Lamentamos la muerte de Aaron Swartz y compartimos su lucha en pos de internet libre, pero debemos discutir el conflicto con los derechos de propiedad intelectual... |
El viernes 11 de enero se
suicidó en Nueva York, Aaron Swartz de 26 años, activista de internet, en medio
de un juicio por haber liberado cuatro millones de documentos académicos de
JSTOR.org en la red. Por dicha acción arriesgaba
hasta 35 años de prisión y, según la familia, este “fuerte hostigamiento”
judicial fue el detonante de su muerte.
Aaron Swartz se declaraba
un ferviente defensor de un internet libre de las interferencias estatales por
la capacidad de la red para entregar información y conocimientos. Por eso,
actuó en forma decidida en contra de leyes que intentaban controlar, intervenir
y censurar como la ley Sopa; siempre abogó que internet debía ser neutral, sin
propietarios ni controles. Por estas razones, creía que internet era el medio
más apropiado para propagar información en la forma de documentos académicos y
trabajos cuyo acceso no es gratuito.
¿INTERNET LIBRE O DERECHOS DE PROPIEDAD?
Aaron Swartz creía que en
internet la información debía ser de libre acceso, y consideraba que el
movimiento del Open Access no podía ser perseguido por el Estado porque
internet es un territorio libre de interferencias y que así debía mantenerse.
Manifestó en cierta ocasión que “no hay justicia siguiendo leyes injustas” por
medio del cual invitaba a replantear la institucionalidad política y legal que
mueven al mundo actual. Y a internet.
Las sociedades humanas progresan
cuando somos capaces de cuestionar los valores y los paradigmas vigentes. Por
ejemplo, cuestionarnos si el acceso a la información y al conocimiento debe ser
un privilegio y no un derecho de acceso universal.
La controversia surge
cuando pensamos en los derechos de propiedad. De acuerdo a lo declarado por la
Comisión Asesora de las políticas de la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual (OMPI), el 26 de junio del año 2000, la propiedad intelectual se entiende
como "cualquier propiedad que, de común acuerdo, se considere de
naturaleza intelectual y merecedora de protección, incluidas las invenciones
científicas y tecnológicas, las producciones literarias o artísticas, las
marcas y signos distintivos, los dibujos y modelos industriales y las
indicaciones geográficas". En otras palabras, si una persona ocupa su
tiempo para crear una obra merece tener una remuneración por ello, y por lo
tanto, debe defenderse la propiedad intelectual de las obras.
Cada persona es libre de
tomar las decisiones que le parezcan respecto de los bienes de su propiedad,
pero ¿tiene derecho una tercera persona para tomar decisiones respecto de la
obra de otros?. Este es el conflicto.
¿Usted qué opina?
PANORAMA Liberal
Miércoles 16 Enero 2013
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