El equipo investigativo del programa Contacto de Canal
13 hizo un reportaje denominado “Nanas... ¿por qué yo no?” en la cual mostraban
la abierta discriminación que sufren las asesoras de hogar en situaciones como
intentar conseguir una matrícula en exclusivos colegios de la capital, intentar
tomar un taxi o cenar en exclusivos restaurantes. Además, se investigó sobre la
cantidad de metros cuadrados dedicadas a las piezas de servicio, del sector
oriente. Tras mostrar la primera parte del reportaje, se comenzaron a
promocionar el avance de la segunda parte que incluía los descargos.
Sin embargo, este martes llegó la orden del presidente
del directorio, René Cortázar, de censurar el reportaje y mostrar solo los
descargos de los colegios Los Andes, Los Alerces y San Ignacio El Bosque. Del resto
del reportaje, nunca más se supo.
¿Qué podría haber pasado para que se tomara una medida
de censura tan clara como esta?, ¿quién está detrás de Cortazar?.
¿Quién está
detrás de Cortázar?
Desde hace un par de años, Canal 13 tiene un nuevo
dueño mayoritario: el Grupo Luksic que posee el 67% de la estación católica,
obtenido por 55 millones de dólares, mientras la UC mantiene el 33% de la propiedad.
Según el sitio web, el directorio actual del canal está conformado por René
Cortázar, presidente, y los directores Andrónico Luksic, Rodrigo Terré, Martín
Rodríguez, Fabio Valdés, Alberto Arenas, Silvia Pellegrini, Marcelo Von
Chrismar, y Patricio Donoso. Por lo tanto, la orden de censurar este reportaje
debe haber provenido directamente del entorno cercano de Andrónico Luksic.
No resulta difícil de imaginar la escandalera que en
ciertos círculos sociales debe haber provocado este reportaje al poner en
evidencia hábitos que forman parte de un estilo de vida de ciertas personas
que, por su nivel de ingreso y supuesto pedigree familiar, se consideran superiores
y miran a los demás con un aire de desprecio en la forma y en el fondo.
Por lo tanto, luego del reportaje, debe haberse
producido una escandalera de exclamaciones de horror y espanto, no por los
hechos en sí mismos, sino por abrir de una manera pública la cloaca de las
debilidades de cierto sector de la sociedad. Así, deben haber proliferado las llamadas
telefónicas, las conversaciones de pasillos y de peluquería con…“¿Cómo pueden
mostrar esto?...¡Alguien debe hacer algo!”. Y esas llamadas deben haber llegado
al dueño del circo.
Y, como es ya habitual en nuestra idiosincrasia, el
dueño del circo jamás sale al escenario para enfrentar las luces y al público,
sino que oculta su poder bajo el paraguas de un maestro de ceremonias o “palo
blanco” y que es el que debe asumir la responsabilidad de dirigir el
espectáculo, aportando credibilidad y confianza. Por eso, estos maestros de
ceremonias son todos ex funcionarios públicos o
políticos jubilados en cuyos curriculum vitaes se pueden hallar
innumerables contactos y referencias en ciertos niveles sociales y políticos, por
lo que son muy bien pagados para representar al dueño y dar la cara. En otras
palabras, son un fusible social.
El dueño del circo, entonces, dio la orden de detener
la presentación del reportaje por el impacto social en su entorno más cercano, ¿Cómo
podría seguirse reuniendo con ellos después de esto?. Y la orden debe hacer
sido directa para Cortázar.
Por otro lado, esta misma situación ha llevado a algunos
–socialistas- a mover la cabeza en señal de rechazo, y con la intención de
llevar agua a su molino ideológico, afirmando que “así son los ricos…eso lo
hace la riqueza…los más ricos son personas muy discriminadoras”, intentando
sacar provecho ideológico de una conducta netamente humana ampliamente
esparcida en la sociedad.
Sociedad de
humanos crueles…y socialistas.
No nos engañemos: la historia de la especie humana nos
da innumerables ejemplos de lo salvajes que podemos ser con nuestros semejantes
cuando hemos perdido el norte y los valores más caros. Muy bien lo escribió
Friedrich Nietzsche en “Así habló Zaratustra” cuando dijo que “el ser humano es una cuerda tendida entre la
bestia y el superhumano: una cuerda sobre un abismo. Un peligroso ir más allá,
un peligroso detenerse, un peligroso volver atrás, un vacilar peligroso, y un
peligroso estar de pié. Lo más grande del ser humano es que es un puente y no
una meta. Lo que debemos amar en el ser humano es que consiste en un tránsito y
un ocaso”. Estupenda definición respecto del ser humano.
En las sociedades modernas la crueldad contra nuestros
semejantes tiene múltiples caras y es un mal endémico que nos afecta a todos
por igual, sin excepción. Sin embargo, los socialistas consideran que los seres
humanos somos superdotados de amor y solidaridad como para ayudar a nuestros vecinos
a todo evento. Este discurso, demagógico, basado en el predicar sin practicar
es muy peligroso porque es utilizado como fundamento de ideologías que
persiguen otros fines y usan todo lo que está a su alcance para ello, pero que
a la larga terminan siendo más crueles aún.
Los socialistas creen que solo basta con tener buenos
pensamientos y compadecerse de los que tienen menos, mientras se castiga a los “malos” que permiten esta situación. Sin
embargo, todos actuamos en el mismo sistema y somos cómplices de la tiranía, de
la injusticia con la que tratamos a nuestros iguales, convirtiéndolos en
monstruos de la noche a la mañana. Todos, más o menos, tendemos a creer que somos
mejores que el resto y es el mundo que nos rodea el que gira de manera
equivocada, y buscamos excusas y culpables para acallar nuestras conciencias…¡Y
por eso los socialistas culpan a los capitalistas y los consideran unos abusadores
del mundo, nutriéndose inmoralmente de el!...
Los socialistas consideran inmoral gastar en una cena,
una cantidad de dinero que podría servir para que algunos cientos de niños no
mueran de inanición. Es decir, piensan que en una sociedad libre las personas
tienen menos posibilidades de alimentarse y de gozar de mayor bienestar.
Los socialistas consideran que las sociedades
capitalistas actuales no tiene por objetivo el humanizar, sino todo lo contrario:
animalizar al ser humano. Es decir, piensan que en una sociedad libre las
personas se suman en la oscuridad del analfabetismo y la ignorancia,
dirigiéndose al matadero sin cuestionarlo.
Los socialistas “consideran
que la crueldad es corregible educando a los seres humanos en valores que
enaltezcan lo humano por encima de lo material, en valores que nos aproximen a
la humanización, a la comprensión, a la compasión por el prójimo, y a nosotros
mismos, a descubrir que somos almas gemelas, a conseguir un grado elevado en la
perspectiva de las relaciones entre iguales, sin alentar diferencias, ser seres
humanos en definitiva, apartándonos del primitivismo en el que estamos sumidos,
y en el que nos destruiremos los unos a los otros por no haber sido solidarios,
por ser cobardes, por no haber tenido la temeridad suficiente para enfrentarnos
al sistema establecido, no haber tenido el valor suficiente para no ser
testigos mudos de tanta injusticia, por tener agallas para convertirnos en
adalides de valores como la Libertad, la Paz, la Igualdad, la Tolerancia, el
Amor, la Humanidad”. Es decir, consideran que en una sociedad libre no
podemos enaltecer al ser humano y se privilegia lo peor de la conducta humana.
El ser humano es cruel por naturaleza, y desconocer
este hecho es una muestra de ignorancia o un manifiesto interés para explotar
el odio con fines bastardos. Por eso, los socialistas se aprovechan de hechos
puntuales para pontificar en forma demagógica como si estuviéramos en presencia
de un hecho increíble y propio solo de un cierto grupo de seres humanos. Por
ejemplo, aprovechan cada una de estas situaciones para provocar e incentivar un
odio genérico a los que les ha ido mejor en la vida.
Pero, no nos equivoquemos: la crueldad y la
discriminación no es propiedad de una clase social sino una característica inherente
al ser humano. Por eso, no tiene porqué extrañar que las personas de altos
ingresos discriminen al igual que lo hacen los de bajos estratos sociales con
sus pares
Además, los seres humanos somos esencialmente
gregarios y vivimos en grupos; formamos tribus en nuestro entorno con las que
nos identificamos, a la que pertenecemos voluntariamente, y a la que defendemos
de otras tribus cuando nos sentimos atacados y agredidos. Por lo tanto, un mayor
nivel de socialización y de contactos entre las tribus humanas debe llevar a
una mejor conducta grupal debido al mejor conocimiento…Los que se conocen y se
respetan tienen menores probabilidades de agredirse entre sí, mientras que el aislamiento
y la separación conlleva a conductas agresivas con los que no pertenecen al
grupo.
Por eso, en una sociedad libre las posibilidades de interacción
entre los seres humanos son siempre mayores, y por lo tanto, se reducen las
opciones y posibilidades para que surjan la violencia y la discriminación. Por
cierto, no se puede esperar que en las sociedades humanas no existan
situaciones de violencia, pero un ambiente de libertad las puede controlar. Por
otro parte, en las sociedades libres los
talentos y las capacidades humanas pueden expresarse libremente y fluir a lo
largo y ancho, de mejor manera que en una sociedad igualitaria.
La igualdad, pese a las pretensiones socialistas, no
puede ser alcanzada administrativamente mediante decretos y leyes porque los
seres humanos no somos iguales en ningún aspecto: somos diferentes desde el punto
vista genético, físico y mental. Así, si bien la igualdad es una letanía
socialista, deliciosa para los oídos de los que sufren y que ha cautivado los
corazones de muchos a lo largo de la historia, ha sido la generadora de las mayores
atrocidades posibles, porque la igualdad solo se impone por la fuerza.
Por ejemplo, la búsqueda de la igualdad significa
eliminar la diversidad humana, de los que piensan distinto, de los que son diferentes,
de los que tienen otras características, etc…inhibiendo el potencial creador y
la capacidad humana de crear nuevos mundos. Por eso, las sociedades
igualitaristas se detienen en el tiempo y dejan de buscar respuestas para las
múltiples preguntas que nos abisman como seres humanos. Y se quedan, siempre, en
el mismo lugar en que estaban en el inicio.
La no presentación del reportaje del programa Contacto
de Canal 13 es una clara censura en contra de los autores, y un intento de
impedir que las conductas discriminatorias de un grupo social se hagan
públicas. Pero, no nos llamemos a engaños: todos discriminamos en forma
permanente en razón del color, olor, tamaño, procedencia, gustos, ingresos,
etc.
En una sociedad libre estas conductas serían cada vez
menores, pero en una economía socializada como la nuestra, los interesados de
siempre pretenden hacernos creer que la caída de un árbol equivale a la caída
de todo un bosque. No nos dejemos engañar.
PANORAMA
Liberal
Domingo 13
Mayo 2012
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