Resulta claro que a los
comunistas locales les agrada el caldillo de congrio, en especial, si son colorados.
Así, durante este 1 de enero, la nomenklatura local del PC ofreció este sabroso
caldillo para celebrar entre otras cosas los 54º años de
la instauración del criminal régimen castrista. Porque para ellos merece celebrarse.
En dicha oportunidad, un
dirigente del partido planteaba que no era oportuno que Rosa María Payá -hija
del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá- visitara Chile, ya que podría
interferir en la Cumbre Celac-UE, que se realizará en Santiago y en la que
participará el “democrático” presidente, Raúl Castro.
Pero, ¿Quién fue Oswaldo
Payá?, ¿Por qué tanta preocupación?...
EL DISCURSO DE OSWALDO PAYÁ
En julio del 2012, Oswaldo
Payá, de 60 años, histórico disidente cubano y líder del Movimiento Cristiano
de Liberación, falleció producto de un extraño accidente automovilístico en la
localidad de La Gavina, provincia de Granma, al este de la isla. Según la
versión de la hija de la víctima, Rosa María Payá, en el vehículo viajaban cuatro
pasajeros que fueron embestidos en varias ocasiones a lo largo de la carretera
por la que circulaba, perdiendo el control e impactando a un árbol.
Sin embargo, para el régimen
criminal castrista el accidente lo provocó una conducción imprudente por parte
del conductor. Algunos testigos indican la existencia de un segundo vehículo,
conducido presuntamente por miembros de la seguridad del régimen, que seguía a
los opositores y que les golpeó por detrás. Todo permanece en la nebulosa a
casi seis meses de la tragedia.
Oswaldo Payá fue el
promotor del llamado 'Proyecto Varela', que presentó en el Parlamento cubano en
el año 2002 con el aval de miles de firmas y en el que proponía un referéndum
para una transición democrática y pacífica en la isla. Por esta iniciativa, en octubre
de 2002, el Parlamento Europeo le otorgó el premio Sájarov a los Derechos
Humanos y la Libertad de Pensamiento en reconocimiento a su lucha pacífica a
favor del tránsito a la democracia en Cuba.
En dicha instancia,
pronunció el siguiente discurso:
Gracias al Sr. Presidente, Pat Cox, y a este Parlamento en el
que están representados muchos pueblos de Europa.
Ustedes han concedido el premio Andrei Sajárov al pueblo de
Cuba; digo al pueblo cubano porque es el gran merecedor de este reconocimiento.
Lo digo sin excluir a ninguno de mis compatriotas, sea cual sea su posición
política, porque los derechos no tienen color político, ni de raza, ni de
cultural.
Tampoco las dictaduras tienen color político: no son de
derecha ni de izquierda, son sólo dictaduras. En mi país hay miles de hombres y
mujeres que luchan por los derechos de todos los cubanos en medio de la persecución.
Cientos de ellos están presos sólo por proclamar y defender estos derechos, por
lo que yo recibo este reconocimiento en su nombre.
Digo que este premio es para todos los cubanos porque
entiendo que, con este premio Europa quiere decirles: “Ustedes también tienen
derecho a los derechos”. De esto siempre estuvimos convencidos, pero hubo
etapas en las que parecía que esa verdad no era tan evidente para muchos en el
mundo.
No vengo aquí a pedir apoyo para la oposición al gobierno
cubano, ni a condenar a los que nos persiguen. No es una ayuda para Cuba que
algunos en el mundo tomen partido por el gobierno cubano o por los que se le
oponen, a partir de posiciones ideológicas. Nosotros queremos que se tome
posición a favor del pueblo cubano, con todos los cubanos. Y eso significa
apoyar el respeto a todos sus derechos, apoyar la apertura, apoyar la demanda
de que se consulte a nuestro pueblo en las urnas sobre los cambios que estamos
demandando. Pedimos la solidaridad para que se le dé la voz a nuestro pueblo en
las urnas, como lo propone el Proyecto Varela.
Muchos han relacionado este premio con el Proyecto Varela, y
tienen razón, porque los miles de cubanos que en medio de la represión han
firmado esa petición de referendo están haciendo una contribución decisiva a
los cambios que Cuba necesita. Estos cambios significarían participación en la
vida económica y cultural, significarían derechos políticos y civiles y
reconciliación nacional. Ese sería el verdadero ejercicio de la libre
determinación de nuestro pueblo. Debe terminar el mito de que los cubanos
tenemos que vivir sin derechos para sostener la independencia y soberanía de
nuestro país.
El padre Félix Varela nos enseñó que la independencia y la
soberanía nacional son inseparables del ejercicio de los derechos
fundamentales. Los cubanos que viven en Cuba y en la diáspora, como un solo
pueblo tenemos la voluntad y las capacidades para construir una sociedad
democrática, justa y libre, sin odios ni revanchas y como lo soñó José Martí:
“Con todos y para el bien de todos”.
No hemos escogido el camino pacífico como una táctica sino
porque es inseparable de la meta de nuestro pueblo. La experiencia nos dice que
la violencia genera más violencia y que cuando los cambios políticos se
realizan por esa vía se llega a nuevas formas de opresión e injusticia.
Queremos que nunca más la violencia y la fuerza sean vías
para superar crisis y gobiernos injustos. Esta vez realizaremos los cambios
mediante este movimiento cívico que ya está abriendo una nueva etapa en la historia
de Cuba, en la que prevalezca el diálogo, la participación democrática y la
solidaridad. Así construiremos una paz verdadera.
Los héroes luchadores cívicos cubanos, los ciudadanos que
firman el Proyecto Varela, no tienen armas en las manos. No tenemos un brazo
armado. Tenemos los dos brazos extendidos, ofreciéndoles las manos a todos los
cubanos, como hermanos, y a todos los pueblos del mundo.
La primera victoria que podemos proclamar es que no tenemos
odio en el corazón. Por eso decimos a quien nos persigue y a los que tratan de
dominarnos: tú eres mi hermano, yo no te odio, pero ya no me vas a dominar por
el miedo. No quiero imponer mi verdad ni que me impongas la tuya; vamos juntos
a buscar la verdad. Esa es la liberación que estamos proclamando.
Todavía hay quienes sostienen el mito de la disyuntiva entre
los derechos políticos y civiles, por una parte, y la capacidad de una sociedad
para construir la justicia social y lograr el desarrollo, por la otra. No son
excluyentes. La ausencia de derechos civiles y políticos en Cuba ha tenido
graves consecuencias, como la desigualdad, la pobreza de la mayoría, los
privilegios de una minoría, el deterioro de algunos servicios, aun cuando estos
están concebidos como sistemas humanos y positivos.
De esta manera, aunque muchos cubanos han trabajado durante
años con amor y buena fe, hoy existe una grave situación en materia de derechos
civiles y políticos, además de una creciente desigualdad y deterioro de la
calidad de vida para las mayorías. Inclusive se les atan las manos a los
ciudadanos, neutralizando las inmensas potencialidades de creatividad y
laboriosidad de los cubanos. Esa es la principal causa de nuestra pobreza.
No se puede justificar esta realidad afirmando que el pueblo
cubano escogió libremente ese sistema. Ustedes saben que ningún pueblo de los
representados en este Parlamento, ni ningún otro pueblo del mundo, renunciaría
jamás al ejercicio de sus derechos fundamentales. Cada vez queda más demostrado
que el bienestar y el progreso en materia económica y social son frutos del
ejercicio de los derechos. De igual manera, una democracia no es verdadera o no
es completa si no es capaz de iniciar y sostener un proceso de elevación de la
calidad de vida de todas las personas. Porque tampoco ningún pueblo ejerce su
voto libremente para optar por la pobreza y la desigualdad que reduzcan a las
multitudes a una situación de desventaja y marginación.
Nuestros pueblos latinoamericanos están reclamando la
democracia real, que es aquella en la que se puede construir la justicia. Es
escandaloso que en nombre de la eficacia se apliquen métodos que pretenden
superar crisis y acabar con la pobreza, pero que, en la práctica, amenazan con
aniquilar a los pobres.
No pretendo anunciar nuevas posiciones o modelos, pero
nuestro pueblo ha vivido y sufrido diversos sistemas políticos y económicos.
Hoy sabemos que cualquier método o modelo que, en una supuesta búsqueda de la
justicia, el desarrollo o la eficacia, se sitúe por encima de la persona o
anule cualquiera de los derechos fundamentales, conduce inevitablemente a
alguna forma de opresión, a la exclusión, y sumerge a los pueblos en la
calamidad.
Queremos expresar desde aquí nuestra solidaridad con todos
los que sufren cualquier forma de opresión y de injusticia, con los que están
silenciados y marginados en el mundo. La causa de los derechos humanos es una
sola, como una sola es la humanidad. Si hoy se habla de globalización,
anunciamos y denunciamos que si no se globaliza la solidaridad no sólo peligran
los derechos humanos, sino el derecho a seguir siendo humanos. Sin solidaridad
humana tampoco conservaremos un mundo limpio donde siga siendo posible la vida
para los seres humanos.
Por eso, humildemente, creo que más que nuevos modelos, tanto
en las sociedades como en las relaciones entre los países, lo que se necesita
es un nuevo espíritu. Este nuevo espíritu debe expresarse en la solidaridad, la
cooperación y la justicia en las relaciones entre los países, y no será un
freno al desarrollo. Porque si se subordinan las políticas y los modelos a la
realización de la persona, a la construcción de la justicia y la democracia, si
se humanizan las políticas, entonces se superarán los abismos que separan a los
pueblos y seremos una verdadera familia humana.
Llegue desde Cuba nuestro mensaje de paz y solidaridad a
todos los pueblos. Todos los cubanos reciben este premio con dignidad y
proclamando nuestra esperanza de reconstruir nuestra sociedad con el amor de
todos, como hermanos, como hijos de Dios. Los cubanos somos sencillos y sólo queremos
vivir en paz y progresar con nuestro trabajo, pero no podemos, no sabemos y no
queremos vivir sin libertad.
Ante el Señor de la historia, que fue acostado en un humilde
pesebre, depositamos este homenaje y nuestras esperanzas.
Gracias y feliz Navidad.
Estrasburgo, 17 de diciembre de 2002
Todos saben que los comunistas
–que se autodenominan “revolucionarios”- son antidemocráticos, totalitarios y
enemigos de la libertad y lo demuestran en forma permanente y reiterada. Por eso,
no extrañaría que el extraño accidente en que falleció Oswaldo Payá fuera
tramado por los servicios de inteligencia del régimen castrista para acallar la
voz de una persona que propiciaba una mayor apertura política. Y, ahora, para
impedir que la voz de su hija se haga saber internacionalmente, no la autorizan a salir de Cuba.
¿POR QUÉ A LOS COMUNISTAS LES GUSTA EL CALDILLO DE CONGRIO COLORADO
MIENTRAS PREPARAN LA FIESTA DEL ABRAZO DEL OSO?
Por eso, el comunista
Teillier se atreve a decir que "creo no es el momento de que esta señorita
(Payá) venga acá a Chile, porque la van a comprometer en una actividad que creo
puede tratarse, incluso, de una maniobra para entrometerse en el tema de cambio
de mando de la Celac. Creo que no es oportuno". Otro comunista, Carmona,
planteaba que "llama la atención esta sincronía, esta casualidad de una
promoción, a niveles como de lo máximo que pueda pasar en Cuba, de que no se
puede estudiar justo en este momento. Será casualidad de la vida, vamos a
tratar de informarnos cuál es la razón, pero Cuba tiene un estado de derecho
que no es ni conspirativo ni desconocido".
Después de emitir estas
opiniones, se sirven el delicioso caldillo de congrio sin ningún problema de
conciencia porque a estos tipos no les llama la atención el atentado a los
derechos humanos que el régimen criminal cubano ejerce en contra de la señorita
Payá; no les llama la atención de que una persona no pueda viajar libremente
fuera de su país y deba pedir una autorización para hacerlo. El carácter de
estos tipos se reconoce cuando el comunista Carmona plantea que “la visita del
Jefe de Estado cubano podría verse afectada por las actividades de provocación
que sí sabemos de otros cubanos que están arraigados en Miami se proponen hacer
en Santiago".
Lo anterior es una clara
demostración del carácter antidemocrático, totalitario y enemigo de la libertad
de la ideología comunista en todo el mundo. Le temen a una mujer, a una persona
que solo tiene un arma: sus ideales de libertad para Cuba y los cubanos.
Mientras tanto, un comunista
como Raúl Bracho sigue celebrando “los 54 años de revolución comenzando un año
2.013 ante un planeta amenazado por crisis y guerras a corto plazo” y nos
vuelve a hablar con el mismo lenguaje de siempre: “dignidad y conciencia
revolucionaria, entrega a la lucha por la nueva sociedad y por la esperanza de
salvar este planeta de su mortal destino ante la vorágine capitalista. Cuba
celebra hoy 54 años del triunfo revolucionario junto a los pueblos de nuestra
América que dan sus primeros pasos en la lucha libertadora…”.
Y añade Bracho que “la
revolución solo termina cuando no exista un solo estado capitalista, en tanto
exista, permanecerá el peligro de un enemigo sagaz y contagioso lleno de
antivalores por años predominantes como el egoísmo, el personalismo, el
consumismo y la explotación…”.
El caso de Oswaldo Payá
es una demostración palpable del carácter criminal del régimen de Castro y sus
secuaces. Replicando las palabras anteriores de Raúl Bracho diremos que “la
revolución solo termina cuando no exista una sola persona…En tanto exista,
permanecerá el peligro de un enemigo sagaz y contagioso, lleno de antivalores
por años predominantes como el egoísmo, el personalismo, el consumismo y la
explotación…”.
Estas son palabras comunistas.
Esta es la realidad, porque la única razón para promover el delicioso caldillo
de congrio es que les permite hacerse los simpáticos con los trabajadores de los
medios de comunicación en el inicio de un nuevo año, y de esta manera formar
parte de la agenda noticiosa, ¿Cómo no va a ser agradable que te inviten a un
caldillo de congrio, un plato típico chileno?. Pero, la ideología extrema que
promueven atenta contra la dignidad humana y estimula el desorden social.
Y, en la actualidad,
están preparando la fiesta de los abrazos, pero del abrazo del oso.
Nota: Algunas frases
fueron obtenidas del artículo “54 años de la Revolución cubana bloqueando al
capitalismo” de Raúl Bracho.
PANORAMA Liberal
Jueves 3 Enero 2013
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