera es el quinto gobierno de la
concertación izquierdista.
TERCERA RAZÓN: La derecha y su populismo barato
La derecha sabe que con
la identidad de clase y el autoritarismo no puede gobernar, y por esa razón cae
en el populismo barato y demagógico para mantener contentas a las grandes masas.
Así, ofrecen y ofrecen bonos y regalías con la esperanza de que los quieran
pero son torpes por dos razones.
En primer lugar, las
personas de derecha, su electorado natural, no desean regalos sino que más
oportunidades y opciones para que ellos y sus hijos puedan ser más prósperos en
base a su propio esfuerzo, y en segundo lugar, las personas de izquierda
reciben sus dádivas con envidia, desdén y desprecio. Así, la derecha deviene en
un populismo que no le sirve para proyectarse en el tiempo.
***
La derecha chilena ha
sido un gran fracaso debido a la ausencia de liderazgos de sólidos principios y
valores. El conservadurismo de visión estrecha se ha convertido en un escollo
que no ha podido superar y que ha sido un lastre enorme y difícil de llevar.
Los liderazgos
individualistas tipo “piñera” son la peor demostración de que la derecha no
tiene opciones si no modifica su forma de actuar…¿Será este el tiempo de que
una derecha democrática y liberal tenga opciones reales de convertirse en un
gobierno por medio de la promoción de que la prosperidad solo se alcanza en
base al trabajo y esfuerzo honesto?.
Y para responder a dicha
cuestión se requiere ampliar y liberalizar los mercados de modo que todos
puedan tener la oportunidad de ser más prósperos en base a su trabajo y
talentos naturales. Los socialistas nos dicen que la redistribución de la
riqueza se logrará por medio de la coacción legal, pero esto traerá más dolor y
angustias. Los liberales creemos que la distribución de la renta se producirá
lenta y finalmente cuando las libertades y oportunidades se incrementen a tasas
geométricas.
Los gobiernos y los
políticos jamás han creado riquezas ni ayer ni ahora ni en el futuro cercano; ellos
solo desean tener acceso al fondo fiscal para implementar sus ilusas letanías con
los recursos de todos; extraen la riqueza de todos a manos llenas y la
dilapidan en proyectos horrendos como el Transantiago…Ya nada podemos esperar
de la izquierda cuando gobierna, pero tenemos la creencia de que al final los principios
de una sociedad libre siempre prevalecerán.
PANORAMA Liberal
Lunes 8 Abril 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario