¿Surgirá algún Mandela chileno que pueda trabajar en pos de la integración y no la autosegregación mapuche? |
Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.
Invencible de William Ernest Henley (1849-1903) – Poeta inglés
El apartheid fue el
resultado, en el siglo XX, de un fenómeno de segregación política, económica,
social y racial en Sudáfrica y que estuvo en vigor hasta los años noventa del
pasado siglo, siendo implantado por colonizadores ingleses y holandeses (boers).
Dicho nombre significa "separación" en afrikáans hablada
principalmente en Sudáfrica y Namibia.
Y, ahora, en el Chile del
siglo XXI, el dirigente mapuche Aucán Huilcamán, del Consejo de Todas las
Tierras, desea implantar la autosegregación mapuche, una nueva separación. Por
eso, afirma que queremos “reafirmar nuestros derechos, tantos políticos como
territoriales, e informarlos a la sociedad chilena…Uno de los puntos es que el
Estado chileno tiene tratados con el pueblo mapuche, celebrado entre 1820 y
1825. Durante ese periodo, en los tratados mapuches se reconocía la soberanía
territorial, que hoy es parte del conflicto y estaba protegido por los
tratados".
Y todos ven como cuelga el
hilo del poder de la boca de Aucán Huilcamán, y las burdas intenciones que lo
mueven a él y a los que lo rodean. Siempre hemos dicho que estos dirigentes solo
buscan el poder y no el bienestar de su pueblo; desean la libre determinación para
poder concretar un propio sistema de gobierno en el cual ellos serán los
líderes. Claro está, desean la libre determinación financiada por el Estado de
Chile.
Este es el hilo que
cuelga de la boca de Huilcamán, como cuelga de la boca de todos los políticos.
Quieren crear su propio apartheid para autosegregarse política, económica,
social y racialmente con el único fin de satisfacer sus intereses personales…
LA NECESIDAD DE UN NELSON MANDELA…
En el vespertino La
Segunda se publicó la carta de un lector, y que reproducimos a continuación:
Otra vez los mismos
Señor Director:
La historia mapuche no es nueva y en el transcurso de ella ha
existido una infinidad de lonkos, organizaciones, movimientos y por supuesto
contiendas a lo largo de su historia. Rolf Foester, en su libro
“Organizaciones, líderes y contiendas mapuches: (1900-1970)”, nos muestra el
espectro de actores que existían hace un par de décadas: Sociedad Caupolicán,
Corporación Araucana, Federación Araucana, Frente Unico Araucano, Grupos
Universitarios Indígenas, Nueva Sociedad Lautaro, Consejo Nacional de Asuntos
Indígenas, etc. Cada una de ellas con sus líderes, posiciones, programas y
alianzas diversas.
Sin embargo, en los últimos años la historia se ha vuelto
monótona, con una diversidad casi inexistente de actores, los que exhiben una
baja representatividad y se constituyen como una minoría que pretende
monopolizar la “causa mapuche”. Se trata de los mismos que llaman mil veces al
diálogo y, sin embargo, se han negado mil veces a ello. Ahora aparecen citando
a otra cumbre, para solucionar el “conflicto mapuche”. No obstante, son los
mismos que, con sus acciones, han ayudado muy poco a mitigarlo.
Ser mapuche es ser libre.
Ser libre de tomar las herramientas necesarias y dirigir mi
propio desarrollo; ser libre de desarrollar mi propia religión; ser libre de
hablar en mapudungun, español, francés o alemán; ser libre de ser parte de una
comunidad indígena, de una asociación de profesionales, de una asociación de
estudiantes, de una asociación de agricultores o de mujeres.
Esperemos que “los mismos” dejen de usufructuar con la “causa
mapuche”, justificando la violencia en pos de ella. Y, de una vez por todas,
entre todos, incluso con los mismos, pero sin sus mismas malas prácticas,
podamos encontrar un camino de diálogo, de paz, de desarrollo y respeto
recíprocos.
Venancio Coñuepán
Chile es un estado
unitario, mestizo de origen y que ciertamente debe reconocer en las etnias
originarias su aporte a la formación de nuestra cultura. Por eso, consideramos
como extemporáneos la gritería de Aucán Huilcaman y la violencia que ciertos
grupos terroristas han generado porque desconocen que el actual Estado chileno
es el resultado de la fusión de culturas. El Chile de hoy es uno solo porque
siempre, bien o mal, han sido el resultado del mestizaje masivo; lo único que
no ha cambiado es la oligarquía que ha gobernado.
¿Qué nos falta para
enfrentar a este liderazgo mapuche segregador?. Nos falta un liderazgo tipo
Nelson Mandela. Solo recordar que Sudáfrica era una nación con un fuerte
conflicto racial y social cuando, en 1994, asume Nelson Mandela que fue el
primer presidente de Sudáfrica en ser elegido por medios democráticos bajo
sufragio universal, y que tuvo que enfrentarse con el apartheid, tal como hemos
dicho, un sistema de segregación político, económico, social y racial, que
impusieron los dirigentes políticos, de raza blanca, de los coaligados Partido
Nacionalista y Partido Afrikáans y que determinaba zonas de exclusividad para
personas blancas como bancos de plazas, playas, hospitales, escuelas y
autobuses.
Al asumir la presidencia,
Nelson Mandela se encuentra con una difícil tarea: pacificar y unificar un
pueblo dividido en dos razas que se tenían mutuamente un profundo recelo. Y
aquí surge el liderazgo de Nelson Mandela al valerse del deporte como posible punto
de contacto entre estos dos grupos tan distanciados.
En 1995 se realizó el
Campeonato Mundial de Rugby y este fue el vehículo integrador usado por Mandela
que tomó una posición de total apoyo al equipo nacional, los Springboks. Consideremos
que el rugby era un deporte "de blancos", y por su actitud recibió muchas
críticas de sus propios seguidores. Sin embargo, consiguió el apoyo de Francois
Pienaar, capitán de los Springboks, criado en el desprecio a los negros pero
que supo superar estos prejuicios que le habían sido inculcados y accedió a
colaborar con Mandela.
El presidente Mandela le
encomendó alcanzar una hazaña deportiva impensada, ganar la Copa del Mundo,
para elevar la moral popular con el fin de facilitar la integración. En el
Campeonato, los Springboks lograron alzarse con el campeonato mundial venciendo
a los All Black, y luego de la victoria, Mandela hizo entrega del trofeo luciendo
una camiseta de los Springboks. Francois Pienaar una frase que era el reflejo
mismo de aquella idea que le había acercado a Nelson Mandela: el equipo había
ganado el mundial, no sólo para los 60.000 aficionados en el estadio, sino para
todos los 43.000.000 de sudafricanos…
***
¿Podemos superar la situación actual no solo para los 700.000 mapuches sino para los 17.000.000 de chilenos?. Lo haremos con un liderazgo tipo Mandela-Pienaar que surja de la
oligarquía dominante y del liderazgo mapuche, pero no para atender las peticiones de los ambiciosos
Huilcamán y la Coordinadora Arauco Malleco, sino para prestar atención al
ciudadano común y corriente que solo quiere vivir en paz y en armonía en todo
el territorio nacional. La segregación es una clara intención de obtener beneficios
personales a costa de una gran mayoría.
PANORAMA Liberal
Domingo 20 Enero 2013
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