En Chile se da un peculiar
fenómeno. Durante 20 años sufrimos un permanente bombardeo de sandeces
socialistas por todos los medios y eso produjo la percepción global de que el
socialismo, en todas sus variantes, es el elixir que nuestros países deben continuar
bebiendo para salir de su letargo de siglos. Por eso, muchos jóvenes, educados
en la matriz socialista, se embarcan para estudiar ciencias administrativas y
económicas, basadas en la libertad de mercado, en las mejores universidades de
Chile, y luego, hacen estudios de postgrado en las mejores universidades del
mundo desarrollado, logrando obtener importantes grados académicos- Sin
embargo, pese a sus avanzados estudios, ¡siguen siendo socialistas…la matriz ideológica
ha hecho su trabajo!...Entonces, ¿para que viajan y gastan recursos públicos (muchos
de ellos) si van a continuar siendo los mismos cocineros ideológicos del elixir
de la salvación eterna socialista?...Por ejemplo, es el caso de Alberto Arenas,
nuevo jefe del equipo programático de la izquierdista Bachelet.
En ese contexto, no
extraña que este socialista sea militante activo del PS, sea ingeniero
comercial de la Universidad de Chile y tenga un doctorado en Economía en
Pittsburgh…Pregunto de nuevo: ¿de qué le sirvieron los años y años de estudio, si
sigue ventilando las mismas sandeces socialistas, disfrazadas, ahora, con una mayor
densidad intelectual?. Porque “aunque la mona se vista seda…mona se queda”. La
semana pasada, este socialista se convirtió en el brazo derecho en materias
económicas y de contenido, instalándose a tiempo completo (¿quién le pagará su
salario?) en una oficina del primer piso del comando presidencial de la
socialista Bachelet, en el barrio Italia, y desde esa ubicación pretende liderar
el equipo ideológico con el que espera convencer al país de que su brillante
líder celestial nos traerá más y más maravillas, todas gratuitas y sin costo alguno…Lo más llamativo
es que, al referirse a su líder celestial, la llama “la presidenta”…Todo un
símbolo de una ideología totalitaria que no cree en la democracia…
Arenas dice ser “un
economista que se ha dedicado toda su vida a trabajar en políticas públicas,
que es lo que me apasiona, al que la presidenta nuevamente otorga la
posibilidad de seguir trabajando en diseñarlas…”. En otras palabras, es un
tecnócrata, experto en ingeniería social económica, que tiene la ilusión de que
las políticas públicas dirigistas son la clave para salir de la postración
económica.
Lo más grave es su
creencia dogmática, confirmada por “la presidenta” (lo que no es ninguna
confirmación dado su nivel intelectual), de que “vamos a enfrentar la
desigualdad para alcanzar el desarrollo…Y ahí, en esa frase, están los
conceptos fundamentales sobre los cuales va a girar este trabajo programático.
Cuando señala que es necesario repensar el modelo de desarrollo y enfrentar la
desigualdad, está instalando un nuevo debate en Chile, porque, de una u otra
manera, los frutos del crecimiento económico deben llegar a todos los
habitantes del país. Hay un antes y un después desde el discurso de la
presidenta…”.
HAY UN DÍA ANTES Y UN DESPUÉS…DE CADA ESTUPIDEZ
Repitamos los dichos de
Arenas: “Hay un antes y un después desde el discurso de la presidenta…Vamos a
enfrentar la desigualdad para alcanzar el desarrollo…”. En palabras burdas, Arenas
nos promete “la misma caca, las mismas moscas” o “los gobiernos pasan, las
cagadas quedan” o nos vuelven a vender la misma pomada de siempre…¿O es que nos
podemos olvidar tan fácilmente el fiasco monumental de las políticas públicas
socialistas tipo Transantiago o actuaciones como la que tuvo la líder celestial
durante y después del terremoto?.
¿Cree acaso Arenas que
nos tragaremos la pildorita de que ellos son los elegidos para llevar a Chile
al desarrollo económico?, ¿existe algún socialista en todo el mundo que haya
creado riqueza y bienestar?...Los socialistas son parásitos que viven y sueñan
que se enquistarán en el aparato estatal para succionar la riqueza que generan
los individuos de talento para redistribuirla según criterios políticos. Este
es el caldo de cultivo de la corrupción rampante de los 20 años de la izquierda
gobernante.
En otras palabras, el “trabajo
programático” que la líder celestial ha encomendado a Arenas consiste en
redistribuir la riqueza a como de lugar; van a usar la coacción estatal para extraer
la riqueza de los que ganan más debido a sus talentos para, supuestamente,
entregárselas a los que menos riqueza generan y tienen. Por ejemplo, aumentarán
los impuestos a los más ricos para implementar las letanías igualitarias
enfermizas que estancarán y pondrán trabas al crecimiento.
¡Es imposible que se
pueda pretender, al mismo tiempo, la redistribución de la riqueza y el
crecimiento económico!, Si optamos por políticas que fomenten el crecimiento
económico de largo plazo debemos permitir la existencia de la desigualdad porque
no todos pueden avanzar al mismo ritmo que los más capaces, pero, si optamos
por la redistribución de la renta, para lograr el sueño igualitario socialista,
estaremos entorpeciendo la máquina, cortando los brazos de los más talentosos y
reduciendo el crecimiento de largo plazo. Al final, estaremos en peor
condición: seremos más pobres y con menos perspectivas futuras y el tiempo se
detendrá.
Pero, el dogma socialista
está incrustado en la piel y huesos de estos individuos. Arenas reitera que “en
Chile es posible enfrentar la desigualdad manteniendo un crecimiento económico
sostenido. Y no hay una contradicción. Es más, un muy buen ejemplo de esto es
la educación. En la medida que podamos desarrollar todos nuestros talentos, que
podamos ofrecer a los jóvenes la posibilidad de alcanzar su mayor potencial,
superando las barreras de acceso y los problemas de calidad del sistema
educacional, nuestro país contará con una base de capital humano con mayor
productividad, capaz de emprender e innovar en todos los sectores,
fortaleciendo nuestro crecimiento y desarrollo…”.
Esta gente puede haber
estudiado en las mejores universidades del mundo, pero su alta ideologización
les lleva a las falacias más ridículas. En primer lugar, no hay contradicción
si apuntamos nuestras energías al crecimiento económico sostenido basado en la
libre competencia, porque ello llevará lentamente a una reducción de las
desigualdades. Pero, cuando se apuntan las energías para succionar la riqueza
de los más ricos se termina restringiendo la libre competencia y ahogando el
emprendimiento, surgen los grandes conglomerados y las grandes empresas y
holdings. En este sentido, Horst Paulmann y Cencosud, son más bien hijos de un Estado
socialista, en el que la pobreza abunda, y los ricos son mirados con resentimiento,
que de un Estado capitalista.
En segundo lugar, es
cierto que una mejor educación elevará la productividad del capital humano,
pero la real pregunta es ¿de qué sirve mejorar la educación si en un Estado
socialista no hay innovación ni creatividad dado que todo está controlado y
regulado?. Un capital humano de mayor productividad requiere un ambiente de
crecientes libertades para que pueda desarrollar su talento sin igual puesto
que es imposible anticipar hacia donde nos conducirán nuestros esfuerzos. El
libre mercado es vital para que la educación haga su pega: los más talentosos avanzarán
más rápido que los menos capaces y todo mejorará. Por eso, es imposible que
todos avancemos a la misma velocidad.
Finalmente, los estados
socialistas son el paradigma de un estado atrasado y detenido en el tiempo.
Equivale a visitar La Habana y ver como circulan autos de la década del ’50; el
tiempo se detuvo en Cuba y se detiene en los estados socialistas; el sopor del
totalitarismo detiene el espíritu creador y el poder de la iniciativa; la
curiosidad es vigilada como si fuera una peste…Solo la nomenklatura, los
elegidos, pueden hacer los cambios requeridos…Y ellos son parásitos que viven
por y para mantenerse en el poder que les alimenta y nutre…
¿Alguien ha visto un
socialista delgado y desnutrido?. Los socialistas son todos enormes y entrados
en carnes (la líder celestial de Arenas es un rolliza de enorme…sonrisa);
gozadores de la vida y de los placeres mundanos (son socialistas pero no son h…);
viajan en primera clase y se alojan en hoteles cinco estrellas…Y todos estos
bienes y servicios de que disfrutan son hijos del capitalismo creador basado en
la libre empresa (lo que quiere decir que, sin en el resto del mundo primara la
libertad tendríamos más bienes y servicios).
El desarrollo de
políticas públicas socialistas no tiene por objetivo buscar la sustentabilidad,
porque cierra los caminos más eficientes y nos lleva por caminos ideologizados.
La líder celestial tiene experiencia en cerrar caminos: por ejemplo, con el
Transantiago condenó a los habitantes de la ciudad a trasladarse como animales
por las próximas décadas. El mensaje socialista es claro y potente: con sus
políticas no sientan las bases para reducir la desigualdad, sino para
aumentarla a tasas crecientes, pero ¿Qué importa?. Al final saben que ellos no
serán culpados y las miradas se volverán a centrar en los empresarios, hijos de
sus políticas.
Arenas es más de lo mismo
que ya hemos escuchado y leído; otro socialista tecnócrata que cree que su
ideología nos sacará de la pobreza y que su líder celestial nos llevará al
cielo de la igualdad. Estúpidos socialistas.
PANORAMA Liberal
Domingo 7 Abril 2013
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