Red Liberal, otro intento del progresismo para usar la libertad en su beneficio |
Cristobal Bellolio es un
nuevo habitante de la fauna política emergente, y en su caso, ha formado parte
de un equipo que ha creado un sitio llamado Red Liberal. Profesor de la
Universidad Adolfo Ibañez, en la actualidad pretende postular al cargo de
alcalde de la comuna de Providencia, porque tiene la ilusión que él lo podrá
hacer mejor.
Cuando se le pregunta si se
considera de derecha o de izquierda, se da mil vueltas para decir con ambiguas palabras
que sus sueños son socialistas y progresistas, lo que se refleja abiertamente
en los principios de su hijo virtual. Este es el típico caso de un socialista
pudiente, camaleónico, que vive de las instituciones capitalistas, para
intentar pervertirlas por dentro con un mensaje ambiguo e incoherente. Por eso,
invitan a sus charlas a socialistas como Velasco y otros como Karla Rubilar.
Los principios básicos de Red Liberal
De acuerdo al sitio www.redliberal.cl, los siguientes son los
principios básicos que lo sustentan:
“Primer Acuerdo: Encontramos nuestra idea fundamental de libertad en la
tradición del liberalismo, esta es, aquella que concibe la autonomía de cada
individuo para perseguir el proyecto de vida que estime conveniente como el
principal objetivo de la organización política. Esta autonomía requiere, de
manera esencial, de un espacio de acción o ámbito de la vida donde no exista
interferencia por parte del poder organizado. El reconocimiento y la ampliación
de dicho espacio de libertades individuales, dentro de un marco de convivencia
diversa y pacífica, ha sido y sigue siendo la principal preocupación del
pensamiento liberal. Lo es también para nosotros.
Segundo Acuerdo: Reconocemos que la libertad no es el valor supremo
cuando se carecen de condiciones mínimas de vida, ya que en dicho contexto las
necesidades de subsistencia reducen de manera aguda la autonomía de los
individuos. La libertad como elección pierde su sentido cuando la pobreza y la
marginación eliminan las opciones. Por esto estamos comprometidos con un
proyecto liberal que reconoce como prioritaria la tarea de igualar niveles
básicos para el ejercicio digno de la libertad. Más aun, es rol fundamental de
la política el construir instituciones justas que nos lleven a lograr la
igualdad de oportunidades y derechos para personas de diferente origen
socioeconómico, cultural y étnico, o que tengan diferentes creencias o
tendencias sexuales. Para ello, el rol redistributivo y equiparador del Estado
es una herramienta esencial.
Tercer Acuerdo: Entendemos que la libertad contemporánea consiste
principalmente en el disfrute de la independencia privada, pero no abandonamos
el espacio de conversación y deliberación sobre los asuntos públicos. Aspiramos
a un modelo de liberalismo republicano que incentive (no obligue) a las
personas a participar de la construcción de lo colectivo, tanto en el proceso
democrático como en sus expresiones ciudadanas. Para ello, se requiere
construir un espacio público amplio y robusto, basado en la idea de la igualdad
democrática de sus ciudadanos y en una valoración permanente del activo de la
diversidad...”.
Leyendo el segundo acuerdo,
podemos indicar sin ambages que estamos en presencia de una agrupación de
orientación progresista, enemiga de la libertad individual, que promueve y
estimula la participación del Estado, en un rol redistributivo y equiparador, como
herramienta esencial. Esta intervención estatal significará, en la práctica, la
reducción de espacios de decisión individuales lo que contradice abiertamente
el primer acuerdo que “esta autonomía requiere, de manera esencial, de un
espacio de acción o ámbito de la vida donde no exista interferencia por parte
del poder organizado...”. ¿En qué quedamos?.
Y dan la verdadera razón:
este loco amor por el Estado se justifica porque “la libertad no es el valor
supremo cuando se carecen de condiciones mínimas de vida, ya que en dicho
contexto las necesidades de subsistencia reducen de manera aguda la autonomía
de los individuos…La libertad como elección pierde su sentido cuando la pobreza
y la marginación eliminan las opciones…”. Estos argumentos bastardos les
permiten crucificar el principio de la libertad individual para buscar objetivos
socialistas basadas en la igualdad.
Red Liberal, por lo tanto,
debe salir del closet y reconocerse como un sitio socialista y progresista. Así,
la nueva Red Progresista podrá compartir la misma mesa con Marco Enriquez
Ominami y su partido, Chile 21, y demás próceres progresistas, amantes
declarados del Estado intervencionista.
Cristobal Bellolio, se nos mojó en Aysén…
Los progresistas, como
Cristobal Bellolio, se emocionan profundamente con las denominadas injusticias
de la vida. Vienen de cuna de oro, que disfrutan como buenos capitalistas, y
son capaces de buscar argumentos facilistas y ajustados al sentimiento barato
en la búsqueda de aprobación pública en su campaña electoral. Por eso, no son
capaces de dar una mirada objetiva al problema de Aysén…Se olvidan del cierre
de la ciudad, los saqueos, los ataques a la policía y los destrozos a los
bienes públicos; no hace ninguna mención a la conducción y presencia de
activistas venidos desde Santiago, en especial, comunistas y progresistas de
todos los colores.
Uno de nuestros editores, Ajax,
nos resume este comportamiento y nos indica que “el mentado liberal Cristobal Bellolio y sus boys, son comparsas
obsequiosos del statu quo político cuyo principal objetivo es unirse a los
politiqueros a los que ya nadie les cree en sus monsergas retóricas…Lamentablemente,
este grupito ha "llegado tarde" a la mesa y la casta imperante no les
dará ningún espacio”. Finaliza, indicando que “el profesor Bellolio tiene cero capacidad de análisis racional y crítico,
y, al parecer, también se le mojó el cerebro y se le resfrió el pensamiento, ¡¡¡¡¡¡¡y se declara liberal!!!!!!...”.
¿Qué barbaridad escribió el
susodicho líder de Red Progresista?. Recientemente escribió “Aysén: la rebelión de los mojados” a la
cuál voló para “conocer de primera mano
qué había ocurrido en Puerto Aysén, qué estaba ocurriendo una vez pasado el
temporal, y qué futuro le esperaba al movimiento social que tuvo en vilo a todo
Chile...”. Por supuesto, “antes de
viajar tenía mi humilde interpretación de los hechos: se trataba de una
auténtica insubordinación regional a ratos violenta que exigía la satisfacción
de demandas ampliamente variadas y ante las cuales el Gobierno no estaba
obligado a acceder…”.
Tesis inicial de Bellolio: insubordinación
regional violenta que exigía la satisfacción de demandas ampliamente variadas y
que el Gobierno no estaba obligado a acceder.
Plantea que “uno de los objetivos del viaje era justamente
poner mi tesis a prueba. Y…volví un poco más aisenino y bastante menos
oficialista”. Por lo tanto, la tesis final de Bellolio fue: Aysen “es un pueblo aguerrido que está dispuesto a
morir por una causa que consideran justa, en una Patagonia donde la naturaleza
perdió toda compostura y donde hasta la política perdió el sentido de la
orientación”.
¿Qué razones dio para este
cambio de tesis?. En primer lugar, el culpable tiene nombre y apellido: el
actual gobierno fue torpe políticamente debido al “tosco, inoportuno y arrogante manejo político de los encargados de
canalizar el problema”. Además, como “Piñera
arrasó en las urnas en esta poco populosa región y sus promesas de campaña no
estaban tan lejos del petitorio de 11 puntos que levantó la llamada “mesa
social” de Aysén…al gobierno le estaban cobrando su palabra…y el reclamo debía
sentirse fuerte y claro a la brevedad posible”.
En segundo lugar, culpa a
la violencia del Estado, mientras le mostraban “los cartuchos vacíos de
proyectiles y bombas lacrimógenas que la policía arrojaba indiscriminadamente
por las ventanas de casas, casitas y mediaguas”, consideró que “fue ese
despliegue de violencia insólita el que enfervorizó a una población que hasta
entonces no se había involucrado activamente en el movimiento…Los pescadores de
Aysén, hombres recios del mar del sur, salieron a las calles a enfrentar a
Carabineros en batalla cuerpo a cuerpo…Varios salieron maltrechos —incluidas
mujeres que no conocen el miedo—, pero cuentan con orgullo que mandaron de
regreso a las Fuerzas Especiales en peores condiciones...”.
En tercer lugar, manifiesta
que “los propios líderes hayan declarado que ciertas demandas estaban fuera del
radio de la factibilidad conquistó el corazón de la opinión pública moderada.
Así borraron de un plumazo todo asomo de eventual intransigencia y colocaron a
La Moneda en una situación aun más compleja...Además, los dirigentes captaron
que extender el conflicto era indeseable en el frente interno ya que sólo
auguraba más enfrentamiento y eso terminaría por agotar las voluntades del
pueblo de Aysén….”. Y recalca que Fuentes le dio que “era el momento indicado
para llegar a acuerdos”.
Ahora, “la tarea es doble.
Por un lado lidiar con los actores más extremos que desautorizan la negociación…Por
el otro lado, más difícil todavía, contener la expectativa de un pueblo que
quiere ver cambios ahora y no pasado mañana...”.
En cuarto lugar, plantea
que “los coyhaiquinos apoyaron a sus hermanos de Aysén en esta pasada. Una
vuelta por la ciudad basta como testimonio: las casas enarbolan banderas negras
y las paredes gritan “Tu problema es mi problema”...”.
Finalmente, de acuerdo al
enfoque de Bellolio, los aiseninos y sus dirigentes son todos unos héroes que
debemos recordar por los tiempos de los tiempos. Sin embargo, convenientemente, debemos olvidar y
ocultar que todo “su sacrificio” tenía un objetivo bastante menos luminoso como
era el aumentar la calidad de vida en la zona, de manera administrativa, no por
medio de más trabajo, sino por medio de más regalos financiados graciosamente
por todos los chilenos.
¿De dónde salió este Bellolio?.
Que Bellolio quiera ser
alcalde de la comuna de Providencia es la única razón que puede justificar un
artículo de estas características, sesgado y parcial, relato muy ajustado al
sentimiento y carente de una mirada objetiva respecto del problema de Aysén. Se
concentró en los hechos facilistas de un lado y olvidó a los responsables de
cerrar la ciudad para impedir el abastecimiento de su propia gente, los saqueos
y destrozos de bienes, y los ataques a la fuerza pública que solo pretendía
reponer el orden subvertido por activistas que fueron atraídos al conflicto
como la miel atrae a las moscas.
Es decir, para cobrarle la palabra
a Piñera de que el Estado les regalaría bienes y servicios a costa de todos los
contribuyentes, la “mesa social” de Aysén cerró la ciudad y usó a su propia
población como carne de cañón para provocar simpatía por el movimiento y
presionar por el cumplimiento de las promesas. Así actúan siempre los adalides del
socialismo y los violentistas enemigos de la libertad y amantes de los
subsidios y regalos estatales…Y el señor Bellolio los admira como buen
socialista.
Desde hace tiempo venimos
pronosticando que los decadentes socialistas han empequeñecido a la especie
humana, por medio de la creación de una enorme masa humana, gimiente, llorosa y
que ansía que venga alguien en su rescate para que le dé un trabajo seguro y
mejores condiciones de vida. Ya no son independientes, son como bebés que
necesitan el chupón que les de la tranquilidad que han perdido, y son como unos
inválidos, castrados de iniciativa porque desean crecer bajo el dulce cobijo de
un Estado socialista que les asegure el empleo, les de altos ingresos estables
y cumpla las promesas reiteradas de más regalos.
El ideario socialista ha
vaciado de iniciativa a las personas que hoy se ven a sí mismas como débiles
marionetas del temporal económico que los lleva de allá para acá. Y por eso se
toman puentes, viajan para relatar la miseria que ellos mismos han provocado y llorar
porque los demás somos malos con ellos.
¿Cómo decirles a los aiseninos
más críticos que los responsables de lo que les pasa es solo de ellos?,
¿Cómo decirles
que no es culpa ni del gobierno ni del resto del país ni de Coyhaique?,
La
responsabilidad de lo que les pasa es de ustedes, está en su interior, ustedes
son los únicos responsables de lo que les pasa. Pero, para muchos, es más
cómodo evadir esa responsabilidad y culpar a otros.
Este es el resultado final de
la decadente ideología socialista que empobrece el espíritu humano y lo
empequeñece a su mínima expresión. Sigan pidiendo regalos, y culpando a otros,
mientras los verdaderos responsables los manipulan y los usan de carne de
cañón, barata y desechable…o los usan para candidatearse...
O sigan escribiendo relatos
que nos hacen llorar, no de pena, sino de risa, por los débiles argumentos de algunos
que se declaran “liberales”.
PANORAMA Liberal
Viernes 4 Mayo 2012
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